Capítulo 3

Soy Jake", respondió, tomando asiento frente a mí.

Al escuchar su respuesta, una oleada de pensamientos cruzaron mi mente. Joder, ¿esta es mi cita?, pensé, sintiendo una mezcla de sorpresa y desconcierto. Su apariencia era sorprendentemente atractiva, con ojos de un azul profundo que reflejaban una mirada intensa, mandíbulas resaltadas que daban una impresión de firmeza, labios perfectamente formados y un mentón cubierto de una barba cuidadosamente recortada. Su cabello oscuro le daba un aspecto aún más encantador. Era difícil de creer que alguien así estuviera interesado en mí.

Oh por Dios, esto va a ser difícil, murmuré para mis adentros, tratando de ocultar mi sorpresa detrás de una sonrisa educada.

"¿Tú eres Jake?" pregunté, tratando de recuperar la compostura mientras lo miraba a los ojos.

Jake emitió una suave carcajada y asintió. "Sí, soy Jake", dijo con una pequeña sonrisa. "Es un placer conocerte, Emma."

Sus palabras resonaron en mi mente mientras intentaba procesar la situación. ¿Cómo había terminado en una cita con alguien tan atractivo?. Me pellizque disimuladamente el antebrazo para saber si estaba soñando o si era un cruel juego de mis nervios.

Era difícil de creer, pero aquí estaba, sentada frente a Jake, tratando de mantener la compostura. "El placer es mío", respondí con una sonrisa nerviosa. "Gracias por aceptar encontrarte conmigo."

Jake se inclinó un poco hacia adelante, como si estuviera genuinamente interesado en lo que tenía que decir. La mirada intensa de sus ojos azules me hacía sentir nerviosa.

"He estado esperando este momento", dijo, su voz ronca envolviendo cada palabra como un suave susurro. "Tu perfil me pareció realmente interesante."

Mis mejillas se sonrojaron al instante. ¿De verdad? ¿Yo, interesante?. Eso era algo que necesitaba escuchar más a menudo.

Observé a mi alrededor, notando la decoración acogedora del café y el suave murmullo de las conversaciones que llenaban el aire. "Se siente bastante agradable aquí. Nunca había venido antes."

"Te entiendo. La primera vez que vine, también me sorprendió," dijo, mirando el menú que se encontraba en la mesa. "¿Te gustaría pedir algo? Recomiendo el cappuccino; es uno de los mejores que he probado."

"Creo que me animaré con eso", respondí, intentando parecer más tranquila de lo que realmente estaba. "Y una rebanada de pastel de chocolate." Tal vez una dosis de cafeína me ayudaría a calmar los nervios.

Jake llamó a la camarera con una sonrisa encantadora. "Dos cappuccinos y una rebanada de pastel de chocolate, por favor."

Mientras ella anotaba el pedido y se alejaba, Jake volvió su atención hacia mí, sus ojos brillando con curiosidad. "¿Y qué te trae a este mundo de las citas en línea, Emma?"

La pregunta me tomó por sorpresa. Por un momento, me quedé sin palabras, luchando por encontrar una respuesta que sonara casual. "Bueno, la verdad es que mis amigos pensaron que sería divertido", estuve a punto de decir, pero sin pensarlo terminé confesando la verdad. "Necesito una cita para asistir a la boda de mi amiga Rachel", dije riéndome nerviosamente. "Por eso creé mi perfil en la aplicación."

Jake arqueó una ceja, su expresión divertida pero no burlona. "¿Una boda? Eso sí que es un buen motivo", murmuró él. "¿Y por qué necesitas una cita para la boda?"

Me mordí el labio, preguntándome cómo explicar la complicada situación sin hacerla parecer demasiado dramática. "Bueno... digamos que mi exnovio será el padrino. Y la última vez que lo vi, no terminó exactamente bien."

"Ah, ya veo." Jake asintió lentamente, tomando un sorbo de su cappuccino. "¿Te sientes incómoda por verlo?"

"Incómoda es decir poco," respondí, sintiendo que el calor subía a mis mejillas. "Es... complicado. No quiero ir sola y tener que enfrentarme a él, ya sabes, con su actitud de 'mira lo que te estás perdiendo'." Me encogí de hombros. "Pensé que sería mejor llevar a alguien y evitar la incomodidad."

Jake me observó por un momento, como si estuviera procesando lo que acababa de decir. Luego, una sonrisa apareció en su rostro. "Entonces, si entiendo bien, ¿me estás diciendo que soy tu cita de emergencia?"

Me reí, más relajada por su tono. "Sí, algo así."

"Interesante," dijo, su tono aún juguetón pero sincero. "¿Y crees que soy la elección adecuada para esa misión?"

Su pregunta me pilló desprevenida. Lo miré fijamente por un momento, tratando de decidir si estaba bromeando o hablando en serio. "Bueno… ¿estarías dispuesto a ser mi cita?"

Jake sonrió y se apoyó en el respaldo de la silla, cruzando los brazos frente a él. "Así que, ambos estamos buscando citas para escapar de situaciones incómodas, ¿eh?"

"¿En serio?" pregunté, sorprendida. No esperaba que él también estuviera bajo presión.

Jake asintió, su expresión cambiando ligeramente, volviéndose más seria. "Mi madre me está presionando para que siente cabeza. Y honestamente, no me molesta tanto la idea, pero la forma en que lo hace me hace querer huir."

Me reí, comprendiendo totalmente la situación. "Parece que necesitamos un plan de escape."

"Sí, y es ahí donde creo que podemos ayudarnos mutuamente." Jake se inclinó un poco hacia mí, sus ojos fijos en los míos. "Hagamos un trato. Yo seré tu cita para la boda de tu amiga, y tú serás mi... 'novia' en mi próximo evento familiar."

Mi corazón comenzó a latir más rápido, no solo por la cercanía, sino por lo surrealista de la propuesta. ¿Realmente estaba considerando esto? La idea era loca y tentadora al mismo tiempo.

"¿Estás hablando en serio?" le pregunté, intentando no parecer demasiado ansiosa.

Jake sonrió, su mirada cálida y segura. "Completamente."

Me quedé mirándolo por un momento, intentando medir si esto era una buena idea o una locura absoluta. Finalmente, me encogí de hombros y, con una sonrisa traviesa, extendí la mano. "Trato hecho."

Jake estrechó mi mano, su toque firme pero suave. "Trato hecho", repitió, y por un instante, un cosquilleo recorrió mi brazo, retiré la mano de la forma más natural posible, intentando no parecer afectada por la sensación.

Justo en ese momento, una sombra familiar se posó detrás de Jake. Mi corazón se detuvo por un segundo, y el cosquilleo que había sentido por el toque de Jake fue reemplazado por un escalofrío que me recorrió de pies a cabeza.

"Emma... ¿eres tú?"

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