Anastasia lo mira fijamente, siendo fuerte para que no la vea débil. —¡Merezco que me des una explicación!— Parrow no puede dejar de mirar los labios de Anastasia—¿Mereces? ¡Tú no mereces nada!—¡Maldición! ¿Por qué me odias tanto? Anastasia, lo abofetea, Sebastián es muy cínico. Aquel golpe le dolió tanto la mejilla a Parrow, que la agarra de las muñecas y hace presión, teniendo crucificada a Ana, él puede contemplar los pechos de Ana, difícil no mirarlos, y sentir aquella tentación de tocarlos. —¡No me mires de esa forma!— lo reprende, sabiendo sus pensamientos impuros —¡Siempre quieres hacer todo a tu antojo! Estás muy equivocado, ¡Suéltame!—al menos cuando estaba ciego, podía sentir más tu bondad, y oír lo dulce que eras— se atreve a decir —de esa Anastasia, no queda nada —¡¡Claro que nada queda!!— gritó ella tan fuerte, que llamó la atención de Parrow, es un gritó de dolor —Perdóname... ¿Puedes perdonarme y olvidar toda esta mierda?—¿Qué?— Ana siente ganas de golpearlo, co
Sebastián Parrow no lo puede creer. —¡Estás inventando todo ésto, porque quieres evadir tus sentimientos por Anastasia!— gruñó entre dientes Sebastián, por lo que Leandro lo agarra del cuello de la camisa, y muy enojado le dice.—es tu decisión si quieres creerlo o no, pero de lo único que estoy seguro es que no voy a permitir que lastimes a mi hermana, porque te puedo apreciar mucho, eres mi amigo y te veo como un hermano, pero te has vuelto tan mujeriego y sostienes una relación con tu secretaria, que lo único que harías es lastimar a Anastasia. ¡Protegeré a mi hermana!— Leandro lo suelta y ambos se miran fijamenteLeandro al ver que Sebastián no se quedó en silencio, lo suelta y se marcha de la oficina, está irritante.Entra Cáceres, muy cautelosa. —¿Cómo te sientes mi amor?—quiero estar solo— Parrow toma asiento, y busca un cigarrillo—dejame estar a tu lado, me preocupa verte así, sé que estás estresado, con todo esto de Anastasia y tus hijos— Cáceres toma asiento y cruza sus p
—¡Ana!— exclama Parrow irritante, está en su mejor momento, y precisamente Anastasia le hace esto, él mira la hora en su celular móvil y luego niega con la cabeza. —¡Carajo!— gruñó entre dientes.Se acerca a la puerta, y está se abre de la nada, ingresando la hermosa mujer de sus pesadillas.—lamento la tardanza, ¿Cómo me veo?— la reina de la noche, se gira, para que esté hombre hambriento pueda mirarla Sebastian traga grueso. —estás guapísima, no sabes la demencia de mis pensamientos en estos momentos, es que te deseó—¿Así?— ella se acerca de manera sensual—ssssí...— Sebastián no puede dejar de mirarla, y ella sonríe coquetamente, para luego acercarse al tubo y iniciar su show—vamos a pasarla muy rico— ella hace un movimiento exótico demasiado llamativo, dónde él puede ver su traseroPero Anastasia ronda por su cabeza. —lo siento...— camina hacia la puerta.—¿Qué pasa?— ella sonríe maliciosa—tengo algo urgente que hacer—¿Y todo el dinero que pagaste?— se agacha moviendo sus cad
Anastasia lucha en su interior porque a pesar de todo, Sebastián es un hombre que posee una gran habilidad, esa dominación y sensualidad, aquella seducción que le gusta a una mujer, pero ella lo aparta, lo iba abofetear, pero Sebastián sostuvo su mano, acercándola a él donde ambos pueden sentir su respiración.—¿Por qué te has vuelto tan difícil?—deja de hacer preguntas estúpidas y suéltame, tú acercamiento me repugna el alma—sé que estás mintiendo, además también es algo notorio de que deseas que te bese y que te haga mía ¿Por qué no recordamos viejos tiempos?— Sebastián sonríe maliciosamentePor lo que Anastasia le sonríe también, pero luego su sonrisa desaparece para mirarlo con desprecio y así decirle.—no me apetece pasar la noche contigo, prefiero elegir a cualquier hombre en este mundo, antes que volver a tus brazos ¡Eso jamás!—nunca digas que "Jamás" pero no voy a discutir contigo, quiero ver a mis hijos— Sebastián se enojo, no le gusta ser rechazado Anastasia retomó su
—¡Papito!— Aurora corre a sus brazos, lo cuál, se le hizo extraño a sus hermanos, pues la pequeña estaba ansiosa por volverlo a ver, Sebastián la carga entre sus brazos y deja un casto beso en la pequeña cabeza de su hija—mi princesa, que lindo vestido tienes puesto, estás tan hermosa, igual a tu madre— lanza Sebastián la indirecta, la picardía para Anastasia, ella se cruza de brazos Massimo no deja de mirar a su padre, está en total silencio. Sebastián baja a la niña. —he... Traído un regalo para ti, tu madre me ha dicho que te encantan las Barbies, así que tomé el atrevimiento de traer la última— Sebastián la saca de la bolsa, está nervioso, pues casi que no logra sacarla, la niña brinca de felicidad.Al sacarla, Aurora grita tan fuerte, que Anastasia arquea una ceja, ella ya le había mandado traer esa muñeca a la niña, y resulta que su padre se le adelantó.—gracias papito, me encanta— Aurora lo abraza y Sebastián voltea a mirar a Anastasia, ella baja su miradaSebastián mira ha
—¡Claro que te voy a decir que no!— Anastasia empieza a caminar hacia el comedor, mientras que Sebastián no pudo evitar mirarla mientras caminabaÉl suspira y se acerca al comedor donde está Leandro con sus hijos desayunando.—¿Padre y ese vino?— pregunta Miguel, el ambiente es un poco extraño para Ana ha estado sólo ella y sus hijos—se llama, Anastasia— Parrow lo coloca en la mesa y abre la botella —¿Igual que mi mami?— pregunta Aurora—sí mi amor, es una historia muy buena que algún día les contaré, siento que este es el mejor vino que he probado en toda mi vida— Sebastián se sirve un poco de vinoY Anastasia cruza sus piernas, ella lo trata de ignorar, y come plácidamente. —¿Estoy muy feliz de tener a mi papito y mi mamita juntos— Aurora sonríe ampliamente—Sí. Pero solo es por ustedes, desayunen porque sino se les enfría— ordena Anastasia—¿Quieres vino, Ana?— Sebastián le ofrece muy caballeroso—No, Gracias— continúa ella su desayuno y Leandro mira a Sebastián con burla —yo sí
—¡No te creo Sebastián...!— ella se cruza de piernas, dejando en vista su desnudes, puede ver cómo la mirada de su ex esposo se torna oscura—debes... Creerme ¡Ay Ana me estás matando!— confiesa al verla tan sensual, en la isla —¿Qué quieres, Sebastián?— pregunta susurrando, erizando la piel de SebastiánElla lo mira de pies a cabeza y puede ver lo erecto que está, ella recuerda en aquel tiempo cuando era su mucama, y lo vio desnudo, aquella grande anaconda que le atemorizó, pero cuando entró en ella, aunque al principio dolió, luego quería más y más, y solo ha sido su único hombre.—deseo hacerte mía, recorrer cada parte de tu piel— a Sebastián se le hace agua la boca —besar tus labios e ingresar mi lengua para navegar en tu boca— ella pasa saliva —y de esa manera, lamer y succionar tu feminidad, que te corres en mí boca y yo deleitarme de tus orgasmos— Ana siente su intimidad palpitar por el deseo de ser atendida—¿Así...?— pregunta ella con sensualidad, lleva su dedo índice a s
La pequeña Aurora, al no oír respuesta se regresa a su habitación, pero no puede dormir, mientras que sus padres están en la plenitud del placer.—eres perfecta Ana— Susurra con dificultad Parrow —no tengas misericordia— pidió ella, dando a entender, que sea una bestia, y así fue, sienten que no pueden parar porqué quieren más y másAnastasia está en un mundo del cual no quiere salir, el que la haga sentir mujer, la hace sentirse más viva.Parrow busca los labios de Ana, los cuales están rojos e hinchados por su causa, pero no sé inmuta a parar o ser cuidadosos, son unas bestias infernales entregándose en cuerpo y alma.Ana se corre empañando el torso de Sebastián, que al sentir aquel líquido caliente, se corre dentro de ella mientras se besan para ahogar sus gemidos.—quiero pasar toda la noche a tu lado— súplica SebastiánElla niega con la cabeza. —no, no confundas las cosas —¡Aún sigues con lo mismo, Ana!— Sebastián frunce el entrecejo—soy mujer, yo quería tener sexo, y ya pasó