María Dolores negó con la cabeza, y se aclaró la garganta.
—Deme unos minutos, y alístense, lo voy a llevar a conocer un lugar —informó.
Alex elevó ambas cejas, y asintió.
—¿Qué sitio es? —indagó con curiosidad.
—Es una sorpresa. —Sonrió Lola, con esa particular forma que tenía que hacerlo, tan espontánea, y natural.
Se puso de pie y se dirigió a la alcoba.
Emma se encontraba en la terraza de la habitación, Lola contempló a su hija y notó en la mirada de la niña: paz, esa que no tenían desde hacía mucho tiempo.
—¿Cómo te sientes, cariño? —indagó con dulzura, le acarició la mejilla.
—Tranquila —contestó, y siguió mirando la ciudad—. Todo se ve hermoso desde aquí.
—Así es —respondió Lola—, hay una vista impresionante, pero te te
¿Qué les parecieron las lecciones de Lola? ¿Qué tal las de Alex? ¿Qué opinan de esta pareja? no olviden dejar sus respuestas en las reseñas.
Al día siguiente, Emma y Lola se colocaban la ropa nueva que habían adquirido la noche anterior en el centro comercial. Esa había sido la atracción a la que Alex se refería, él sabía bien, que no había mayor placer para las mujeres que ir de compras, y aunque Lola, no quiso aceptar que él gastara en ellas; sin embargo, cuando notó la mirada iluminada de su hija accedió. En aquella tiendas las habían tratado como a unas reinas, la asesora que le tocó a Lola, le hizo caer en cuenta que no estaba gorda como le repetía Ricardo, si bien era cierto que poseía unos kilos de más, con la ropa que le recomendó se logró resaltar sus curvas, en especial su estrecha cintura. Lola suspiró frente al espejo, ese día se colocó unos pantalones de mezclilla de bas
Lola y Emma habían recogido sus cosas del apartamento de Alex, y se mudaron al de ellas. Con el dinero que Rose le prestó compró algunos víveres, en especial los que requería la niña, pues la dieta de ella, era especial. Miraban una película en la televisión de la habitación, cuando el sonido del timbre las sobresaltó a ambas. Lola lucía un conjunto de dormir de dos piezas, short y blusa de tiras de satín, se colocó la bata encima y fue hasta la puerta. Observó por la mirilla, y el corazón le dio un vuelco, ahí estaba Alex, con sus rizos rubios alborotados, su impresionante altura y presencia, todo él estremecía de pies a cabeza a Lola, entonces su mano temblorosa se posó sobre la perilla de la puerta, y la abrió. —Hola, Lola —dijo Alex—. Te traje algunos víveres, imagino que la alacena está vacía. —Frunció el ceño, al percibir el aroma a café que provenía de la cocina
Al día siguiente en la sala de juntas del grupo hotelero. Alex encabezando la sesión les explicaba a Oliver y Andrew el acuerdo al que llegó con Lola.El abogado ladeó los labios, y elevó una ceja.—Te costó bien alto, pasar una noche con esa mujer —mencionó mofándose—. Debe ser muy buena en la cama. —Mordió sus labios. —¿Cuándo me la presentas?El rostro de Alex se tiñó de carmín, la ira reverberó en su sangre, se puso de pie y dio un manotazo sobre la mesa, que asustó a ambos caballeros.—La señora Beltrán no es mi amante —aclaró levantando la voz—, a los dos les exijo respeto para ella —enfatizó—, el primero que le falte el respeto me deja su renuncia, y se larga de esta empresa &mda
Lola inclinó la cabeza, a su mente se vino todos los momentos que Ricardo le quitaba lo poco ganaba con pretexto de que a él no le alcanzaba el sueldo, pasó la saliva con dificultad, y observó a Alex.—No me gustaría recibir ingresos, sin ganármelos —informó—. Siempre he trabajado —informó y observó al joven Vidal.Alejandro arrugó el ceño, la mirada de la mujer estaba llena de tristeza, percibió un cambio en ella, ya no era la misma que ingresó a la oficina rozagante.—¿Está de acuerdo señora Beltrán? —indagó Oliver.María Dolores liberó un largo suspiro.—No tengo otra alternativa —informó.Alex le pidió a su amigo dejarlos solos
Al día siguiente luego de haber compartido la cena y que Alex le enseñó a Lola a comer con palillos chinos, ella quiso tener un detalle con él, y luego de dejar a Emma en la escuela, y regresar a su apartamento, bajó al del joven, y tocó el timbre. «I want to know what love is by Foreigner» se escuchaba hasta el pasillo, las notas de aquella melodía que a Lola le fascinaba retumbaba hasta el pasillo. «I wanna know what love is. I want you to show me. I wanna feel what love is. I know you can show me. (Quiero saber lo que es el amor. Quiero que me enseñes. Quiero sentir lo que es el amor. Sé que puedes mostrarme)» Desde adentro Alex finalizaba de hacerse el nudo de su corbata color uva que hacía juego con su impecable traje azul marino de diseñador, acomodó el cuello de su fina camisa blanca, y se miró al espejo, tarareando la melodía, era antigua, pero a su papá les fascinaba, entonces
Una vez afuera se llevó las manos al pecho intentando aplacar los fuertes latidos de su corazón, las piernas le temblaban, pero ya no estaba dispuesta a permitir más insultos por su apariencia.De pronto se sintió una extraña en ese lugar, observa las miradas inquisidoras de las chicas que trabajaban con Alex, los murmullos, y no pudo más, salió caminando a toda prisa de aquel sitio donde sentía que se ahogaba. Al llegar a la planta baja, no le importó la cantidad de gente que subía y bajaba, se quitó los tacones que la torturaban y se calzó los cómodos flats.Entonces cuando salió del edificio miró el auto de Alex, no deseaba verlo, quería estar sola en ese instante, por lo que se escondió detrás de una columna, enseguida lo miró ingresar del brazo de una rubia despampanante, ella le sonreía
Días después. Palm- Beach, Aruba. Ricardo Benítez descansando sobre un camastro en el lujoso resort donde se hospedaba con su amante, bebía un coctel, mientras deslizaba su mano por el muslo de la mujer que lo acompañaba. —¿Qué crees que haya ocurrido con la gorda de tu mujer? —indagó Linda. Ricardo rodó los ojos y resopló. —Qué manía la tuya de arruinarme las vacaciones —refutó. —¿Por qué tienes que recordarme a esa cerda? —cuestionó resoplando. Linda se aproximó a él, y se sentó en sus piernas. —Lo siento cariño, es que tengo curiosidad, ella que siempre se daba de ama de casa abnegada. —Carcajeó mofándose—, mientras tú y yo le veíamos la cara en sus propias narices. —Es que esa mujer aparte de fea es estúpida —gruñó y soltó una risotada—, no imag
María Dolores abrió sus ojos de par en par cuando Alex le entregó el cheque que le solicitó a Ricardo. —Ya me imagino la cara de ese infeliz —mencionó Lola observando a Alex con admiración. —¿Por qué no me dijiste qué harías esto? —indagó con curiosidad—, y ¿Por qué solo le pediste la mitad, lo justo era que te reembolsara lo que te robó? Alex inhaló profundo. —No podía permitir que te quitaran a Emma, las dos se aman mucho —declaró—, tampoco me gusta verte triste a causa de ese mal nacido —gruñó, y le narró a Lola todo lo que ocurrió en Aruba—, le deje ese dinero a cambio de no molestarte, además estoy seguro de que su amante se encargará de dilapidar cada centavo. Lola liberó un largo suspiro, como si se estuviera liberando de todo el peso que durante años cargaba encima. —Has hecho tanto por mí, que no tengo como pagarte —expresó Lola con ternura y le acarició la mejilla, entonces recordó que debía hablar con él de algo importante, inspiró profundo armándose de valor—. El otro