Rachel
Durante los casi treinta años que tengo de vida, he soñado con tener una familia numerosa, llena de amor, protección y cariño como la han formado mis padres, pero la quería tener en el momento donde mi carrera como profesora rindiera sus frutos. Quería esa familia y ese amor bonito con Benjamín, y en el momento en el qué empezó a priorizar el juego por encima de nuestros sueños, ese deseo se esfumó por completo de mi mente. Además, que el conseguir un trabajo se había convertido en una odisea cada vez que trataba de conseguirlo. El tiempo de Dios es perfecto, y si me dio la oportunidad de tener un hijo a mis treinta años con un hombre que es unos años menor que yo, pues así lo aceptaré.
Escalamos muy rápido en nuestra relación, puesto que un hijo ni en las curvas de mis pensamientos me había imaginado con Axel. Mi segu
El embarazo es lo más lindo que puede pasar en la etapa de una mujer que sabe que el momento de ser madre ha llegado. Lo que no nos advierten son todos los pormenores que suceden en el. Después habernos enterado que estaba en embarazo, la panza salió de un momento para otro, el sueño y el cansancio me tiene totalmente gobernada y a merced de la cama, los ascos se hicieron presentes con ciertas comidas, bebidas u olores, y ni que decir cuando los calambres me atacan en las noches y en las madrugadas. Es hermoso, pero no soportaría otro embarazo más. Aunque para ser totalmente honesta, la mayor parte de los malestares los ha tenido que soportar Axel. Es muy valiente mi ternurita precioso.Por otro lado, las terapias en su pierna han sido de mucha ayuda. Han sido largos meses donde ha estado muy juicioso asistiendo a ellas, por lo que su pierna está muchísimo mejor y no es necesario que use muletas ya. Pero su lesión ha quedado de por vida. Jugar ya no es una opción y por más que
—Detente, ¿quieres? —suplica con voz entre cortada—. A la próxima te atenderé primero, antes de sacarte de la casa.—¿Qué pasa? ¿No aguantas?.No voy a negar que frotarlo me tiene caliente, y más con los gruñidos y gestos tan tiernos que hace.—No seas mala, mujer. Nos vamos a accidentar por tu culpa —aprieta fuerte el volante, poniendo una expresión muy erótica en el rostro—. Por Dios, bailarina.Sigo frotando mi mano por encima de la tela. Su miembro está muy erecto, pues el pantalón se le ve como lo estruja cada vez más. ¿Sería muy peligroso si le práctico sexo mientras conduce? Tan solo de pensarlo la piel se me pone de gallina y mis bragas se humedece. Y todo esto se lo atribuyo al embarazo, ya que el deseo que siento por Axel es muy grande. No puedo parar de amarlo.Mi risa lo contagia, hasta que uno de los bebés me patea, obligándome a frenar todo movimiento de mi mano.Sentirlos como se mueven dentro de mí es una emoción muy grande.
AXELAl salir de la universidad, me dirijo directamente a la empresa. He estado poniéndome al día con todos los documentos, los socios y cada mínimo aspecto de ella, para cuando sea mi momento de estar al mando, no me sea tan impactante. Me gusta estar informado con antelación, no quiero parecer estar desentendido de todo lo que mi padre ha estado haciendo con la empresa de mi madre. La relación con mi padre va por buen camino, pero tan solo de ver la falsa mujer que tiene por esposa, todo se va al carajo. No la soporto ni un poco, además de que verla a punto de dar a luz me revuelve el estómago. Esa mujer nunca la podré aceptar como mi padre lo espera que lo haga.Al llegar a la empresa, la nueva secretaria; Missy me recibe y me acompaña hasta la oficina de mi padre, mientras va contándome de la próxima reunión que se llevará a cabo la otra semana.—Confirma mi asistencia en la reunión —anota en su tableta rápidamente.
—No puedo dar con su número, Axel. Necesitamos esperar a que enciendan el teléfono.El corazón pretende salirse por mi boca. La desesperación y la preocupación ya no puedo soportarlas más. Han pasado varias horas desde que Rachel envió el mensaje y aun no aparece. Mikel ha hecho todo lo posible por dar con su paradero, y hasta ahora no hemos encontrado nada.—¿Dónde se supone que esté? Ella no es capaz de dejarme, ¿o sí? O peor aun, ¿y si sucedió algo malo? —el aire me empieza a faltar, haciéndome imposible poder respirar y pensar con claridad—. Se supone que todo iba bien. No comprendo nada. Si les pasa algo no soy capaz de soportarlo.—Debes estar tranquilo. Lo que está pasando es muy extraño, pero Rachel te ama mucho como para dejarte. En todo caso, debemos estar seguros que no está con alguna amiga.—Rachel no es de amigas, la única es Diane y ella no sabe nada. Tu mismo la escuchaste —agarro el celular en mi mano y al encenderlo su hermosa sonrisa mientr
RACHELCaminaba por el centro comercial, con una sonrisa en los labios mientras recorría las tiendas y observaba la ropa de bebés. Había pensado en comprar cuatro conjuntos del mismo, pero de diferentes colores. Ansiaba como nunca conocer el sexo de mis bebés, y no es para menos, desde que me enteré del embarazo no hay día que me haga ilusiones con mis hijos. Me los trato de imaginar, pero una imagen clara no me llega a la mente.Me siento muy feliz, nadie tratará de quitarme la dicha y la alegría que tengo desde hace un tiempo. Axel complementa la perfecta vida que hemos realizó juntos hasta ahora. Es poco el tiempo, pero cabe resaltar que cada día nuestro amor se fortalece.Seguía caminando sin detenerme, al tener un embarazo de siete meses y con dos bebés dentro de mí, mi caminar es mucho más lento. Mis piernas duelen y tengo que detenerme cierto tiempo par
No sé cuánto tiempo había pasado cuando despierto. El dolor en el vientre es muy intenso, por lo que me altera pensar en que la pesadilla que tuve sea muy real.La habitación en que me encuentro ahora no es la misma que estaba en ese horrendo sueño, así que es tranquilizante saber que no ha sido más que eso; una horrible pesadilla.Mis ojos escanean el lugar en una fracción de segundo, pensando en dónde puede estar Axel y mis bebés. Muero por conocerlos y saber cómo se encuentran y cómo son. He de haber dormido mucho, porque a pesar de sentir dolor en el cuerpo, el cansancio ya no es tanto en mis párpados.Esos pequeños fragmentos en dónde la doctora me dijo que ya habían nacido, me sacan una sonrisa nostálgica y llena de felicidad. Después de tantos meses, por fin están con nosotros.—Todo sucedió muy rápido... —toco mi vientre y sonrío, imaginando lo bellos que deben ser mis frijolitos—. ¿Dónde estarás metido, ternurita?.Soportando el dolor, quedo me
—Dame un par de horas y prometo que dedicaré el resto de mi vida para ti y nuestros hijos —se separa y me da una sonrisa que oculta la malicia que hay en su ser—. Debo ir a despedirme de personas que en su momento fueron muy importantes para mí, pero que lastimosamente ese amor de familia se murió con el soplar de una vela.Niego, llevando mis pensamientos a lo que creo que está tratando de decirme. No puede ser tan malo de ir y matar a su propio sobrino, si se supone que lo ama como un hijo. ¿Qué puedo hacer? En este momento no sé en dónde pueda estar Axel, o si lo tiene secuestrado, amarrado o está libre. No sé nada, y el miedo se está haciendo presente en mi sistema.Todo estaba bien, nuestra vida iba empezando a ser feliz. ¿Por qué siempre tiene que haber algo que nos haga caer en el sufrimiento? ¿Acaso no nos merecemos un poco de felicidad en la vida?.—Le daré tus saludos a Axel, después de todo merecen despedirse como se debe
AXELLlegué justo a tiempo para detener a ese maldito infeliz de tratar de llevarse a Rachel lejos de mí. La razón de mi odio por Carter tiene razones y motivos, los cuales han quedado en el olvido en el momento que volé su cabeza. No había sentido tanta emoción, paz y alegría en mi vida a la hora de solucionar un problema que me tenía martillando la cabeza desde hace mucho tiempo. Por fin mi madre ha descansado en paz.Ahora me espera un visita muy grata a esa maldita que por tanto tiempo ha engañado a mi padre. Ariana no tiene idea de lo que le corre pierna arriba.Mikel se hizo cargo del cuerpo de Carter, mientras me aseguraba de llevar a Rachel al hospital. Después de haber llorado entre mis brazos, se quedó profundamente dormida. No puedo borrar el suceso que nos ha quitado la posibilidad y la gran oportunidad de ver nacer a nuestros hijos; esa felicidad y emoción se nos fue arrebatada con mucha crueldad. Pero lo que más import