Capitulo 5

No podía ser. ¿Está aquí? de tantos lugares tenía que aparecer justamente en este ¿ por qué Dios? ¿Acaso estoy pagando alguna penitencia?

Sentí mi garganta secarse, y mis ojos se abrieron un poco más de lo normal mientras intentaba enfocarme en Jake, quien seguía hablándome con su mirada tranquila. No escuchaba ni una palabra de lo que decía, porque detrás de él, la figura que acababa de entrar estaba más cerca de lo que me gustaría. Mi respiración se aceleró mientras apretaba las manos bajo la mesa, esperando que no me notara.

"Emma, ¿estás bien?" preguntó Jake, inclinándose hacia adelante, preocupado.

Antes de poder responder, una voz familiar—una que reconocería en cualquier parte—llamó mi atención, helándome por completo.

"Emma... ¿eres tú?"

Mi corazón se detuvo por un segundo. Esa voz. Esa m*****a voz.

Con todo el coraje que pude reunir, levanté la mirada y ahí estaba, con esa sonrisa arrogante que no había cambiado ni un poco. Tom Harris. Mi ex. El hombre que menos quería ver hoy, o cualquier otro día, para ser honesta.

—Tom —murmuré, sintiendo cómo el calor abandonaba mi cuerpo.

Jake giró la cabeza hacia él, claramente tratando de conectar las piezas, mientras yo luchaba por controlar mis emociones. No iba a dejar que Tom tuviera poder sobre mí otra vez, no hoy.

—¿Qué haces aquí? —le solté, tratando de sonar firme, aunque mi voz temblaba un poco.

Tom se encogió de hombros con esa despreocupación que siempre me sacaba de quicio.

¡Qué fastidio!

—No pensé que te vería aquí, Emma. ¿Ya me has olvidado tan pronto? dijo, con una media sonrisa que me dio ganas de lanzarle el vaso de agua en la cara.

Jake me lanzó una mirada rápida, como buscando alguna explicación.

—¿Es él…? —preguntó en voz baja, entendiendo de inmediato que tenía delante al famoso ex.

Asentí, sintiendo cómo la vergüenza me invadía. No había previsto nada de esto.

Tom se dirigió hacia mí con total confianza.

—¿Quién es tu amigo, Emma? —preguntó, ignorando por completo a Jake, como si él fuera invisible.

Antes de que pudiera abrir la boca para responder, Jake se adelantó. Con una calma impresionante, se levantó de su asiento y extendió la mano hacia Tom.

— Mucho gusto, soy Jake Bennett, el novio de Emma —dijo, con una calma impresionante.

Mi corazón dio un vuelco, y por un segundo olvidé cómo respirar. Miré a Jake como si tuviera dos cabezas.

Tom se quedó inmóvil un segundo, sin poder disimular su sorpresa.

—¿Ah, sí?

Jake me miró con una sonrisa más grande que la del gato cheshire.

¿Novio? —repitió, como si le costara procesarlo.

¿Hay algún problema con eso? —preguntó Jake, con una confianza que me dejó sin palabras.

Tom se aclaró la garganta y forzó una sonrisa tensa.

—No, claro que no. Solo... fue una sorpresa —repitió Tom, su sonrisa casi forzada. La tensión en el aire era palpable, como si ambos estuvieran midiendo sus palabras con un cuidado extremo.

Jake no se inmutó, manteniendo su postura relajada. —Emma se merece a alguien que realmente la aprecie.

Mis mejillas ardieron al escuchar eso, pero al mismo tiempo, un cosquilleo recorrió mi cuerpo. Jake me estaba defendiendo y eso, de alguna manera, me hacía sentir bien.

Tom frunció el ceño, preguntó ¿qué te hace pensar que eres el indicado para ella? —preguntó, tratando de mantener un aire de superioridad, aunque su voz temblaba ligeramente.

Abrí la boca a tal punto que casi se me cae la mandíbula, pero que diablos le pasaba por la cabeza a este imbécil.

—Lo mismo podría preguntarte, Tom —replicó Jake sin perder la compostura—. Lo importante aquí es que estoy con Emma tú no.

Ese señoras y señores fue un golpe directo al gran ego de Tom.

Estaba segura de que mis mejillas estaban más rojas que un tomate. Mire a Jake que aún sonreía. Sentí un impulso de tocar su mano para agradecerle, pero me contuve. La última cosa que necesitaba era que Tom viera cuán afectada estaba.

—Bueno, fue bueno verte, Emma —dijo Tom, intentando recuperar algo de dignidad.

Ni siquiera le puse atención.

Jake me miró, su sonrisa aún iluminando su rostro.

—No puedo creer que acabas de hacer eso —dije, incapaz de contener mi sorpresa—. ¿Te diste cuenta de lo que acabas de hacer?

Jake se encogió de hombros, su actitud despreocupada era casi desconcertante. —Al fin y al cabo, serás mi novia, ¿no? —dijo Jake, con una sonrisa pícara en su rostro.

‘’Falsa’’ respondo de inmediato.

—Pero eso, tu querido Tom, no lo sabe

Sonreí, la idea de que Tom pensara que Jake y yo éramos una pareja real me daba una extraña alegría .

Además, no puedes permitir que alguien como él te menosprecie.

Mis mejillas volvieron a arder. ¡Jesús! A este punto, me confundirían con un tomate.

—De verdad, gracias —murmuré, sintiendo que mi corazón latía con fuerza en mi pecho.

Jake se recostó en su silla, su mirada fija en mí, como si estuviera analizando cada una de mis reacciones. —No tienes que agradecérmelo dijo, haciendo una pausa para añadir. Además, me parece que ser tu novio ‘’falso’’ será divertido.

La conversación se deslizó hacia temas más ligeros. Hablar de nuestras vidas, de cosas triviales y banales, me permitió relajarme. Después de unos minutos, la tensión inicial se disipó, y comenzamos a reírnos, compartiendo historias de nuestros días.

Al final, mientras nos despedíamos, la idea de tener un “novio” falso comenzó a parecerme menos descabellada. Quizás, solo quizás, hasta sería divertido.

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