Regresé con mi padre luego de la llamada amenazante que me dedicó Richard, no sabía qué carajos planeaba, pero definitivamente no era nada bueno. Pensé que nunca más tendría que volver a lidiar con él, al parecer la única forma era que estuviera tras las rejas.Caminé con cautela, procurando calmar mi agitada respiración ya que papá me conocía bastante bien como para saber cuando algo me alteraba, sin importar que llevábamos un año sin vernos, desde la última vez que lo visité.Él podía leerme con facilidad.Me senté de nuevo en mi lugar, sonriéndole al verlo comer a gusto. Me percaté que dejó el cuenco de la ensalada vacío.—¿Era Jax? Te iba a decir que me lo saludaras. Lástima que tengo que regresar mañana a mi ciudad —resopló, con pesadez.Tomó una de las servilletas disponibles y se limpió la boca como todo un señor moderno, tenía que admitir que esa acción me causó un poco de gracia.—Eh, no. Era una amiga —mentí, comprimiendo mis labios—. Por cierto, ¿te irás en un bus? ¿O Jax s
—¿Y cuándo será la boda? Porque Zoe me ha comentado que pronto me estaría avisando en día en el que te acompañaremos a comprar el vestido —comentó Pablo, encendiendo el computador.Era más temprano que otras veces, por lo que no habían llegado muchos trabajadores aún, así que tenía que estar preparado par anotar las asistencias cada vez que llegaran. Me apoyé en el mesón porque solo había una silla y la estaba usando el castaño.—Podría ser dentro de uno o dos meses, todavía no estoy segura, Jax anda con un misterio en que debe planear cada detalle primero antes de decirme la fecha exacta —respondí, rodando los ojos.—En serio, que envidia casarse con Jax Brown. Imagínate cuando el mundo te conozca, te van a envidiar cada vez que te vean, sobre todo las mujeres que babean con tan solo ver a Jax en televisión —aclaró, en un tono cálido.—De acuerdo, Pablo, ya entendí que Jax fue tu amor platónico —mascullé, mirándolo de reojo.—Oh, Oriana, ¿cómo supiste? ¿Soy tan predecible? —dijo, ris
Los días pasaban volando, Zoe no dejaba de hacerme llamadas siempre que salíamos de trabajar para llegar a un acuerdo con los preparativos de la boda o preguntarme si no tenía más personas importantes a las que invitar.Pero yo quería hablar con Jax sobre esa situación, me agobiaba un poco saber que podía tener una boda enorme con todo tipo de gente que desconocía, así que aproveché que ambos estábamos en la oficina para poder comentarle mis inquietudes respecto a sus planes, porque él apoyaba a Zoe en cada cosa que escogía.—Jax... ¿Podemos hablar sobre algo? —pregunté en cuanto terminé de redactar el informe que me había enviado.—¿Terminaste lo que te pedí? —cuestionó, concentrado en su pantalla.—Sí, ya te lo envío al correo...Tecleé unas cuantas letras y moví el mouse para lograr mi cometido, pero Jax se notaba un tanto estresado desde que llegamos al edificio.—Esta petición será crucial para ya legalizar todo lo que involucre construir un nuevo hotel en otro país —explicó, esc
—¡Obviamente hay que aprovechar este día al máximo! Nunca tendremos otra oportunidad de coincidir el mismo día libre los tres, y tuvimos suerte porque Jax lo consideró necesario —alegó Zoe, en un tono lleno de entusiasmo.Estábamos en un taxi de camino a una prestigiosa tienda que fabricaba los mejores vestidos de novia en la ciudad, y no solo eso, también hacían para las damas de honor. Serían dos pájaros de un tiro.No podía creer que ya habían pasado dos semana desde que Jax empezó a planear la boda. El pelinegro tuvo que quedarse en el edificio y posiblemente tendría mucho trabajo al darle el día libre tanto a su recepcionista como a su directora de operaciones, no tenía a nadie encargado de vigilar el personal por lo que tendría que hacerlo él mismo.Suspiré.—Ojalá yo pudiera utilizar un vestido ese día, lástima que es mal visto por la sociedad —reprochó Pablo, arrugando la boca.—Cálmate, algún día podrás casarte con el mismísimo Elías. ¿Cómo va su relación? —cuestionó Zoe, int
—Ahí viene —murmuró Zoe, cerca de mi oído.En cuanto vi a la vendedora acercarse a nosotros, me dispuse a levantarme de la banca para contemplar que en sus manos traía varias prendas cubiertas de una bolsa plástica transparente. Su cara no tenía mucha expresión más allá de demostrar serenidad.—Escogí tres opciones basándome en la contextura de la novia, ustedes deciden si les gusta alguna o prefieren otros modelos —informó, sin dejar caer los vestidos.—Déjeme ver el primero —pidió Zoe.Le quitó la bolsa que lo cubría y lo pudimos detallar mejor, más blanco que un papel y la parte de arriba era de mangas largas. Zoe no lo inspeccionó más y procedió a dármelo con una sonrisa que demostraba más emoción que la que yo tenía.Tomé la tela que pesaba un poco, pero no tanto como lo haría uno con falda de princesa. La textura era completamente lisa para mi tacto. A simple vista no tenía mucho diseño.—Ahí está el probador —la vendedora señaló una puerta al lado del gran espejo.Se había camu
Salí del vestidor con la mayor potencia del mundo por lo que había pasado. Me daba coraje no poder tener control en la situación con Richard, era un imbécil por amenazar con hacerle daño a mi padre, mi punto más débil.Tenía que admitir que había jugado muy bien al dar justo ahí. En cuanto salí, me percaté que mis compañeros no estaban así me adentré en el pasillo por donde habíamos entrado antes. Caminé, sosteniendo mi pecho con firmeza para calmar mi respiración, porque mis latidos aumentaron su ritmo debido a la rabia que sentía.Me carcomía una sensación molesta por no poder hacer nada, tantas ganas que tenía de comentárselo a Jax, pero sabía que no debía tomarlo a la ligera porque nadie sabía el paradero de Richard.Llegué a la sala principal en donde estaban mis dos colegas pagando el vestido, no sabía ni cuántos miles de dólares había costado, pero en ese momento mi mente seguía nublada, hasta que la mano de Pablo se sacudió frente a mi y me sacó del trance.—Hey, ¿estás bien?
Estuve tensa, sin poder decir ni una palabra y con la respiración entre cortada, hasta que unas manos familiares me sostuvieron desde atrás. Me sobresalté, pero escuché una voz reconfortante cerca de mi oído.—¿Qué haces aquí? Si no te vas, llamaré a la policía —habló Zoe, determinada, sosteniendo su celular.En ese punto me di cuenta que el Richard que estaba viendo era real, no había experimentado ninguna alucinación respecto a él.—Será mejor que te vayas. Si le llegas a hacer algo te irá muy mal con Jax —avisó Jayce, junto a Zoe.—¿No ven que soy un pobre vagabundo desamparado? ¿No tienen alguna moneda para mí? —inquirió el rubio, haciéndose la víctima.Pero lo que decía era una total mentira, era notorio que el hombre no tenía indicios de estar en las calles mendigando porque su suéter estaba más limpio que la cerámica del lugar. Yo no podía hablar, mis cuerdas vocales se desactivaron en cuanto lo vi.—Mira, Richard, no sé cómo está tu situación económica ahorita, pero lo mejor s
Había pasado un día desde el incidente y yo no quería salir de mi habitación. Jax se enteró de todo lo que sucedió porque había escuchado la conversación mediante mi celular, cosa que lo puso furioso y desesperado en ir a buscarme.Y eso hizo, aunque llegó tarde, cuando los policías habían cerrado esa calle para que las personas no anduvieran por ahí ya que lo consideraban peligroso mientras Richard seguía suelto. A pesar de que tardaron horas buscándolo dentro del bosque, no encontraron ni el más mínimo rastro, como si se hubiese desvanecido.Me aferré a la almohada, pensando en todo lo que había pasado el día anterior y lamentándome por haber sido una cobarde que puso en riesgo a mis colegas.Tocaron la puerta, sacándome de mis pensamientos.—¿Puedo pasar?Un Jax preocupado se asomó por la pequeña abertura en cuanto la abrió, sin adentrarse como solía hacerlo normalmente.Asentí.Me senté en la cama para poder verlo, me sentía impotente porque sabía lo que me iba a preguntar. Me dio