Soy Jake", respondió, tomando asiento frente a mí.
Al escuchar su respuesta, una oleada de pensamientos cruzaron mi mente. Joder, ¿esta es mi cita?, pensé, sintiendo una mezcla de sorpresa y desconcierto. Su apariencia era sorprendentemente atractiva, con ojos de un azul profundo que reflejaban una mirada intensa, mandíbulas resaltadas que daban una impresión de firmeza, labios perfectamente formados y un mentón cubierto de una barba cuidadosamente recortada. Su cabello oscuro le daba un aspecto aún más encantador. Era difícil de creer que alguien así estuviera interesado en mí. Oh por Dios, esto va a ser difícil, murmuré para mis adentros, tratando de ocultar mi sorpresa detrás de una sonrisa educada. "¿Tú eres Jake?" pregunté, tratando de recuperar la compostura mientras lo miraba a los ojos. Jake emitió una suave carcajada y asintió. "Sí, soy Jake", dijo con una pequeña sonrisa. "Es un placer conocerte, Emma." Sus palabras resonaron en mi mente mientras intentaba procesar la situación. ¿Cómo había terminado en una cita con alguien tan atractivo?. Me pellizque disimuladamente el antebrazo para saber si estaba soñando o si era un cruel juego de mis nervios. Era difícil de creer, pero aquí estaba, sentada frente a Jake, tratando de mantener la compostura. "El placer es mío", respondí con una sonrisa nerviosa. "Gracias por aceptar encontrarte conmigo." Jake se inclinó un poco hacia adelante, como si estuviera genuinamente interesado en lo que tenía que decir. La mirada intensa de sus ojos azules me hacía sentir nerviosa. "He estado esperando este momento", dijo, su voz ronca envolviendo cada palabra como un suave susurro. "Tu perfil me pareció realmente interesante." Mis mejillas se sonrojaron al instante. ¿De verdad? ¿Yo, interesante?. Eso era algo que necesitaba escuchar más a menudo. Observé a mi alrededor, notando la decoración acogedora del café y el suave murmullo de las conversaciones que llenaban el aire. "Se siente bastante agradable aquí. Nunca había venido antes." "Te entiendo. La primera vez que vine, también me sorprendió," dijo, mirando el menú que se encontraba en la mesa. "¿Te gustaría pedir algo? Recomiendo el cappuccino; es uno de los mejores que he probado." "Creo que me animaré con eso", respondí, intentando parecer más tranquila de lo que realmente estaba. "Y una rebanada de pastel de chocolate." Tal vez una dosis de cafeína me ayudaría a calmar los nervios. Jake llamó a la camarera con una sonrisa encantadora. "Dos cappuccinos y una rebanada de pastel de chocolate, por favor." Mientras ella anotaba el pedido y se alejaba, Jake volvió su atención hacia mí, sus ojos brillando con curiosidad. "¿Y qué te trae a este mundo de las citas en línea, Emma?" La pregunta me tomó por sorpresa. Por un momento, me quedé sin palabras, luchando por encontrar una respuesta que sonara casual. "Bueno, la verdad es que mis amigos pensaron que sería divertido", estuve a punto de decir, pero sin pensarlo terminé confesando la verdad. "Necesito una cita para asistir a la boda de mi amiga Rachel", dije riéndome nerviosamente. "Por eso creé mi perfil en la aplicación." Jake arqueó una ceja, su expresión divertida pero no burlona. "¿Una boda? Eso sí que es un buen motivo", murmuró él. "¿Y por qué necesitas una cita para la boda?" Me mordí el labio, preguntándome cómo explicar la complicada situación sin hacerla parecer demasiado dramática. "Bueno... digamos que mi exnovio será el padrino. Y la última vez que lo vi, no terminó exactamente bien." "Ah, ya veo." Jake asintió lentamente, tomando un sorbo de su cappuccino. "¿Te sientes incómoda por verlo?" "Incómoda es decir poco," respondí, sintiendo que el calor subía a mis mejillas. "Es... complicado. No quiero ir sola y tener que enfrentarme a él, ya sabes, con su actitud de 'mira lo que te estás perdiendo'." Me encogí de hombros. "Pensé que sería mejor llevar a alguien y evitar la incomodidad." Jake me observó por un momento, como si estuviera procesando lo que acababa de decir. Luego, una sonrisa apareció en su rostro. "Entonces, si entiendo bien, ¿me estás diciendo que soy tu cita de emergencia?" Me reí, más relajada por su tono. "Sí, algo así." "Interesante," dijo, su tono aún juguetón pero sincero. "¿Y crees que soy la elección adecuada para esa misión?" Su pregunta me pilló desprevenida. Lo miré fijamente por un momento, tratando de decidir si estaba bromeando o hablando en serio. "Bueno… ¿estarías dispuesto a ser mi cita?" Jake sonrió y se apoyó en el respaldo de la silla, cruzando los brazos frente a él. "Así que, ambos estamos buscando citas para escapar de situaciones incómodas, ¿eh?" "¿En serio?" pregunté, sorprendida. No esperaba que él también estuviera bajo presión. Jake asintió, su expresión cambiando ligeramente, volviéndose más seria. "Mi madre me está presionando para que siente cabeza. Y honestamente, no me molesta tanto la idea, pero la forma en que lo hace me hace querer huir." Me reí, comprendiendo totalmente la situación. "Parece que necesitamos un plan de escape." "Sí, y es ahí donde creo que podemos ayudarnos mutuamente." Jake se inclinó un poco hacia mí, sus ojos fijos en los míos. "Hagamos un trato. Yo seré tu cita para la boda de tu amiga, y tú serás mi... 'novia' en mi próximo evento familiar." Mi corazón comenzó a latir más rápido, no solo por la cercanía, sino por lo surrealista de la propuesta. ¿Realmente estaba considerando esto? La idea era loca y tentadora al mismo tiempo. "¿Estás hablando en serio?" le pregunté, intentando no parecer demasiado ansiosa. Jake sonrió, su mirada cálida y segura. "Completamente." Me quedé mirándolo por un momento, intentando medir si esto era una buena idea o una locura absoluta. Finalmente, me encogí de hombros y, con una sonrisa traviesa, extendí la mano. "Trato hecho." Jake estrechó mi mano, su toque firme pero suave. "Trato hecho", repitió, y por un instante, un cosquilleo recorrió mi brazo, retiré la mano de la forma más natural posible, intentando no parecer afectada por la sensación. Justo en ese momento, una sombra familiar se posó detrás de Jake. Mi corazón se detuvo por un segundo, y el cosquilleo que había sentido por el toque de Jake fue reemplazado por un escalofrío que me recorrió de pies a cabeza. "Emma... ¿eres tú?"Jake Bennett ∘◦❁◦∘ ═══ ∘◦❁◦∘ ═══ ∘◦❁◦∘ Me despierto por el sonido de la alarma a las 4:30 am, como cada mañana. Siempre he creído que la clave del éxito está en la disciplina. El éxito no se construye solo, y eso comienza antes de que el sol haya salido. Me levanto de la cama, mis pies tocan el suelo frío de madera, mientras estiro mis músculos aún adormecidos. Mi rutina me lleva al gimnasio en el segundo piso de mi casa, un espacio diseñado para el rendimiento. En una esquina, el rack de pesas y una caminadora; frente a mí, grandes ventanales que ofrecen una vista impresionante de la ciudad. Me cambio rápidamente: pantalones de chándal negros y una camiseta ajustada. Todo está perfectamente dispuesto en mi armario. No hay espacio para el desorden, ni en mi vida ni en mi casa. Empiezo con unos minutos de estiramientos antes de saltar a la caminadora. El sonido rítmico de mis zapatillas contra la cinta se mezcla con la música clásica que he puesto en los altavoces. Hay algo en
No podía ser. ¿Está aquí? de tantos lugares tenía que aparecer justamente en este ¿ por qué Dios? ¿Acaso estoy pagando alguna penitencia?Sentí mi garganta secarse, y mis ojos se abrieron un poco más de lo normal mientras intentaba enfocarme en Jake, quien seguía hablándome con su mirada tranquila. No escuchaba ni una palabra de lo que decía, porque detrás de él, la figura que acababa de entrar estaba más cerca de lo que me gustaría. Mi respiración se aceleró mientras apretaba las manos bajo la mesa, esperando que no me notara."Emma, ¿estás bien?" preguntó Jake, inclinándose hacia adelante, preocupado.Antes de poder responder, una voz familiar—una que reconocería en cualquier parte—llamó mi atención, helándome por completo."Emma... ¿eres tú?"Mi corazón se detuvo por un segundo. Esa voz. Esa maldita voz.Con todo el coraje que pude reunir, levanté la mirada y ahí estaba, con esa sonrisa arrogante que no había cambiado ni un poco. Tom Harris. Mi ex. El hombre que menos quería ver ho
Cuando la puerta del apartamento se cerró detrás de mí, fue como si todo el peso de la noche finalmente cayera sobre mis hombros. Me quité los zapatos y dejé las llaves en el cuenco junto a la entrada, soltando un largo suspiro. Todavía podía sentir la mezcla de adrenalina y confusión corriendo por mis venas. Me dirigí al sofá y me dejé caer pesadamente. Jake y yo habíamos tenido una cita fantástica, mejor de lo que habría imaginado… hasta que Tom apareció, arruinando mi paz.Habían pasado meses desde la última vez que lo vi, y de alguna manera, verlo allí, en el mismo lugar, me revolvió el estómago. ¿Cómo era posible que, después de tanto tiempo, una simple aparición suya pudiera desestabilizarme de esa forma? Me pasé una mano por el cabello, tratando de ordenar mis pensamientos.Me quedé mirando al techo, intentando ordenar mis pensamientos. La noche había sido una montaña rusa de emociones, y aunque Jake había manejado la situación con una calma envidiable, yo no podía de
Emma∘◦❁◦∘Desperté con el sonido irritante del despertador; había olvidado apagar la alarma. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas, creando un patrón de líneas doradas sobre el suelo. Froté mis ojos, tratando de despejar la niebla de sueño que aún me envolvía, sentía una ligera sensación de incredulidad. Todo lo de la noche anterior había sido… raro. Divertido, sí, pero definitivamente raro. Proponerle a Jake ser mi novio falso en una videollamada a medianoche no era algo que estuviera en mis planes. Y sin embargo, ahí estaba yo, riéndome con él como si no tuviera preocupaciones en el mundo.—¿Qué demonios fue eso? —murmuré en voz alta, cubriéndome la cara con las manos.Me giré en la cama, repasando cada segundo de esa conversación en mi mente. ¿En qué estaba pensando? ¿Era una broma? Claro que sí. ¿Había significado algo más? …Tal vez. Eso era lo que más me desconcertaba. Lo espontáneo del momento había resultado ser mucho más poderoso de lo que esperaba. ¿Cómo una peq
¿Qué querrá ahora?Me orillo a un lado de la carretera y tomo el teléfono. Abro el mensaje con curiosidad."¿Te gustaría cenar conmigo?"—¿Cenar? —murmuro, sorprendida, mientras mi estómago da un pequeño vuelco.Respiro hondo, intentando calmarme. ¿En serio me acaba de invitar a cenar? Apoyo los codos en el volante y escribo, con los dedos más torpes de lo normal: "Claro, me encantaría!"La respuesta llega casi de inmediato:"Perfecto. Te recojo a las 7."Mi corazón se acelera.—¡Suena genial! Nos vemos entonces —tecleo rápido antes de que las dudas puedan frenarme.Sonrío como tonta, guardo el teléfono y regreso a la carretera, pisando un poco más el acelerador. La luz del atardecer pinta el cielo de tonos
El aire fresco de la noche nos envuelve en cuanto cruzamos la puerta del edificio. Jake me guía hasta su auto, un Mercedes que parece sacado de una revista, y me abre la puerta con una sonrisa.—Gracias —murmuró, algo nerviosa, mientras me acomodo en el asiento.Él rodea el auto y se instala en el asiento del conductor. Los minutos transcurren en un silencio cómodo, apenas roto por el suave ronroneo del motor y la música de fondo, que parece elegida a propósito para la noche. De vez en cuando doy pequeñas miradas a su perfil, notando la forma en que sus manos se aferran al volante, fuertes y seguras.Finalmente, él rompe el silencio.—¿Tuviste un buen día? —pregunta.—Algo movido, pero bien —respondo, sin tomarle mucha importancia. No puedo evitar soltar una risita al recordar la clase de hoy—. Digamos que mis estudiantes hoy estaban con una energía... única.Él suelta una pequeña risa.—Me gustaría ver eso algún día.— Apuesto que sí. Antes de darme cuenta, hemos llegado al restau
Jake❁❁❁Luego de asegurarme de que Emma entrara al edificio, regresé al auto, y retomé mi camino. La calle estaba tranquila, con apenas un par de faroles encendidos proyectando sombras largas en el pavimento. Suspiré, sintiendo el cansancio acumulado en cada uno de mis músculos. Una ligera lluvia comenzó a caer mientras manejaba de regreso a casa, pero ni siquiera eso me distrajo. Pensaba en Emma, en cómo me había hecho sentir algo que no había experimentado en mucho tiempo.Clair de Lune de Claude Debussy sonaba en la radio, pero no era eso lo que me tenía atrapado. Era su risa. la forma de sus ojos brillaban al contar alguna anécdota absurda de su trabajo, la forma en que su nariz se arrugaba, cómo se sonrojaba, . Todo en ella me llamaba la atención de manera que no podía ignorar.¿Qué demonios me pasa?La respuesta era obvia, pero no lo admitiría en voz alta.¿Qué tiene esta mujer que me tiene así?El semáforo se puso en rojo y frené. Miré por la ventana, las gotas de lluvia c
Emma Davis∘◦❁◦∘ ═══ ∘◦❁◦∘ ═══ ∘◦❁◦∘Hoy es uno de esos días en los que el universo parece conspirar en mi contra. Ya sabes, es el tipo de día en el que el universo decide ponerse en plan dramático, como si estuviera audicionando para una telenovela.Y aquí estoy yo, Emma Davis, sentada en mi pequeño apartamento en San Francisco, con una taza de café en una mano y el teléfono en la otra, mientras intento procesar el caos emocional en el que me encuentro. Afuera el sol brilla, los pájaros cantan, y el cielo está tan despejado que parece pintado a mano. ¿El motivo de mi angustia? Una boda. y no, no es una boda cualquiera. Es la boda de mi mejor amiga, Rachel, y aunque eso ya es un motivo para estar nerviosa, no es lo peor. El verdadero problema es que mi exnovio, sí, ese que me rompió el corazón en pedacitos como si fuera papel de reciclaje, será el padrino de la boda. Y claro, no puedo permitirme llegar sola a la boda y enfrentarme a él sin compañía, especialmente después de nuestr