— ¿Cómo quede?
Abro uno de mis ojos para ver a Nina, la cual ya se encuentra lista para lo que sea que vaya a hacer; da una vuelta sobre sus altos tacones rojos y abre hace una de sus mejores poses a la espera de mi opinión. Sin duda su figura resalta totalmente por la forma en que la tela del vestido negro se amolda a cada una de sus curvas, el modelo es perfecto, una combinación entre lo sobrio y lo atrevido gracias a que la parte frontal del vestido cubre por completo su pecho, varios cristales de zwarovski salpican su pecho y hombros, descendiendo hasta la mitad de sus brazos. Y lo que termina creando contraste en la prenda es que su espalda se encuentra totalmente descubierta hasta el borde de su cintura de forma bastante sutil, lo que te deja un tanto embelesado por su ambigüedad sin rayar en lo obsceno.
Sin duda Úrsula Krantz es un genio en el mundo de la moda.
—Te ves horrible, seguro asustaras a todas las
Miro el exterior a través del vidrio polarizado del asiento trasero del auto de Úrsula y me muerdo la lengua conteniendo las inmensas ganas que siento de llorar. Me siento frustrada, y a ella la odio por ser la causante de este sentimiento que me vuelve débil.¿En qué momento mi madre se convirtió en mi enemiga?Se supone que ellas son los seres que nos protegen de cualquier cosa, nos aman incondicionalmente, nos apoyan con los ojos cerrados, nos ayudan a volar con sus alas hasta que las nuestras están listas… y me duele darme cuenta que en algún momento ella fue todo eso para mí y ahora, solo se resumía a un triste recuerdo que poco a poco perdía fuerza en mi mente, ahogado por el resentimiento que en estos últimos años ella misma se había ganado con creses.—Ponte esto —es lo primero que dice Úrsu
Miles de voces gritaron en nuestra dirección al vernos bajar de la camioneta de Úrsula; aún más, cuando vieron que la famosa diseñadora no volvía sola a su residencia sino acompañada por una persona desconocida que se ocultaba bajo la protección de una gorra y lentes, aparte de la ropa que según Úrsula y Nina me hacía parecer una pordiosera. — ¡Úrsula, Úrsula! ¡¿Qué nos puede decir sobre lo que hizo su hija?! —Fue una de las preguntas que logre escuchar—. ¡¿Huyo de la ciudad, o salió del país?! Mi madre sin embargo mantuvo su postura imperturbable y siguió caminando como la dueña del mundo que creía ser. — ¡¿Úrsula, habrá algún comunicado sobre las declaraciones que ha dado el empresario Jayson Garrett acerca de los daños morales causados a sus empresas?! —Me detuve al escuchar esa pregunta. ¿El padre de Jair nos había demandado? —Sera mejor que camines, Gigi o se darán c
— ¡Ojitos de luna!Exclamó mi abuelo volteando hacia atrás al escuchar mi voz.— ¡¿Pero qué demonios haces ahí parado?! —Le reñí mientras lo ayudaba a volver a su silla de ruedas—. Podrías caerte, ya no tienes la misma fuerza de antes.Patrick llevaba años postrado en una silla de ruedas pero se las apañaba muy bien solo.—Quería tomar un poco de aire fresco antes de leer —explico con tranquilidad mientras tomaba el libro que había dejado olvidado en la mesilla de vidrio.Desde aquí la brisa se sentía fresca y eso que apenas eran las tres; el sol irradiaba una gran calidez. La vista era preciosa y de mis favoritas gracias al jardín conformado de árboles que rodeaban toda la propiedad. Que nuestra casa estuviera ubicada en
Me quedo de pie a las afueras del estudio de Úrsula y me limito a observarla durante unos segundos que se vuelven eternos.Sigue con la misma ropa de antes, solo que ya no lleva puesto su cárdigan blanco, una sencilla camiseta de tirantes y un pantalón recto hasta sus pies que cubre por completo su calzado. Está de pie, inclinada levemente sobre el largo mesón de madera pulida donde suele llevar a cabo sus proyectos privados, hay varios rollos de tela en distintas tonalidades, papeles dispersos por todos lados y una pieza de tela de color burdeos reposa extendida con una especie de patrón encima, a medio cortar. Su frente esta surcada de algunas líneas de expresión que el botox no ha logrado disimular del todo, lo que me indica que está bastante concentrada en lo que hace; ni siquiera se molesta en apartar los mechones de cabello que se han salido de su moño y ahora enmarcan su rostro.
— ¿Puedo dormir contigo esta noche?Pregunte medio dormida por las caricias que Patrick dejaba sobre mi cabeza; ambos estábamos acostados en la cama, escuchando a los Beatles, ya habíamos cenado y mi abuelo se había comido feliz de la vida unos cuantos pastelillos que había logrado robar de la cocina.—Eso no tienes ni que preguntarlo, Agy —me respondió dejando un beso sonoro sobre mi cabello suelto.—Gracias, abuelo —sonreí con mi rostro pegado a su pecho y uno de mis brazos rodeando su cintura.Nos quedamos en silencio mientras en la habitación se escuchaba a volumen bajo With a Little help from my friends.—Desde que cenamos estas muy callada ojitos de luna —murmuro de pronto, Patrick—. ¿Tan mala fue la reunión con tu madre?Una op
Han pasado cinco días en los cuales me he mantenido en el exilio; no he querido hablar con nadie desde el martes cuando mi abuelo quiso regresar a la casa de reposo. — ¿Por qué te vas? —estaba sentada viendo como mi abuelo dentro de su necedad, doblaba una a una sus camisas para guardarlas en su anticuada maleta. Insistía en hacer las cosas por sus propios medios; odiaba sentirse inútil y para doblar su ropa no necesitaba usar las piernas. —Un hombre nunca debe faltar a su palabra, ojitos de luna —explico con voz solemne—. Mi partido de Black Jack con Bruno no se puede aplazar, he apostado cien dólares y los pastelillos de su merienda por un mes. — ¡Abuelo! —Me queje—. ¿Hablas en serio? Me levante del sillón que había en la habitación y me acerque a la cama donde él estaba concentrado en preparar sus cosas. —Pero por supuesto que sí, Agy —no me miro cuando me senté junto a su maleta abierta. —Yo puedo darte ese dinero si quieres —insinué buscando su mirada, pero me ignoro—. Inc
— ¿Cuándo llegaste a la ciudad?Pregunte cuando ya había pasado un poco la emoción del encuentro.Ahora estábamos sentados en la misma mesa donde había tomado mi desayuno; Scarlett estaba tan apenada con mi hermano que insistió en prepararle algo de comer y él sin dudarlo se aprovechó de la situación.—Llegue esta mañana —contesto comiendo un poco de tocino—. Mamá estaba enterada de que vendría. Se lo confirme hace dos días.Resople.—Mi relación con Úrsula en estos momentos no es la mejor del mundo —le explique sin ánimos de tocar ese tema; tome mi copa con jugo de naranja y bebí un poco—No sabes lo feliz que me hace verte. ¡Estas guapísimo!Él sonrió de oreja a oreja.La última vez que nos vimos fue en navidad; cuando casualmente, en el último desfile de la colección pasada, él se encontraba de viaje por Milán haciendo un video para su vlog de influencer. Solo estuvimos juntos un par de días por navidad y luego misteriosamente, él y Nina tuvieron que irse casi al mismo tiempo.Demas
— ¿Crees que Úrsula se enoje por lo que paso hace un rato?Me encogí de hombros, indiferente; me daba igual lo que ella pensara o no.—Me tiene sin cuidado lo que ella piense —espete con desgana, tendida sobre su cama—. ¿No te parece demasiado lindo?Mi gesto se volvió dulce al ver al pequeño gato de color blanco retozar sobre la alfombra de la habitación de Jared.—Sí, es bastante adorable pero dudo mucho que a nuestra madre le agrade tener un gato en la casa —le saque la lengua y me recosté boca abajo, apoyando mi mentón sobre mis manos entrelazada.—Eres un aguafiestas —lo acuse—. ¿Cómo habrá llegado hasta nuestro jardín?—Seguramente salto de algún otro patio cercano.—No lo creo, aquí las casas no colindan con ninguna —explique—. Por privacidad y seguridad. Aquí en Canterbury viven muchos famosos y gente de dinero.—Que aburrido es vivir así —enarque una ceja—. ¡¿Qué?! —inquirió al percatarse de mi mirada.—Como si te importara mucho como vivimos, hace años que te fuiste sin mira