¿Por qué Jeremy Owen sabía su nombre?
El detective no acostumbraba a dejar cabos sueltos, su perspicacia se hacía evidente en cada paso que daba respecto a su investigación. Este misterioso hombre para él, era un punto clave en el caso enredado que le había propuesto la pequeña Winchester.
¿De quién se trataba?
Pues, tenía en proceso de cocción su respuesta.
En estos tiempos, en Londres era muy difícil investigar personas sin conocer ni siquiera su nombre, pero Jeremy se valió de una indagación previa antes de entrevistarse con el personaje. Tenía aliados en varios lugares de la capital que le proporcionaban esa clase de información, precisa y detallada. ¡Fácil! sólo debía enviar por el correo una carpeta que diera información de una persona cercana
-¡Oh, Clara amor mío! Pensé no volver a ver tu rostro jamás- se acercó cautelosamente a ella con sus manos extendidas hacia su cuello para besarla.Clara se apartó delicadamente, dedicándole una mirada impasible. Sus ojos expresivos demostraban que amaba al hombre que tenía al frente pero su compromiso con su esposo y su hija era aún mayor. Su rostro denotaba toda la bondad que poseía, sin embargo en su expresión podía verse, perfectamente, la tristeza y angustia que le aquejaba en ese instante. Sentía un vuelco en lo más profundo de su ser, huía de tener que dar explicaciones del motivo de su visita pero Edgard pudo percibir todo ese desasosiego que ella intentaba contener. Como todo un caballero aguardó sin preguntar a que la mujer estuviera preparada para hablarle. Él la observaba callado, pero no pasó mucho tiempo cuando ella
Los días de mediados de la primavera eran los más sobresalientes, todos los habitantes del hermosísimo pueblo aprovechaban esta fecha para salir de paseo, las flores eran las protagonistas de aquel espectáculo de colores que traía consigo aromas de ensueño. Hasta el individuo que era más aburrido disfrutaba a plenitud esas mañanas cálidas donde los rayos del sol los arropaban, luego de un frio y lluvioso invierno, no necesitaban cubrirse sino que podían exhibir sus trajes estampados las damas, y los caballeros relajaban un poco el abrigo que los caracterizaba durante la temporada fría.Escogiendo frente al espejo un bello sombrero adornado con una cinta decorada con el estampado del vestido que lucía, se preparaba Angie Owen para visitar, aunque sin previo aviso, a su nueva amiga la señorita Emiliana Winchester. Estaba muy emocionada de poder compartir este alegre dí
Se disponía con apremio, como todas las mañanas hacía, la exigencia que su empleo le demandaba, para él era importante avanzar en el caso que le daría prestigio a su carrera como Investigador Privado, por lo tanto, su atención estaba inclinada únicamente a concluir este asunto que cada día traía un embrollo nuevo. Ensilló su caballo, negro y elegante, con un pelaje brillante y el trote un poco pretencioso. Le dio unas palmadas, Coraje era su nombre y era su compañero de viaje, su fiel amigo; su madre se lo había regalado cuando ambos eran pequeños y desde entonces eran inseparables.En cuanto subió, el caballo relinchó emocionado pues sabía que una aventura se aproximaba, ambos salieron a todo galope en dirección hacia la mansión Winchester. Jeremy se disponía a entrevistar al Sr. Landon Ford en conjunto con la Tía Mar
El reloj de péndulo marcaba las dos y treinta de la tarde. Emiliana estaba sentada en su cama, enajenada, absorta en sus cavilaciones que corrían una tras otra, como rio de corriente rápida. “Jeremy Owen, Edgard Phillips, el asesinato de su tío, su abuela y sus presiones, Marilyn y su affaire con el Sr. Ford, el interrogatorio de esa mañana al que fueron sometidos, ¡ah! Y por supuesto, visitar a Monique para obtener información de su posible propuesta”… entre otras. Su principal preocupación: el encuentro que tendría en unos momentos con el joven detective que la hacía suspirar con solo pensar en él. Faltaba tan poco tiempo y aún no había decidido su indumentaria. Ni siquiera sus piernas daban respuesta a levantarse por los nervios que sufría en ese preciso momento.Su compromiso con la Srta. Owen le permitió tomar la decisión de arre
A medida que sus pensamientos se ocupaban solo en pensarla, aumentaba la desazón que sentía por no ser capaz de sacarla de su cabeza. Emiliana Winchester, la joven con el torbellino de emociones, se había vuelto casi una obsesión para él, pero, decidido a despejar su mal humor causado por el recuerdo del mal comentario hecho por la chica, camino de la casa hasta el despacho sacando provecho del día nublado que se respiraba fresco y sereno, ideal para liberar su mente.Todo cuanto iba observando a lo largo del camino le recordaba la chiquilla caprichosa, el cabello cobrizo de una mujer que cruzó la calle, un perfume frutal de una señora que pasó a su lado, ese aroma lo enloquecía, el azul de sus ojos los comparaba con el cielo al moverse las nubes, una delicada voz que viajaba acompañándolo. Durante su caminata no había hecho otra cosa que repetir el nombre de Emiliana, en
Encontraba vacía su alma al igual que su casa, sin la alegría que causaba su tía Marilyn. Ahora que, estaba de malas con su malvada abuela, el único refugio que le quedaba era pasar las mañanas en compañía de su dulce abuelo frente al piano. Extrañaba todo, las palabrerías sin fin que su tío Ángel el grande en los negocios, emitía al llegar a casa, prácticamente todo el día explicando cada paraje de cada uno de sus viajes. Su ánimo había decaído de manera tal que ni deseaba compartir con su amiga de la infancia Monique para enterarse de los avances de su relación con el gentil y dedicado Sr. Forrest.Escuchaba con deleite la mágica melodía que interpretaban los virtuosos dedos de su abuelo, mientras recostada en un diván se libraba de toda preocupación, la música le permitía poner su mente en blan
Se dirigía a su habitación luego de darse un refrescante baño, con prisa pues el reloj marcaba un cuarto para las siete de la mañana, por lo visto su ducha se había extendido más de lo pensado.Desde abajo la pequeña Angie le gritaba cuan tarde llegaría al trabajo, por suerte el desayuno ya estaba servido. La jovencita soltaba regaños pues la comida se le enfriaría en la mesa, como pudo, se vistió con velocidad para no seguir escuchando la pelea de su abnegada hermanita que con dulzura preparó sus panecillos favoritos: los que venían rellenos de piña. De prisa bajaba las escaleras y le esperaban su hermana y su padre a la mesa para dar gracias.-¡Buenos días, perdonen la demora!- se sentó rápidamente al lado de Angie mientras un dulce aroma inundaba su nariz, inspiró sintiéndose extasiado - &
> Años atrás, nos reuníamos en la mansión a la hora del té para platicar y compartir entre amigos. Recuerdo que había un grupo grande, algunos cercanos, otros, no tanto. Sin embargo nos complementamos por un largo tiempo. La pasábamos bien. André y yo nos disputábamos el amor de Clara. Pero no éramos los únicos, había un hombre entre los amigos de Ángel Winchester que pidió casarse con Clara, pero nos llevaba algunos años. Ese hombre era Peter Lancaster - Jeremy y Emiliana lo miraban atónitos, pero sin ninguna intención de interrumpir. El hombre continuó el relato.>André ocupaba el primer lugar como favorito de Priscila debido a su familia, era el heredero a un ducado, por lo tanto yo con mi título de Lord, no aumentaba el rango que ya poseían los Winchester. Este hombre, Lancaster, no pose&i