Emiliana y Lord Wilfred volvieron a la mansión luego de que interrogaran a la joven. Por fortuna, los Ford los esperaban y les habían preparado algo para comer. Emiliana moría de hambre, sin embargo aún, ni un bocado le pasaba por el mal rato que vivió. Su tía Marilyn la acompañó a darse un baño caliente, y ver si se disponía a comer frugalmente para eliminar la debilidad que su cuerpo sentía.
-¡Querida mía! Estuve tan asustada, orando porque todo saliera bien –dijo Marilyn. Emiliana estaba en la bañera y su tía, con una vasija dejaba caer el agua desde su cabeza.
-Te confieso que fue horrible. Pero me alegra estar bien, tía –expresó –después de este baño, borraré las manos de ese ogro de mi cuerpo –dijo.
-¡Lamento tanto que
Emiliana dormía. Arropada diligentemente por su tía, se veía descansada luego del mal día que tuvo. Con suavidad, Clara tomó el picaporte, temerosa de lo que se encontraría, una posible Emiliana comprensiva o tal vez una Emiliana aún enfurecida. Fuera cual fuese su reacción era algo que debía enfrentar con determinación, recuperar la relación con su hija no sería fácil, la conocía y quizá eso fue lo que temió al regresar, sin embargo, su pequeña era la razón por la cual había sobrevivido después de tantos años, su razón para seguir viviendo cada día.Finalmente, abrió la puerta para adentrarse a la habitación que lucía muy parecida a la que dejó de ver cinco años atrás, vio la joven durmiendo, pero no quiso separarse de ella ni un instante. En total silenci
Pasadas unas semanas, se preparaban para el gran evento esperado por todos. La boda de la Srta. Cadbury y el Comisario Owen.Angie y Emiliana eran las encargadas de hornear los entremeses que compartirían al igual que el pastel. Los Ford propusieron encargarse del banquete, ya que Landon era todo un experto en el área culinaria. Jeremy y Phillips, atareados con todos los demás preparativos. Lord Wilfred propuso un espacio de la mansión para que el casamiento de sus nuevos amigos fuese por todo lo alto. Clara y Marilyn ayudaban a la novia a escoger el vestido más hermoso en vísperas de la esperada ceremonia. Todos reunidos, trabajando en un mismo fin, puliendo cada espacio, afinando los detalles para que al siguiente día estas dos maravillosas personas pudieran unir finalmente sus vidas.-¿Cómo te sientes con este nuevo paso que da tu padre, querida? –preguntó Emiliana a A
Pasados dos años y unos meses, luego de ese día feliz, cada integrante de esta historia continuó su vida, unido a la persona con quien decidió estar.Lo hermoso que aprendieron cada uno fue lo primordial y necesario que es mantener una relación de familia. Todos habían escuchado alguna vez que la familia es la base de la sociedad, pero se enfrentaron a situaciones que los llevaron al límite de conocer realmente quien puede estar dispuesto a dar todo por ti y quién no. El concepto de una familia fue lo que lograron al final de esta historia, dejando a un lado los prejuicios y brindando oportunidades que jamás pensaron que darían. Quizá es por ello que consiguieron ser mejores personas tanto para sí mismos, como para cada persona allegada.El perdón y la comprensión fueron los principios fundamentales que impulsaron a nuestros personajes a permane
El llanto de Emiliana se dejaba escuchar en toda la estancia, la noticia de la muerte de sus padres la devastó por completo, la pobre niña de apenas doce años sentía que su corazón se fragmentaba por el dolor de saber que no volvería a sentir el amor de sus progenitores. El destino le había jugado una pésima pasada y ahora ella tiene que vivir con el sufrimiento y la soledad que embarga su ser, rodeada de personas, pero sin sentir la familiaridad deseada y expresada por las personas más importantes en su vida.La tía Marilyn abraza su cuerpo, arrullándola contra su pecho y susurrando palabras dulces al oído de la niña, esperando que el amor sentido por ella sosegara aunque fuese un poco su dolor ante la tragedia. Las demás personas en la Mansión solo esperaban el desenlace de la desventura sufrida y disfrutaban de los entremeses y dulces ofrecidos ese fat&iac
-¿Quién es usted? – preguntó la joven de manera severa, mientras le lanzaba una mirada despectiva. Para una chica de su edad atender a una cita propuesta por un desconocido de género opuesto, por medio de una nota, era un escenario totalmente inadmisible. El hombre la observó callado - su nota me dejó perpleja – lo observó reflexiva intentando leer su pensamiento - realmente no estaba segura de encontrarme con usted, pues no tengo ni la más remota idea de quien tengo frente y peor aún ¿qué lo vincula conmigo y mi familia?- dijo Emiliana, desconfiada.En sus narices se encontraba un hombre con aspecto un poco desaliñado, con una barba rojiza, desprolija y esa impresión que no inspiraba confianza alguna, sin embargo, su semblante
Pensativa y a su vez furiosa, bajaba la empinada colina trastabillando, sus pasos enojados se escuchaban en la húmeda hierba, el petricor en el ambiente aún podía olerse, apenas podían verse los rayos del sol, saliendo suavemente entre las esponjosas nubes.Salió de esa pequeña y olvidada cabaña ubicada en el medio de la nada gruñendo, recorría el amplio valle como si fuese empujada por el viento, tan molesta como decepcionada, no estaba preparada para recibir esa terrible noticia, que traía una información desgarradora y en un solo momento; nada era como se lo habían contado y no sabía en quien debía confiar, tuvo que escuchar la verdad de alguien que no conocía y eso aportaba aún más drama a su posición.– Ellos, mis abuelos y mis tíos deben saberlo - decía - me lo ocultaron ta
Un nuevo sol nacía y nuestra chica no consiguió conciliar el sueño en toda la noche, la habitación le quedaba grande llena de fríos espacios y repleta de costosos muebles de madera, de cedro y ébano, los favoritos de Marilyn quien tenía la obsesión de comprar a manos llenas, por toda la mansión podían encontrarse; la rodeaba un enorme armario que desbordaba vestidos, un seibó con finos acabados en color caoba y la inmensa cama con dosel, envuelta en finas cortinas de tela satinada color blanco: que debería proporcionarle paz según su tía, pero ella sentía que era un todo al cual no pertenecía.Su mente estaba dispersa, envuelta en tantos pensamientos que le causaban un profundo dolor y a su vez, incertidumbre; no sabía por dónde comenzar, se sentía tan frágil, no lograba describir sus emociones, era una niña y deb&iac
-Srta. Cadbury ¿dónde puedo encontrar el archivo de la Sra. Piddle? llevo días buscándolo y no logro ubicarlo - la miró curioso y medio sonrió –No debí darte tantos días de vacaciones – con las manos en la cabeza expresó - ¡la señora Piddle me volverá loco! - tocó con el puño su escritorio llamando su atención.-Ya te lo ubico, joven Owen ¡sabía que no podías vivir sin mí! - agregó en tono de burla y salió de la oficina con una carcajada a medio completar; la puerta no se había cerrado bien, cuando inmediatamente entró la Srta. Cadbury con sus ojos como platos - lo siento Jefe, la Sra. Piddle está aquí- le dijo levantando ambas cejas.El joven Jeremy Owen se llevó una mano a la frente en señal de