Hunter
Me marché de casa para cumplir mis sueños y metas personales, más no porque no fuera feliz con lo que tenía a mi alrededor. Anhelaba mi independencia y conocer un poco más sobre el mundo, así como también crear mi propia empresa.
Mis padres nunca se opusieron a mis sueños, todo lo contrario, desde el primer instante que les hablé de ellos siempre me brindaron todo su apoyo.
Me sentía bien y a gusto con la vida que llevaba en el Reino Unido, después de todo, ya había construido mis metas y no hacía más que expandir mi empresa en diferentes partes del mundo. Pero la felicidad nunca fue completa. Realicé mis sueños, sin embargo, mis padres y mi familia no estaban a mi lado viéndome triunfar.
No tuve una relación estable y duradera, más bien estaba enfocado en cumplir mis sueños que no me tomé en serio las pocas parejas que tuve. Además, de manera inconsciente en mi mente siempre estuvo esa prepotente, grosera y obstinada mujer de cabellos dorados y ojos grises. Esa filosa daga y víbora venenosa que lo único que ha hecho es dañarme la mente desde que se caló entre mis pensamientos y mi piel.
Isla ha sido el amor de mi vida desde que tengo uso de razón. Sus ojos son dos luceros que te tientan y encienden tu alma con un fuego inexplicable. Tantos años amándola en secreto y deseando tener una oportunidad con ella, que cuando al fin pude tenerla después de tanto esperar, tuve que dejarla escapar.
Muchas veces quise pedirle que se fuera conmigo, pero todo era tan incierto. Ella tenía sus sueños propios y por más que la amara, no podía ser tan egoísta y no dejárselos cumplir solo porque quería tenerla a mi lado. Ahora, nueve años después y volviéndola a tener frente a mis ojos, no sé si hice bien en dejar pasar la oportunidad de amarla.
Pensé que ese amor que sentía por ella era producto de mi imaginación o mero capricho, pero bastó con tenerla cerca para que mi corazón estallara como hace años no lo hacía. Isla está mucho más hermosa y madura que antes. Pero ella me odia, a simple vista se nota que no me soporta.
Me siento muy orgulloso de ella y de cada uno de los logros que ha alcanzado, de que sea una mujer profesional y en demasía inteligente. Logró sus sueños y me siento muy feliz por ella.
—¿A qué estás jugando, pequeño bribón? —la voz de mi padre me sacó de mis pensamientos.
—Que yo sepa, hace mucho tiempo dejé de jugar —me hice el desentendido.
—No te hagas el que no sabes de lo que estoy hablando, Hunter.
—¿Qué quieres que te diga, papá?
—La verdad.
—No hay nada que decir. Lo que ves es lo que hay. Me gusta molestar a Isla, es todo. Ya sabes, recordando viejos tiempos. Además, esa mujer está más amarga que la hiel. ¿Siempre es así?
—No, no suele ser así. No es mujer de discutir con las personas —suspiró—. Te voy a ser bien sincero, hijo. A Isla la quiero mucho, es como una de mis hijas y lo sabes bien. Si estás buscando divertirte con ella, estás perdiendo tu tiempo, además de que no voy a permitir que juegues con ella.
—¿De verdad crees que soy ese tipo de hombre, papá? Es cierto que hace nueve años no he estado en casa y hay cosas que quizás no conozcan de mí, pero lo que tú y mamá me enseñaron jamás lo olvidaría. Soy un caballero porque aprendí de ustedes a serlo. Nunca jugaría con una mujer o la utilizaría para satisfacer mis deseos. No debes preocuparte por Isla, porque no estoy buscando llegar a ella, solo me gusta buscarle la lengua.
—No te acerques a ella si no estás buscando algo serio.
—¿Crees que estoy buscando algo con esa loca, papá? No debes preocuparte ni mucho menos dejarme la advertencia, porque esa víbora no me gusta ni un poco. Vine por ti, no lo olvides.
—Eres un mal mentiroso. Te conozco como la palma de mi mano. Sé interpretar el brillo de tus ojos cuando ella está cerca.
Solté una carcajada ante las palabras de mi padre. Por supuesto que Isla me sigue gustando, es una mujer muy hermosa y es difícil no verla con ojos de algo más.
—Ya perdiste la razón. No estoy buscando una relación en este momento de mi vida, ni con Isla ni con ninguna otra mujer. Ni siquiera tengo en mente divertirme como lo estás pensando —miré a mi padre y sonreí vagamente—. Vine por ti y para estar contigo. Quiero disfrutar del tiempo y de la vida con ustedes, mi familia.
Los ojos de mi padre se llenaron de lágrimas y mi corazón se estrujó en mi pecho. Me acerqué a él y lo abracé con fuerza, pidiendo al cielo que no me quitara tan pronto el privilegio de tenerlo conmigo.
—Pero en algún momento llegará esa mujer a tu vida.
—Llegará cuando tenga que llegar, pero por ahora solo tengo cabeza para ti, mamá y mis hermanitas.
Me enfoqué tanto en mis sueños y en mi trabajo, que descuidé a mi familia. Aunque hablaba con mis padres y mis hermanas constantemente, ellos me ocultaron lo que en realidad estaba sucediendo. Fue una noche, cuando mamá me llamó llorando y desesperada a contarme sobre la enfermedad de mi padre, por lo que tan pronto fueron con los médicos y le dieron un pronóstico más asertivo, tomé la decisión de volver a casa. No quiero perder más tiempo estando lejos de mis padres y después arrepentirme de no haber compartido con ellos.
—No puedes negarme que sigues sintiendo cosas por ella —siguió insistiendo y reí.
—No te puedo negar que esa mujercita me sigue volviendo loco.
IslaLos días se han vuelto tortuosos en la oficina. A donde quiera que vaya, tengo la desdicha de encontrarme con ese idiota. Procuro pasar de él y cuando nos estrellamos de frente por algún pasillo o coincidimos en el ascensor hago como si no existiera. Es todo un fastidio que esté como mosco en leche, cuando lo único que deseo es que se vaya por donde mismo vino.En cuanto terminé de redactar y revisar los contratos de un nuevo cliente, se los hice llegar a Hunter con Nahia. Aunque debí haber ido yo y hablar con él, lo cierto es que estoy huyendo de él, porque ese sentimiento que creía hecho cenizas está ardiendo en mi interior, algo que me confunde y me enoja al mismo tiempo.—El Sr. Goldberg no está de acuerdo con algunos de los parámetros que están establecidos en el contrato —me informó mi asistente tan pronto entró a la oficina.—¿Cómo? —miré a Nahia de inmediato, desconcertada por sus palabras.—Eso fue lo único que me dijo, Srta. Cooper. Que no iba a firmar un contrato donde
Hunter—Así que te salió el tiro por la culata, ¿eh? —mi hermana menor no dejaba de burlarse de mí, luego de escuchar todo lo que Isla me había dicho en la mañana—. No te pases de listo con una mujer como Isla, porque no tienes ni la menor idea de toda la ventaja que te tiene. Una chica lista, inteligente y audaz no come cuento tan fácilmente de una cara bonita.—Solo quería hacer una prueba.—¿Y cómo te salió esa prueba? ¿De qué te querías dar de cuenta? ¿Acaso pensabas que Isla no era capaz de hacer su trabajo correctamente? Gracias a ella hemos conseguido proyectos muy importantes a lo largo de todos estos años, donde todos salimos beneficiados. Esa mujer no solo es preciosa, sino que tiene una cabeza brillante que sabe usar a su favor cuando le plazca. En lugar de ganarte su corazón, te estás ganando su odio. Pensé que eras más inteligente, hermanito, después de todo, la conoces mejor que yo, pero me doy cuenta de que no es así.—No entiendo por qué tú y papá piensan que quiero ga
Isla—Pensé que te habías olvidado definitivamente de mí —inquirió el hombre en cuanto llegué al bar. —Por supuesto que no, sabes que eres difícil de olvidar —dejé un beso en su mejilla y me senté a su lado—. He estado ocupada en la compañía, últimamente he tenido más trabajo de lo habitual. —¿Te ascendieron? —¿Cómo lo sabes? —Los chismes vuelan, querida. Un pajarito me contó que tu padre y su socio se habían retirado, por lo que no es difícil deducir que eres tú la nueva presidenta de la compañía. —¿De casualidad ese pajarito no te dijo que me tocó dirigir la compañía con el inepto hijo mayor de los Goldberg? Abrió los ojos de par en par, luciendo realmente sorprendido ante mi declaración. —¿Me estás hablando del mismo que lastimó tu negro corazón? ¿Hunter regresó? —Regresó y no tienes ni la menor idea de las ganas que tengo de matarlo y enterrarlo tres metros bajo tierra para no tener que verlo nunca más en mi santa vida. No lo soporto.—Uy, ¿qué sucedió con el amor que le t
Las ganas de ir al baño se me quitaron ipso facto, por lo que regresé a toda prisa con Louis, dejando a Hunter con la palabra en la boca. Mi corazón latía apresurado y sentía que por mis venas corría adrenalina pura. Acabo de decir una mentira y, aunque soy consciente de que hice muy mal en decirle, debo confesar que me gustó esa expresión desconcertante que puso Hunter.—¿Qué sucede? —Louis se puso de pie en cuanto me vio llegar casi corriendo y me colgué de su cuello, acercándome tanto a su rostro que se congeló por unos instantes—. ¿Qué pasó contigo en el baño? ¿Por qué estás tan alterada y extraña?—No digas nada, solo sígueme la corriente.Me acerqué un poco más a él y sus labios quedaron muy cerca de los míos.—¿Vas a besarme?—¿Te molestarías conmigo si lo hiciera?Soltó una risita nerviosa, abrazando mi cuerpo entre sus brazos para apartarme, pero afiancé mi agarre, pidiéndole con la mirada que no me soltara.—¿El licor te atrofió el cerebro o qué? ¿Qué te pasa? Estás actuando
Sus labios siguen teniendo la misma suave textura y ese poder único de despertar una oleada de mariposas que revolotean sin cesar en mi interior. Mi mente se encontraba en blanco, mi piel ardía de ansias y deseos, y mi corazón no se hallaba en mi pecho con lo rápido y fuerte que latía. Todas esas sanciones que se encontraban dormidas renacían con fuerza, delatando mi verdadero sentir.En un roce de labios desenfrenado y apasionado, me olvidé de todo, incluso del odio que decía sentir por el hombre que más he amado y sigo amando en mi vida. No podía separarme de su boca y, siendo completamente honesta, tampoco quería alejarme de él.—Tu boca me insinúa tantas cosas, pero tu maldito orgullo las mata —murmuró, estirando mi labio inferior con sus dientes—. Estos labios tan ricos y suaves han estado en mi mente por tanto tiempo. Saben mucho mejor que hace nueve años. Hunter no me permitió rebatirle, pues volvió a besarme con total desesperación, tomando mi cabello en su mano y acercándome
HunterNo me quería levantar del lado de Isla, pero corría el riesgo de que pronto despertara y enloqueciera si me llega a ver. Ahogué un quejido antes de levantarme a la fuerza de la cama y me quedé un rato contemplando su hermoso rostro a la hora de dormir.Sigue durmiendo boca abajo y haciendo los mismos gestos que cuando era una niña. Se ve tan tranquila, como si se tratase de un bello ángel retratado. Pero es todo lo contrario, una demonia de lengua filosa, que escupe veneno por doquier.Una sonrisa se dibujó en mis labios ante el recuerdo de anoche. Su piel es tan suave y exquisita. No sé cuántas veces la devoré a mis anchas, lo único que tengo claro es que los deseos que siento por ella siguen intactos en mi pecho, es más, se hicieron más fuertes que antes. No fue suficiente con doblegarla y someterla a mí, porque ella es una adicción y es difícil que pueda pasar de ella como si no hubiese significado nada en mi vida.Tantos años deseándola, queriendo ser uno con su ser y dele
IslaMe miré en el pequeño espejo de mano que siempre llevo conmigo en el bolso y maldije entre dientes a Hunter. ¿Cómo se atreve a marcarme la piel de esa manera tan horrible? Lo peor del caso no es eso, ¿cómo es posible que yo se lo permitiera? ¿Por qué no lo detuve a tiempo?Es un desgraciado que lo hizo adrede para que no olvide tan pronto lo que sucedió entre los dos, aunque sin necesidad de dejarme chupones voy a recordar lo de anoche por el resto de mi vida.Es imposible que olvide la forma en que sus besos me desnudaron y sus caricias me encendieron en llamas. Soñé muchas veces con Hunter tocándome y haciéndome el amor, pero la realidad superó cada uno de esos húmedos sueños que tuve con él.Mi cabeza quiere explotar, no solo por la resaca que pretende acabar conmigo sino también con el recuerdo de ese hombre que acaparó desde mi piel hasta mi alma en un solo beso. Me siento confundida, porque entre sus brazos toqué el cielo y no pude bajar de allá arriba después de que la bru
Ocho horas de vuelo y diez días hospedados en el mismo piso de hotel no son cosas de otro mundo, ¿verdad? Vamos de viaje juntos por cuestiones de trabajo, no por gusto ni decisión propia. Si por mí fuera, estaría muy lejos de él y toda su presencia, porque no soporto estar cerca de él.Discutir con mi padre y Henry no tenía caso alguno, por lo que no tuve más opción que aceptar a regañadientes y volver a mi apartamento a hacer mis maletas, así como dejarle las indicaciones a mi asistente para que se hiciera cargo de todos los pendientes que tenía mientras regresaba.La noche fue larga e inquietante, fue muy poco lo que dormí realmente. No he podido dejar de pensar en todos esos días que voy a estar a solas con ese inútil bueno para nada, y más malestar e inquietud siento en el pecho.¿Por qué tengo que tener tan mala suerte? Es como si el destino quisiera juntarme a juro con ese hombre que no tolero ni un poco. Desde que Hunter apareció mi mundo se puso patas arriba.Llegué a la pista