Leoncita

Brianna

Ahora lo entendía, era este tipo de peligro que había llevado a mamá a escondernos, estar lo más lejos de este horrible mundo.

Mi corazón dio un vuelco y se inundó de miedo y desesperación por el hombre que se levantaba en aquel momento a los tumbos.

―Ah, Apolo, despertaste justo a tiempo para ver el espectáculo. Estoy seguro de que no lo viste venir, es toda una Bellomo después de todo. Me acaba de dar las buenas nuevas, robo los archivos de las rutas del armamento. ¿Qué dices de eso?

―Déjala ir Carlo, yo soy al que quieres.

―En realidad no es a ti a quien quiero justo ahora… No te ofendas, pero tu e

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