Capítulo34
Catalina abrió todas las puertas de los cubículos del baño, asegurándose de que no hubiera nadie más dentro. Solo entonces miró a Isabela y la advirtió:

—Más te vale mantenerte alejada de Matías, ¡o seré capaz de cualquier cosa!

Isabela la miró con ojos sombríos y respondió:

—Eso deberías decírselo a Matías, es él quien no deja de acosarme.

—¡Tú...! —Las palabras de Isabela hirieron profundamente a Catalina, quien la miró fijamente como una serpiente venenosa—. ¡No te creas tampoco tanto!

Tras lanzar estas palabras, se marchó furiosa. Una vez que Matías y Catalina se fueron, Isabela pudo al fin respirar aliviada. Temía que Matías pudiera enloquecer en cualquier momento.

De vuelta en casa, Isabela esperó a que Renata y Nicolás se durmieran antes de prepararse para tomar una ducha. En ese momento, sonó su teléfono. Al mirar, vio que era Matías quien llamaba.

Isabela colgó de inmediato. Segundos después, le llegó un mensaje.

"¡Sal!"

Isabela sintió que se le encogía el corazón, sin entende
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