—Mira, pedazo de m****a —puse mi dedo índice sobre su pecho—. Limítate a hablarme únicamente de trabajo, ¿entendiste? Hace nueve años olvidé que existías, por lo que mantente lo más lejos posible de mí. No eres nadie, simplemente el imbécil con el que debo establecer una sociedad y no por voluntad propia.
—Entendido —sonrió torcido.Lo empujé con fuerza y seguí mi camino en dirección al ascensor. No lo soporto, no tolero ni un segundo estar cerca de él. Su voz me irrita y su presencia me fastidia en demasía. Henry no debió pedirle que viniera a arruinar mis días, más cuando me costó tanto tener paz conmigo misma.No tenía ni un poco de ganas de ir a la cena con mis padres y los Goldberg, porque lo último que quiero es volver a verle la cara a ese inútil bueno para nada, pero no podía dejarlos plantados. Todos vamos a estar allí como en los viejos tiempos, como si nos tratáramos de una gran familia. Además, no puedo estar ignorando su presencia, si ya está aquí y debo trabajar de su mano hasta que de nuevo se vaya del país.En cuanto terminé de acicalarme, salí de mi apartamento hacia el restaurante que hace años no venía y juré nunca más pisar. ¿Por qué hicieron la cena aquí y no en casa de mis padres? Es difícil entrar al lugar donde mi corazón se ilusionó y se quebró en cientos de pedazos.Los recuerdos me atacaron al instante, terminando de amargar mi día. Esas palabras tan bonitas que me decía al oído eran cuchillas llenas de veneno directas al corazón. Recuerdo como si hubiera sido ayer la forma en que confesó lo mucho que le gustaba y ese beso que me mató sin piedad alguna. Pero también recuerdo cuando me dijo que se iría a buscar su felicidad porque aquí no lo era, destrozando mi corazón y todas las ilusiones que me hice con ese inútil bueno para nada.Lo quise tanto, estaba muy enamorada y solo deseaba ser la única en su mundo y en su corazón, pero me di de bruces contra la realidad. Ese "gusto" y "amor" que decía sentir por mí no era tan fuerte como el que yo sentía por él. Hunter fue mi primer amor, ese que nació desde que éramos tan solo un par de niños y fue haciéndose más grande con el paso de los años. Me dolió mucho que se haya marchado, quizás porque lo único que vivimos fue un beso apasionado que gritaba a todo pulmón nuestro sentir y una cena que terminó con mi corazón y no todo lo que me había imaginado entre nosotros.—Tú lo olvidaste y quemaste su recuerdo, Isla —me dije a mí misma, cortando con los recuerdos que no paraban de venir en cadena—. No olvides que no quedan ni las cenizas de todo eso que sentiste por él.—No has perdido la costumbre de hablar sola —susurró en mi oído y cerré los ojos con fuerza—. Si entramos juntos, daremos una buena impresión. Nuestros padres creen que nos odiamos.Entre más pida que no lo quiero ver, más aparece de la nada a amargarme el rato. No sé si se trata de rencor lo que siento por él, pero lo veo y mis animos se van al piso, así como tambien mis tripas se retuercen en su lugar.Giré el rostro hacia él y sus ojos pardos me miraban con una intensidad que me agobió un poco, pero no iba a demostrarle que su mirada es mi debilidad.—Ve dos pasos atrás de mí que ese es tu lugar, pedazo de inútil —sonreí, enderezando mi postura y entrando al restaurante cual reina por su castillo.Podía sentir su mirada en mi cuerpo y en cada uno de mis pasos, por lo que me mantuve estoica y sin demostrar más que frialdad.—¡Al fin llegan! Los estábamos esperando —mi madre me abrazó, dándome una mirada interrogativa—. ¿Por qué tardaste?—Salí tarde de la oficina y después fui hasta el apartamento a cambiarme. Siento llegar tarde.—No te preocupes, cariño.Saludé a todos los presentes antes de tomar asiento en mi lugar, huyendo de la mirada inquisitiva de mi madre y de la sonrisa burlona de Dakota. Ellas son las únicas que me consolaron por largas noches y conocen todo lo que sucedió con Hunter.Hunter saludó a todos al igual que yo, pero cuando pensé que se iba a sentar junto a su madre, se hizo a mi lado, descansando su mano derecha en mi hombro. Su toque me fastidió, más no hice ningún intento de quitarme. No quiero más sermones por parte de Henry y de mi padre, suficiente tengo con todos los que me dieron antes de que ese idiota hiciera acto de presencia.—Primero cenemos, familia. Después hablaremos de negocios —dijo Henry y ordenó a los meseros servirnos la mesa.—¿Es en serio, Henry? Dijiste que dejarías el trabajo en la compañía y no lo traerias a la mesa. Esta es una cena familiar.—Es verdad, lo siento, mi amor —sonreí al ver lo cariñosos que son los Goldberg.Mientras los meseros ponían la mesa, mi hermana empezó a atacar a Hunter con preguntas. Ella quería saber todo de él, lo que había hecho, si se había casado o seguía soltero, incluso le preguntó si era padre.—Una pregunta a la vez, Conny —rio, descansando su mano en mi pierna, lo que me llevó a mirarlo con rapidez—. Estudié mucho, realmente mi vida en el Reino Unido era aburrida. Salía a pocas fiestas, aunque me hice de varios amigos. No estoy casado, todo lo contrario, estoy muy soltero esperando que llegue la mujer de mi vida. Padre no soy, al menos hasta donde sé.—Te creo todo, menos que no tengas una linda novia por ahí.—No la tengo. Si la tuviera, ella estaría sentada a mi lado.Me removí incómoda ante el apretón que dejó en mi pierna. ¿Qué le sucede a este idiota? Sigue siendo un bicho raro.—¿Una conquista?—Tengo en la mira a una, pero esa mujer es toda una fiera difícil de domar.—¿Quién es? —inquirió Dakota, dándome una mirada fugaz—. Todos queremos saber el chisme.—Quizás algún día la conozcan —cruzamos la mirada por breves segundos y mi corazón se saltó un latido ante el brillo que vi en sus ojos—.De momento, seguiré fastidiando su vida hasta que se rinda.Durante la cena me mantuve en completo silencio mientras el resto de los presentes hablaban entre sí y reían por las diferentes anécdotas que Hunter había vivido en el Reino Unido. En mi cabeza seguían rondando sus palabras y esa forma de mirarme tan extraña y fija me mantenía tensa.Han pasado nueve años, entre nosotros ya no existe ningún tipo de sentimiento. Quizás si hubiese aparecido hace unos años cuando mi corazón todavía sentía y latía por él, hubiera existido una oportunidad entre nosotros. Pero lo veo y no siento más que desagrado y malestar. Hunter es un cínico, no puede ilusionarme, subirme a la nube más alta, dejarme caer y romperme en pedazos y volver como si nada. Aunque sé que todo lo que dijo ha sido para fastidiarme.No quería estar más en ese lugar, menos estando con ese inútil que no ha dejado de incordiar desde que apareció. No sé qué bicho le picó, pero no ha parado de tomarme de la mano y pellizcar mis muslos por debajo de la mesa. Está colmando mi paciencia.—¿
HunterMe marché de casa para cumplir mis sueños y metas personales, más no porque no fuera feliz con lo que tenía a mi alrededor. Anhelaba mi independencia y conocer un poco más sobre el mundo, así como también crear mi propia empresa.Mis padres nunca se opusieron a mis sueños, todo lo contrario, desde el primer instante que les hablé de ellos siempre me brindaron todo su apoyo.Me sentía bien y a gusto con la vida que llevaba en el Reino Unido, después de todo, ya había construido mis metas y no hacía más que expandir mi empresa en diferentes partes del mundo. Pero la felicidad nunca fue completa. Realicé mis sueños, sin embargo, mis padres y mi familia no estaban a mi lado viéndome triunfar.No tuve una relación estable y duradera, más bien estaba enfocado en cumplir mis sueños que no me tomé en serio las pocas parejas que tuve. Además, de manera inconsciente en mi mente siempre estuvo esa prepotente, grosera y obstinada mujer de cabellos dorados y ojos grises. Esa filosa daga y v
IslaLos días se han vuelto tortuosos en la oficina. A donde quiera que vaya, tengo la desdicha de encontrarme con ese idiota. Procuro pasar de él y cuando nos estrellamos de frente por algún pasillo o coincidimos en el ascensor hago como si no existiera. Es todo un fastidio que esté como mosco en leche, cuando lo único que deseo es que se vaya por donde mismo vino.En cuanto terminé de redactar y revisar los contratos de un nuevo cliente, se los hice llegar a Hunter con Nahia. Aunque debí haber ido yo y hablar con él, lo cierto es que estoy huyendo de él, porque ese sentimiento que creía hecho cenizas está ardiendo en mi interior, algo que me confunde y me enoja al mismo tiempo.—El Sr. Goldberg no está de acuerdo con algunos de los parámetros que están establecidos en el contrato —me informó mi asistente tan pronto entró a la oficina.—¿Cómo? —miré a Nahia de inmediato, desconcertada por sus palabras.—Eso fue lo único que me dijo, Srta. Cooper. Que no iba a firmar un contrato donde
Hunter—Así que te salió el tiro por la culata, ¿eh? —mi hermana menor no dejaba de burlarse de mí, luego de escuchar todo lo que Isla me había dicho en la mañana—. No te pases de listo con una mujer como Isla, porque no tienes ni la menor idea de toda la ventaja que te tiene. Una chica lista, inteligente y audaz no come cuento tan fácilmente de una cara bonita.—Solo quería hacer una prueba.—¿Y cómo te salió esa prueba? ¿De qué te querías dar de cuenta? ¿Acaso pensabas que Isla no era capaz de hacer su trabajo correctamente? Gracias a ella hemos conseguido proyectos muy importantes a lo largo de todos estos años, donde todos salimos beneficiados. Esa mujer no solo es preciosa, sino que tiene una cabeza brillante que sabe usar a su favor cuando le plazca. En lugar de ganarte su corazón, te estás ganando su odio. Pensé que eras más inteligente, hermanito, después de todo, la conoces mejor que yo, pero me doy cuenta de que no es así.—No entiendo por qué tú y papá piensan que quiero ga
Isla—Pensé que te habías olvidado definitivamente de mí —inquirió el hombre en cuanto llegué al bar. —Por supuesto que no, sabes que eres difícil de olvidar —dejé un beso en su mejilla y me senté a su lado—. He estado ocupada en la compañía, últimamente he tenido más trabajo de lo habitual. —¿Te ascendieron? —¿Cómo lo sabes? —Los chismes vuelan, querida. Un pajarito me contó que tu padre y su socio se habían retirado, por lo que no es difícil deducir que eres tú la nueva presidenta de la compañía. —¿De casualidad ese pajarito no te dijo que me tocó dirigir la compañía con el inepto hijo mayor de los Goldberg? Abrió los ojos de par en par, luciendo realmente sorprendido ante mi declaración. —¿Me estás hablando del mismo que lastimó tu negro corazón? ¿Hunter regresó? —Regresó y no tienes ni la menor idea de las ganas que tengo de matarlo y enterrarlo tres metros bajo tierra para no tener que verlo nunca más en mi santa vida. No lo soporto.—Uy, ¿qué sucedió con el amor que le t
Las ganas de ir al baño se me quitaron ipso facto, por lo que regresé a toda prisa con Louis, dejando a Hunter con la palabra en la boca. Mi corazón latía apresurado y sentía que por mis venas corría adrenalina pura. Acabo de decir una mentira y, aunque soy consciente de que hice muy mal en decirle, debo confesar que me gustó esa expresión desconcertante que puso Hunter.—¿Qué sucede? —Louis se puso de pie en cuanto me vio llegar casi corriendo y me colgué de su cuello, acercándome tanto a su rostro que se congeló por unos instantes—. ¿Qué pasó contigo en el baño? ¿Por qué estás tan alterada y extraña?—No digas nada, solo sígueme la corriente.Me acerqué un poco más a él y sus labios quedaron muy cerca de los míos.—¿Vas a besarme?—¿Te molestarías conmigo si lo hiciera?Soltó una risita nerviosa, abrazando mi cuerpo entre sus brazos para apartarme, pero afiancé mi agarre, pidiéndole con la mirada que no me soltara.—¿El licor te atrofió el cerebro o qué? ¿Qué te pasa? Estás actuando
Sus labios siguen teniendo la misma suave textura y ese poder único de despertar una oleada de mariposas que revolotean sin cesar en mi interior. Mi mente se encontraba en blanco, mi piel ardía de ansias y deseos, y mi corazón no se hallaba en mi pecho con lo rápido y fuerte que latía. Todas esas sanciones que se encontraban dormidas renacían con fuerza, delatando mi verdadero sentir.En un roce de labios desenfrenado y apasionado, me olvidé de todo, incluso del odio que decía sentir por el hombre que más he amado y sigo amando en mi vida. No podía separarme de su boca y, siendo completamente honesta, tampoco quería alejarme de él.—Tu boca me insinúa tantas cosas, pero tu maldito orgullo las mata —murmuró, estirando mi labio inferior con sus dientes—. Estos labios tan ricos y suaves han estado en mi mente por tanto tiempo. Saben mucho mejor que hace nueve años. Hunter no me permitió rebatirle, pues volvió a besarme con total desesperación, tomando mi cabello en su mano y acercándome
HunterNo me quería levantar del lado de Isla, pero corría el riesgo de que pronto despertara y enloqueciera si me llega a ver. Ahogué un quejido antes de levantarme a la fuerza de la cama y me quedé un rato contemplando su hermoso rostro a la hora de dormir.Sigue durmiendo boca abajo y haciendo los mismos gestos que cuando era una niña. Se ve tan tranquila, como si se tratase de un bello ángel retratado. Pero es todo lo contrario, una demonia de lengua filosa, que escupe veneno por doquier.Una sonrisa se dibujó en mis labios ante el recuerdo de anoche. Su piel es tan suave y exquisita. No sé cuántas veces la devoré a mis anchas, lo único que tengo claro es que los deseos que siento por ella siguen intactos en mi pecho, es más, se hicieron más fuertes que antes. No fue suficiente con doblegarla y someterla a mí, porque ella es una adicción y es difícil que pueda pasar de ella como si no hubiese significado nada en mi vida.Tantos años deseándola, queriendo ser uno con su ser y dele