Rihanna.
- “Tranquila mamá, todo está bien la abuela, está bien cuidada, y Milissen, la enfermera que contrataste, es muy buena con nosotros, sólo estamos esperando que cojas las vacaciones para que vuelvas.”- la voz de mi tesoro, por teléfono, me hizo aguantar las lágrimas.
- “¿En qué momento mis hijos se habían convertido en un pequeño adulto?, sólo tiene ocho años. Yo debería ser la menor de sus preocupaciones.”- pensé mientras le oía explicarme como le iban las clases y los amigos que había hecho.
Estar separada de ellos, era el peor de mis castigos, de hecho, pensé en traerlos conmigo a Japón, después de mi destierro, por el error que cometí, pero le enfermedad de mi abuela estaba en una etapa muy avanzada, según su médico, para la personas con Alzheimer, las rutinas, y los lugares conocidos le ayudaban a sentirse seguros, por eso no podía traerla, ni tampoco enviarla a una residencia, para traerme a mi pequeño Kenai conmigo, él se hubiera negado a abandonar a su adorable abuela, a la que tanto él, como yo, adorábamos.
De hecho, gracias a ella, que me acogió, cuando mis padres ya hartos ya de su rebelde hija me echaron a la calle, después de mi gran último error, a la edad de quince años, un “error” que hoy en día se ha convertido en la mayor de mis felicidades.
Pero que en ese tiempo era el peor de los pecados, para una familia tan religiosa y prestigiosa para la comunidad, como eran mi familia. Si mi abuela materna no me hubiera cogido, pese a la oposición de su propia hija, madre de Rihanna, seguramente hubiera terminado, en la calle, drogándome y prostituyéndome, y quien sabe que hubiera sido de mi tesoro, lo mejor de mi vida.
La verdad es que, desde joven, siempre fui contra corriente, al contrario que mi hermano mayor, el gran orgullo de mis padres, la cuestión es que mi padre había sido militar, incluso había intervenido en la guerra de Corea, siempre había deseado un hijo que siguiera sus pasos, y así ocurrió, mi hermano Jeff, ero todo lo que mi padre podía desear, buen estudiante, muy buen deportista, capitán del equipo de rugby del instituto, y además deseaba ser marine como mi padre.
Con este palmares como comprenderéis, que siete años después de nacer su hijo prodigo, naciera yo, una niña, que era todo lo contrario de que su hermano, no tan brillante en los estudios, con ideas propias, que veía más ya del cuadriculado mundo que mi padres habían creado para ellos, con sueños de ser dueña de mi propio negocio, y encima mujer, uno de los peores errores que, según mi padre, había cometido mi madre, era traer una niña a este mundo, con lo feliz que hubiera sido mi padre si mi madre le hubiera dado otro hijo, un barón que perpetuara su apellido, como mi hermano mayor Jeff.
Encima para contribuir más el rechazo de mi padre sobre mí, tras el embarazo y parto complicado, mi madre sufrió una gran hemorragia que afecto a las paredes de su útero, así que perdió la capacidad de volver a ser madre, algo que para mi padre era imperdonable, aumentando su idea de que su hija había sido un gran y enorme error.
Ante este panorama de familia con al que crecí, me quedaban tan sólo dos soluciones, o me sometía al maltrato psicológico de mi padre, acabado como mi madre, un ser sumiso, una estúpida mujer que sólo veía por los ojos de su marido, o, por el contrario, me convertía en una rebelde incomprendida que lo único que hacía era crear mal estar y disgustos a sus padres. ¿Qué creéis que elegí?
Lógicamente a la rebelde, ya esto ayudaba a que, al ser mi padre tan religioso, nunca recurrió al castigo físico, esos sí, sus castigos psicológicos rayaban la tortura, no por nada fue Marine. Aunque siempre tuve la suerte de contar con la persona más amorosa y estupenda de la vida, mi hermano Jeff, que muchas veces, tapaba mis estupideces, y no sólo me protegía de mis padres, también de mí misma. Pero todo esto acabó cuando mi hermano se fue para cumplir su carrera militar, tras acabar el instituto, pronto, como con todo, demostró ser lo mejor de lo mejor, y ascendió a Sargento, para más orgullo de mi padre. Yo por mi parte intente cumplir la promesa que le hice a mi hermano antes que él se fuera al ejército, y me dediqué a estudiar, y dejar de lado mi rebeldía, la cosa, mejoró un tiempo, hasta que mi adolescencia llegó, y el patito feo, desgarbado, y sin nada de curvas, que fui en mi infancia, comenzó a convertirse en un cisne atractivo, de curvas peligrosa, y ojos atrayentes, con un cuerpo seductor para muchos niñatos adolescentes lleno de hormonas.
La combinación de genética de mis padres hizo su efecto, mi madre era, como decirlo, de tez blanca, su familia, la de mi abuela materna, era finlandesa, así que mi madre era casi albina, pelo rubio muy claro, ojos verdes agua marina, y muy alta.
Mi padre era afroamericano, cosa que para la época en que se conocieron y se casaron hubiera sido un escándalo para la retrograda sociedad, si mi padre hubiera vivido en Estado Unidos, pero para esa época estaba destinado en Europa, como la familia de mi madre, mi abuelo era también el Sargento mayor de la compañía de mi padre. Mi madre se enamoró de mi padre nada más conocerlo, y lo persiguió hasta que se casó con él, esa fue la mayor osadía que cometió, y se convirtió en la adoradora de mi padre de por vida, por encima del amor a sus hijos, en especial a su hija.
La genética de mis padres dio a qué lugar que tanto mi hermano Jeff, como yo, tuviéramos la tez mulata, pero mientras mi hermano heredo la fisonomía de mi padre, la altura de la familia de mi madre, así como su forma de ser sumisa, ósea un guapo mulato de ojos verdes, musculado, y muy alto, un ejemplo perfecto de mejora genética, pero que sólo sabía obedecer. Por mi parte, heredé la altura de mi madre y su color de ojos, pero por lo demás, era un ser curvilíneo, con glúteos, y pechos prominentes, pelo rizado, con grandes rizos que le daban un gran volumen, que solían coronarme la cara, hasta más debajo de mis hombros, herencia de las mujeres de la familia de mi padre, aunque al contrario que ellas, mi cuerpo era delgado, y finalmente la forma de ser decidida, imponente y egoísta de mi padre. Esto lo único que provocó fue que despertara más el interés en el grupo de varones adolescentes poco recomendable, y llenos de hormonas.
Al principio me sentí alagada, pero no tanto como para no centrarme en cumplir la promesa que le hice a mi hermano, me dediqué a estudiar, pero todo cambio el 17 de marzo del 2013, ese día nos comunicó el ejército, que mi adorado hermano, había fallecido por culpa de un salto de insurgentes, en una emboscada, él se sacrificó, para salvar a sus compañeros, o eso nos dieron, quien sabe que es verdad en el ejército.
Nuestro mundo estalló, mi madre tuvo que ser ingresada, y a partir de ese momento sufrió de depresión aguda, mi padre, mostro su educación militar, y se sintió orgulloso de su hijo al que se le concedió a la cruz de plata al mérito naval, pero su forma de ser cambió, volviéndose un ser más reservado, más oscuro.
Y perdí a mi ídolo a mi familia que me quería, sin reservas, eso me llenó de ira, y me volvió aún más rebelde, asumiendo riesgos sin control, no importaba nada, en mi casa nadie se percataba si existía o no, todos estaba sumidos en su miseria. Busqué el amor de mi familia fuera, y eso me llevó a conocer al ser más despreciable que existía sobre la tierra, Marcos Murdow, un desgraciado de dieciocho años, que se aprovechaba de las chicas para cubrir sus necesidades, y yo también caí, como tantas otras, tan sólo tenía catorce años.
Pronto descubrí que aparte de cerdo, era un desgraciado que, tras dejarme embarazada, se desentendió de mí, sólo me tocó volver a casa, una casa de la que había huido, pero que nadie se había dado cuenta, desde hacía tres meses, así de poco importante era mi vida, para mis padres.
Rihanna. La noche que regresé, por fin se dieron cuenta que existía, simplemente era un maldito problema más en su vida, me echaron de casa cuando les conté que estaba embarazada, por encima de muchas cosas, incluido sus ideales religiosos, que era lo único que le impedían que me obligaran a abortar, de resto daba igual todo, incluido mi condición de embarazada, únicamente yo era una mancha para mis padres. Si mi abuela no hubiera aparecido en ese momento para recogerme, al ser avisada por mi madre, que se quejaba de lo podrida que estaba yo ante ojos. No sé qué hubiera sido de mí. Mi abuela es el ser más inteligente que he conocido, se presentó con un abogado, que hizo firmar a mis padres un documentó en el entregaban mi custodia, y la del ser que yo traían en mi vientre, ambos firmaron rápidamente para deshacer rápido del problema. Nunca supe porque mi abuela había hecho esto, pero fue la jugada más inteligente que realizó mi heroína, ya que, cuando mi hijo nació, al descubrir mi
Rihanna. -“Te lo advierto, babosa, ni se te ocurra traspasar tu lado del asiento, o no me hago responsable de que partes blandas de tu cuerpo pueden quedar gravemente perjudicadas.”- le dije nada más sentarme en mi asiento, al ver que él se sentaba a mi lado, con esa maldita sonrisa burlona. - “¿No te cansas de ser tan agresiva? ¿no te han dicho que se caza mejor con azúcar, que con vinagre?”- me dijo sin dejar de sonreír mirándome desde su asiento, con esos preciosos ojos marrones. Me di cuenta de que sin querer me había quedado prendada de ellos, y me golpee mentalmente por caer en la mirada del ser más pervertido que haya sobre la tierra, esta maldita serpiente sabia hipnotizarte. - “Quién ha dicho que quiera cazar nada, sobre todo a babosas pervertidas como tú, que son más molestas que mosquitos sedientos de sangre. No gracias, por mí, con respecto a usted, cuanto más lejos mejor, ahóguese en mi vinagre, mosquito molesto”- la estruendosa carcajada del estúpido CEO de Vieran De
Rayco. - “Acepto, pero con condiciones, las hablamos mañana.”- oí su deliciosa voz a través del teléfono, y tras decir esto, colgó, ni pude hablar. Mi sonrisa se amplió, había reconocido el número, desde que el móvil había sonado, mientras yo, en mi suite del hotel, me tomaba un Whisky on the Rock. No me sorprendió que tras decirme lo que me tenía que decir la mujer biónica, colgara el teléfono, sin apenas dejarme hablar. Desde que la conocí me había intrigado, normalmente, todas las mujeres, incluido las secretarias, tanto de Ruyman, como de Benearo, se derretían cuando nos veían, pocas eran inmunes a nuestros encantos, incluso Mary y Emi, terminaron cayendo bajo el influjo de sus maridos, aunque se resistieron durante mucho tiempo, y los hicieron caer a ellos también. No quiero decir que comparé a ese robot, con las esposas de mis mejores amigos, que va. Ambas son seres humanos, y Rihanna Morris está aún por demostrarlo, casi siempre me mira con ese aire de suficiencia, como
Rihanna. - “¡Dios dame paciencia!, no puedes agredir a tu jefe delante de todos, o te despedirán”- pensé mientras leía la sexta nota que, la maldita babosa, me enviaba a nuestro correo interno, durante la Junta de Gerentes del grupo de restaurantes de varios Estados. Se supone que esas juntas son para definir estrategias de venta, y concretar las mejoras en los menús, suele asistir además de los gerentes de los restaurantes, también los chefs jefes de los mismos, y los representantes de cada departamento relacionado con la restauración. Se realiza en el gran salón de la compañía, y como norma, y por turnos, todos tienen derecho a hablar, mostrar sus mejoras y sus opiniones sobre el trabajo realizado en los últimos seis meses. Esa es una de las grandes ventajas que tienen los trabajadores de V.D.S. Grupo, aparte de ser una multinacional donde se recibe muy buenos sueldos, tienen el lema de que a todos los empleados se les escucha sus ideas, y se les facilita vías para que las expr
Rayco. - “Bien y tu Ray, querido, ¿cuándo vas a sentar por fin la cabeza?, recuerda que, como mis hijos, ya te va llegando la hora.”- por un segundo en la mesa todo quedó en silencio, nadie se movía, como en la escena de Jurassic Park para evitar ser devorado por el T-Rex, cuando detectaba movimiento. Pero la reina Diane Bencomo no era un T-Rex, incluso podía ser más letal que ese gran carnívoro, y todos en esa familia lo sabían, esa simple pregunta, implicaba que mi agradable vida de soltero estaba que, en peligro, si la reina Diane, me incluía en sus planes casamenteros. De hecho, creo que excepto, Cathaysa, que se adelantó a su madre, casándose con un hombre montaña de las altas tierras de Escocia, que era la adoración de Diane Bencomo, tanto Benearo, como Ruyman, los gemelos del terror fueron presa fácil para los maléficos planes de esa inteligente manipuladora, aunque si le preguntas a ellos, te dirán que esa no es la verdad, que se resistieron mucho. Esa era la razón por qu
Rihanna. En mi boca sentía que la luz me molestaba y tenía un sabor extraño, amargo, pero lo peor era la sensación de que la estaba como embobada, como me moviera a cara lenta, abrí los ojos, y la luz me segó, así que tuve que volverlos cerrar, cuando oí a alguien que estaba junto a mí, hablando. - “Vaya Medusa por lo visto tienes secretos.”- dijo la voz Reconocí esa voz enseguida, pronto los recuerdo llegaron a mí, recordaba que había ido a la universidad a la que asistía Emilia Bencomo, para disculparme, pero como había visto que algo extraño pasaba con los escoltas que la protegían, y como eso me dio mala espina, traté evitar un desastre avisándola, y efectivamente, pese a la sorpresa inicial de la señora Bencomo, pronto pudimos evitar que fuera secuestrada, pero por alguna razón, que no recuerdo, terminé aquí, donde sea que este, en una maldita cama, que seguro pertenecía a un hospital, por lo poco que pude ver, cuando abrí los ojos. - “Deja…de…. llamarme Medusa, maldita…”-le
Rihanna- “¿Cómo lo sabes?”- pregunté con los ojos abiertos por la sorpresa.- “He hablado con tu hijo por lo que se no es tan pequeño, yo diría que tiene entre siete y nueve años, además acabas de decirme que tu dios se transformó en sapo hace ocho años, con lo cual deduzco que tu hijo debe tener esa franja de edad. Y aunque lo intentes ocultar vistiendo esa ropa ejecutiva, o ropa de mujer madura, ahora te estoy viendo bien sin maquillaje, y no debe de tener más edad que yo, sobre unos veinte tres o veinte cuatro años … “-me dijo acorralándome, en mis mentiras.- “Veintidós”- dije en un murmullo bajado la cabeza mientras me sonrojaba de vergüenza.- “Ósea que me echaste la bronca aquella vez, sobre cómo se debe comportar alguien en los grandes hoteles del grupo C.P.A., ¿Y eres incluso más joven que yo?, ¿Una niñata de veinte dos años?”- me dijo en broma. Yo la miré ofendida, pero al verle la sonrisa, no pude evitar reírme también. - “Quince, catorce o dieciséis ¿Cuándo lo tuviste?”-
Rihanna. - “¡Mierda!, ¡Mierda!, ¿Cómo coño ha podido hacer esto?, ¿A qué clase de animales contrató para conseguir arrancar esta estantería de la pared?”- dije en alto mientras contemplaba el espectáculo grotesco que tenía ante mí. Lleva una semana sufriendo al maldito CEO, después de tres maravillosos días de descanso, que se me concedieron, al darme de alta del hospital, ese día que cierto CEO me había declarado la guerra. Tras tres días de paz y tranquilidad que me pasé con mi abuela, y mi hijo, tuve que incorporarme, para entrar de lleno en la batalla que mi desquiciado jefe, había entablado de mutuo propio, conmigo. Me cogió desprevenida el primer día que me incorporé, ya que tras horas de comportarse como un jefe frio y distante, mientras nos daba a todo el personal de presidencia órdenes a diestro y siniestró, como si hubiera tenido un mal día, todos y cada uno de los empleados, se hallaban asustados ante el gran cambio que había tenido el CEO, que se mostraba más serio, e