Salí del vestidor con la mayor potencia del mundo por lo que había pasado. Me daba coraje no poder tener control en la situación con Richard, era un imbécil por amenazar con hacerle daño a mi padre, mi punto más débil.Tenía que admitir que había jugado muy bien al dar justo ahí. En cuanto salí, me percaté que mis compañeros no estaban así me adentré en el pasillo por donde habíamos entrado antes. Caminé, sosteniendo mi pecho con firmeza para calmar mi respiración, porque mis latidos aumentaron su ritmo debido a la rabia que sentía.Me carcomía una sensación molesta por no poder hacer nada, tantas ganas que tenía de comentárselo a Jax, pero sabía que no debía tomarlo a la ligera porque nadie sabía el paradero de Richard.Llegué a la sala principal en donde estaban mis dos colegas pagando el vestido, no sabía ni cuántos miles de dólares había costado, pero en ese momento mi mente seguía nublada, hasta que la mano de Pablo se sacudió frente a mi y me sacó del trance.—Hey, ¿estás bien?
Estuve tensa, sin poder decir ni una palabra y con la respiración entre cortada, hasta que unas manos familiares me sostuvieron desde atrás. Me sobresalté, pero escuché una voz reconfortante cerca de mi oído.—¿Qué haces aquí? Si no te vas, llamaré a la policía —habló Zoe, determinada, sosteniendo su celular.En ese punto me di cuenta que el Richard que estaba viendo era real, no había experimentado ninguna alucinación respecto a él.—Será mejor que te vayas. Si le llegas a hacer algo te irá muy mal con Jax —avisó Jayce, junto a Zoe.—¿No ven que soy un pobre vagabundo desamparado? ¿No tienen alguna moneda para mí? —inquirió el rubio, haciéndose la víctima.Pero lo que decía era una total mentira, era notorio que el hombre no tenía indicios de estar en las calles mendigando porque su suéter estaba más limpio que la cerámica del lugar. Yo no podía hablar, mis cuerdas vocales se desactivaron en cuanto lo vi.—Mira, Richard, no sé cómo está tu situación económica ahorita, pero lo mejor s
Había pasado un día desde el incidente y yo no quería salir de mi habitación. Jax se enteró de todo lo que sucedió porque había escuchado la conversación mediante mi celular, cosa que lo puso furioso y desesperado en ir a buscarme.Y eso hizo, aunque llegó tarde, cuando los policías habían cerrado esa calle para que las personas no anduvieran por ahí ya que lo consideraban peligroso mientras Richard seguía suelto. A pesar de que tardaron horas buscándolo dentro del bosque, no encontraron ni el más mínimo rastro, como si se hubiese desvanecido.Me aferré a la almohada, pensando en todo lo que había pasado el día anterior y lamentándome por haber sido una cobarde que puso en riesgo a mis colegas.Tocaron la puerta, sacándome de mis pensamientos.—¿Puedo pasar?Un Jax preocupado se asomó por la pequeña abertura en cuanto la abrió, sin adentrarse como solía hacerlo normalmente.Asentí.Me senté en la cama para poder verlo, me sentía impotente porque sabía lo que me iba a preguntar. Me dio
—Aquí están los datos recientes sobre la nueva construcción del hotel, al parecer han avanzado bastante en la última semana —le informé a Jax en cuanto entré a la oficina.Coloqué la carpeta con toda la información detallada sobre su escritorio, el hombre estaba concentrado firmando unos cuantos papeles que desconocía.No habíamos tenido más noticias de Richard desde el incidente, lo cual ocurrió hace una semana... Para mí el tiempo iba volando y el día de la boda se acercaba, todavía Jax no quería poner una fecha exacta hasta que me presentara ante sus padres.Acomodé un mechón de mi cabello detrás de mi oreja, a la espera de que el hombre me respondiera o me ordenara sentarme. No tenía ninguna otra tarea pendiente.—De acuerdo, todo está saliendo perfecto para Sol y Luna. Mi padre está orgulloso de la evolución que ha tenido en los años que llevo liderando —expresó, sin dejar de escribir con el lapicero.—Es mucho el esfuerzo que inviertes en cada una de tus empresas. Y como dicen:
El día había llegado y estábamos de camino al edificio en donde se llevaría a cabo la entrevista hacia nosotros. Jax me estaba explicando las posibles preguntas que me harían con la intención de conocer un poco más a la futura esposa del CEO número uno...Me daba un poco de nervios pensar que estaría frente a la cámara, expuesta ante millones de personas y quién sabe, hasta la noticia podía llegar a mi padre aunque estuviera en otra ciudad.Después de la entrevista nos harían una pequeña sesión de fotos para la revista de la semana, en donde anunciarían nuestro compromiso oficialmente. Me parecía innecesario que todos se enteraran de una situación privada entre una pareja.—Tranquila no estés nerviosa. Haré lo posible por responder todo yo y que no tengas que pensarlo demasiado. No te agobies, preciosa —alegó Jax mientras conducía.Tenía la mano en el volante y la vista fija en la carretera, pero consiguió un mínimo momento para mirarme de reojo y notar que me estaba abrazando a mí mi
—Bienvenidos sean a su canal de noticias favorito. Esperamos que hoy estén teniendo un lindo día, y será mucho mejor porque estaremos revelando una parte importante en el mundo de los negocios —habló la presentadora, sonriendo en todo momento—. Así es, espectadores, se trata del compromiso de Jax Brown, el CEO número uno —finalizó, aplaudiendo.En ese momento noté que las cámaras enfocaron a Jax, pude ver el lente de una haciéndose más pequeño en su dirección. El pelinegro sonrió y empezó a saludar al público que seguramente lo estaba viendo a través de la pantalla.—Es un placer que me hayan hecho esta invitación. Estoy agradecido y feliz por presentarles a la mujer que me dejó flechado —alegó el hombre, mirándome con ternura. No pude evitar que una curva se formara en mis labios—. Ella es Oriana Jones.Me tomó de la mano, aprovechando que estábamos en sillas muy pegadas el uno del otro. Me sentí halagada en cuanto dijo mi nombre, en ese instante las cámaras se centraron en mí y los
Bueno, la entrevista no había salido mal después de todo. Habían pasado dos días desde ese acontecimiento y lo único malo que me agobiaba eran los paparazzi que permanecía afuera del edificio de Jax y solían fotografiarnos cada vez que entrábamos o salíamos del trabajo.Era agotador porque por más que intentábamos hablarles y pedirles que no siguieran haciéndolo, no nos escuchaban, simplemente se concentraban en sacar fotos de nosotros, en especial de mí por ser una nueva joyita del momento por así decirlo.—¡Oriana! —La voz de Zoe me sobresaltó.Irrumpió en la oficina de Jax, aunque él no se encontraba en ese momento ya que estaba en la sala de reuniones atendiendo un asunto importante sobre el nuevo hotel que estaba en construcción.—Zoe, me asustaste —Llevé una mano a mi pecho.Mi respiración se había acelerado de repente por el simple empuje que le dio a la puerta, sonó como una patada.—Lo siento, quería venir a verte. Últimamente no hemos hablado mucho y Jax no nos deja ni tener
Un nuevo día había llegado y me encontraba en mi habitación, arreglándome para ir al trabajo. Amaba trabajar para el hombre que sería mi futuro esposo, me consentía mucho y aun así me pagaba, y me daba amor.¿Qué más se podía pedir para ser feliz?Pero obvio que la felicidad nunca solía durar para siempre y había una gran piedra en el camino que dificultaba mis salidas para no quedar expuesta ante él. Preferiría no decir el nombre del susodicho.Terminé de colocarme el uniforme, mi camisa blanca mangas largas junto a la famosa falda de tubo que afirmaba mis glúteos. Jax también estaba listo y lo ayudé con la corbata, se veía tan sexy en traje que me moría de ganas por desvestirnos ahí mismo, pero íbamos tarde.—Entonces, ¿quieres que me mude a tu habitación? Pensaba que irías a la mía, pero si así te sientes más cómoda, claro que acepto —comentó.Le había pedido a Jax que trajera sus cosas a mi habitación y la hiciéramos de nosotros dos. Ya me había acostumbrado al lugar y como tal h