Esto no era precisamente lo que tenía planeado. Por lo menos no de esta manera. Solo han sido un par de semanas pero esto... no es lo que quería. No estoy quejándome, el equipo de Rhoesia tiene una buen plan que se ejecutara en el momento adecuado pero esto ya es demasiado. —Lo siento Demetrio, mi chica suele comportarse de esta manera y al parecer Nefertiti es como la mejor amiga que ha tenido hasta ahora. —suelto un bufido. —No me parece que sea buena idea que ellas estén por ahí sin siquiera importar nada. —Sabemos dónde están y el equipo les lleva el paso . —ruedo los ojos. Necesito ponerle uno de esos chips de rastreo a Nefertiti, por el bien de ambos. —¿Como puedes lidiar con ello? Nefertiti es una chica tranquila, bastante respetuosa pero la mayor parte del tiempo es ella quien decide que hacer o no hacer. —Rhoesia es lo contrario, hace lo que quiere en el momento que lo quiere. —bufa. Vaya mujeres que tenemos. —Por lo menos has logrado que se case contigo, a mi me tiene
No es la primera vez que Horus me provoca el deseo de golpearlo pero esta vez ha sido diferente, puedo sentir mis dedos dolerme pero no puedo permitir que continúe siendo lo que siempre ha sido. Un estupido. —Rhoesia, creo que tus chicos pueden encargarse desde aquí. —pido sin expresión alguna, mirando a Horus con desdén. —¡Nuestros chicos! ¡Shiva estás a cargo bebé! —dice Rhoesia. Estoy segura que esto es lo mejor, ella me lo ha dicho que nada cambiará hasta que mi hermano comprenda el poder que tengo. Shiva asiente, tomando a Horus del brazo levantándolo con un solo movimiento. He de aceptarlo, todos ellos son muy intimidantes. Shiva empuja a Horus quien hace el intento de golpearlo, mi hermano no aprende, quienes me parecen son Valak y Alexander lo sostienen con tanta fuerza que Horus se queja. Shiva cubre la vista de mi hermano, quedando frente a mi y mirarme con una sonrisa honesta. Una que logra sonrojarme porque de una u otra manera, todos los "chicos" de Rhoesia son increíb
Demetrio Saint Amour es el actual dueño de los mejores casinos en Las Vegas y su país natal Mónaco. Un hombre de treinta y cuatro años con un imperio asombroso es la atracción masculina para cualquier mujer; poderoso, millonario, una excelente reputación, y es un profesional que jamas ha perdido un negocio... o por lo menos no hasta ese momento. Un negocio millonario podría irse a la borda si no consigue a la mejor arquitecta de toda Europa para que se encargue del diseño y construcción de un casino moderno, para no perder millones necesita a quien hasta el momento es la sensación en el mundo del diseño arquitectónico y la mujer que muchos empresarios quieren como su diseñador personal.Nefertiti Lüneburg es la arquitecta estrella con tan solo veinticuatro años de edad, una
No se trataba de esto. No se trataba de aquello. No se trataba de perder mi valioso tiempo aquí. No... por supuesto que no. No se trataba de venir a Alemania y quedarme estancada en el aeropuerto porque a mi responsable y adorado hermano se le olvido recogerme en el aeropuerto a sabiendas de que soy la persona más tímida del mundo. No puedo hablar con nadie porque me ruborizo y eso ya lo hace un problema ¡Los hombres piensan que estoy coqueteando con ellos! Camino por los pasillos con el nerviosismo matándome, no es que le tenga miedo a la gente pero mi hermano sabe bien que no es la mejor época para mí y mi soledad. Maldición. V
En cuanto llegamos a mi casa Pepe está nervioso viendo de un lado a otro, le miro con interés pero se encoge de hombros cada vez que intento sacarle algo de información. Saco las llaves de mi mochila y abro la puerta, sé que bastaba con tocar pero quiero evitarle el problema a la servidumbre... o peor, avisar a mi hermano de mi llegada.Entramos y todo es silencio, no se escucha ni un alma y eso me da indicio de que algo va mal. He pasado lejos de casa alrededor de ocho meses y aunque todo se ve igual sé que algo va mal, sé que algo val y en cuanto doy un paso para subir las escaleras lo corroboro.—Nef deberíamos de esperar a que Horus nos diga que podemos pasar... —me toca el brazo y yo le vuelvo a ver.—Pepe
La canción Bedroom Floor me acompaña en mi viaje al centro de Berlín. Me reuniré con Pierce Ewet, mi abogado, quien hace dos días aterrizó en Berlín para aligerar el proceso de nacionalidad para mi hijo, no puedo darle a mi hijo la nacionalidad egipcia por el momento pero con la alemana basta para traerlo y que viva conmigo; me encantaría vivir con él en Corea pero no puedo hacerlo debido a mi trabajo y por supuesto, a Horus.Agh. Vaya problemas que el cabezota de mi hermano mayor va a darme; no me importa de todas maneras. Todo esto es por mi hijo, Júpiter es todo lo que adoro en este momento y haría cualquier cosa por él. Horus aceptara a mi pequeño en cuanto se dé la oportunidad de conocerlo, de ver lo lindo e indefenso que es mi precioso niño.
Estaciono la camioneta en un spot libre y amplio frente a un hotel con el nombre SAINT AMOUR en la fachada, el edificio es un mero lujo y me recuerda a algo, me parece un edifico conocido se parece a un edificio que yo diseñe pero... mmmm. No, no puede ser.En fin, sinceramente no conocía este lugar e imagino que se debe a mis constantes cambios de domicilio, he estado un largo tiempo en Corea así que imagino y fue construido en ese tiempo. Pero insisto que me parece conocido.Cuando me acerco al lugar uno de los vigilantes me sorprende diciendo que el edificio aún se encuentra en construcción y que será inaugurado aproximadamente en un mes, la sorpresa es más cuando veo un camión con el nombre LÜNEBURG estacionado.
—¡Como es que has chocado la camioneta otra vez! —grita justo en el momento que me ve entrar a la casa.Vale. Esto ha sido muy rápido.—Nefertiti todo el mundo sabe que eres la peor condiciendo y te atreves a llevarte la camioneta nueva. —me riñe y yo me siento sobre el sillón. Prefiero escucharlo y esperar que se calme. —¡Chocaste la camioneta! ¡Mi camioneta! ¡Todos sabemos que las mujeres son las peores conduciendo! ¡No puedo creer que tengas licencia! —sigue diciendo y yo hago una mueca.¿Me está diciendo que no se conducir? ¿Qué cómo mujer no tengo derecho a tener licencia?—A v