El modelaje sin duda es una de mis mejores cualidades, un talento que nació en mi de forma espontánea y natural; mi belleza también era algo que facilitaba mucho mi trabajo, al igual que la profundidad de mi mirada y lo bien que podía transmitir cualquier emoción. Y aunque todo esto comenzó para mí como una forma desesperada de obtener la atención y el amor de Úrsula Krantz, hoy en día estoy convencida de que no podría vivir sin hacerlo.Ahora que he ido retomando de nuevo mi carrera, pienso llevar las cosas con calma, sin presiones; ya no hay nadie detrás de mí esperando recibir grandes sumas de dinero como recompensa, tampoco tengo a nadie a quien impresionar. Por primera vez soy la dueña de mi carrera y decidiré lo que sea mejor para mí, lo que me genere paz y satisfacción, aun cuando los demás eso no les guste.Nunca me ha importado lo que otros hablen de mí, porque en el mundo de la fama para mantenerse a flote, no importa si lo que dicen sobre ti es bueno o malo; lo único import
Este lugar sigue igual a como lo recordaba; aunque ahora ya no es un lugar seguro para mí y ya no se parece tanto al fin del mundo. He dejado mi auto al comienzo del sendero que lleva al Búngalow de Kenneth, o mejor dicho: de Kya Lawler. Sin mis zapatos como impedimento, camino sobre la arena y disfruto realmente sentir como mis pies se hunden con cada paso que me acerca a la playa.He venido a Black Rock después de casi un año y la sensación es extraña, ajena a lo que una vez sentí; es como si fuera la primera vez que conozco este lugar de verdad, sin tantas mentiras de por medio. Realmente llegue a tomarle cierto aprecio a este sitio y a todo lo que significo dentro de mi historia con Kenneth, pero saber todo lo que ocultaba cambio bruscamente mi perspectiva.La espesa negrura de la noche me recibe, el cielo parece nublado y son pocas las estrellas que me regalan su brillo. Miro a mi alrededor y todo tiene un aire tétrico y terrorífico. La casa está completamente sola, ni una sola
—Agatha, necesito que digas algo —le escuche hablar entre los murmullos que producía el viento nocturno agitando la falda de mi vestido y mi cabellera rubia; baje mi cabeza cuando sentí que las lágrimas eran más que yo misma y comenzaron a descender cuesta abajo por mis mejillas. Sabía que él no notaria mi llanto en la oscuridad pero igual me mantuve en silencio porque el quebranto en mi voz podía delatarme—. ¡Por favor, grítame! ¡Golpéame! Insúltame todo lo que quieras si con eso logro que te sientas un poco mejor, pero por favor no te quedas así. Tu silencio me mata y es más doloroso que cualquier golpe.Alce mi rostro, pasando mis manos por mis mejillas y limpie la evidencia de mi propio dolor.— ¿Por qué? —Le mire de soslayo al hablar, él solo paso las manos por su cabello, tirando del mismo mientras movía la cabeza de un lado a otro—. ¿Por qué me usaste?Observe como sus brazos caían derrotados a sus costados y luego, escondió sus manos en los bolsillos de su pantalón.—No creo q
Ha pasado casi un mes desde mi encuentro con Kenneth en Black Rock y debo decir que las cosas no han cambiado demasiado entre los dos; aunque, él ha hecho hasta lo imposible por obtener mi atención y mi perdón. Nunca en mi vida había recibido tantas flores y obsequios. Desde globos de distintos tamaños y formas, hasta botellas de vino de las mejores casas. Y si no fuera alérgica al chocolate, supongo que también habría recibido montones de ellos; admito que me sorprendió mucho que Kenneth recordara eso sobre mí. —Creo que deberías considerar seriamente la idea de montar una floristería —dice la voz sardónica de Úrsula, que viene entrando a la cocina con una taza en sus manos; aún trae su pijama, lo que podría hacerme suponer que acaba de despertarse, pero los lentes de formula sobre su cabello muy bien peinado me dicen lo contrario—. En esta casa ya no caben más rosas y mis estornudos van cada día peor —y justamente, estornuda con fuerza y arruga la cara de forma chistosa—. Ya va sie
Siempre me ha parecido tan desagradable el ambiente tétrico que se percibe en los cementerios; el aire es más denso, un tanto asfixiante, quizás por eso a las personas poco les agrada venir a visitar a sus muertos. Por eso, darle un poco de alegría a este lugar y a todas esas tumbas olvidadas, me pareció una idea grandiosa, ¿qué mejor lugar para las flores que un cementerio?—Me parece que este es el lugar estupendo para todas esas flores, ¿no crees? —Miro con mucho entusiasmo el rostro horrorizado de Úrsula.Sonrió con descaro en su contra, es gracioso verla contrariada.—Pues yo creo que lo de la floristería habría sido más provechoso —dice agitando su mano en el aire con desenfado; da un último vistazo al furgón de donde los trabajadores del cementerio han sacado todas las flores que pedí traer de la mansión para dejárselas a los muertos—. Unas flores tan bonitas no merecen un final así.Resoplo y me coloco mis gafas de sol. Hoy el cielo está más despejado que nunca; ya casi estamo
Cuando era niña recurrentemente me preguntaba ¿Qué había después del vivieron felices para siempre? Cada vez que miraba una película de Disney, imaginaba que mamá y papá eran los príncipes y que luego de su gran boba en el castillo, nuestra vida juntos como una familia era su felices para siempre. Hasta que mis pensamientos infantiles y tontos quedaron aplastados por la cruda realidad. La muerte de Akram se llevó mi inocencia y desde ese momento comenzó mi calvario, comencé a creer que Disney era cruel por mostrar a los niños un mundo que no era real, un mundo fácil de vivir, un mundo donde todo era posible. La vida real no es así y jamás lo seria.Durante mi adolescencia sufrí una especie de recelo hacia los chicos y el amor. Odiaba que me coquetearon o me invitaran a una cita, detestaba la idea del romanticismos porque si el amor implicaba sufrir como lo hacían mi mamá con la muerte de papá y Nina por culpa de Jared, entonces yo no quería sumarle más penas a mi corazón. Pero luego s
“Pasajeros con destino a Londres, por favor abordar por la puerta número siete, repito, deben abordar por la puerta siete.” La misma frase se ha repetido unas cincos veces por los altavoces del aeropuerto mientras las pantallas con los itinerarios de vuelo siguen cambiando con mucha rapidez; aquí los horarios son exactos, no se admiten retrasos. Veo la hora una vez más en la pantalla de mi celular, son casi las diez de la mañana y Mike aun no aparece; y ya no creo que lo haga. Quedamos de vernos aquí a las ocho para no tener retrasos con el checkin, pero él nunca llego y por más que marco a su teléfono la llamada se va directo a buzón. Maldición. Cuando recibí la invitación para ser parte del jurado en una competición de la academia de patinaje donde trabaje en Londres, me sentí tan emocionada porque al fin me tomaban en cuenta no por mi belleza o por mi dinero, sino por mis aptitudes, por mi capacidad. Fue muy poco el tiempo que estuve con ellos, pero me esforcé en dar lo mejor de
Oscuridad.Es lo que en su mayor parte nos rodea, aunado por el tenue brillo de las pocas estrellas en el cielo nocturno; no hay luna esta noche, es novilunio o mejor dicho, es luna nueva.Creo que en algún momento de mi vida sentí miedo de la oscuridad, cuando era solo una niña de quizás nueve años, no lo sé bien. Lo que si sé, es que en ese entonces mi temor a la oscuridad era tan real y palpable que me dejaba sin aire, llorando y suplicando porque no me dejaran sola.—Agatha, necesito que digas algo —le escuche hablar entre los murmullos que producía el viento nocturno agitando la falda de mi vestido y mi cabellera rubia; baje mi cabeza cuando sentí que las lágrimas eran más que yo misma y comenzaron a descender cuesta abajo por mis mejillas. Sabía que él no notaria mi llanto en la oscuridad pero igual me mantuve en silencio porque el quebranto en mi voz pod