Capítulo 13

—Oye, casi me agarras la mano —vociferó ofuscado.

—¿A dónde crees que vas? —inquirió el joven interponiéndose entre él y el auto.

—A mi casa, a donde más —respondió intentando apartar a su hermano.

—No puedes irte en un momento cómo este, Kimberley te necesita —retrucó Dustin.

—Ella lo que necesita es espacio —comentó el joven—. Ahora deja que me vaya.

—No Francis, ella te necesita. No ves que está pasando por un momento delicado.

—Tú no sabes nada de mi vida. —Lo apuntó con el índice—. Más de lo que he hecho no puedo hacer, si está en plan de niña caprichosa, la dejaré sola. Cuando se le pase, hablaremos. Ahora correte —ordenó Francis.

—No cambias más —espetó su hermano rendido alejándose de la puerta—. Eres el mismo egoísta de siempre. —Metió las manos en los bolsillos de su bata y aleteó levemente.

—Claro que no soy egoísta. —Giró sobre su eje y enfrentó a su hermano—. Tú no sabes nada sobre mi relación con Kimberley.

—Apenas me entero de que estabas con alguien, si nunca hablas. P
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