Capituló 80

—¡Que no me escuchas, bájame, Adriano te lo ordenó! —vocea mi rojita, que continúa peleando, intentando liberarse de mí, pero ahora nadie podrá ayudarle porque no la soltaré.

Subí con rapidez las escaleras y, sin darme cuenta porque mi mente estaba enfocada en lo que haría, cuando ya estaba en el segundo piso camino directo hacia su habitación, arrojándola sobre su cama.

—Ah —grita al sentir como la aviento y la veo con atención queriéndome lanzar sobre ella y darle una lección. Lo que se me ocurre es quitarle ese diminuto calzón y darle unas fuertes nalgadas hasta que esos cachetes queden rojos. —¿Qué te pasa? —me pregunta con una voz fuerte.

—¡Qué me pasó!, eso debería preguntártelo a ti, ¡que acabas de meter a un hombre desconocido a mi casa!

—Y eso a ti qué te importa —protesta llena de rabia.

—¡Me importa mucho porque es mi casa y tú eres mía! —le dejó claro.

—No soy tuya —responde.

—¡Sí, lo eres! —gritó con fuerza.

—No lo soy y nunca lo seré no soy un objeto
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP