No podía ser. ¿Está aquí? de tantos lugares tenía que aparecer justamente en este ¿ por qué Dios? ¿Acaso estoy pagando alguna penitencia?
Sentí mi garganta secarse, y mis ojos se abrieron un poco más de lo normal mientras intentaba enfocarme en Jake, quien seguía hablándome con su mirada tranquila. No escuchaba ni una palabra de lo que decía, porque detrás de él, la figura que acababa de entrar estaba más cerca de lo que me gustaría. Mi respiración se aceleró mientras apretaba las manos bajo la mesa, esperando que no me notara. "Emma, ¿estás bien?" preguntó Jake, inclinándose hacia adelante, preocupado. Antes de poder responder, una voz familiar—una que reconocería en cualquier parte—llamó mi atención, helándome por completo. "Emma... ¿eres tú?" Mi corazón se detuvo por un segundo. Esa voz. Esa m*****a voz. Con todo el coraje que pude reunir, levanté la mirada y ahí estaba, con esa sonrisa arrogante que no había cambiado ni un poco. Tom Harris. Mi ex. El hombre que menos quería ver hoy, o cualquier otro día, para ser honesta. —Tom —murmuré, sintiendo cómo el calor abandonaba mi cuerpo. Jake giró la cabeza hacia él, claramente tratando de conectar las piezas, mientras yo luchaba por controlar mis emociones. No iba a dejar que Tom tuviera poder sobre mí otra vez, no hoy. —¿Qué haces aquí? —le solté, tratando de sonar firme, aunque mi voz temblaba un poco. Tom se encogió de hombros con esa despreocupación que siempre me sacaba de quicio. ¡Qué fastidio! —No pensé que te vería aquí, Emma. ¿Ya me has olvidado tan pronto? dijo, con una media sonrisa que me dio ganas de lanzarle el vaso de agua en la cara. Jake me lanzó una mirada rápida, como buscando alguna explicación. —¿Es él…? —preguntó en voz baja, entendiendo de inmediato que tenía delante al famoso ex. Asentí, sintiendo cómo la vergüenza me invadía. No había previsto nada de esto. Tom se dirigió hacia mí con total confianza. —¿Quién es tu amigo, Emma? —preguntó, ignorando por completo a Jake, como si él fuera invisible. Antes de que pudiera abrir la boca para responder, Jake se adelantó. Con una calma impresionante, se levantó de su asiento y extendió la mano hacia Tom. — Mucho gusto, soy Jake Bennett, el novio de Emma —dijo, con una calma impresionante. Mi corazón dio un vuelco, y por un segundo olvidé cómo respirar. Miré a Jake como si tuviera dos cabezas. Tom se quedó inmóvil un segundo, sin poder disimular su sorpresa. —¿Ah, sí? Jake me miró con una sonrisa más grande que la del gato cheshire. ¿Novio? —repitió, como si le costara procesarlo. ¿Hay algún problema con eso? —preguntó Jake, con una confianza que me dejó sin palabras. Tom se aclaró la garganta y forzó una sonrisa tensa. —No, claro que no. Solo... fue una sorpresa —repitió Tom, su sonrisa casi forzada. La tensión en el aire era palpable, como si ambos estuvieran midiendo sus palabras con un cuidado extremo. Jake no se inmutó, manteniendo su postura relajada. —Emma se merece a alguien que realmente la aprecie. Mis mejillas ardieron al escuchar eso, pero al mismo tiempo, un cosquilleo recorrió mi cuerpo. Jake me estaba defendiendo y eso, de alguna manera, me hacía sentir bien. Tom frunció el ceño, preguntó ¿qué te hace pensar que eres el indicado para ella? —preguntó, tratando de mantener un aire de superioridad, aunque su voz temblaba ligeramente. Abrí la boca a tal punto que casi se me cae la mandíbula, pero que diablos le pasaba por la cabeza a este imbécil. —Lo mismo podría preguntarte, Tom —replicó Jake sin perder la compostura—. Lo importante aquí es que estoy con Emma tú no. Ese señoras y señores fue un golpe directo al gran ego de Tom. Estaba segura de que mis mejillas estaban más rojas que un tomate. Mire a Jake que aún sonreía. Sentí un impulso de tocar su mano para agradecerle, pero me contuve. La última cosa que necesitaba era que Tom viera cuán afectada estaba. —Bueno, fue bueno verte, Emma —dijo Tom, intentando recuperar algo de dignidad. Ni siquiera le puse atención. Jake me miró, su sonrisa aún iluminando su rostro. —No puedo creer que acabas de hacer eso —dije, incapaz de contener mi sorpresa—. ¿Te diste cuenta de lo que acabas de hacer? Jake se encogió de hombros, su actitud despreocupada era casi desconcertante. —Al fin y al cabo, serás mi novia, ¿no? —dijo Jake, con una sonrisa pícara en su rostro. ‘’Falsa’’ respondo de inmediato. —Pero eso, tu querido Tom, no lo sabe Sonreí, la idea de que Tom pensara que Jake y yo éramos una pareja real me daba una extraña alegría . Además, no puedes permitir que alguien como él te menosprecie. Mis mejillas volvieron a arder. ¡Jesús! A este punto, me confundirían con un tomate. —De verdad, gracias —murmuré, sintiendo que mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Jake se recostó en su silla, su mirada fija en mí, como si estuviera analizando cada una de mis reacciones. —No tienes que agradecérmelo dijo, haciendo una pausa para añadir. Además, me parece que ser tu novio ‘’falso’’ será divertido. La conversación se deslizó hacia temas más ligeros. Hablar de nuestras vidas, de cosas triviales y banales, me permitió relajarme. Después de unos minutos, la tensión inicial se disipó, y comenzamos a reírnos, compartiendo historias de nuestros días. Al final, mientras nos despedíamos, la idea de tener un “novio” falso comenzó a parecerme menos descabellada. Quizás, solo quizás, hasta sería divertido.Cuando la puerta del apartamento se cerró detrás de mí, fue como si todo el peso de la noche finalmente cayera sobre mis hombros. Me quité los zapatos y dejé las llaves en el cuenco junto a la entrada, soltando un largo suspiro. Todavía podía sentir la mezcla de adrenalina y confusión corriendo por mis venas. Me dirigí al sofá y me dejé caer pesadamente. Jake y yo habíamos tenido una cita fantástica, mejor de lo que habría imaginado… hasta que Tom apareció, arruinando mi paz.Habían pasado meses desde la última vez que lo vi, y de alguna manera, verlo allí, en el mismo lugar, me revolvió el estómago. ¿Cómo era posible que, después de tanto tiempo, una simple aparición suya pudiera desestabilizarme de esa forma? Me pasé una mano por el cabello, tratando de ordenar mis pensamientos.Me quedé mirando al techo, intentando ordenar mis pensamientos. La noche había sido una montaña rusa de emociones, y aunque Jake había manejado la situación con una calma envidiable, yo no podía de
Emma∘◦❁◦∘Desperté con el sonido irritante del despertador; había olvidado apagar la alarma. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas, creando un patrón de líneas doradas sobre el suelo. Froté mis ojos, tratando de despejar la niebla de sueño que aún me envolvía, sentía una ligera sensación de incredulidad. Todo lo de la noche anterior había sido… raro. Divertido, sí, pero definitivamente raro. Proponerle a Jake ser mi novio falso en una videollamada a medianoche no era algo que estuviera en mis planes. Y sin embargo, ahí estaba yo, riéndome con él como si no tuviera preocupaciones en el mundo.—¿Qué demonios fue eso? —murmuré en voz alta, cubriéndome la cara con las manos.Me giré en la cama, repasando cada segundo de esa conversación en mi mente. ¿En qué estaba pensando? ¿Era una broma? Claro que sí. ¿Había significado algo más? …Tal vez. Eso era lo que más me desconcertaba. Lo espontáneo del momento había resultado ser mucho más poderoso de lo que esperaba. ¿Cómo una peq
¿Qué querrá ahora?Me orillo a un lado de la carretera y tomo el teléfono. Abro el mensaje con curiosidad."¿Te gustaría cenar conmigo?"—¿Cenar? —murmuro, sorprendida, mientras mi estómago da un pequeño vuelco.Respiro hondo, intentando calmarme. ¿En serio me acaba de invitar a cenar? Apoyo los codos en el volante y escribo, con los dedos más torpes de lo normal: "Claro, me encantaría!"La respuesta llega casi de inmediato:"Perfecto. Te recojo a las 7."Mi corazón se acelera.—¡Suena genial! Nos vemos entonces —tecleo rápido antes de que las dudas puedan frenarme.Sonrío como tonta, guardo el teléfono y regreso a la carretera, pisando un poco más el acelerador. La luz del atardecer pinta el cielo de tonos
El aire fresco de la noche nos envuelve en cuanto cruzamos la puerta del edificio. Jake me guía hasta su auto, un Mercedes que parece sacado de una revista, y me abre la puerta con una sonrisa.—Gracias —murmuró, algo nerviosa, mientras me acomodo en el asiento.Él rodea el auto y se instala en el asiento del conductor. Los minutos transcurren en un silencio cómodo, apenas roto por el suave ronroneo del motor y la música de fondo, que parece elegida a propósito para la noche. De vez en cuando doy pequeñas miradas a su perfil, notando la forma en que sus manos se aferran al volante, fuertes y seguras.Finalmente, él rompe el silencio.—¿Tuviste un buen día? —pregunta.—Algo movido, pero bien —respondo, sin tomarle mucha importancia. No puedo evitar soltar una risita al recordar la clase de hoy—. Digamos que mis estudiantes hoy estaban con una energía... única.Él suelta una pequeña risa.—Me gustaría ver eso algún día.— Apuesto que sí. Antes de darme cuenta, hemos llegado al restau
Jake❁❁❁Luego de asegurarme de que Emma entrara al edificio, regresé al auto, y retomé mi camino. La calle estaba tranquila, con apenas un par de faroles encendidos proyectando sombras largas en el pavimento. Suspiré, sintiendo el cansancio acumulado en cada uno de mis músculos. Una ligera lluvia comenzó a caer mientras manejaba de regreso a casa, pero ni siquiera eso me distrajo. Pensaba en Emma, en cómo me había hecho sentir algo que no había experimentado en mucho tiempo.Clair de Lune de Claude Debussy sonaba en la radio, pero no era eso lo que me tenía atrapado. Era su risa. la forma de sus ojos brillaban al contar alguna anécdota absurda de su trabajo, la forma en que su nariz se arrugaba, cómo se sonrojaba, . Todo en ella me llamaba la atención de manera que no podía ignorar.¿Qué demonios me pasa?La respuesta era obvia, pero no lo admitiría en voz alta.¿Qué tiene esta mujer que me tiene así?El semáforo se puso en rojo y frené. Miré por la ventana, las gotas de lluvia c
Me desperté con el estridente sonido del despertador. Último día de la semana, y una semana larga, por cierto. La luz de la mañana se colaba por las cortinas, llenando la habitación con una calidez extraña. Mientras me desperezaba, me sorprendí recordando la noche del sábado pasado, cuando Jake me dejó en la puerta de mi edificio. Había pasado casi una semana desde entonces, y aunque no habíamos hablado mucho, su imagen seguía rondando mi mente de vez en cuando.Esa noche... Bueno, fue extraña pero en el buen sentido. Fue diferente a cualquier otra cosa que hubiera hecho en mi vida.Pensar en él me causa una especie de vértigo. El problema es que no podía negar que la idea de estar cerca de él, me había hecho sonreír más de lo que había hecho en semanas.Mejor dicho, más de lo que alguna vez el inutil de mi ex logró.Me levanté de la cama y, fui directo a la cocina, mientras preparaba café, traté de ordenar mis pensamientos.El sonido de la cafetera me sacó de mis pensamientos. Me apoy
Mi respiración se detuvo, y el ruido alrededor pareció desvanecerse como si alguien hubiera silenciado todo en ese instante.Lo único que sentía era su mirada fija en mí. No sabía si moverme o quedarme clavada en el mismo lugar, así que opté por la segunda opción. Seguí ahí, congelada, mientras mis ojos finalmente encontraban el origen de esa sensación.Allí, entre las sombras, había alguien, y ¿lo reconocí? Pues claro que lo reconocí, esa mirada la reconocería en cualquier lugar.Mi primer impulso fue fingir que no lo había visto y seguir bailando como si nada, pero ¿a quién engaño? Ese tipo de autoengaño no va conmigo.Intenté calmar mi respiración. Tranquila, Emma, me dije, solo actúa natural. Pero mi cerebro no parecía querer colaborar conmigo.¿Por qué, de todos los días y de todos los lugares, tenía que ser aquí y ahora? Quiero decir, no estaba precisamente en mi versión más “glamorosa” después de haber bailado por más de media hora y sudado lo suficiente.Mis pies, que hasta hac
Siento su mano deslizándose lentamente desde mi muslo, recorriendo mi vientre y subiendo hasta mi cuello, donde se detiene y me sostiene con firmeza.Mientras sujeta mi cuello, acerca su boca a mi oído y susurra, con voz ronca, no me provoques, mi Emma.La manera en que me tiene contra su cuerpo, su mano firme en mi cuello y ese susurro lleno de advertencia... cada centímetro de mi piel se eriza.Les juro, esta es la escena más erótica que he vivido en mi vida.Sus labios rozan apenas la piel de mi cuello, pierdo cualquier rastro de cordura.. Me giro lentamente hasta quedar frente a él, no me da tiempo a nada, cuando siento sus labios encuentran los míos.Al principio es suave, pero un segundo después, el beso se vuelve hambriento.Hmm.. sus labios son una delicia.Mi respiración se mezcla con la suya, enredo mis manos en su cabello, jalandolo ligeramente, sus manos se deslizan a mi cintura, me acerca más a su cuerpo como si eso fuera posible.Nos separamos por la falta del bendito air