ERROR LABORAL

DUSTIN ULIBARRI

Soy un hombre sencillo de comprender y alguien que sabe lo que quiere, una vida tranquila. Las emociones fuertes no me agradan, así que soy alguien que siempre mantiene un balance en su vida para no exponerse a situaciones impactantes.

Haber sufrido tanto cuando mi corazón no estaba en sintonía con los deseos de mi padre me hizo aprender muchas cosas, para así crecer emocionalmente y convertirme en una mejor persona. Ir a terapia me ayudó, realmente lo hizo. Comprendí que yo había cambiado y que eso no estaba mal.

Se que mi padre y yo tenemos muchas cosas que trabajar en nuestra relación. Nada ha vuelto a ser lo mismo desde que me fui a buscar mi camino y aclarar mis ideas. Él aún me ve como quien desea que esté a cargo de la empresa, aunque se abstiene de hacer comentarios. Yo no deseo estar a cargo, no podría ser jefe. No soy un hombre autoritario, mucho menos un líder.

Desde que conocí a Mireya mi vida cambió y conocí el amor verdadero. Lo que siento por ella es muy fuerte y se que haría lo que fuera por hacerla feliz y ser el hombre de su vida. No sé si mi familia apruebe mi relación o no, pero realmente no es relevante. Audrey, es muy sincera en cuanto a lo que piensa y es que somos aburridos juntos, pero comprendo que ella siempre buscó tener emociones fuertes.

Amo a mi hermana, pero su manera de ser me estresa, me intriga y me pone en estado de alerta máxima. Ella me dijo que tenía el trabajo perfecto para mí y eso me generó gran ansiedad. Debí suponer que no se refería a un banco ni tampoco a una empresa.

-Iker viajará y estará trabajando en su relación con Alondra. Tentaciones Dos necesita un jefe temporal y el salario que cobrarás será realmente bueno. Por favor hermanito, acepta- La miré horrorizado

-¿Yo en Tentaciones? No. Mírame, soy incapaz de estar rodeado de sumisas, dominantes y fetichistas. Eso es aterrador- Ella comenzó a reír, haciéndome sentir molesto

-¿No amas a Mireya? Lo que cobrarás será genial. Lo digo en serio. El club está en su mejor momento y necesita de alguien que pueda administrarlo y además que sea de confianza. No sé me ocurre nadie mejor que tú. ¿Qué puede ser tan difícil? Solo debes estar en una oficina- Ella sabe ser convincente y por eso comencé a dudar

-¿De cuánto estamos hablando?- Ella sonrió victoriosa, yo no podría negarme. Si mi trabajo se trata de estar en una oficina mirando los balances, eso lo convierte en perfecto

-Apolo te estará esperando y te dirá todo. Te daré la dirección, ¿De acuerdo? No vayas a fallarme. Trabajamos muy duro para que el club pueda ser lo que es hoy. Sabes que un lugar así sin un jefe se convierte en un peligro- Asentí, ella tenía razón y no podía negarlo

Reunirme con Apolo lo hizo parecer sencillo. Administrar no es nada complicado, solo debo enfocarme en que es un sitio normal como cualquier otro y todo estará bien. Conozco a Apolo de toda la vida y se lo serio que es en cuanto al trabajo, así que eso me dió bastante alivio.

Llegué a trabajar por la noche, a un horario en el que cualquier mortal con una vida normal está en casa descansando después de una jornada laboral completa. Lo que hice fue presentarme con algunos empleados que me miraban con sorpresa. Yo no parecía el típico hombre que frecuentaba un lugar nocturno y mucho menos alguien capaz de encajar en Tentaciones y toda su oscuridad.

Mis jeans desgastados, zapatillas urbanas y camisa verde agua fue algo de lo que hablaron. Lo sé porque los escuché.

Comencé a revisar los balances y también algunos pendientes que tenía Iker. Revisé los precios de los proveedores de las bebidas alcohólicas y debí aferrarme a la silla para no caer. Provengo de una familia adinerada, pero jamás supe cuánto valían las bebidas alcohólicas de primera marca y por lo que veo aquí las sirven.

Una de las chicas que ví que trabaja en la barra de bebidas vino después y me asustó cuando abrió la puerta.

-Hay una pareja que desea hablar contigo. Usa el antifaz- Me pidió, me lo puse con rapidez y los recibí

Frente a mi había una mujer delgada y muy alta. Ella tenía la piel tan blanca como la nieve y el cabello rojo como la sangre. Ella se había puesto un collar alrededor del cuello y sentí pena por ella. Seguramente se marcaría demasiado si practicaba algo tan extremo. ¿Cómo el hombre que la acompañaba le decía que la quería si estaba dispuesto a dañarla? Era increíble e hipócrita. ¡No podía creerlo!

-Hola, buenas noches. Nosotros... queremos obtener una membresía... porque pensamos en practicar esto... ya sabes- La mujer comenzó a hablar con timidez

-¿Están seguros de esto? Es algo bastante extremo. ¿El amor que ustedes sienten es el suficiente para provocar dolor y lastimar? Es algo que deben tener en cuenta si planean usar los cuartos- Les hablé con la seguridad que no sentía y ví como la mujer me miró y luego a su pareja

-¿Dolor? ¿Lastimar? Manu, ¿Me quieres de este modo? No tiene nada de malo como estamos juntos. Yo me largo de aquí- Ella cruzó por la puerta y su novio hizo lo mismo. Se notaba que estaban a punto de cometer una locura

Me convencí de haber hecho lo correcto. Ella parecía tan asustada como yo al estar aquí y se que se hubiese arrepentido. Aún después de que se fueron me quedé pensando en el tal Manu. Si tenía una novia tan linda, ¿Cómo podría pensar en atarla con cuerdas y golpearla con látigos? Su piel quedaría tan roja como su cabello y eso no podía ser positivo, mucho menos excitante. Definitivamente creo que quién infringe este tipo de castigos y provoca tales lesiones tiene algún tipo de problema mental. Ni siquiera puedo comprender como las personas que conozco de toda la vida son capaces de hacer esto, ni tampoco entiendo cómo las chicas son capaces de disfrutar esto.

Tal vez debí considerar en que en este lugar no puedo juzgar nadie. Solo tal vez debí pensar en que el club perdió dinero por mi osadía de cuestionarlos. Todo eso lo comprendí demasiado tarde, justo en el momento en el que la empleada de la barra vino a pedirme explicaciones.

Debí suponer que ya no tendría que volver a trabajar. Lo que hice fue causa de despido. Esto es similar a trabajar en una tienda y recomendarle a la gente que no compre en ella. Al llegar al apartamento que compartimos Mireya y yo, agradecí profundamente que ella estuviera esperándome, preocupada por como sobreviviría allí.

-Te amo. Se el sacrificio que estás haciendo por nosotros al trabajar allí. Realmente lo agradezco, ¿Fue muy malo estar allí, verdad?- Me preguntó con su típica dulzura y no pude evitar abrazarla

-Estoy entre gente rara, posiblemente desviada y creo que acabo de ser despedido aunque nadie me lo notificó aún. Creo que lo arruiné porque espanté a una pareja que quería ser socia. Te amo, estaremos bien y si me despiden te aseguro que conseguiré un trabajo aún mejor- La estreché entre mis brazos sintiéndome culpable porque necesitamos el dinero

-Yo también puedo trabajar. Yo sabía que no podrías estar allí. Valoro que lo hayas intentado. Seguramente estás cansado, vamos a dormir. Mañana será un nuevo y mejor día- La abracé sintiendo la calma que solo sus brazos pueden ofrecerme

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