CAPÍTULO 17
¿Pero qué demonios...?
La lengua de Amenadiel sigue electrificando el cuello de Aria, que se sacude con los espasmos del deseo.
La lujuria de la escena se acentúa cuando Dante baja las escaleras, con una de la yema de sus dedos apoyada sobre su mentón, absorbiendo intensamente la imagen de la escena; la joven de cabello negro recogido, vestida de oscuro ajustado a su precioso cuerpo lo hipnotiza.
Su escote deja entrever aquel camino oblicuo que forman sus senos, las caderas pegadas serpentean sutilmente, con ritmo sostenido. Pero esto sucede muy lentamente. La discreción de Evans es notable.
Intenta comprender que ocurre, pero los labios de Amenadiel le obturan la razón, siguen escarbando su piel con una incitando a la acción. Es tanta la excitación del chico de ojos bicolor que no tarda en echarle la cabeza hacia atrás, con una
Capítulo 18Mis sentidos empiezan a despertar. Siento a la altura de mi vientre un calor abrazador e incluso, molesto. Me pasó las manos por el rostro intentando despabilarme hasta que lo consigo.Abro los ojos y todas las imágenes de la noche anterior me golpean una tras otra, sin dejarme siquiera a analizarlas con detenimiento.La luz de un nuevo día traspasa las cortinas del enorme ventanal de la casa deAmenadiel, iluminando gran parte del living. El fuego h
Capítulo 19TRES MESES DESPUES...—Bueno, ahora al menos te bañas —Penélope me sirve varios tocinos en mi plato.Veo como este se desliza de la espátula y cae en el plato blanco de porcelanato. Incluso tiene un aroma delicioso que podría darle un sentido a mi vida. Descarto la idea en cuanto noto que se le ha quemado la mitad de los tocinos.Mi madre terrenal no sabe cocinar, pero no la culpo por ello. Mi amor por ella es más fuerte.Veo que se encamina hacia la estufa y continúa cocinando sin antes servirme jugo de naranja en un enorme vaso.Se ha recogido el cabello largo y blanco en una coleta. La edad le está pasando factura, pero sigue con el rostro intacto y sólo los signos de expresión se le marcan. Tiene unos preciosos ojos azules que intimidan por lo fuertes que son y una mirada tan fría que podría causarte escalofríos en una prime
CAPÍTULO 20Su mandíbula tensa. Sus labios quieren decir algo, pero el silencio que lo domina es más fuerte, manteniéndolo callado por el impacto de verme. El tiempo se detiene al igual que mi respiración. Una sorpresa que no esperaba para nada en un día ordinario Julio, en donde el calor sofocante va predominando la temperatura de la habitación.Jamás esperé que me buscara. Más si él sabía que mipropósitode matar a otro hijo de un dios ya nosucederíaporque sería en vano.¿Qué lo traía hasta aquí si yo ya no era un peligro para toda su bendita raza de oro?Está agitado, su pecho sube y baja rítmicamente, no me quita los ojos de encima como si fuese un fantasma. Tiene una playera de mangas cortas y oscura ajustada al cuerpo y unos jeans del mismo tono con una
Capítulo 21Cae la noche más hermosa y divina que pudo existir. Y no lo digo por observar un cielo estrellado y sentir la temperatura del clima tan cálida, tan reconfortante. Sino porque, era la primera noche que tenía un poco de esperanza en mi alma condenada a la eternidad.Bajo por las escaleras, ya lista para salir por primera vez después de tanto tiempo encerrada.Llevo un collar de perlas alrededor de mi cuello, unas sandalias bajas con tiras
Capítulo 22No era necesario explicar la satisfacción que tenía al verlo en ese estado; cabreado y lloriqueando.Dante sube las escaleras con paso apresurado, ignorando la presencia de Amenadiel quién se encuentran perplejo apoyado en el marco de la puerta mientras observa toda la situación telenovelera.—¡¿Te me quedarás viendo con esa maldita cara de niña perversa?!—me grita Dante, acongojado y furioso por mi actitud indiferente.Me cruzo de brazos y asiento con la cabeza.—Desee por mucho tiempo que este día llegara y lo estoy saboreando despacio—admito, saliendo al hall de mi casa.—Fuiste mi agonía por meses y no tengo ningún derecho a venir hasta aquí a gritarte que estoy enamorado de ti—inquiere, asimilándolo—. Pero se siente bien desahogar todo lo que he estado conteniendo.—No tienes por qué sentirte mal por decir lo que sientes, Dante—me acerco a él y le a
Capítulo 23Casdale tenía uno de los ríos más hermosos rodeado de árboles frondosos. Incluso para pasar una tarde de verano con seres queridos o beber en plena noche con tus amigos. Pero ahora toda esa armonía que podía irradiarme aquel sector natural había sido afectada por un suicidio que no esperaba.En las orillas del rio Casdale me senté y vi como el agua calma se deslizaba hacia alguna dirección que desconocía. El sol brillaba en lo más alto y el cantar de los pájaros era tan ensordecedor como encantador.Deposito una rosa sobre el agua con cuidado y esta comienza a flotar, armoniosa. Las hojas verdes y el rojo de su color se reflejan sobre el rio. Veo como la flor empieza a alejarse y la sigo con la mirada con lágrimas en los ojos.Tengo pegada a mi mente su rostro angelical que amenazaba con romper en llanto cuando lo rechacé sólo para t
CAPÍTULO 24. Me veo en el reflejo del espejo, llevándome las manos entrelazadas al pecho, angustiada. La noche brilla en lo más alto del cielo mientras yo tengo la visión en mis ojos de un tono avellana. Estoy tan apagada que no me reconozco. Ni siquiera hay un brillo de esperanza en mí. Me siento acorralada con una decisión que podría cambiar mi destino. He sido de esas chicas que se comían al mundo, pero hoy el mundo me está comiendo a mí y no séquéhacer al respecto. Doy un respingo en cuanto veo detrás de mí, atravésdel espejo, comoPerséfonese asoma con su largo vestido blanco desgastado por los años, saliendo de las sombras de mi habitación. Sólo la luz de la luna es bienvenida en mis aposentos cuando cae la noche. La melena pelirroja de mi madre biológica cae en una trenza larga decorada conpétalosde flores. Tiene sus pies descalzos y los años no han atrav
Capítulo 25.Sé que uno de ellos tenía una mano falsa y el otro había perdido la visión en un ojo. Se me hace un nudo en el estómago en cuanto pienso que ellos han sido castigados por amar a alguien que no debían y estuvieron exactamente en la misma situación que yo. Trago con fuerza y trato de deshacer la horrible pelota que tengo en la garganta.No esperaba que vinieran e incluso su presencia inesperada empiezan a incomodarme. Aparto la mirada. Son tan apuestos que me he puesto roja.