—Ana, estoy nervioso— confiesa Parrow y ella se lanza a sus brazos, Parrow la agarra y ambos caen al suelo—¡Hija estás embarazada!— le recuerda su madre —lo sé mamá, sé que Sebastián me iba a sostener, claro que quiero ser tu esposa, pensé que no me ibas a dar un anillo, es que querido sin anillo no hay pedida de mano— sonríe Ana y luego lo empieza a besar —¡Yupi!— exclama de felicidad Aurora —mis papitos se van a casar y llevaré los anillos, que emoción mamá se pondrá un vestido de princesa— Aurora abraza a sus padres y luego se unen los niños, la familia se ve muy tierna conmoviendo el corazón de Camelia, la cual derrama lágrimas de felicidad, a diferencia de Leandro, que sí está feliz por su hermana y mejor amigo, pero la tristeza luego lo invadió, aún así, se mantuvo mirando la escena conmovedora—es hora de cenar, luego se va a enfriar y así no apetece— sugiere la señora Camelia y toma asiento, Leandro se acerca al comedor y luego cada quien toma su lugar—¡Por fin! Pensé que
—Sebastian por favor, no discutas más, vámonos y usted señor Hamilton, lo mejor es que se vaya— Anastasia agarra la mano de Parrow, quiere darle tranquilidad y seguridad—Ana, solo venía a darte mi apoyo— Hamilton trata de estar tranquilo—¡Ella no te necesita!— gruño Sebastián—Sebastian piensa en nuestro bebé, necesito estar en un entorno de paz, por favor...— súplica ella y él tensa su mandíbula, odia con todas las fuerzas de su ser a Hamilton—esta bien, me marcho, no quiero que por mi causa enfermes, después de todo, yo, sí soy un caballero, por cierto, necesito que nos reunamos, tenemos trabajo pendiente— sonríe forzosamente y Parrow no le quita la mirada de encima —programare una cita para hablar sobre el trabajo del señor HamiltonHamilton pasa por el lado de la pareja, y aunque está celoso, no lo aparenta. —¡No quiero que estés a solas con él— Sebastián empieza con sus celos, aquello que enojan a Anastasia, pero tambien la enamoran e incluso la hacen sonreír —es solo trab
—¡Mi mujer no haría algo así! Deja de ser una maldita interrupción, acepta el rechazo, acepta que ella no te quiere en su vida —¡No lo aceptó! Ella es para mí y así será, además, no se han casado, y si no me crees sobre el poder que ella me dió, aquí tengo una copia, si la quieres destruir es tu problema, yo procedí a hacer todo legal, así que vamos a sentarnos para dialogar sobre la repartición, porque no quiero ser parte de este viñedo de mierda, exijo una cantidad de dinero favorable— Hamilton está disfrutando su momento de gloriaEl abogado le entrega la copia a Parrow, el cual la recibe con desprecio y se dispone a leer para darse cuenta de la situación y que allí está la firma de su mujer, la ira empieza a incrementar en él. —¡Esto es imposible!— exclama Sebastián arrugando el papel —¡Ella jamás haría algo así!—no pienso hablar más sobre cómo pasó, te aconsejo que llames a tu abogado porque vengo a destruirteSebastián pierde el control, no asimila lo que está pasando, así que
—¿Estás molesto?—¿Debería?Anastasia baja su mirada, pero al percibir el acercamiento de su amado, su corazón se acelera. —¿Por qué no me lo dijiste?— pregunta suavizando su voz —todo fue muy rápido cariño, no quiero que pienses que no confío en tí—no me vuelvas a ocultar nada, así estemos al último minuto, es importante saberlo todo— ella lo mira a los ojos —pero te quiero confesar algo— coloca sus manos en el rostro de su amada —te veías demasiado sexy hablando de manera determinante y siendo tan precisa, de paso estás preciosaAnastasia sonríe, por fin, estaba preocupada de que se le complicarán las cosas con Parrow.—soy yo el que debe protegerte —pero mi amor, las mujeres también podemos tener poder, e incluso una mente maestra para destruir al enemigo— ella se coloca de pie y se sienta encima de Parrow —no es que sea machista mi amor, pero quiero ser yo el que te proteja ¿Estamos?— ella asienta con la cabeza y Parrow al tenerla así en esa posición está deseando poseerla —m
Luego de aquella ceremonia tan esperada, Sebastián Parrow y Anastasia de Parrow, fueron a su luna de miel, pasaron dos dulces semanas de vacaciones mientras que la abuela Camelia cuida de sus nietos junto a Leandro.Anastasia le hizo una trampa a su madre, diciéndole que necesita que se reuniera con un empresario, y no podía atrasar esa reunión, por lo tanto la mujer de buen corazón asiste a esa supuesta reunión dónde terminó encontrándose con el abogado.Aunque al principio fue difícil para Camelia, pues lo conoce de muchos años atrás, el abogado no perdió el tiempo en hacerla sentir como una reina, y confesando su amor por ella, que la amaba muchos años atrás, pero debido a que ella amaba al padre de Sebastián, no quiso intervenir en esa relación. Camelia, aquella noche la paso excelente, volviéndose a sentir viva, teniendo la atención de un hombre importante y que a pesar de su edad es guapo.Luego de aquella cita tuvieron más, conociéndose y dándose ella la oportunidad de amar
Los angeles, California.Hacienda Parrow.Sebastián Parrow, siente cargo de conciencia y se siente tan desdichado todos los días de su vida.Era un sábado cálido, junto a su padre habían planeado el día que se llevaría a cabo, el evento del lanzamiento de su exquisito vino de alta calidad. Ese día para él era una fecha especial, pues le daría la sorpresa a su madre; ya que quería que ella se sintiera más orgullosa de él, de lo que ya estaba por todo lo que él ha logrado. Lo que Sebastián no se llegó a imaginar, fue que ese día sería el más desgarrador de su existencia, aquel día perdió a sus padres de la forma más escalofriante.Un conductor bajo los efectos del alcohol le arrebató la vida de sus padres, haciendo que el perdiera el control de su auto , aquel se convirtió en trizas; Allí sus padres perdieron la vida de manera aterradora y él, para su condena sobrevivió. Las heridas y sus golpes no eran de mayor importancia para él; lo grave fue que el hombre perdió la vista, quedó total
—¿¡Quién eres!?— pregunta con arrogancia, no soporta que alguien se le acerque sin su consentimientoNo la escucha murmurar más, la respiración de Sebastián se vuelve agitada, odia ser un maldito ciego.—¡Habla!— gruño furioso, pero no le dan respuestaAcerca su bordón . —¡Estás en serios problemas!— vuelve hablar, porque si está mujer le está haciendo una m*****a broma, le hará pagar.Sebastián se arrastró un poco hacia ella, acerca su mano lentamente a su rostro orientándose por el sonido de su respiración.Al tocarla, siente una extraña sensación en su cuerpo, su piel es tan agradable que apetece tocarla más, pero luego recrimina sus pensamientos, para divagar en teorías sin sentido, si quizás alguien la envío para hacerle daño, pero todos esos pensamientos se esfumaron al oír abrirse la puerta del asiento del conductor.—feliz cumpleaños... ¡Mierda!— exclama Leandro al ver aquella hermosa mujer inconsciente en el asiento de atrás—¡Infeliz! ¿Como te atreves a buscar a una mujer? Sa
—¿Acaso los ratones te comieron la lengua?— él sabe que está cerca, por el olor de su perfume —llamare a mis escoltas— la sentencia, le molesta que se quede callada —no señor por favor, no lo haga— habla apresuradamente Anastasia, al tener más de cerca a Sebastián, su corazón bombea seguidamente al admirar sus ojos azul celesteElla pasa saliva y dice —no soy una mala persona, de hecho no se qué hago en su casa, lo único que recuerdo es que me sentía muy mal y luego me desmaye—¿O quizás eres una usurpadora? Y lo que quieres es dinero— profundiza más su mirada—eso es incorrecto señor, disculpe usted mi atrevimiento al estar aquí, pero tampoco sé cómo llegue a este lugar, pero no sé preocupe, en este mismo momento me marchóAnastasia muy nerviosa pasa por el lado de Sebastián, pero este al utilizar bien el sentido del olfato, la agarra rápidamente del brazo y la atrae hacia él.Ella se puso aún más temblorosa, quizás porque ese hombre guapo le causa algo de miedo. —¡Suelteme por favor