P.O.V. Tania No me gustan las preguntas que está haciendo mi madre. Tengo que aprovechar este momento para ponerla de mi lado, que sienta compasión de mí. —Durante los días que, según estábamos en nuestra luna de miel, todo fue un desastre, mamá. Hubo discusiones, situaciones difíciles y muchos malos entendidos. Me sentía sola a pesar de tener la compañía de Nicola. Teníamos que ocultarnos todo el tiempo, así que la poca felicidad que tuve fue muy corta —digo—. Al final, desastre de cuentas, no era feliz, así que para animarme un poco, le propuse a Mia venir a hacerme compañía. Ella se negó al principio, al final aceptó venir. Sin embargo, durante el tiempo que estuvo aquí, no sé cómo es que ellos empezaron a sentirse atraídos y en una noche, cuando salí, ellos pasaron la noche juntos —digo con voz quebrada, bajando el rostro, fingiendo estar triste. —Pero ¿por qué te pones así, hija, si tú misma lo has dicho, no lo amas? —agregó y, mientras tengo la mirada abajo, ruedo los ojos
P.O.V. Baltasar Me hubiera gustado poder matar a esa sinvergüenza malcriada que se hace llamar mi hija. Se ha comportado tan mal, pero si no lo hice fue por el simple hecho de ver qué hará y de lo merecido que estoy seguro de que obtendrá. Porque Adriano no se quedará de brazos cruzados si a ella se le ocurre meterse con la zorrita de mi sobrina. Admito que Mia fue lista; supo muy bien cómo enamorar a ese loco, porque omitiendo eso, tiene bastante dinero. Pero bueno, al menos seré el primero en la fila para presenciar eso que le harán a la tonta de Tania. También me alegra que se haya llevado a Elsa; ya estaba harto de ella. Siempre se la pasa preguntándome a dónde voy, qué hago, con quién salgo y, sobre todo, preguntándome por esa mocosa. Esta noche, para festejar, me iré a jugar al casino con mis amigos. Al regresar me siento algo cansado, molesto y decepcionado porque perdí mucho dinero, pero por lo menos tengo la satisfacción de saber que nadie me interrogará. Sin embar
Escuchar que ha pronunciado mi apellido me deja sorprendido; no creí que me recordara. Hace años que no vengo aquí, diría prácticamente desde que era un adolescente temperamental lleno de frustraciones, rabia y que culpaba a todos. Ahora, aunque no he visto su rostro, sé que es un hombre. —¿Se va a quedar callado? —preguntó nuevamente con un tono frío. —Lo siento, señor, pero me sorprende mucho que se acuerde de mí —digo con amabilidad. —Cómo no iba a recordar a una de las pocas personas que ha venido a visitarme, a pesar de que fue hace años. —Lo siento por no venir, pero he tenido mucho trabajo; usted entenderá —procuro disculparme. —No tiene que darme explicaciones de su vida; sé que hay cosas más importantes que venir a visitar a un inválido —mencionó—. Pero nuevamente le pregunto: ¿qué lo trae por aquí? —Le traigo noticias sobre los Borbon. Transcurre un par de minutos en los que solo se escucha el sonido del fuego consumiendo la leña. Estoy a punto de hablar cuand
P.O.V. Alexander Miro cómo el señor Mercier se va; admito que es un hombre despreciable, sin embargo, fue una de las pocas personas que no diría que me dio la mano, pero tampoco me dio una patada. No obstante, dejó de venir y eso no es extrañarme; sé que no podía interesarle nada de un inválido como yo, bueno, no hasta ahora. No sé cómo se enteró de mi existencia, pero no es algo que me preocupe porque ha arriesgado su cabeza, su lengua y su vida por venir hasta acá después de tanto y proponerme algo tan arriesgado. Aunque no niego que no me tienta hacerlo, no por él, sino por darles un poco de lo que me dieron hace años y cómo dicen que la venganza es un plato que se come frío, porque el que ríe al final ríe mejor, es por lo que acepté. Pero no le creo ni media palabra a ese hombre, así que si voy a seguir con esto, tengo que estar un paso adelante. Sé que tal vez no soy el único que esté detrás de la cabeza de Adriano, así que quiero saber por qué Baltasar está tan empeñado en
—Hola, buenas tardes, ha hablado a la casa de strippers. ¿En qué podemos ayudarla? —Me responde una voz femenina y tan solo oír la palabra stripper hace que mis mejillas se sientan calientes y mi lengua se quede inmóvil—. Hola, ¿hay alguien ahí? —me vuelve a llamar sacándome de mi trance. —Hola, sí, me gustaría alquilar… a uno de sus chicos —digo tartamudeando con nerviosismo. —Claro, ¿tiene a alguien en particular? —me pregunta y no sabía que podía elegir a alguien. —Solo necesito a un chico atractivo que no cobre mucho, pero que sea suficiente para causarle celos a alguien —especifiqué, esperando que la mujer que me contestó entienda lo que estoy buscando. —Claro que tenemos paquetes para exnovias resentidas —dijo y estoy a punto de protestar por eso, pero ella me lo impide—. Tengo al chico indicado para eso, solo necesito saber qué forma de pago será. —En efectivo —respondo. —Está bien. ¿La dirección? —Se la enviaré en un momento a este número. —Perfecto, ¿y para cuándo
—¡Que no me escuchas, bájame, Adriano te lo ordenó! —vocea mi rojita, que continúa peleando, intentando liberarse de mí, pero ahora nadie podrá ayudarle porque no la soltaré. Subí con rapidez las escaleras y, sin darme cuenta porque mi mente estaba enfocada en lo que haría, cuando ya estaba en el segundo piso camino directo hacia su habitación, arrojándola sobre su cama. —Ah —grita al sentir como la aviento y la veo con atención queriéndome lanzar sobre ella y darle una lección. Lo que se me ocurre es quitarle ese diminuto calzón y darle unas fuertes nalgadas hasta que esos cachetes queden rojos. —¿Qué te pasa? —me pregunta con una voz fuerte. —¡Qué me pasó!, eso debería preguntártelo a ti, ¡que acabas de meter a un hombre desconocido a mi casa! —Y eso a ti qué te importa —protesta llena de rabia. —¡Me importa mucho porque es mi casa y tú eres mía! —le dejó claro. —No soy tuya —responde. —¡Sí, lo eres! —gritó con fuerza. —No lo soy y nunca lo seré no soy un objeto
P.O.V. Mia Sonrió en mi interior; sé que, a pesar de estar enojado conmigo, nunca se podría resistir a mis encantos y sé que, por la manera en la que me mira, está completamente obsesionado por mí y por mi cuerpo. Además, ¿qué hombre que se crea un macho alfa se puede resistir a una niña tierna, obediente y gentil? Es la debilidad de todo diablo. Pero yo solo tengo la cara de buena porque ahora más que nunca le enseñaré la maldad que hay en mi interior por fin tendré mi venganza por la manera en la que me trato. Así que me esforzaré mucho más para que esto salga muy bien y es que será una lección que nunca olvidará y así entenderá no atreverse a volverme a hacer una canallada de esas. *** Me alegra verlo amarrado a esa silla ahora me doy cuenta que me encanta tener el mando y es que ahora entiendo que es tan tonto como para no percatarse de que la silla no era de mi habitación y he elegido una especial para esta ocasión. Ahora voy rumbo a traer a mi amigo y seguir con esto. Bajó
P.O. V. Adriano. Me encuentro hecho una fiera llena de rabia. A ver cómo mi querida Mia se fue con ese hombre, me hace hervir la sangre. Mi guardaespaldas vino a mi llamado lo más rápido posible, aunque no sé por qué carajos Max se ha demorado tanto en liberarme; solo noto cómo sus manos tiemblan y no sé por qué si con él no estoy enojado. Al final, el agarre que siento en mi muñeca se libera bajo mi vista hasta ese punto, corroborando que ya no estoy unido a la silla. —Vete de aquí —le ordenó, poniéndome de pie. Él se va como el alma que lleva el diablo y es que mejor que nadie entiende que si me hacen enojar, tienen que pagar las consecuencias. Dejo de ver por dónde él se fue y fijé mi vista en esa puerta en la que tan solo unos minutos se han dejado de escuchar esos ruidos y gemidos. Me aproximo con mucho sigiló con una expresión seria, mientras que mi mente está fija en encontrar a mi pequeña rojita y quitarle a ese hijo de perra y hacerle todas las cosas que tengo en mente pa