Calidez

Rachel

Entre la cocinada de la pasta y varias charlas y recuerdos de su madre y de mi hermano, se nos fue pasando el tiempo. Me contó muchos momentos que pasó junto a su madre de niño, dejando de lado el día de su muerte; y lo entiendo, no es necesario revivir algo que visiblemente le afecta grandemente. Por mi parte, le conté de la estrecha y maravillosa relación que siempre tuve con mi hermanito mayor y, por primera vez, dije lo que sucedió aquella noche de su accidente. Reímos mucho y lloramos otro tanto en la plática tan conmovedora que tuvimos. El brillo de emoción, felicidad y tristeza cada que habla de su madre, es único. A pesar de haberla perdido cuando era tan solo un niño, su amor sigue intacto, como si ella estuviera aquí.

Lo que me de

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