—Puedo con tu estúpida y maloliente presencia, cretino. No te creas tan importante e indispensable. He trabajado arduamente por cinco años y no voy a permitir que un recién llegado que no sabe absolutamente nada arruine todo mi esfuerzo y las metas que me he propuesto a alcanzar. No te cruces en mi camino y no te involucres de más, Hunter.
—¿O qué? —sonrió malicioso—. Quiero saber lo que la princesita grosera, prepotente, orgullosa y testaruda es capaz de hacerme si me cruzo en su camino. Siempre has sido una lengua larga.—No me provoques, porque si la última vez fue una tierna caricia en la mejilla, el golpe más bajito te los daré en los huevos, idiota.Una sonrisa burlona apareció en sus labios y fue inevitable no verlos, pues en una mínima fracción de segundo recordé cuando su boca se apoderó de la mía de una manera que me arrebató hasta el aliento. Me costó mucho borrar de mi memoria ese beso, como para ahora volver recordarlo y sentir que todo mi interior arde de furia.¿Qué diablos me pasa? ¿Qué demonios hago pensando en eso? Ese beso nunca pasó.—¿Todavía recuerdas lo que pasó la última vez? —se burló, acercándose tanto a mí que su aliento chocó en mi rostro.—Como olvidarlo, si tuve el gusto y la satisfacción de pisotear el maldito ego que traías por las nubes.Nos miramos con una fijeza abrumadora. La tensión sigue estando presente en el medio de nosotros, eso no ha cambiado ni en lo más mínimo. Es como si estuviéramos en la universidad y los años no hubiesen pasado. Seguimos siendo los mismos, aunque lucimos un poco más maduros que hace nueve años.—Nada como recodar los viejos tiempos, hombre —Dakota se echó a reír, mientras las chicas de la recepción y Ethan nos miraban llenos de confusión e interés—. Ambos se olvidaron en el lugar donde se encuentran, ¿no? Se supone que serán los dirigentes de esta compañía y no un par de niños de preescolar buscando llamar la atención de la profesora. Están dando un mal ejemplo a sus empleados, chicos. ¿Por qué no solucionan sus indiferencias en un lugar más privado, quizás donde nadie los escuche y no pasen vergüenza alguna?—Ya todo está dicho, solo no aparezcas por donde voy caminando, inútil —le di una última mirada llena de advertencia antes de irme en dirección a mi oficina, haciendo resonar con fuerza mis tacones.¿Por qué rayos Henry le dijo que regresara? Hunter no tiene nada que hacer aquí, él debió quedarse donde estaba, muy lejos de mi vida y mi paz mental. No entiendo por qué la vida debe castigarte con lo que más odias y menos soportas.***—¿Qué más tenemos en la agenda por hoy?—Nada más, Srta. Cooper. Por hoy terminamos todos nuestros pendientes —informó Nahia, revisando su agenda—. Lo único a lo que debe asistir es a la cena con sus padres y los Sres. Goldberg.—Había olvidado por completo que tenía cena con ellos —me levanté de mi silla, llevando conmigo varios documentos bajo mi brazo—. Me llevaré los contratos para darles una ojeada una última vez, ya sabes, hay que asegurarnos de que no haya ni un solo error antes de estampar la firma.—Puedo hacer esa revisión por usted, Srta. Cooper.—No hace falta que lo hagas —tomé mi bolso y mi abrigo mientras ella asentía con una media sonrisa—. Ve a casa a descansar.—Pase buena noche.—Igualmente —sonreí ampliamente, sonrisa que se borró en cuanto abrí la puerta de mi oficina y lo primero que vi fue a Hunter—. ¿Qué quieres?—Buenas tardes, Srta. Cooper. ¿Se te olvidaron los modales o qué?Cerré los ojos, soltando un profundo suspiro. Paciencia es lo menos que tengo y si se trata de él, sencillamente la furia aparece como por arte de magia. Él siempre ha logrado sacarme de quicio sin decirme ni una sola palabra.—¿Qué se te ofrece, pedazo de inútil?Por si no te das cuenta, estoy saliendo, por lo que agradecería que me dijeras para qué demonios me estás buscando.—Sigues siendo la misma grosera de siempre.—Habla, antes de que verdaderamente me comporte de forma grosera contigo.—¿Por qué estás tan a la defensiva conmigo, mujer? ¿Qué te he hecho para que sientas tanto odio y desprecio por mí? Vamos a trabajar juntos, por ende vamos a compartir mucho tiempo. Nos vamos a tener que ver la cara todos los días e incluso nos tenemos que convertir en uno solo para que el legado que nos dejaron nuestros padres no se venga al suelo, así que trata de mermar tus locas hormonas llenas de odio y hagámonos la vida más amena. Solíamos ser mejores amigos, ¿recuerdas? Ese cariño y aprecio sé que todavía existe, quizás muy en el fondo de tu oscuro corazón, pero sé que ahí está. Lo que sucedió hace nueve años no debería afectarnos en el ahora. Ya ha pasado el tiempo, no puedes durar toda una vida odiándome porque te robé un simple y soso beso. Pero si necesitas una disculpa, te la pediré. Me disculpo por haberme lanzado sobre ti y besado.—¿Quién te dijo que yo te odio solo porque me diste un beso? Fue tan simple y soso, que ni siquiera recuerdo la textura de tus labios. Me han dado todo tipo de besos, unos mejores que otros, pero es que el tuyo no se puede categorizar como un beso. Espero hayas mejorado en estos nueve años o te puedo asegurar que nunca vas a conseguir mujer.De repente se acercó a mí y, con su mano, me tomó del mentón. Quedamos demasiado cerca, podía sentir su respiración en mi piel y su nariz casi rozaba la mía. Aunque quisiera apartarlo y darle justo en los huevos, lo cierto es que su toque es cálido y agradable. Sus manos son grandes y muy suaves y su perfume atrapa con suma rapidez.Sus ojos se fijaron en los míos, por lo que pude apreciar con mayor detalle esos colores tan bonitos que tiene. No quería que mi cuerpo reaccionara, pero lo estaba haciendo, sobre todo mi corazón, que latía cada vez más deprisa.Me sentía bajo una bruma que ni yo misma entendía ni podía explicar. Odio sentirme indecisa y confundida, pero más me odio a mí misma al seguir sintiendo lo mismo que hace nueve años.—¿Me estás diciendo que quieres que te bese para saber si he mejorado o no?—No dije eso.—Ah, ¿no? —me acercó un poco más a sus labios y vagamente se rozaron con los míos, por lo que tragué saliva e inconscientemente contuve hasta la respiración—. Aunque digas que no, mueres porque te bese una vez más, pero eres tan orgullosa que después de que nos comamos la boca, me golpearás como sucedió hace años.Volvió a rozar sus labios con los míos y se apartó de golpe, dejándome con la respiración agitada y el corazón alebrestado.—¿Creías que iba a besarte? —soltó una risita quisquillosa—. Ya lo hice y no me quedaron ganas de hacerlo una vez más.Un jadeo me hizo reaccionar y ese extraño sentir que estaba empezando a bullir en mi interior se transformó en furia. Es un desgraciado burlón y yo de tonta acabo de caer en su trampa, pero si lo que él quiere es jugar en medio de la guerra, que se prepare, porque esta batalla la ganaré yo.—Mira, pedazo de mierda —puse mi dedo índice sobre su pecho—. Limítate a hablarme únicamente de trabajo, ¿entendiste? Hace nueve años olvidé que existías, por lo que mantente lo más lejos posible de mí. No eres nadie, simplemente el imbécil con el que debo establecer una sociedad y no por voluntad propia.—Entendido —sonrió torcido.Lo empujé con fuerza y seguí mi camino en dirección al ascensor. No lo soporto, no tolero ni un segundo estar cerca de él. Su voz me irrita y su presencia me fastidia en demasía. Henry no debió pedirle que viniera a arruinar mis días, más cuando me costó tanto tener paz conmigo misma.No tenía ni un poco de ganas de ir a la cena con mis padres y los Goldberg, porque lo último que quiero es volver a verle la cara a ese inútil bueno para nada, pero no podía dejarlos plantados. Todos vamos a estar allí como en los viejos tiempos, como si nos tratáramos de una gran familia. Además, no puedo estar ignorando su presencia, si ya está aquí y debo trabajar de su ma
Durante la cena me mantuve en completo silencio mientras el resto de los presentes hablaban entre sí y reían por las diferentes anécdotas que Hunter había vivido en el Reino Unido. En mi cabeza seguían rondando sus palabras y esa forma de mirarme tan extraña y fija me mantenía tensa.Han pasado nueve años, entre nosotros ya no existe ningún tipo de sentimiento. Quizás si hubiese aparecido hace unos años cuando mi corazón todavía sentía y latía por él, hubiera existido una oportunidad entre nosotros. Pero lo veo y no siento más que desagrado y malestar. Hunter es un cínico, no puede ilusionarme, subirme a la nube más alta, dejarme caer y romperme en pedazos y volver como si nada. Aunque sé que todo lo que dijo ha sido para fastidiarme.No quería estar más en ese lugar, menos estando con ese inútil que no ha dejado de incordiar desde que apareció. No sé qué bicho le picó, pero no ha parado de tomarme de la mano y pellizcar mis muslos por debajo de la mesa. Está colmando mi paciencia.—¿
HunterMe marché de casa para cumplir mis sueños y metas personales, más no porque no fuera feliz con lo que tenía a mi alrededor. Anhelaba mi independencia y conocer un poco más sobre el mundo, así como también crear mi propia empresa.Mis padres nunca se opusieron a mis sueños, todo lo contrario, desde el primer instante que les hablé de ellos siempre me brindaron todo su apoyo.Me sentía bien y a gusto con la vida que llevaba en el Reino Unido, después de todo, ya había construido mis metas y no hacía más que expandir mi empresa en diferentes partes del mundo. Pero la felicidad nunca fue completa. Realicé mis sueños, sin embargo, mis padres y mi familia no estaban a mi lado viéndome triunfar.No tuve una relación estable y duradera, más bien estaba enfocado en cumplir mis sueños que no me tomé en serio las pocas parejas que tuve. Además, de manera inconsciente en mi mente siempre estuvo esa prepotente, grosera y obstinada mujer de cabellos dorados y ojos grises. Esa filosa daga y v
IslaLos días se han vuelto tortuosos en la oficina. A donde quiera que vaya, tengo la desdicha de encontrarme con ese idiota. Procuro pasar de él y cuando nos estrellamos de frente por algún pasillo o coincidimos en el ascensor hago como si no existiera. Es todo un fastidio que esté como mosco en leche, cuando lo único que deseo es que se vaya por donde mismo vino.En cuanto terminé de redactar y revisar los contratos de un nuevo cliente, se los hice llegar a Hunter con Nahia. Aunque debí haber ido yo y hablar con él, lo cierto es que estoy huyendo de él, porque ese sentimiento que creía hecho cenizas está ardiendo en mi interior, algo que me confunde y me enoja al mismo tiempo.—El Sr. Goldberg no está de acuerdo con algunos de los parámetros que están establecidos en el contrato —me informó mi asistente tan pronto entró a la oficina.—¿Cómo? —miré a Nahia de inmediato, desconcertada por sus palabras.—Eso fue lo único que me dijo, Srta. Cooper. Que no iba a firmar un contrato donde
Hunter—Así que te salió el tiro por la culata, ¿eh? —mi hermana menor no dejaba de burlarse de mí, luego de escuchar todo lo que Isla me había dicho en la mañana—. No te pases de listo con una mujer como Isla, porque no tienes ni la menor idea de toda la ventaja que te tiene. Una chica lista, inteligente y audaz no come cuento tan fácilmente de una cara bonita.—Solo quería hacer una prueba.—¿Y cómo te salió esa prueba? ¿De qué te querías dar de cuenta? ¿Acaso pensabas que Isla no era capaz de hacer su trabajo correctamente? Gracias a ella hemos conseguido proyectos muy importantes a lo largo de todos estos años, donde todos salimos beneficiados. Esa mujer no solo es preciosa, sino que tiene una cabeza brillante que sabe usar a su favor cuando le plazca. En lugar de ganarte su corazón, te estás ganando su odio. Pensé que eras más inteligente, hermanito, después de todo, la conoces mejor que yo, pero me doy cuenta de que no es así.—No entiendo por qué tú y papá piensan que quiero ga
Isla—Pensé que te habías olvidado definitivamente de mí —inquirió el hombre en cuanto llegué al bar. —Por supuesto que no, sabes que eres difícil de olvidar —dejé un beso en su mejilla y me senté a su lado—. He estado ocupada en la compañía, últimamente he tenido más trabajo de lo habitual. —¿Te ascendieron? —¿Cómo lo sabes? —Los chismes vuelan, querida. Un pajarito me contó que tu padre y su socio se habían retirado, por lo que no es difícil deducir que eres tú la nueva presidenta de la compañía. —¿De casualidad ese pajarito no te dijo que me tocó dirigir la compañía con el inepto hijo mayor de los Goldberg? Abrió los ojos de par en par, luciendo realmente sorprendido ante mi declaración. —¿Me estás hablando del mismo que lastimó tu negro corazón? ¿Hunter regresó? —Regresó y no tienes ni la menor idea de las ganas que tengo de matarlo y enterrarlo tres metros bajo tierra para no tener que verlo nunca más en mi santa vida. No lo soporto.—Uy, ¿qué sucedió con el amor que le t
Las ganas de ir al baño se me quitaron ipso facto, por lo que regresé a toda prisa con Louis, dejando a Hunter con la palabra en la boca. Mi corazón latía apresurado y sentía que por mis venas corría adrenalina pura. Acabo de decir una mentira y, aunque soy consciente de que hice muy mal en decirle, debo confesar que me gustó esa expresión desconcertante que puso Hunter.—¿Qué sucede? —Louis se puso de pie en cuanto me vio llegar casi corriendo y me colgué de su cuello, acercándome tanto a su rostro que se congeló por unos instantes—. ¿Qué pasó contigo en el baño? ¿Por qué estás tan alterada y extraña?—No digas nada, solo sígueme la corriente.Me acerqué un poco más a él y sus labios quedaron muy cerca de los míos.—¿Vas a besarme?—¿Te molestarías conmigo si lo hiciera?Soltó una risita nerviosa, abrazando mi cuerpo entre sus brazos para apartarme, pero afiancé mi agarre, pidiéndole con la mirada que no me soltara.—¿El licor te atrofió el cerebro o qué? ¿Qué te pasa? Estás actuando
Sus labios siguen teniendo la misma suave textura y ese poder único de despertar una oleada de mariposas que revolotean sin cesar en mi interior. Mi mente se encontraba en blanco, mi piel ardía de ansias y deseos, y mi corazón no se hallaba en mi pecho con lo rápido y fuerte que latía. Todas esas sanciones que se encontraban dormidas renacían con fuerza, delatando mi verdadero sentir.En un roce de labios desenfrenado y apasionado, me olvidé de todo, incluso del odio que decía sentir por el hombre que más he amado y sigo amando en mi vida. No podía separarme de su boca y, siendo completamente honesta, tampoco quería alejarme de él.—Tu boca me insinúa tantas cosas, pero tu maldito orgullo las mata —murmuró, estirando mi labio inferior con sus dientes—. Estos labios tan ricos y suaves han estado en mi mente por tanto tiempo. Saben mucho mejor que hace nueve años. Hunter no me permitió rebatirle, pues volvió a besarme con total desesperación, tomando mi cabello en su mano y acercándome