6- Hunter

Hunter

Me marché de casa para cumplir mis sueños y metas personales, más no porque no fuera feliz con lo que tenía a mi alrededor. Anhelaba mi independencia y conocer un poco más sobre el mundo, así como también crear mi propia empresa.

Mis padres nunca se opusieron a mis sueños, todo lo contrario, desde el primer instante que les hablé de ellos siempre me brindaron todo su apoyo.

Me sentía bien y a gusto con la vida que llevaba en el Reino Unido, después de todo, ya había construido mis metas y no hacía más que expandir mi empresa en diferentes partes del mundo. Pero la felicidad nunca fue completa. Realicé mis sueños, sin embargo, mis padres y mi familia no estaban a mi lado viéndome triunfar.

No tuve una relación estable y duradera, más bien estaba enfocado en cumplir mis sueños que no me tomé en serio las pocas parejas que tuve. Además, de manera inconsciente en mi mente siempre estuvo esa prepotente, grosera y obstinada mujer de cabellos dorados y ojos grises. Esa filosa daga y víbora venenosa que lo único que ha hecho es dañarme la mente desde que se caló entre mis pensamientos y mi piel.

Isla ha sido el amor de mi vida desde que tengo uso de razón. Sus ojos son dos luceros que te tientan y encienden tu alma con un fuego inexplicable. Tantos años amándola en secreto y deseando tener una oportunidad con ella, que cuando al fin pude tenerla después de tanto esperar, tuve que dejarla escapar.

Muchas veces quise pedirle que se fuera conmigo, pero todo era tan incierto. Ella tenía sus sueños propios y por más que la amara, no podía ser tan egoísta y no dejárselos cumplir solo porque quería tenerla a mi lado. Ahora, nueve años después y volviéndola a tener frente a mis ojos, no sé si hice bien en dejar pasar la oportunidad de amarla.

Pensé que ese amor que sentía por ella era producto de mi imaginación o mero capricho, pero bastó con tenerla cerca para que mi corazón estallara como hace años no lo hacía. Isla está mucho más hermosa y madura que antes. Pero ella me odia, a simple vista se nota que no me soporta.

Me siento muy orgulloso de ella y de cada uno de los logros que ha alcanzado, de que sea una mujer profesional y en demasía inteligente. Logró sus sueños y me siento muy feliz por ella.

—¿A qué estás jugando, pequeño bribón? —la voz de mi padre me sacó de mis pensamientos.

—Que yo sepa, hace mucho tiempo dejé de jugar —me hice el desentendido.

—No te hagas el  que no sabes de lo que estoy hablando, Hunter.

—¿Qué quieres que te diga, papá?

—La verdad.

—No hay nada que decir. Lo que ves es lo que hay. Me gusta molestar a Isla, es todo. Ya sabes, recordando viejos tiempos. Además, esa mujer está más amarga que la hiel. ¿Siempre es así?

—No, no suele ser así. No es mujer de discutir con las personas —suspiró—. Te voy a ser bien sincero, hijo. A Isla la quiero mucho, es como una de mis hijas y lo sabes bien. Si estás buscando divertirte con ella, estás perdiendo tu tiempo, además de que no voy a permitir que juegues con ella.

—¿De verdad crees que soy ese tipo de hombre, papá? Es cierto que hace nueve años no he estado en casa y hay cosas que quizás no conozcan de mí, pero lo que tú y mamá me enseñaron jamás lo olvidaría. Soy un caballero porque aprendí de ustedes a serlo. Nunca jugaría con una mujer o la utilizaría para satisfacer mis deseos. No debes preocuparte por Isla, porque no estoy buscando llegar a ella, solo me gusta buscarle la lengua.

—No te acerques a ella si no estás buscando algo serio.

—¿Crees que estoy buscando algo con esa loca, papá? No debes preocuparte ni mucho menos dejarme la advertencia, porque esa víbora no me gusta ni un poco. Vine por ti, no lo olvides.

—Eres un mal mentiroso. Te conozco como la palma de mi mano. Sé interpretar el brillo de tus ojos cuando ella está cerca.

Solté una carcajada ante las palabras de mi padre. Por supuesto que Isla me sigue gustando, es una mujer muy hermosa y es difícil no verla con ojos de algo más.

—Ya perdiste la razón. No estoy buscando una relación en este momento de mi vida, ni con Isla ni con ninguna otra mujer. Ni siquiera tengo en mente divertirme como lo estás pensando —miré a mi padre y sonreí vagamente—. Vine por ti y para estar contigo. Quiero disfrutar del tiempo y de la vida con ustedes, mi familia.

Los ojos de mi padre se llenaron de lágrimas y mi corazón se estrujó en mi pecho. Me acerqué a él y lo abracé con fuerza, pidiendo al cielo que no me quitara tan pronto el privilegio de tenerlo conmigo.

—Pero en algún momento llegará esa mujer a tu vida.

—Llegará cuando tenga que llegar, pero  por ahora solo tengo cabeza para ti, mamá y mis hermanitas.

Me enfoqué tanto en mis sueños y en mi trabajo, que descuidé a mi familia. Aunque hablaba con mis padres y mis hermanas constantemente, ellos me ocultaron lo que en realidad estaba sucediendo. Fue una noche, cuando mamá me llamó llorando y desesperada a contarme sobre la enfermedad de mi padre, por lo que tan pronto fueron con los médicos y le dieron un pronóstico más asertivo, tomé la decisión de volver a casa. No quiero perder más tiempo estando lejos de mis padres y después arrepentirme de no haber compartido con ellos.

—No puedes negarme que sigues sintiendo cosas por ella —siguió insistiendo y reí.

—No te puedo negar que esa mujercita me sigue volviendo loco.

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