DANNA POV'SSu estatura me parecía atractiva, hasta ahora; en estos momentos solo me encuentro intimidada por ella. Veo la locura en él, en su expresión veo lo desquiciado que está en estos momentos y odio tenerle miedo, pero anormal sería si no lo tuviese.—No volverás al gimnasio, creo que es algo que ya pasó por tu mente, ¿verdad?—Púdrete.Presiona mis heridas y lloro con fuerza pidiéndole que se detenga.—Cállate, Danna, ¡cállate!— me grita, es un maldito psicópata.Luego de haberme golpeado hasta dejarme con dolor en las costillas, piernas y hacer que no sienta cierto lado de mi cara, me obliga a jurarle cosas, cohibirme de ciertas cosas que para el son irrespeto a su persona. Como mi ropa, actividades, hasta alejarme de ciertos amigos.Eso no va a pasar.Deja de presionarme y suspiro cuando el dolor pasa un poco, me mira, me mira por unos buenos segundos, lo que me pone totalmente nerviosa.—¿Ves lo que provocas? Mira como estás todo magullada, si no me hicieras enojar esto no
Vincens, Vincens es el hombre que cualquier mujer desearía, apuesto, jodidamente, lo apuesto; millonario, inteligente y con ese aire de hombre malo que nos gusta a muchas.Porque sí, aunque lo neguemos la mayoría del tiempo, a muchas mujeres nos gusta ese chico malo que sabemos que nos hará sufrir en algún punto de su estadía en nuestras vidas.Y yo no soy la excepción.Conocí a Vincens cuando yo tenía diecinueve años de edad, él estaba en sus veintidós y claramente era tan apuesto como lo es actualmente.Aunque la verdad es que ahora lo es más, él lo sabe y sabe aprovecharlo.Nuestras familias se conocían, como cualquier grupo de familia adinerada que busca crecer o ser más y más reconocida en la sociedad. Yo soy Italiana, nacida y crecida en Italia, él por su parte es Alemán, nacido en Alemania y criado en la misma, hasta que sus padres decidieron volar a Italia cuando él tenía solo diecisiete años.Su jodido acento alemán constantemente me volvía loca, pero ahora solo lo quiero lej
Las cosas claramente se estaban saliendo de control y para mi mala suerte, no sabía como solucionar esto a la perfección. —Vincens, vamos escúchame, sabes que no puedes...— me besó callándome. —No intentes convencerme de nada, no va a funcionar linda, esto va a pasar— sus palabras calaron profundo en mí. Me siento expuesta, lo estoy, y sumando lo nerviosa que estoy mientras busco la manera de apartarlo y lograr que se largue de aquí, de mi vida, es más, yo me alejaré de la suya. —¿De verdad quieres hacerle esto a Rose?— mi voz salió en un hilo, este era mi último movimiento, ya no se me ocurría más nada. Una sonrisa brotó de sus labios, se estaba burlando de mí. Con un movimiento brusco busqué apartarlo. —¿Rose? No sé de ninguna Rose, por mi mente solo pasa Danna Andreotti— susurró cerca de mi oído, erizándome por completo. —Vete al carajo— susurro. Chillo, cuando en vez de recibir una respuesta su boca baja a mi cuello, siento como besa y succiona esa parte sacándome varios q
Mis pasos eran firmes, el sonido de mis tacones resonaban por el lugar llamando la atención de más de uno. He tenido una semana tensa, bastante, luchando con el trabajo, mis clientes y de extra: buscando escabullirme de Vincens, tarea que no me ha dejado para nada fácil, pero no imposible. —Señorita Andreotti— Cecy me detiene captando mi atención, se le nota agitada. —¿Qué sucede?— cuestiono y ella hace una mueca nerviosa, la chica siempre ha sido tímida, por lo que vacila bastante al decir cosas que podrían disgustarme. —El hombre al que le hemos estado desviando las llamadas se encuentra en su oficina— mis ojos se abren con horror al escucharla, ella se asusta ante mi reacción— ¡Intente de todas las maneras que podía sacarlo, pero me fue imposible! ¡Perdón! —Está bien, está bien. Yo me encargo— le doy una sonrisa para que no se sienta culpable y eso parece relajarla. Me giro y doy una gran bocanada de aire, me enojo cuando al entrar a mi área de trabajo lo veo sentado detrás d
Sus palabras me asustan, si digo que no estaría mintiendo, pero no sé qué hacer.No sé cómo sobrellevar esta situación, he intentado de todo y nada funciona para alejarlo de mí sin que reciba violencia de su parte.—Hablemos Vincens, somos adultos.—Ya hemos hablado ¿No? Las cosas están bastante claras, eres mía y haces lo que yo te diga, sencillo— respiro hondo— Solo que te haces la estúpida y no haces nada de lo que digo ¿No es así?— sus nudillos acarician mi mejilla por unos segundos, solo unos segundos, luego su mirada demuestra enojo y su próximo movimiento es golpear mi mejilla.Jadeo, jadeo y me topo el lugar lastimado. La sorpresa no me da para más.Pero no se detiene ahí, porque vuelve a golpearme y luego se abalanza sobre mí sujetando mi mentón.—Se acabaron los juegos Danna, o haces lo que te digo o pagas las consecuencias, no te tendré piedad, vuelves a dejar que un hombre te ponga una mano encima y a él lo mato y tú no serán solo bofetadas lo que recibirás.Me está amenaz
—¡Amiga! Que bueno que te veo, te extrañaba bastante— Rose me abraza con fuerza y un poco tensa le devuelvo el abrazo— Sé que he estado desaparecida por los viajes, pero pienso recompensarlo, completamente. Una gran sonrisa se asoma en su rostro. La observo, el cabello rubio perfectamente peinado, sus ojos verdes resaltan haciendo contraste con su vestido azul, ella es realmente hermosa. —No te preocupes Rose, sé que tienes responsabilidades— le sonrío y ella se sienta frente a mí. —Estaba pensando en que mañana vayamos a un hotel, ya reservé todo, pasaremos el fin de semana y vendríamos el lunes. Sus palabras me toman por sorpresa, pero asiento. —Está bien, me parece perfecto ¿Finde de chicas?— ella niega y la sonrisa se me va borrando— No entiendo entonces. —Invité a Stella y a mi novio, Vincens llevará un amigo, ¿No es molestia, verdad?— niego. —No, no te preocupes, igual estará mi hermana, tengo unos días sin verla, me hará bien pasar un tiempo con ella. —¡Sí! Justo eso pe
Mis nervios salen a flote cuando veo a Vincens acercarse junto a Rose y un chico que no se me es tan desconocido, ya lo había visto anteriormente con Vincens, aunque no sé mucho de él realmente.—Que bien que están aquí, perdón la demora, tuvimos un problema con uno de los autos— menciona Rose y Stella hace un movimiento con la mano restándole importancia.—No te preocupes, llegamos hace poco, pero aprovechamos para confirmar la reservación, ya nos han dado la llave de nuestras habitaciones, solo esperan por ustedes.—Oh, claro, ahí vamos.La rubia suelta la mano de Vincens y se adelanta con una sonrisa. Stella la sigue dejándome sola con ambos hombres.La fija mirada de Vincens me mantiene incómoda.—Hola, ¿Danna cierto?— el acompañante de mi verdugo se anima a hablar para romper la tensión lo que agradezco.—Sí, ¿Eres…?—Disculpa, Massimo, Massimo Grimaldi— una sonrisa se asoma en su rostro.Vincens levanta una de sus cejas mirando el agarre de su amigo en mi mano, lo que me lleva a
—Vincens quiere hablar contigo— Massimo se acerca a mí fingiendo, su cara muestra una sonrisa como si me estuviese hablando de lo bello que está el día. Toma mi mano pasándome una llave y disimuladamente la tomo— Es la habitación mil veintitrés, te recomiendo que no tardes mucho.Con la misma sonrisa que vino, se marchó. Suspiro estresada, hace más de tres horas que nos separamos, mi hermana se fue a la playa junto con Rose y yo vine a la piscina del hotel, no sabía del paradero de esos dos hasta ahora.Hace poco me había encontrado con Noah, el hombre que me había guiado hasta el restaurante, charlamos un poco y quedamos de salir en la noche a un bar no muy lejos de aquí.Al Rose darse cuenta de mis planes rápidamente se apuntó, los demás en el proceso y no supe cómo decirles que no.No me sorprendería si ese sea el tema de conversación de Vincens. No, claramente ese es.Cuando estoy frente a la puerta de la habitación cierro mis ojos por unos segundos antes de meter la llave y entra