Capítulo 7

A la mañana siguiente Kimberley giró su cabeza hacia el lado donde se encontraba Francis, luego de que sonara la alarma. Una sonrisa amplia se escapó de sus labios por lo plena que se sentía que todo estuviera saliendo tan bien en su vida, estuvo varios minutos así que fue descubierta por el joven cuando abrió sus párpados, el gesto de la joven lo contagió.

—¡Buenos días! —musitó con voz ronca.

—¡Buen día! —Saludó acariciando la mejilla de su prometido.

—¿Siempre será así? —inquirió el joven lamiendo sus labios.

—¿A qué te refieres? —Sonrió d

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