Ismael había estado ocupado toda la semana, distraído por su examen final que se acercaba a pasos agigantados. A pesar de la constante presión, había intentado mantener la mente ocupada, estudiando y preparándose para lo que consideraba el punto de no retorno. Había dejado de hablar con Georgina, algo que al principio le parecía insoportable, pero que con el tiempo había comenzado a darle algo de paz. Igualmente siempre le mandaba un mensaje todos los días y ella no respondió nunca .Había sido él quien más veces había buscado la relación, quien siempre daba el primer paso, quien tomaba las riendas. Pero ella… ella parecía estar siempre en otros lugares, no comprometida, a pesar de lo que él sentía. Recordaba cómo, cuando le había pedido que fueran algo más, ella había evitado la conversación, alegando que acababa de salir de una relación tóxica. Aquellas palabras, tan llenas de evasión, le seguían resonando en la cabeza.Durante los últimos días, Ismael había buscado a Georgina en su
Capítulo "Jugando con Fuego" La tensión en Ferreira Corp crecía con cada día que pasaba desde que Verónica Ortiz había asumido el puesto de asistente de Emanuel. Georgina, acostumbrada a ser la favorita en la oficina, se sentía cada vez más arrinconada. No solo estaba perdiendo terreno en el ámbito laboral, sino que también sentía que su influencia personal sobre Emanuel se desvanecía.Desde que Verónica llegó, los elogios hacia su desempeño no habían cesado. Su capacidad para manejar proyectos con precisión y su habilidad para resolver problemas rápidamente habían impresionado a todos, especialmente a Emanuel. No había dudas de que los halagos hacia Verónica eran más que merecidos. Su profesionalismo era innegable y, aunque Georgina se negaba a admitirlo, sabía que Verónica había demostrado ser una adición valiosa para la empresa.—Verónica, el cliente quedó muy satisfecho con el informe. Excelente trabajo —dijo Emanuel durante una reunión, mirando a Verónica con una sonrisa de apr
Capítulo: "La Reina y la Sombra"Georgina sentía que cada día en Ferreira Corp se volvía más insoportable desde la llegada de Verónica Ortiz. La presencia de la nueva asistente de Emanuel no solo la incomodaba, sino que también amenazaba con arrebatarle su lugar como la figura central de la oficina. Georgina sabía cómo jugar sus cartas, pero Verónica parecía una jugadora hábil, que jugaba al límite de la perfección.Aquella mañana, Georgina decidió que era hora de actuar. Con una sonrisa forzada y una fachada de amabilidad, se acercó a Verónica en la oficina.—Verónica, ¿tienes un minuto? —preguntó, aunque su tono delataba su verdadera intención.Verónica levantó la mirada de su computadora y sonrió con cortesía.—Claro, Georgina. ¿En qué puedo ayudarte? —respondió con una calma que solo exacerbaba la irritación de Georgina.Georgina cruzó los brazos, adoptando una postura de superioridad.—Quería hablar sobre la reunión con los directivos. Me parece que sería más apropiado si yo pres
Capítulo: "El Lado Oculto de la Ambición"En el silencio asfixiante de su apartamento, Georgina se revolvía entre las sábanas, sintiendo cómo cada fibra de su ser se tensaba con la frustración. El eco de su soledad resonaba en cada rincón del lugar. Emanuel había sido su escape, su válvula de seguridad en un mundo que a menudo le parecía demasiado inestable. Con él, todo había sido diferente. No había reglas ni expectativas, solo la libertad de un deseo mutuo que se consumía en la oscuridad de un hotel.Ahora, sin embargo, todo eso se había desvanecido como un sueño fugaz. Emanuel, su Emanuel, estaba con otra. Una mujer a la que no podía ver como su igual. Verónica Ortiz. Ese nombre era un aguijón constante en su mente, una amenaza que no podía ignorar. "¿Qué tiene ella que no tenga yo?" se preguntaba, su mente girando en espirales de celos y rabia. No había sido solo una cuestión de perder a Emanuel, era el hecho de que lo había perdido ante alguien que consideraba inferior.Georgina
Capítulo 1 Golpeado por la realidad Emanuel Ferreira apretó el volante con fuerza, sus manos temblaban mientras sus ojos permanecían fijos en la entrada del hotel. La escena que se desarrollaba frente a él era surrealista, como si el universo se burlara de su desgracia. Allí estaba Georgina López, su secretaria, su amante, saliendo del mismo hotel donde, menos de veinticuatro horas antes, ella lo había llevado a él para una noche de pasión que ahora parecía un cruel engaño. El vestido negro que ella usaba no era cualquiera; era el mismo que había dejado tirado en el suelo de esa habitación. Lucía provocativa, con un escote que atrajo todas las miradas de los transeúntes. Pero lo que verdaderamente lo enardecía no era su apariencia, sino el hombre que estaba con ella. Era alto, de complexión similar a la suya, con una postura firme y una mano posesiva sobre su cintura. Emanuel se inclinó hacia el parabrisas, intentando distinguir el rostro de ese tipo, pero no pudo verlo. El hombr
Capítulo 2 Un encuentro destinado Un sabor amargo subió por su garganta. La rabia lo golpeó como un puñetazo en el estómago. Apoyó ambas manos en el volante, sintiendo cómo los nudillos se volvían blancos. Quiso bajar del auto, enfrentarla, exigirle una explicación. Pero algo lo detuvo. Cuando Georgina se alejaba con Ismael como si nada hubiera pasado, como si no acabara de traicionarlo de la forma más humillante. "¿Será posible que Ismael no lo sepa?", pensó, intentando aferrarse a esa idea. Pero la sospecha le taladraba la mente. Georgina conocía cada detalle de su vida, desde las fotos de Ismael en su oficina hasta los relatos de sus encuentros. Nada de esto podía ser casual. Ella conocía su vida . Emanuel dejó escapar una carcajada amarga. “Qué ridículo soy”, murmuró. Nunca antes se había sentido tan expuesto, tan vulnerable,tan usado . A sus 45 años, un hombre que siempre había proyectado fortaleza, ahora era el cornudo más grande que pudiera imaginarse. No solo había permi
Capítulo 3: Verónica Ortiz La noche caía sobre la ciudad, trayendo consigo el bullicio de los bares y restaurantes. Entre ellos, un modesto bar iluminado con luces cálidas era el escenario de las horas nocturnas de Verónica Ortiz. Con sus 40 años, su belleza natural no pasaba desapercibida por nadie sus ojos color avellana que parecían reflejar cada emoción y un cabello rubio largo, recogido siempre en una coleta práctica pero elegante. Verónica trabajaba allí como camarera desde hacía varios años. Era un empleo que no le apasionaba, pero le permitía mantener a su hija, Carolina, de 21 años, quien soñaba con estudiar administración de empresas . Ambas trabajaban arduamente para lograr que Carolina pudiera comenzar la universidad ese mismo año. Verónica hacía turnos nocturnos en el bar, mientras que Carolina repartía su tiempo entre trabajos temporales y el estudio . A pesar de las dificultades, Verónica siempre encontraba motivos para sonreír siempre .Se sentía agradecida de ha
Capítulo 4 El Día Después Emanuel llegó a su casa con el peso del mundo sobre sus hombros. Su corazón todavía latía con furia contenida, pero ahora también con una punzada de tanta tristeza. Se tomó un momento y subió las escaleras hasta la habitación de su hijo Ismael, necesitando confirmar algo que ya intuía y lo confirmó . Abrió la puerta con cuidado, pero la cama estaba intacta. Ismael no había regresado. a casa ese fin de semana ,siempre lo hacía desde que estudiaba en la universidad . El dolor se intensificó, como si una mano invisible le apretara el pecho ,parecía que en cualquier momento le daría un infarto, pensó . Cerró la puerta y caminó hacia su propio cuarto. Antes de entrar al baño y encender la ducha fue a su mesa de noche y miró el retrato de Sandra su esposa fallecida, la única mujer que había amado de verdad en este mundo . —Sandra —murmuró, con la voz quebrada—. Dame claridad, ayúdame a entender qué hacer. Ayúdame amor - El agua caliente le golpeó la