AlinaRoxanne cae de espaldas en un charco de sangre. El arma que antes sostenía entre mis manos cae al piso cuando por inercia llevo mis manos a mi boca debido a la impresión. ¿Qué acabo de hacer?«Soy una asesina»Mis manos tiemblan al igual que mis labios, no sé en qué momento comencé a llorar, pero mis mejillas están húmedas y no puedo controlar los sollozos que sacuden con violencia mi cuerpo. Alonzo llega a mi lado y me sostiene entre sus brazos, apenas soy consciente de mí misma cuando el cuerpo de Luka cae junto al mío en el suelo, su costado sangra abundantemente y corro hacia él tan rápido como mis piernas temblorosas me lo permiten.En el lugar solo resuenan mis gritos y el ruido que aún se escucha en el exterior. El equipo con el que entramos aquí se aproxima hasta nosotros y sin perder tiempo nos levantan a ambos y nos sacan de la bodega a pesar de mis súplicas por estar junto a mi esposo.—Tranquila, él estará bien. —Alonzo me ayuda a entrar a una de las camionetas, mien
LukaHan pasado tres meses desde que Alina se fue de mi lado. Tres jodidos meses en los que no he hecho más que extrañarla como un demente. Tres meses en los que mi hijo ha crecido lejos de mí. ¿qué nuevos logros habrá alcanzado?, ¿estará bien?, ¿se habrá enfermado?, ¿me extrañará?«¿Me recordará siquiera…?»No lo creo, es tan pequeño que se habrá adaptado rápidamente a vivir sin mí, y eso me aterra.Ni siquiera he hecho un esfuerzo por encontrarlos, ella quiso alejarse de esta vida y estoy tratando de respetar sus deseos, pero a veces me es tan difícil continuar sin Alina, que siento que en cualquier momento mandaré todo a la mierda y correré a buscarla.Por fin he tomado mi puesto como líder en la organización. Mi tío, lejos de lo que pensé, se ha tomado el cambio bastante bien, tanto, que puedo decir que se ha vuelto mi mejor aliado.—Deberías buscarlos —dice Marco desde la puerta de mi oficina—. Solo para asegurarte de que estén bien.—¿Qué haces aquí? —Aprieto con más fuerza el j
Alina—¡Listo el pedido para la mesa 7! —anuncio en la barra que divide la cocina del área de comedor de mi restaurante. Este día ha sido demasiado ajetreado, y sé que nadie suele quejarse de tener mucho trabajo, pero, justo hoy quería marcharme temprano a casa y no me ha sido posible con la enorme afluencia de comensales que ha visitado mi lugar de trabajo.Mañana es el primer cumpleaños de Leonardo y estoy muy emocionada de celebrarlo, pero aún me hacen falta algunas cosas que necesito para la fiesta y pensaba terminarlas hoy.—¡Cuánta gente hemos tenido hoy! —exclama Lola llegando por la orden que acabo de dejar en la barra—. Es como si supieran que mañana estará cerrado.Lola, mi eterna compañera, la mejor amiga que jamás imaginé tener; es la persona que más me ha ayudado a salir adelante durante estos meses. Me dio asilo en su casa hasta que encontré la valentía para decirle a mi abuela sobre mi separación con Luka, me ayudó a fundar mi propio restaurante como siempre soñé y ha s
LukaLa bella imagen frente a mí casi me hace derrumbarme sobre el piso. Alina luce preciosa en ese vestido veraniego que enmarca su hermoso cuerpo y queda perfecto con el rojo natural de su cabello. No pudo evitar que mis ojos se recreen en su belleza sin discreción y solo me interrumpo por el movimiento del niño que sostiene entre sus brazos.Podría llorar ahora mismo, al ver al pequeño pelirrojo disfrazado de lo que parece ser un cachorro y mi corazón corre desbocado cuando sus ojos se fijan en los míos y me sonríe.«Mi hijo me está sonriendo» sus inocentes ojos se iluminan como si pudiera reconocerme y le diera mucho gusto verme de nuevo, pero sé que no puede ser cierto, pues ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que lo cargué entre mis brazos. Una eternidad, o por lo menos así se ha sentido.Alina se da cuenta y no hace nada por detener la lágrima que corre libre por su mejilla. Me acerco despacio a ellos, cauteloso de su reacción; esperando que no se trate solo de un es
Alina Después de tanto tiempo sin haber visto a Luka, el tenerlo aquí, frente a mí, cargando a nuestro hijo entre sus brazos; es toda una fantasía vuelta realidad. Lo extrañé tanto, que por mi mente cruza la idea de pedirle a los invitados que se retiren y nos dejen solos para poder tenerlo tan cerca como quiero ahora mismo. Es increíble la manera en que mi cuerpo lo recuerda y reacciona ante él. De solo oler esa fragancia masculina y deliciosa que despierta mis sentidos, mi mente viaja al pasado y cientos de imágenes de nosotros juntos destellan como relámpagos en mi memoria. Las horas siguientes son una tortura hasta que el último de los invitados se despide y por fin quedamos solos, como una familia. —Por fin —exclama aliviado, expresando el mismo sentimiento que me recorre entera—. Ahora, este cachorrito irá a su cama para mami y papi puedan tener una larga… conversación —anuncia de manera sugerente. «Él no quiere conversar… y, yo tampoco» Subimos a la habitación en silencio.
Alina FioreEl sonido chirriante del sartén ya me tiene harta, el molesto olor del humo que llena la cocina pica en mi nariz, y los murmullos de mis compañeros no hacen mas que aumentar el dolor de cabeza que sufro desde hace más de una hora. Recién comienzo mi doble turno en la cafetería donde trabajo, y ya no puedo esperar para que termine mi jornada e ir a casa a descansar.«Y pensar que en casa me espera más trabajo» me lamento al recordar el desorden que dejé antes de venir aquí esta mañana.Soy la cocinera encargada en esta pequeña cafetería desde hace poco más de dos años, cuando dejé la escuela de gastronomía, después de que mi madre muriera y mi padre se dejara llevar por su duelo, a tal grado de caer en los vicios.Desde entonces, vivo con mi abuela y mi padre en un pequeño departamento en Lower East Side en Manhattan. Con mi sueldo apenas nos alcanza para pagar la renta y algunos servicios, así que, desde hace algunos meses, hago turnos dobles en la cafetería para poder sol
Alina Tres semanas más tarde, mi familia y yo salimos del hospital y subimos al taxi que nos llevará de regreso a casa. Por suerte, las heridas de mi padre no fueron tan graves como se pensaba, y después de la operación y la recuperación, hoy por fin lo llevaremos a casa. Estos últimos días he trabajado sin descanso, he duplicado turnos en la cafetería y hasta he hecho labores que no me corresponden con tal de ganar un poco más de dinero. Además, hablé con el arrendatario del departamento y conseguí una prórroga por dos meses más, todo para poder reunir el dinero que mi padre debe a esos hombres y poder deshacernos de ellos. Aún debo cuidar de su nieta durante las tardes, pero no me importa, con tal de salir de nuestros problemas de una vez por todas. —Mira papá —digo con alegría al hombre, una vez que hemos comido y descansado. Mi padre se encuentra en el sofá frente a la televisión, mientras que yo le muestro el dinero que, con tanto esfuerzo, he logrado reunir en estas últimas
Alina Fiore El hombre misterioso me observa de una manera que me cala los huesos y me hace sentir extraña, indefensa y desnuda ante su escrutinio. No puedo evitar fijarme en lo apuesto que es, sin embargo, un aura oscura lo envuelve como una sombra que parece eclipsar su personalidad; como si ocultara algo dentro de la apariencia de poder que demuestra. —¡Llévensela! —ordena a sus hombres y me sacan del lugar a trompicones. El dueño del burdel no dice más, lo que me hace darme cuenta de la autoridad que mi héroe misterioso tiene sobre él. —Muchas gracias, señor —murmuro al hombre que camina unos pasos más adelante. —No agradezcas aún —responde saliendo del edificio y subiendo a la lujosa limusina negra donde me obligan a entrar también. Me siento abrumada inmediatamente y me quedo muy quieta en mi lugar, por el temor de dañar algo. El sujeto se encuentra justo al frente de mí y aprovecho el tiempo que se mantiene entretenido en su teléfono móvil, para detallarlo sin que pueda so