AXEL
—¿Qué te trae por aquí? Aun es temprano para que veas a las chicas bailar —tomo asiento en la silla y dejo las muletas a un lado de mi cuerpo—. O necesitas compañía, ya sabes.
Me tira un guiño y sonrío.
—Seré claro, porque no me gusta perder mi tiempo; la próxima vez en que se atreva a amenazar a Rachel, se las verá conmigo. Usted tiene mucho que perder, y yo tengo mucho poder para hundirla si así se me pega la gana. Sé que es una mujer inteligente, por lo que no tengo de qué preocuparme, ¿no es así?.
—Yo no he amenazado a Rachel. Ella es como una hija para mí, ¿cómo te atreves a decir tal calumnia?.
—Le va a mentir a un mentiroso en la propia cara, mal hecho. No quiero repetir las palabras que ya he dicho antes. Espero que en verdad sea lo suficientemente inteligente como para no dejarse llevar por la codicia. Ahora bien, Diane, Mara y Rachel no van a bailar más para este lugar tan bajo. En serio, mi señora, no quiero tener que venir a decírselo d
—¿Qué te dijo el doctor? —la ataco, según salimos del hospital—. Acaso no podía decirlo para todos.—Que tenía que realizarme varios estudios, y no solo yo, mis padres y Mara también deben hacérselos —se encoje de hombros—. Vamos a comer, señor celoso. Tengo mucha hambre.—¿Crees que sea agua contaminada? —Rachel frena en seco, a pocos pasos del auto.—Cómo que agua contaminada, ¿de qué estás hablando? Somos pobres, pero el agua es limpia. ¿Qué te pasa?.—Solo decía. El agua no se filtra, por lo que no sabemos cómo son las tuberías de todas las casas.—Pareces una mujer embarazada; con los síntomas, los cambios de humor y la manera en la que duermes. Solo te hace falta que eches panza —ríe.—Rachel...Se pone seria al ver mi rostro pensativo y preocupado, luego una risa casi lunática y nerviosa sale de lo más profundo de su ser. Puede ser una posibilidad, pues recuerdo haber tenido mucho sexo sin protección con ella. Un fríjol puede germinar
RachelDurante los casi treinta años que tengo de vida, he soñado con tener una familia numerosa, llena de amor, protección y cariño como la han formado mis padres, pero la quería tener en el momento donde mi carrera como profesora rindiera sus frutos. Quería esa familia y ese amor bonito con Benjamín, y en el momento en el qué empezó a priorizar el juego por encima de nuestros sueños, ese deseo se esfumó por completo de mi mente. Además, que el conseguir un trabajo se había convertido en una odisea cada vez que trataba de conseguirlo. El tiempo de Dios es perfecto, y si me dio la oportunidad de tener un hijo a mis treinta años con un hombre que es unos años menor que yo, pues así lo aceptaré.Escalamos muy rápido en nuestra relación, puesto que un hijo ni en las curvas de mis pensamientos me había imaginado con Axel. Mi segu
El embarazo es lo más lindo que puede pasar en la etapa de una mujer que sabe que el momento de ser madre ha llegado. Lo que no nos advierten son todos los pormenores que suceden en el. Después habernos enterado que estaba en embarazo, la panza salió de un momento para otro, el sueño y el cansancio me tiene totalmente gobernada y a merced de la cama, los ascos se hicieron presentes con ciertas comidas, bebidas u olores, y ni que decir cuando los calambres me atacan en las noches y en las madrugadas. Es hermoso, pero no soportaría otro embarazo más. Aunque para ser totalmente honesta, la mayor parte de los malestares los ha tenido que soportar Axel. Es muy valiente mi ternurita precioso.Por otro lado, las terapias en su pierna han sido de mucha ayuda. Han sido largos meses donde ha estado muy juicioso asistiendo a ellas, por lo que su pierna está muchísimo mejor y no es necesario que use muletas ya. Pero su lesión ha quedado de por vida. Jugar ya no es una opción y por más que
—Detente, ¿quieres? —suplica con voz entre cortada—. A la próxima te atenderé primero, antes de sacarte de la casa.—¿Qué pasa? ¿No aguantas?.No voy a negar que frotarlo me tiene caliente, y más con los gruñidos y gestos tan tiernos que hace.—No seas mala, mujer. Nos vamos a accidentar por tu culpa —aprieta fuerte el volante, poniendo una expresión muy erótica en el rostro—. Por Dios, bailarina.Sigo frotando mi mano por encima de la tela. Su miembro está muy erecto, pues el pantalón se le ve como lo estruja cada vez más. ¿Sería muy peligroso si le práctico sexo mientras conduce? Tan solo de pensarlo la piel se me pone de gallina y mis bragas se humedece. Y todo esto se lo atribuyo al embarazo, ya que el deseo que siento por Axel es muy grande. No puedo parar de amarlo.Mi risa lo contagia, hasta que uno de los bebés me patea, obligándome a frenar todo movimiento de mi mano.Sentirlos como se mueven dentro de mí es una emoción muy grande.
AXELAl salir de la universidad, me dirijo directamente a la empresa. He estado poniéndome al día con todos los documentos, los socios y cada mínimo aspecto de ella, para cuando sea mi momento de estar al mando, no me sea tan impactante. Me gusta estar informado con antelación, no quiero parecer estar desentendido de todo lo que mi padre ha estado haciendo con la empresa de mi madre. La relación con mi padre va por buen camino, pero tan solo de ver la falsa mujer que tiene por esposa, todo se va al carajo. No la soporto ni un poco, además de que verla a punto de dar a luz me revuelve el estómago. Esa mujer nunca la podré aceptar como mi padre lo espera que lo haga.Al llegar a la empresa, la nueva secretaria; Missy me recibe y me acompaña hasta la oficina de mi padre, mientras va contándome de la próxima reunión que se llevará a cabo la otra semana.—Confirma mi asistencia en la reunión —anota en su tableta rápidamente.
—No puedo dar con su número, Axel. Necesitamos esperar a que enciendan el teléfono.El corazón pretende salirse por mi boca. La desesperación y la preocupación ya no puedo soportarlas más. Han pasado varias horas desde que Rachel envió el mensaje y aun no aparece. Mikel ha hecho todo lo posible por dar con su paradero, y hasta ahora no hemos encontrado nada.—¿Dónde se supone que esté? Ella no es capaz de dejarme, ¿o sí? O peor aun, ¿y si sucedió algo malo? —el aire me empieza a faltar, haciéndome imposible poder respirar y pensar con claridad—. Se supone que todo iba bien. No comprendo nada. Si les pasa algo no soy capaz de soportarlo.—Debes estar tranquilo. Lo que está pasando es muy extraño, pero Rachel te ama mucho como para dejarte. En todo caso, debemos estar seguros que no está con alguna amiga.—Rachel no es de amigas, la única es Diane y ella no sabe nada. Tu mismo la escuchaste —agarro el celular en mi mano y al encenderlo su hermosa sonrisa mientr
RACHELCaminaba por el centro comercial, con una sonrisa en los labios mientras recorría las tiendas y observaba la ropa de bebés. Había pensado en comprar cuatro conjuntos del mismo, pero de diferentes colores. Ansiaba como nunca conocer el sexo de mis bebés, y no es para menos, desde que me enteré del embarazo no hay día que me haga ilusiones con mis hijos. Me los trato de imaginar, pero una imagen clara no me llega a la mente.Me siento muy feliz, nadie tratará de quitarme la dicha y la alegría que tengo desde hace un tiempo. Axel complementa la perfecta vida que hemos realizó juntos hasta ahora. Es poco el tiempo, pero cabe resaltar que cada día nuestro amor se fortalece.Seguía caminando sin detenerme, al tener un embarazo de siete meses y con dos bebés dentro de mí, mi caminar es mucho más lento. Mis piernas duelen y tengo que detenerme cierto tiempo par
No sé cuánto tiempo había pasado cuando despierto. El dolor en el vientre es muy intenso, por lo que me altera pensar en que la pesadilla que tuve sea muy real.La habitación en que me encuentro ahora no es la misma que estaba en ese horrendo sueño, así que es tranquilizante saber que no ha sido más que eso; una horrible pesadilla.Mis ojos escanean el lugar en una fracción de segundo, pensando en dónde puede estar Axel y mis bebés. Muero por conocerlos y saber cómo se encuentran y cómo son. He de haber dormido mucho, porque a pesar de sentir dolor en el cuerpo, el cansancio ya no es tanto en mis párpados.Esos pequeños fragmentos en dónde la doctora me dijo que ya habían nacido, me sacan una sonrisa nostálgica y llena de felicidad. Después de tantos meses, por fin están con nosotros.—Todo sucedió muy rápido... —toco mi vientre y sonrío, imaginando lo bellos que deben ser mis frijolitos—. ¿Dónde estarás metido, ternurita?.Soportando el dolor, quedo me