Nikolai: Mis ojos estaban atentos a la abarrotada calle de Londres esquivando autos a una velocidad peligrosa. Sentía mi sangre hervir con la imagen de la pelinegra todavía en mi mente. —Extrañaba estar a tu lado —murmura la castaña tomando mi mano que se encuentra encima de la palanca mientras como si su toque me quemara levanté mi mano liberándome de su agarre. —No me toques —escupí con mi mandíbula apretada mirando sus ojos marrones fijamente. —Tendremos un varoncito —cambia de tema obligando a que me pase la mano por el cabello cuando me detengo en un semáforo en con algunos carros delante de mí. —Me importa una mierda, yo no quiero a ese mocoso —hablo con asco y una mirada dura. —No digas eso, lo pondrás triste —se cubre su enorme panza con cierto temor, suelto un resoplido de molestia. —Me importa una basura como se ponga eso que llevas en tu vientre —vuelvo a ponerme en marcha cuando la luz cambia a verdes y los autos se ponen en marcha. —No le hagas caso
Capítulo dedicado a esas que me dejan sus comentarios dando apoyo, les mando un enorme saludo desde Cuba.. ¿De que parte me leeis? _______ Sekhmet: Me remuevo un poco cubriendo mi rostro con el edredón tratando de conciliar el sueño. Me despierto de un momento a otro al escuchar un fuerte estruendo proveniente del baño de mi habitación. Froto mis ojos todavía en modo zombie mirando la hora en el reloj de la mesita que está al lado de mi cama. 0500 Gruño con molestia y me cago en quien esté en mi habitación haciendo de las suyas, si llega a ser una de las chicas juro por dios que las mataré. Me quito el edredón de color negro a la misma vez que me siento en la cama liberando algunos bostezos. El frío se cuela por la ventana de mi balcón llevándome a qué me frote los brazos para darme un poco de calor. Fijo bien mi vista en las ventanas y si más ni recuerdo las había cerrado antes de acostarme, nunca las dejo abiertas. Desde ese momento empiezan mis dudas y sospec
Nikolai: No puedo conciliar el sueño sabiendo que tengo a la única capaz de calmar mi horrible humor. Mantengo mi mirada en el techo por unos segundos tratando de no sé; ¿Abrir un hueco en el techo?, Quizás. No soy un hombre romántico; estoy muy lejos de serlo y es qué ser un cabrón viene de familia, ya forma parte de mi ADN aunque mi madre crea que puede cambiar a mi padre; muy en el fondo sabe que no lo podrá hacer. Acomodo mi cuerpo en la enorme cama, mis brazos continúan encima de mi cabeza, mi polla aún está con ganas de tener mucha acción y las malditas ganas de follar me atormentan. Trato de centrar mi cerebro en algo importante; por ejemplo, joder lo más que pueda a Danton, ese cabrón hijo de puta que se cree el rey del mundo cuando no es más que una vil cucaracha. Cálculo cada una de los movimientos que llevaré acabo, hasta los más importantes, a las menos indispensables pero que valdrán un escalón para lograr el éxito. Paso la mano por mí cabello levantando mi e
Sekhmet: En el pasar de los años he conocido a amigas falsas, hombres cabrones que no sirven para nada, personas que no hacen más que manipularte, despreciarte e usarte para después sacar provecho de tu misma persona. No sabemos nunca quienes tenemos junto a nosotros hasta que sucede algo que nos demuestra lo que no queremos ver. Me han fallado tanto, qué hay veces que no soy capaz de creer en nadie. —Eres una zorra; una maldita zorra —escupo con asco mientras la castaña que tengo delante me muestra una sonrisa de esas que le da igual lo que suceda o lo que le diga, aumentando el odio que siento hacia ella ahora mismo. —No, no soy nada; en todo caso la zorra eres tú —cruza sus pies, uno encima del otro con una sonrisa maliciosa en sus labios. Aprieto mis puños a los lados de mi cuerpo y hago lo mismo con mi mandíbula. —Te quiero fuera de la casa en cinco segundos —informo levantándome del asiento caminando en dirección a la vitrina de bebidas. —Ja; estás loca, la
Sekhmet.. Forjarse en una de estas carreras trae tropiezos, caídas, complicaciones, breves lapsos que no se reducen solo a ser menospreciada solo por el hecho de ser mujer, también a ser denigrada y solamente observada por encima del hombro como si no valieras lo suficiente para estar en lo más alto de la cima. Llevo unos años en esto, pero eso no quita que el solo hecho de saber lo que conlleva cada misión mis nervios no reduzcan… Me han repetido que nací para ser venerada como la diosa que soy, pero ha veces la belleza posee unas terribles consecuencias que pueden oscurecer tu vida en un abrir y cerrar de ojos. Maquillo mis ojos, realizando un delineado de gato que queda a la perfección con mi conjunto, con delicadeza en el borde, dándole más profundidad a mi iris verdoso que llama la atención a kilómetros de distancia. Aplico un poco de rizador de pestañas, alargándolas más de lo debido; realizo el mismo procedimiento con una pequeña y no tan alarmante capa de labial
Buenas a quienes se dieron la oportunidad de leer esta historia quiero decirles que deben saber que esta historia es totalmente ficticia, cualquier coincidencia con la realidad es simple casualidad. La MMIM( Movimiento De Maxima Inteligencia Militar ) es un sistema judicial inventado por mi y solo por mi, producto de mi ocurrente imaginación, cada sustancia, droga, tecnología son simples datos que iré explicando en mi cuenta de Instagram, pero también les dejaré algunas notas al final del capítulo. Consta de: (Organizado segun su rango en la milicia) Canciller. Secretaria General. General. Sargento. Subteniente. Capitán Mayor. Suboficial. Cabo. Alférez. Soldado. Cada suceso aqui creado son propios de la misma trama: queda bajo su propia responsabilidad la forma en la que interpreta la informacion brindada. Reitero que no es una novela rosa, si no es lo que buscas te doy la oportunidad de irte antes de que comiences la lec
Sekhmet. Estoy mentalmente agotada, incluso psicológicamente, pero eso no quita que golpee el saco de boxeo del gimnasio. Mi respiración está algo ofuscada, pequeñas, pero molestas gotas de sudor bajan por mis hombros, mejillas, el medio de mis pechos y mi abdomen plano cubierto en la parte de mi pelvis por las llamas del mismo infierno. Ejecuto dos golpes certeros en el objeto, abasteciéndome de toda la rabia que tengo contenida, dejando que mi visión se nuble y la adrenalina se apodere de mi sistema. Me detengo por unos pequeños instantes limpiando los restos de sudor de mi coronilla, agarrando después mi botella de agua para ingerirla en segundos. Siento el agua caliente bajar por mi garganta, calmando la ansiedad que he tratado de liberar, pero que a causa de mi adrenalina no reduce, alcanzo mi pequeño bote de pastillas agarrando una en el proceso e ingiriéndola sin cuestionarme el asqueroso sabor o los malestares que este mismo me provoca en ocasiones.
Danton. Paso las manos por mi cabello mientras le doy otra calada al cigarrillo que descansa en mis dedos. Levanto una de mis cejas con la mirada en el cuerpo de la bailarina de Pol dance que se mueve en el tubo como si de una polla se tratara. Mis brazos los acomodo en el enorme desván gris que se encuentra en un rincón con poca claridad dónde puedo observar mi entorno. Una sonrisa siniestra se alza en mis labios cuando una rubia con un collar de sumisa se acerca a mi cuerpo. — ¿Mi amo necesita algo? —cuestiona con su mirada en el suelo y de rodillas; como tanto me gusta. —Solo necesito un rato a solas; ahora márchate —sigue con su mirada en el suelo completamente desnuda, caminando en dirección a la barra—, pero caminando como perro. Ella no refuta; ni siquiera se gira, solo ejecuta la orden que acabo de dar, pone su culo en pompa saliendo como una perra bien domada. Le doy otra calada a mi cigarrillo, para tiempo después de tener el humo retenido en mis pu