Rihanna. - “¡Mierda!, ¡Mierda!, ¿Cómo coño ha podido hacer esto?, ¿A qué clase de animales contrató para conseguir arrancar esta estantería de la pared?”- dije en alto mientras contemplaba el espectáculo grotesco que tenía ante mí. Lleva una semana sufriendo al maldito CEO, después de tres maravillosos días de descanso, que se me concedieron, al darme de alta del hospital, ese día que cierto CEO me había declarado la guerra. Tras tres días de paz y tranquilidad que me pasé con mi abuela, y mi hijo, tuve que incorporarme, para entrar de lleno en la batalla que mi desquiciado jefe, había entablado de mutuo propio, conmigo. Me cogió desprevenida el primer día que me incorporé, ya que tras horas de comportarse como un jefe frio y distante, mientras nos daba a todo el personal de presidencia órdenes a diestro y siniestró, como si hubiera tenido un mal día, todos y cada uno de los empleados, se hallaban asustados ante el gran cambio que había tenido el CEO, que se mostraba más serio, e
Rihanna - “Habías tardado en sacar la normativa en cuanto acoso sexual de mi compañía, exactamente una semana, y eso que desde el segundo día ya había traspasado la línea, ¿es por algo especial, en esta ocasión, o es que anteriormente no he sido tan abiertamente acosador como esta vez? ¿Qué he hecho para que esta vez te sintieras más invadida…en tu intimidad? Lo digo para repetirlo más veces”- me dijo con esa eterna sonrisa en su boca. Las palabras invadidas y repetirlo, que dijo el muy gilipollas, lo hizo en un tono verdaderamente seductor, y mi estúpido corazón se puso a galopar, mientras sin quererlo a mi mente llegaron miles de formas de invasión y repetición, que ese hombre podía hacer conmigo. No pude evitar sonrojarme, y que un maldito gemido traicionero, escapara de mis labios, pero al oírme, mi conciencia me grito: “¿Qué te pasa estúpida? ¿Estás loca?, ¿Se puede saber qué coño estás haciendo? ¿Por qué se te caen las bragas por la babosa pervertida?”- Mientras me go
Rayco. - “Por fin lo veo después de una semana”- me dijo esa bruja de cuerpo tentador. - “Tantas sonrisitas de payaso diabólico, me estaban volviendo loca, babosa. Espero que el beso le haya satisfecho jefe, porque serán el primero y el último que recibas de mí, y por cierto me tomo el día libre, retirada estratégica se llama. De paso aproveche para llamar a esos que le ayudaron tirar la estantería, le ayuden recogerlo todo. Adiós estúpido.”- finalizó la vengativa Medusa mientras yo sentía mi labio adolorido y sangrante, intentado mantener el equilibrio tras el desagradable pisotón que me estaba haciendo latir el empeine del pie. Y como si su venganza estuviera perfectamente ejecutada la vi salir como una diosa castigadora, de mi despacho. - “Maldita gorgona, sabe cómo desaparecer de escena, a lo grande, como las grandes heroínas”- dije en alto cuando la puerta estaba cerrada, tras ella. Aun, pese a que uno de mis labios me latía de dolor, sobre la zona donde habían recibido la dol
Rihanna. Estaba en el parque con mi hijo mientras él jugaba en los columpios. Yo intentaba que mi mente traidora, no trajera de nuevo recuerdos de ese maldito beso que, como una idiota, había iniciado yo esta mañana. La verdad, en mi estúpida inteligencia, que visto lo visto, no era gran cosa, pensé que, si besaba de forma agresiva a ese hombre, y luego lo dejan con las ganas, le daría una lección. Muchos hombres temían a las mujeres que eran abiertas en su sexualidad, y solían huir como conejos, en cuanto esta tomaba la iniciativa. Al parecer este no era el caso, de lo que no me había dado cuenta era que, no sólo el tacto de los labios de Rayco Viera eran como un afrodisiaco para una mujer, sino que, cuando él tomó el control de la situación, al yo tardar demasiado en separar mis labios de él, me quedó claro que cuando ese hombre besaba, desnudaba vírgenes sin tocarlas, voluntariamente todas las mujeres sin excepción, incluida yo, nos sometíamos a ese hombre. Estaba tan concentrad
Rihanna. Al día siguiente me incorporé a mi puesto de trabajo, ya iba a preparar para lo que me iba a encontrar, durante la noche, mientras estaba recostada en mi cama, antes de dormirme, me había preparado para todo lo que mi mente podía imaginar, qué estarías dispuesto a hacer mi jefe, en esta guerra qué había entablado conmigo. Ya se ha traspasado algunos límites, y todo por culpa mía, como dijo la estúpida de Andrómeda, esa babosa podía establecer una guerra abierta, más allá de la que llevaba jugando conmigo, en esta última semana. Yo estaba preparada para la lucha cuerpo a cuerpo, y desde luego sabía que tenía los medios, para que, si ese estúpido se propasara, terminara lesionado en el suelo. Pero mi problema no era él, mi problema era yo, y cómo reaccionaba mi cuerpo, cuando tus enemigos están en tus propias filas, y tienes traidores entre ellas, es cuando más fácil es caer en las trampas que te ponga el enemigo. Así que antes de entrar a trabajar, hice un trabajo introspec
Rihanna. - “Primero que yo sepa todavía Poseidón no ha conquistado nada, ¿o ahí hay información nueva que no me has contado? Porque si esta conversación, es un estúpido intento de no contarme las cosas interesantes que has hecho, o te ha hecho, tu jefe en su despacho, te puedo decir que no voy a cambiar de tema, quiero detalles hasta el último, sin que te dejes nada. Y segundo, el problema de Medusa fue que, era tan atractiva y seductora, que él mismo Poseidón quedó prendado de ella, volviéndolo loco, y la persiguió hasta los infiernos, el problema fue dónde se dejó seducir la estúpida, así que intenta no hacer cositas en zonas indebidas, Gorgona, así no convertirás en piedra a las personas que te miren.”- me dijo la Andrómeda humorista, mientras yo trataba de no bufar como un toro ofendido. - “Está usted muy graciosa hoy, señora Bencomo, pero tranquila al parecer mi jefe no le sentó bien que lo mordiera o le pisara el pie, quitando un pequeño moratón que observé en su labio, unido
Rayco. - “¿Se puede saber que pretendes Ray, querido?”- me pregunto, Emy Bencomo, cuando a la llegar a la fiesta me reuní con ella y con su marido, el salvaje de Zape. - “¿A qué te refieres preciosa Andrómeda?”- le pregunté, mientras disimuladamente miraba de vez en cuando a la entrada del salón de eventos. Un gruñido ronco me aviso, que dejara de tomarme libertades con la esposa de mi mejor amigo, lo de “preciosa” sobraba. - “¿No lo entiendo Zape?, sabes que tu esposa es la mujer más atractiva de la fiesta, porque te molesta que otros lo reconozcan, al contrario, deberías estará orgulloso de que la mujer masa atractiva de este antro sea tuya, tienes que ser menos celoso, amigo.”- le dije a Zape burlándome de él, mientras su esposa se reía también, y él me miraba con una mirada afilada de advertencia. - “Tranquilo, Perseo, pronto eso de ser la más atractiva será discutible, y de seguro, se llevará toda la atención masculina de la sala, así le pasaras la pelota a otro hombre, a ot
Rihanna. - “Es usted encantadora señorita Morris, sí quiere le indicó donde están los servicios.”- ya no sabía cómo deshacerme del pesado de William Dawson. Llevaba, casi toda la noche persiguiéndome como si yo fuera un trofeo que hay obtener. -” No, gracias, señor Dawson, perfectamente soy capaz de ir sola al aseo. Discúlpeme.”- me alejé del estúpido, empresario. Mientras salía de la gran sala, y me dirigía a la zona de descanso donde estaban los aseos, que justamente se encontraban al lado de la gran terraza, iba pensando que prácticamente había recopilado toda la información que me faltaba de los dos posibles clientes del grupo Viera, así que pronto, podría huir de esta pantomima, lo único que me había gustado de toda la noche, fue la reacción de mis jefe al verme, ver a Rayco quedar totalmente desconcertado fue un permio para mí, cuando le vi tirar la copa por la sorpresa, no pude evitar sonreír. Durante casi toda la noche el CEO no me apartó la mirada, que se iba cada vez o