Anastasia lucha en su interior porque a pesar de todo, Sebastián es un hombre que posee una gran habilidad, esa dominación y sensualidad, aquella seducción que le gusta a una mujer, pero ella lo aparta, lo iba abofetear, pero Sebastián sostuvo su mano, acercándola a él donde ambos pueden sentir su respiración.—¿Por qué te has vuelto tan difícil?—deja de hacer preguntas estúpidas y suéltame, tú acercamiento me repugna el alma—sé que estás mintiendo, además también es algo notorio de que deseas que te bese y que te haga mía ¿Por qué no recordamos viejos tiempos?— Sebastián sonríe maliciosamentePor lo que Anastasia le sonríe también, pero luego su sonrisa desaparece para mirarlo con desprecio y así decirle.—no me apetece pasar la noche contigo, prefiero elegir a cualquier hombre en este mundo, antes que volver a tus brazos ¡Eso jamás!—nunca digas que "Jamás" pero no voy a discutir contigo, quiero ver a mis hijos— Sebastián se enojo, no le gusta ser rechazado Anastasia retomó su
—¡Papito!— Aurora corre a sus brazos, lo cuál, se le hizo extraño a sus hermanos, pues la pequeña estaba ansiosa por volverlo a ver, Sebastián la carga entre sus brazos y deja un casto beso en la pequeña cabeza de su hija—mi princesa, que lindo vestido tienes puesto, estás tan hermosa, igual a tu madre— lanza Sebastián la indirecta, la picardía para Anastasia, ella se cruza de brazos Massimo no deja de mirar a su padre, está en total silencio. Sebastián baja a la niña. —he... Traído un regalo para ti, tu madre me ha dicho que te encantan las Barbies, así que tomé el atrevimiento de traer la última— Sebastián la saca de la bolsa, está nervioso, pues casi que no logra sacarla, la niña brinca de felicidad.Al sacarla, Aurora grita tan fuerte, que Anastasia arquea una ceja, ella ya le había mandado traer esa muñeca a la niña, y resulta que su padre se le adelantó.—gracias papito, me encanta— Aurora lo abraza y Sebastián voltea a mirar a Anastasia, ella baja su miradaSebastián mira ha
—¡Claro que te voy a decir que no!— Anastasia empieza a caminar hacia el comedor, mientras que Sebastián no pudo evitar mirarla mientras caminabaÉl suspira y se acerca al comedor donde está Leandro con sus hijos desayunando.—¿Padre y ese vino?— pregunta Miguel, el ambiente es un poco extraño para Ana ha estado sólo ella y sus hijos—se llama, Anastasia— Parrow lo coloca en la mesa y abre la botella —¿Igual que mi mami?— pregunta Aurora—sí mi amor, es una historia muy buena que algún día les contaré, siento que este es el mejor vino que he probado en toda mi vida— Sebastián se sirve un poco de vinoY Anastasia cruza sus piernas, ella lo trata de ignorar, y come plácidamente. —¿Estoy muy feliz de tener a mi papito y mi mamita juntos— Aurora sonríe ampliamente—Sí. Pero solo es por ustedes, desayunen porque sino se les enfría— ordena Anastasia—¿Quieres vino, Ana?— Sebastián le ofrece muy caballeroso—No, Gracias— continúa ella su desayuno y Leandro mira a Sebastián con burla —yo sí
—¡No te creo Sebastián...!— ella se cruza de piernas, dejando en vista su desnudes, puede ver cómo la mirada de su ex esposo se torna oscura—debes... Creerme ¡Ay Ana me estás matando!— confiesa al verla tan sensual, en la isla —¿Qué quieres, Sebastián?— pregunta susurrando, erizando la piel de SebastiánElla lo mira de pies a cabeza y puede ver lo erecto que está, ella recuerda en aquel tiempo cuando era su mucama, y lo vio desnudo, aquella grande anaconda que le atemorizó, pero cuando entró en ella, aunque al principio dolió, luego quería más y más, y solo ha sido su único hombre.—deseo hacerte mía, recorrer cada parte de tu piel— a Sebastián se le hace agua la boca —besar tus labios e ingresar mi lengua para navegar en tu boca— ella pasa saliva —y de esa manera, lamer y succionar tu feminidad, que te corres en mí boca y yo deleitarme de tus orgasmos— Ana siente su intimidad palpitar por el deseo de ser atendida—¿Así...?— pregunta ella con sensualidad, lleva su dedo índice a s
La pequeña Aurora, al no oír respuesta se regresa a su habitación, pero no puede dormir, mientras que sus padres están en la plenitud del placer.—eres perfecta Ana— Susurra con dificultad Parrow —no tengas misericordia— pidió ella, dando a entender, que sea una bestia, y así fue, sienten que no pueden parar porqué quieren más y másAnastasia está en un mundo del cual no quiere salir, el que la haga sentir mujer, la hace sentirse más viva.Parrow busca los labios de Ana, los cuales están rojos e hinchados por su causa, pero no sé inmuta a parar o ser cuidadosos, son unas bestias infernales entregándose en cuerpo y alma.Ana se corre empañando el torso de Sebastián, que al sentir aquel líquido caliente, se corre dentro de ella mientras se besan para ahogar sus gemidos.—quiero pasar toda la noche a tu lado— súplica SebastiánElla niega con la cabeza. —no, no confundas las cosas —¡Aún sigues con lo mismo, Ana!— Sebastián frunce el entrecejo—soy mujer, yo quería tener sexo, y ya pasó
Anastasia mira fijamente a su hijo, la réplica de su ex esposo Sebastián Parrow, ella cierra y abre los ojos, para luego sonreír levemente mientras sus ojos cristalinos, reflejan la tristeza.—¿Mamá?— Massimo no es pacienteElla se acerca a su hijo y acaricia su cabello. —escucha hijo un, te amo, es un sentimiento muy profundo, es de esos que... Es muy difícil sentir, no todo el mundo se gana ese "te amo" no puedo decir que amó a tu padre, pero siento que... Lo único que le puedo agradecer, es que los tengo a ustedes, los cuales sí amó con toda mi alma ¿Entiendes pequeño?—¿Entonces por qué estás triste mamá?Anastasia suspira. —porque mami y papi, tuvieron una discusión, y a veces hay palabras o recuerdos que duelen, pero estoy bien mi amor, es hora de que te vayas a dormir —duerme conmigo madre, no me gusta verte así—esta bien mi amor, vamos a dormir juntitos, pero me prometes que no le volverás a hablar de esa manera a tu padre, se que me amas, que me quieres proteger, pero mam
—si mi madre no quiere estar con él, no hay por qué intervenir— habla Massimo y luego se dispone a desayunar—¿Acaso no quieres que seamos una familia completa?— pregunta Miguel mirándolo con el ceño fruncido—hermano, madre ha sido excelente, si nuestro padre quiere estar con nosotros y hacer lo que le corresponde, bienvenido sea, pero que no le atormente la vida a mi madre, y se porque lo digo —¿Sabes? Entonces cuéntanos— Pidió Miguel —tu no lo entenderías, y no quiero discutir, algo debo admitir y es que nuestro padre cocina muy bien— sonríe Massimo y continúa su desayuno—su hermano tiene razón niños, y gracias, mi princesa, pero quizás podré conquistar a tu madre— sonríe Sebastián, pero realmente esta preocupado por la actitud de Anastasia—Sebastian quita esa cara, terminemos de desayunar para jugar con Zeus, debemos educarlo, si le daña todo el jardín a Anastasia ella se pondrá muy furiosa y luego lo va a echar a la calle— aconseja Leandro Anastasia llega a la habitación de
—¿Qué sería? Y bájate de mi cama— ordena ella —de los niños Ana, quiero que ellos se queden el fin de semana conmigo, en mi casa— pidió Sebastián suavizando su voz —esta bien, solo los días Domingos— ella se retira la camisa y Sebastián traga grueso, Anastasia deja sus pechos al aire libre, en vista de su depravado ex esposo —¿Entonces sí...?— pregunta él tartamudeando —¿Estás sordo o qué? ¡Ahora sal de mi habitación!— señala ella hacia la puerta, para luego quitarse la mini falda dejando atontado a Sebastián, por el hilo rojo que tiene puesto, está súper sexy —¡Vete Sebastián!— lo reprende ella —¿Por qué te has desnudado frente a mí?—¿Cuál es el problema?—¿No será que lo de anoche te dejo con ganas?— sonríe malicioso sin poder dejar de mirarla —¡Deja de estar pensando con tus pelotas! Y si me desnudo, es porque ya conoces mi cuerpo, así que no me pienso atrasar por tí, tengo cosas importantes por hacer— Anastasia ingresa al bañoElla sonríe en silencio y luego abre la llave,