Hemos llegado a Monte Carlo hace solo treinta minutos, estamos llegando a casa y hasta este momento el señor Saint Amour no se ha separado de mi mano por ningún solo segundo. Ni siquiera cuando lleva un gran rato hablando por el móvil con solo el sabe quien, puedo entender algunas cosas que dice en aleman pero no comprendo a plenitud de lo que se trata. —Husher te lo estoy diciendo por las buenas. —gruñe. Me mira a mi. —No, no vas a conocerla. Joder... —rueda los ojos y termina riéndose. —Hola Rhoesia, si... seguramente, no estoy haciéndome el serio, ¿vas a ayudarme? —pregunta más tranquilo. ¿Quien es Rhoesia? No soy celosa pero... —Bien. Te lo prometo, me parece, si es lo que quieres. Esta bien, te espero. —sonríe lascivo. Entrecierro los ojos cuando cuelga la llamada y me mira, con una ceja arqueada. No voy a preguntarle nada. —Rhoesia es la hermana de un amigo mío. —explica. —Creí que no tenías mas amigos que Miguel. —el desinterés en mi voz me puede, parezco de lo mas inter
Algo va mal... No estoy segura de que pero estoy segura que esto no es meramente una coincidencia. Tranquilízate Nefertiti. Recuerda si tantas miradas te intimidan, solo tienes que tirarte al suelo y convulsionar. ¡Eso ya ni siquiera ayuda! Uno... dos... tres... diez. Hay más de nueve hombres con aspecto impresionante mirándome de arriba hacia abajo inspeccionándome con algo que a Saint Amour ni siquiera parece perturbarle. Por Dios. Es el hombre más posesivo, loco, celoso y dominante que he conocido, ¡Como es que esto no lo enloquece! —¡Ya llegue! —grita una voz femenina. Los diez hombres que me observaban, en sincronización vuelven la mirada hacia atrás y sonríen. Se abren paso para darle la bienvenida con lo que parece una reverencia a la dueña de esa voz. —Buen día jefa. —dicen todos al unísono. Impresionante. Demetrio me coge de la cintura, le vuelvo a ver con una incógnita pero él solo se coge de brazos. Por suerte Jupiter está con Elliot, de lo contrario cogeria a mi p
Esto no era precisamente lo que tenía planeado. Por lo menos no de esta manera. Solo han sido un par de semanas pero esto... no es lo que quería. No estoy quejándome, el equipo de Rhoesia tiene una buen plan que se ejecutara en el momento adecuado pero esto ya es demasiado. —Lo siento Demetrio, mi chica suele comportarse de esta manera y al parecer Nefertiti es como la mejor amiga que ha tenido hasta ahora. —suelto un bufido. —No me parece que sea buena idea que ellas estén por ahí sin siquiera importar nada. —Sabemos dónde están y el equipo les lleva el paso . —ruedo los ojos. Necesito ponerle uno de esos chips de rastreo a Nefertiti, por el bien de ambos. —¿Como puedes lidiar con ello? Nefertiti es una chica tranquila, bastante respetuosa pero la mayor parte del tiempo es ella quien decide que hacer o no hacer. —Rhoesia es lo contrario, hace lo que quiere en el momento que lo quiere. —bufa. Vaya mujeres que tenemos. —Por lo menos has logrado que se case contigo, a mi me tiene
No es la primera vez que Horus me provoca el deseo de golpearlo pero esta vez ha sido diferente, puedo sentir mis dedos dolerme pero no puedo permitir que continúe siendo lo que siempre ha sido. Un estupido. —Rhoesia, creo que tus chicos pueden encargarse desde aquí. —pido sin expresión alguna, mirando a Horus con desdén. —¡Nuestros chicos! ¡Shiva estás a cargo bebé! —dice Rhoesia. Estoy segura que esto es lo mejor, ella me lo ha dicho que nada cambiará hasta que mi hermano comprenda el poder que tengo. Shiva asiente, tomando a Horus del brazo levantándolo con un solo movimiento. He de aceptarlo, todos ellos son muy intimidantes. Shiva empuja a Horus quien hace el intento de golpearlo, mi hermano no aprende, quienes me parecen son Valak y Alexander lo sostienen con tanta fuerza que Horus se queja. Shiva cubre la vista de mi hermano, quedando frente a mi y mirarme con una sonrisa honesta. Una que logra sonrojarme porque de una u otra manera, todos los "chicos" de Rhoesia son increíb
Demetrio Saint Amour es el actual dueño de los mejores casinos en Las Vegas y su país natal Mónaco. Un hombre de treinta y cuatro años con un imperio asombroso es la atracción masculina para cualquier mujer; poderoso, millonario, una excelente reputación, y es un profesional que jamas ha perdido un negocio... o por lo menos no hasta ese momento. Un negocio millonario podría irse a la borda si no consigue a la mejor arquitecta de toda Europa para que se encargue del diseño y construcción de un casino moderno, para no perder millones necesita a quien hasta el momento es la sensación en el mundo del diseño arquitectónico y la mujer que muchos empresarios quieren como su diseñador personal.Nefertiti Lüneburg es la arquitecta estrella con tan solo veinticuatro años de edad, una
No se trataba de esto. No se trataba de aquello. No se trataba de perder mi valioso tiempo aquí. No... por supuesto que no. No se trataba de venir a Alemania y quedarme estancada en el aeropuerto porque a mi responsable y adorado hermano se le olvido recogerme en el aeropuerto a sabiendas de que soy la persona más tímida del mundo. No puedo hablar con nadie porque me ruborizo y eso ya lo hace un problema ¡Los hombres piensan que estoy coqueteando con ellos! Camino por los pasillos con el nerviosismo matándome, no es que le tenga miedo a la gente pero mi hermano sabe bien que no es la mejor época para mí y mi soledad. Maldición. V
En cuanto llegamos a mi casa Pepe está nervioso viendo de un lado a otro, le miro con interés pero se encoge de hombros cada vez que intento sacarle algo de información. Saco las llaves de mi mochila y abro la puerta, sé que bastaba con tocar pero quiero evitarle el problema a la servidumbre... o peor, avisar a mi hermano de mi llegada.Entramos y todo es silencio, no se escucha ni un alma y eso me da indicio de que algo va mal. He pasado lejos de casa alrededor de ocho meses y aunque todo se ve igual sé que algo va mal, sé que algo val y en cuanto doy un paso para subir las escaleras lo corroboro.—Nef deberíamos de esperar a que Horus nos diga que podemos pasar... —me toca el brazo y yo le vuelvo a ver.—Pepe
La canción Bedroom Floor me acompaña en mi viaje al centro de Berlín. Me reuniré con Pierce Ewet, mi abogado, quien hace dos días aterrizó en Berlín para aligerar el proceso de nacionalidad para mi hijo, no puedo darle a mi hijo la nacionalidad egipcia por el momento pero con la alemana basta para traerlo y que viva conmigo; me encantaría vivir con él en Corea pero no puedo hacerlo debido a mi trabajo y por supuesto, a Horus.Agh. Vaya problemas que el cabezota de mi hermano mayor va a darme; no me importa de todas maneras. Todo esto es por mi hijo, Júpiter es todo lo que adoro en este momento y haría cualquier cosa por él. Horus aceptara a mi pequeño en cuanto se dé la oportunidad de conocerlo, de ver lo lindo e indefenso que es mi precioso niño.