Varias toses falsas nos hicieron separar nuestros labios a regañadientes. Ni cuenta me había dado que estaba en una posición sumamente vergonzosa, pues la extrañeza de sus labios sobre los míos me conmocionó bastante. Su beso me hizo olvidar del mundo que gira a nuestro alrededor. Necesitaba sentir su cálido aliento y su húmeda lengua para asegurar mi amor por él. Estoy por enderezar mi espalda, pero su mano en mi mejilla me deja totalmente paralizada. Su caricia me derrite y me enternece el corazón. Han pasado dos semanas, por supuesto que lo extrañaba como una maldita demente.
—No me perdería nada de ti, bailarina —susurra, deslizando sus dedos por mi mejilla y mis labios—. Eres una chica mala, ¿lo sabías?.
—¿Cómo? ¿Por qué lo dices? —el corazón no me deja de latir fuertemente—. Eres mi novio, ya conoces a mis padres, incluso te quieren más que a mí —bromeo—. ¿Crees que te dejaré solo en ese apartamento tan feo y para nada cómodo que tienes?.
—Ven —hechiza
—A menos que, ¿qué? —inquiere, ansioso—. ¿Hum, bailarina?.Fundo nuestros labios en un desenfrenado beso. En este beso nos damos cuenta lo mucho que nos deseamos el uno al otro y lo mucho que nos extrañamos. Nuestras lenguas rozándose es lo que nos hace perder la poca cordura que nos queda, pues el ansioso y deliberado roce está lleno de humedad. Necesitaba darme cuenta, así sea con tan solo un beso, que aun le era atractiva y que me deseaba tanto como yo a él. Culmino el beso con una leve mordida en su labio inferior, y su gruñido me saca una risita.Me encantaría ir más allá que un beso húmedo y apasionado, pero sé que su pierna no está en condiciones para soportar tanto voltaje. No, cuando necesito mucho de él y no estamos a mano.—Tal vez —dejo un reguero de besos por su cuello, a la vez que desciendo la mano bajo la colcha por su pecho—, podría ayudarte un poco con el problema, ¿no?.—Ay, bailarina —suspira, enrollando su gran mano en mi cabello—. A cómo
AXELDecirle a Rachel que la amo fue como haberme desecho de un nudo en el estómago, pues ese sentimiento ya no podía ocultarlo por más tiempo dentro de mí. Ella se ha adueñado de todo mi ser en un lapso de tiempo muy corto, y ese hecho me hace sentir mejor de lo que alguna vez me llegué a imaginar. Cuando me apego sentimentalmente a una persona es difícil que la suelte de un momento para otro, y Rachel es mi mayor prioridad.En sus ojos veo ese mismo amor que siento yo por ella, y nada me hace más feliz que sentirme amado por alguien tan especial y única. Rachel me ha vuelto a la vida, a una de la cual no quería continuar.El dolor de mi pierna fue cesando poco a poco después de haber tomado los medicamentos que me recetó el doctor. Rachel tenía mucha razón, en el momento que intentamos tener relaciones como tanto quería hacerlo, el dolor en la pierna se hizo presente al instante. Por más en que muera en sentirla, sé que debo esperar a que mi pierna esté rec
Los días se fueron en un abrir y cerrar de ojos. El día en que me tengo que quitar por fin este yeso de la pierna está cada vez más cerca. He empezado a hacerle movimiento a la pierna izquierda y por lo menos me puedo levantar y caminar con ayuda de muletas, por misma decisión del doctor, ya que la pierna está en perfectas condiciones. No soportaba un segundo más al estar en cama o en esa silla de ruedas sin poder hacer nada. Ahora solo me queda esperar que me quiten el yeso y esperar a ver cómo está mi pierna derecha.Todo ha sido mucho más sencillo de llevar con toda la ayuda y la motivación de Rachel, su hermana y sus padres, y claro está, que la de los chicos. Tengo a mi lado a personas muy valiosas, que han estado conmigo en este proceso de aceptación y adaptación en mi nuevo mundo. Todo sucede por algo, me dijo hace unos días atrás la Sra. Sara, y estoy seguro que tal vez ser jugador de Rugby no era una opción de vida, era más un sueño de niño. Mi pensado es terminar la
RachelPor más en que muera por estar con Axel, mi trabajo debe ser cumplido como cada noche. Además, Roxana me ha dejado muchos días libres con los tratamientos y las citas medicas de mis padres, y recientemente también me permitió unos días tras el accidente de Axel, por lo que mi sueldo de bailarina se está viendo afectado grandemente. Axel me ha dicho que no es necesario que siga trabajando, que él se puede hacer cargo de todo sin problema, pero no es el hecho, porque suficiente ha gastado en mercado, la medicina de mis padres y en general, en todo lo referente a su salud. No puedo aprovecharme más de él. Siempre he sido una mujer independiente, no es justo que gaste su dinero en nosotros.Pensando en que aun quedan varios días para entrar de vacaciones de verano, pues he decidido hacer bailes extra. De algún modo debo de ayudar a Axel, además de que Mara tiene que pagar la entrada de la universidad en el mismo momento en que comience el próximo semestre. Cómo he est
Seguido de sus palabras, suelta una risa que me hace estremecer el alma. No sé si esté burlándose de mí o no.Me quedo en silencio, solo viendo como el Sr. Carter se pierde en sus pensamientos por unos momentos. Sus anteriores palabras aun siguen reproduciendose en mi cabeza sin parar. ¿Cómo es eso que me quiere a mí? ¿Qué es eso que quiere de mi persona exactamente? No sé, algo en este hombre no me genera ni una pizca de confianza. Y es que esa faceta de hombre educado, inteligente, amable y bueno no me pasa ni un poco.—Toma asiento, no es necesario que bailes para mí. Para ser sincero, pagué para poder hablar contigo —tomo asiento frente a él—. ¿Cómo está? Solo quiero saber cómo está mi sobrino. No entiendo por qué no quiere verme, si antes éramos muy unidos.Me confunde mucho sus palabras, pero igual estaré muy atenta a sus acciones.—No te tomes mis palabras tan en enserio, Srta. Blum. Solo era una pequeña broma. Disculpa si te incomodó mi sentido del hu
AXEL—¿Qué te trae por aquí? Aun es temprano para que veas a las chicas bailar —tomo asiento en la silla y dejo las muletas a un lado de mi cuerpo—. O necesitas compañía, ya sabes.Me tira un guiño y sonrío.—Seré claro, porque no me gusta perder mi tiempo; la próxima vez en que se atreva a amenazar a Rachel, se las verá conmigo. Usted tiene mucho que perder, y yo tengo mucho poder para hundirla si así se me pega la gana. Sé que es una mujer inteligente, por lo que no tengo de qué preocuparme, ¿no es así?.—Yo no he amenazado a Rachel. Ella es como una hija para mí, ¿cómo te atreves a decir tal calumnia?.—Le va a mentir a un mentiroso en la propia cara, mal hecho. No quiero repetir las palabras que ya he dicho antes. Espero que en verdad sea lo suficientemente inteligente como para no dejarse llevar por la codicia. Ahora bien, Diane, Mara y Rachel no van a bailar más para este lugar tan bajo. En serio, mi señora, no quiero tener que venir a decírselo d
—¿Qué te dijo el doctor? —la ataco, según salimos del hospital—. Acaso no podía decirlo para todos.—Que tenía que realizarme varios estudios, y no solo yo, mis padres y Mara también deben hacérselos —se encoje de hombros—. Vamos a comer, señor celoso. Tengo mucha hambre.—¿Crees que sea agua contaminada? —Rachel frena en seco, a pocos pasos del auto.—Cómo que agua contaminada, ¿de qué estás hablando? Somos pobres, pero el agua es limpia. ¿Qué te pasa?.—Solo decía. El agua no se filtra, por lo que no sabemos cómo son las tuberías de todas las casas.—Pareces una mujer embarazada; con los síntomas, los cambios de humor y la manera en la que duermes. Solo te hace falta que eches panza —ríe.—Rachel...Se pone seria al ver mi rostro pensativo y preocupado, luego una risa casi lunática y nerviosa sale de lo más profundo de su ser. Puede ser una posibilidad, pues recuerdo haber tenido mucho sexo sin protección con ella. Un fríjol puede germinar
RachelDurante los casi treinta años que tengo de vida, he soñado con tener una familia numerosa, llena de amor, protección y cariño como la han formado mis padres, pero la quería tener en el momento donde mi carrera como profesora rindiera sus frutos. Quería esa familia y ese amor bonito con Benjamín, y en el momento en el qué empezó a priorizar el juego por encima de nuestros sueños, ese deseo se esfumó por completo de mi mente. Además, que el conseguir un trabajo se había convertido en una odisea cada vez que trataba de conseguirlo. El tiempo de Dios es perfecto, y si me dio la oportunidad de tener un hijo a mis treinta años con un hombre que es unos años menor que yo, pues así lo aceptaré.Escalamos muy rápido en nuestra relación, puesto que un hijo ni en las curvas de mis pensamientos me había imaginado con Axel. Mi segu