Salomé tiene razón, chicas, su historia con Jimmy apenas empieza 😍; van a pasar muchasss cosas 😏 y si no se han enamorado todavía de esta historia, de Jim, de Salo y de los demás personajes, lo van a hacer… y/o los van a odiar… 🤭
La tarde de Jimmy fue una completa tortura; la suave llovizna se había convertido en una tormenta con rayos y centellas. Se acostó en la cama con la idea de reflexionar en cómo sería su vida cuando el contrato matrimonial con Salomé estuviera disuelto, pero los truenos no le permitían dejar de pensar en cómo estaría ella en ese momento; la chica valiente que le tenía pavor a los truenos y relámpagos como si fuera una niña, pero pensó en que tal vez, muy pronto ella tendría a alguien más que la abrazara en la cama cuando hubiera tormentas, y ese alguien, además también podría tener el privilegio de gozar de sus caricias, de sus besos y simplemente de su cercanía. Anocheció y Anita le llevó también la cena a la recámara, advirtiéndole que se enojaría mucho con él si no comía, ya que unas horas antes, había rechazado el almuerzo que ella le llevó también, porque se sentía tan vacío que, simplemente el hambre desapareció para darle lugar a la tristeza que no cabía en su pecho. Cenó en com
El deseo que creció en el pecho de Jimmy cuando la sintió tan cerca, fue más fuerte que él, y aunque procuró no mirarla cuando la tenía a su lado, no pudo evitar hacerlo antes de doblar la esquina. Sabía que, probablemente, faltaba poco hasta que llegara el día en el que ya no la vería en los pasillos de la mansión, y el anhelo de mirarla le ganó a su voluntad cuando era hora de perderla de vista, y complació a sus ojos que se desviaron hacia ella en el último segundo… Ella también lo había mirado y notó que, a pesar de que se veía hermosa, como siempre, el semblante de su rostro no tenía la misma alegría de siempre; por el contrario, se veía opaco y esa luminosidad que la rodeaba, característica en ella, simplemente ya no estaba… ¿O era producto de la decepción que sentía y por eso ya no la veía de la misma forma? No lo sabía, pero sin duda, algo había cambiado en ella… Bajó con la intención de lavar los platos del desayuno, pero solo hasta que abandonó el último escalón de las esca
Salomé llegó con sus amigas a la entrada del parque de atracciones y compraron los tres boletos, dispuestas a pasar el mejor día de sus vidas. Era extraño, pero ninguna de las tres había estado en uno antes, ya que, como buenas hermanitas que eran, las tres le tenían pavor a esos juegos, y temían que algún aparato de esos se descompusiera y pudieran morir allí, pero ese día, Salomé estaba dispuesta a arriesgarse con tal de divertirse como nunca y retomar su alocada vida, que no tenía nada que ver con ese tipo de actividades extremas, sino más bien con rumbas, borracheras, sexo y demás asuntos de ese tipo, exceptuando las drogas, que jamás le habían llamado la atención y le parecía que los que se drogaban no tenían ni una pizca de amor propio… aunque a ella le encantara ponerse ebria hasta no recordar su apellido… (algo que no era muy sano, tampoco). Entraron al gigantesco parque que las dejó con la boca abierta y completamente asombradas con el montón de aparatos colosales que había a
Las gemelas se quedaron mirándolo, ambas con un gesto burlesco; al parecer Saray ahora estaba de acuerdo con su hermana, porque las dos se habían sonreído con complicidad al notar la cara de pánico que él había puesto, y al ver que estaban esperando que él tomara acción, se fue acercando poco a poco al cucarrón salvaje, hasta que cayó en cuenta de lo que estaba haciendo: —¡No voy a hacerlo!, ustedes están locas. —La sonrisa malévola desapareció del par de rostros idénticos y fue reemplazada por un par de miradas de extrema furia; sin embargo, optaron por contener sus impulsos y Saray intervino: —Si no lo haces tú, entonces tendremos que traer a cualquier chico de afuera para que lo haga, seguro estará encantado y más al ver lo hermosa que es la princesa. La mandíbula de Jimmy se apretó hasta crujir; era obvio que querían provocarlo, pero el solo hecho de imaginar volver a repetir esa escena, de ver a otro besando a la pulga rabiosa, lo hizo pensarlo dos veces y prefirió cumplir los
Salomé estaba enojada… con el pimpollo, con las gemelas y hasta con ella misma, por lo que le había pasado; es que no tenían que haberlo llamado a él… «¡¿por qué carajos?!», ¿acaso no podían lidiar solas con ella y esperar que despertara? Dio un grito con la cara hundida en la almohada, porque lo cierto era que le había alegrado verlo allá y que le hablara por lo menos para mostrarle su seriedad, pero al mismo tiempo no podía soportar esa indiferencia. Quería que volviera a ser el mismo… que siguiera haciéndole bromas pesadas y burlándose de ella… Estaba a punto de romper a llorar, pero no lo hizo y mejor decidió quitarse la ropa y meterse a la ducha porque, esa noche, se iría de fiesta… Dieron las siete y media y ya estaba lista de nuevo, con un vestido color rojo pasión, seductor y con un escote enorme en la espalda que llegaba hasta el coxis… Le gustaba demasiado y lo había tenido guardado para una ocasión especial, pero tuvo que ponérselo porque el que había lucido en la mañana,
El cucarrón salvaje salió de la casa como una adolescente escapando de sus padres y Jimmy no pudo evitar burlarse de ella desde la cocina. Extrañamente, la casa era amplia y los muros eran escasos en la planta baja, así que todo se veía, desde la sala al comedor, del comedor a la cocina, y de la cocina se podía ver perfectamente la puerta de la entrada principal. Por un lado, a Jimmy le encantaba el espíritu libre de la pulga rabiosa, pero por otro, no le agradaba mucho que saliera sola a un club con sus amigas, y menos después de lo que había hecho; pensaba que muy seguramente ella aprovecharía para encontrarse con su amante y no solo dejarse comer la boca, sino también pedir el plato fuerte… Eso lo llenó de celos y la sonrisa burlona desapareció de su rostro en cuanto se cerró la puerta detrás de ella. Aunque tal vez no estuviera en sus planes encontrarse con ese rubio, se había vestido tan hermosa, que estaba completamente seguro de que atraería todas las miradas masculinas de ese
Esa última frase lo dejó anonadado, y Paul lo miró como si le hubiera encontrado un tercer ojo… Jimmy no supo qué decir, simplemente se quedó en las nubes por unos eternos segundos hasta que reaccionó: —Voy para allá. —Colgó el teléfono y empezó a ponerse algo decente sin mirar a Paul, que lo escudriñaba buscando en él, al Jimmy que había conocido toda su vida. —¿A dónde vas? —A buscar a Salomé. —¿Sucedió algo? —Está demasiado borracha, hasta parece que no es ella… —Eso último lo dijo por esa declaración que ella le había dado; no lo creía ni lo creería hasta tenerla frente a él, repitiéndosela, mientras lo hipnotizaba con sus ojos marrones oscuros. —¿Sabes a donde ir? —Sí, al club dónde nos conocimos. —¿Recuerdas donde queda?, yo ya no tengo idea. —Perfectamente. —¿Cómo iba a olvidarlo?, si ese día se convirtió en el peor y en el mejor de su vida… —Ok, nos vamos en mi auto o en el tuyo. —¿Vas a acompañarme? —cuestionó incrédulo. —Claro, ¿crees que te dejaré lidiar solo con
Esa mujer estaba poseída porque tenía poderes sobrenaturales, eso era seguro… ¿Cómo diablos era capaz de estar despierta ahora después de eso? La miró desde el sofá donde estaba acostado y vio esos ojos oscuros que lo llamaban, pero se quedó mudo, simplemente mirándola, hasta que vio cómo nuevamente sus ojos se cerraban, cayendo otra vez en un sueño profundo… Se arropó la cabeza y se quedó dormido, rogándole a Dios que ella no volviera a despertarse. Al día siguiente se despertó con los primeros rayos del sol que entraron por la ventana, y por fortuna, Salomé seguía durmiendo profundamente, así que aprovechó para darse una ducha y vestirse antes de bajar. Seguramente ella se quedaría en su cama por un buen tiempo y no quería tener que volver a encontrársela, no después de todo lo que había sucedido esa noche. Bajó a desayunar, le encargó a Ana el cuidado de las tres mujeres y luego fue a encontrarse con Paul para ir a jugar futbol. El día estaba bonito y pasó toda la mañana entrenan