XXI.

El reloj de péndulo marcaba las dos y treinta de la tarde. Emiliana estaba sentada en su cama, enajenada, absorta en sus cavilaciones que corrían una tras otra, como rio de corriente rápida. “Jeremy Owen, Edgard Phillips, el asesinato de su tío, su abuela y sus presiones, Marilyn y su affaire con el Sr. Ford, el interrogatorio de esa mañana al que fueron sometidos, ¡ah! Y por supuesto, visitar a Monique para obtener información de su posible propuesta”… entre otras. Su principal preocupación: el encuentro que tendría en unos momentos con el joven detective que la hacía suspirar con solo pensar en él. Faltaba tan poco tiempo y aún no había decidido su indumentaria. Ni siquiera sus piernas daban respuesta a levantarse por los nervios que sufría en ese preciso momento.

Su compromiso con la Srta. Owen le permitió tomar la decisión de arre

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP