REGRESO DE IKER

DUSTIN ULIBARRI

Llegué a trabajar nuevamente. Ésta vez rogando no tener que darle un recorrido a alguien que dude sobre obtener una membresía. Con lo costoso que es eso, yo mismo pediría ver el lugar, aunque jamás pagaría por estar aquí. ¿Qué tiene de malo tener intimidad en un cuarto normal? Lo que hacemos Mireya y yo siempre es perfecto y satisfactorio sin recurrir a un lugar así.

Al entrar a la oficina ví a Iker y me sentí aliviado, aunque también temeroso. Si él está aquí significa que yo ya no tengo trabajo.

-Dustin, te estaba esperando. ¿Cómo estás?- Me saludó con un apretón de manos y una fuerte palmada en la espalda

Si algo tienen en común los dominantes de aquí es que todos son más bruscos que yo al saludar. También mantienen su mirada fija en quien tienen enfrente. Yo soy un hombre normal e intimidante ante ellos.

-Hola Iker, me da gusto verte. ¿Qué tal el viaje?- Él sonrió

-Maravilloso. Necesitábamos viajar, Alondra y yo. Fue como la luna de miel que no tuvimos- Él parecía tan enamorado como lo estoy yo de Mireya. Dominante o no, conozco esa mirada

-Lo imagino- Tomé una gran bocanada de aire antes de admitir que mi desempeño aquí estuvo lejos de ser perfecto- Estando aquí confirmé que no pertenezco a este lugar y también espanté a dos posibles socios. Aceptaré que me despidas

-Todos cometimos errores. Se que Zayn vino para guiarte. Se que no perteneces aquí y que también buscas demostrar tu estilo propio- Miró mi pantalón de vestir claro y camisa celeste- No tienes que usar los cuartos para desempeñar una labor excelente aquí

-Yo no estaría tan seguro de eso. Este lugar da miedo. Los cuartos parecen de tortura y no de placer- Expresé lo que pensaba completamente

-Jamás disfrutaste de uno de estos cuartos. Entiendo que este lugar no es para todos los gustos, pero eso no hará que desempeñes una pésima labor administrativa. Lo más difícil es la parte contable, los proveedores, el pago a los empleados y en todo eso tu desempeño es óptimo- Me sentí relajado de repente, como si un gran peso desapareciera de mis hombros

-¿Entonces no estoy despedido?- Iker se rió

-No, seguirás trabajando aquí. Tengo un contrato laboral para ti, puedes revisarlo con tranquilidad y si tienes alguna duda o estás en desacuerdo con alguno de los puntos me lo dices y llegaremos a un acuerdo satisfactorio para los dos- Asentí y me senté frente a él para leerlo con cuidado

Todo se veía bien, aunque debí saber que un contrato aquí no sería como el de cualquier otro lugar.

-Podrías quitar esto- Señalé el último punto donde se hacía mención de todos mis beneficios laborales

Además del seguro médico, del pago extra por trabajar un fin de semana festivo y de lo que diría cualquier otro contrato, había un punto inquietante. "Los empleados tienen acceso total a las instalaciones y la posibilidad de usar un cuarto para su propio beneficio después de haber cumplido su labor".

-Estamos en un club. Si tú proteges tu identidad y ya acabaste con tu labor, además dejas la oficina cerrada para que nadie pueda ver los archivos que guardamos aquí, puedes ir a beber una copa así como también usar un cuarto una hora o un poco más. Comprendo que no estés interesado, pero no puedo ofrecerte menos beneficios que a los demás empleados que están aquí- Asentí y volví a dirigir mi atención al contrato

-Acepto, pero no usaré los cuartos- Aseguré y firmé

-Esa es tu decisión, Dustin. Cómo jefe, te ofrezco la posibilidad. Hay aún algunos empleados que no usaron ese beneficio- Lo miré con sorpresa

-¿De verdad?

-Si. No todos los usaron. Muchos practicantes tienen su propio cuarto o elementos en su hogar así que prefieren la privacidad completa. Volviendo al contrato. Por ahora tu sueldo será ese, pero cuando yo deje el club en algunas semanas, tendrás un aumento considerable- Pensé en el dinero y en lo bien que nos haría a Mireya y a mi

-¿Cuando te irás?- Iker sonrió

-Le pediré a Alondra que se case conmigo. Si ella acepta la ayudaré con los preparativos de la boda y luego de casarnos pasaré las noches junto a ella y a nuestro hijo. Si algo ocurre en ese tiempo podrás llamarme

-Está bien Iker. Me alegra que todo entre ustedes esté tan bien. Yo planeo pedirle a Mireya que se case conmigo en algún tiempo. Estoy ahorrando para comprarle un anillo- Confesé lo que no le dije a nadie

-Aquí ganarás bien, aún más cuando me vaya. Seguro que pronto podrás comprarle uno realmente bonito- Me sentí relajado de repente. Después de todo este trabajo no tiene que ser tan malo

(....)

Con él transcurso de mis días laborales, todo se volvía más sencillo. Hablar con los proveedores y esperarlos en horarios laborales normales durante la tarde para recibir los pedidos era una de mis tareas preferidas. Estando Iker, yo no tenía que hablar con los posibles socios, mucho menos disfrazarme para las fiestas temáticas. Aún no comprendo cómo mi hermana puede tener estas ideas escandalosas para las fiestas que a estas personas tan extrañas les gustan.

Lo juro, esta fiesta con temática marina me sorprendió demasiado. Se que si Mireya supiera cómo se visten estas mujeres no estaría para nada feliz de tenerme trabajando aquí. Jamás ví una sirena con tan poca ropa, ¿Nadie aquí tiene vergüenza?

-Vamos por una copa- Me dijo Iker de repente y yo lo miré con horror

-No estoy vestido para la ocasión. Eres Aquaman con tridente y todo. ¿Me viste a mi? Contrario a Audrey, a mi no me gusta llamar la atención- Lo miré con incomodidad y él se rió

-Nadie te dirá nada por ir a tomar una copa. No tienes que hacer más que eso. Es una noche tranquila, no vas a embriagarte por eso- Acepté a regañadientes y me puse el antifaz

Miré a los lados inevitablemente. Todo aquí es demasiado provocativo y vi varias mujeres que no dejaban nada a la imaginación.

Me apoyé en la barra y esperé a recibir una bebida. No quería mirar a nadie, mucho menos sociabilizar. Quienes asisten aquí no conocen el pudor. Quienes están a mi lado hablan sobre posiciones sexuales que jamás hice y no me interesa.

-Hola guapo, ¿Qué haces aquí solito?- Una voz femenina a mi espalda y unas uñas acariciando mi brazo me hicieron girar

-Solo estoy bebiendo, no necesito compañía- Alejé sus manos de mi y quise volver a mirar la barra

La mujer usaba una peluca roja y estaba vestida como la sirenita pero de una manera demasiado exhibicionista. Me daba más vergüenza a mi verla que a ella mostrarse.

-¿No quieres ir a ningún sitio más privado para quitarnos el estrés?- Puso sus manos en el botón de mi pantalón y me sobresalté

-¡De ninguna manera!- Tomé la bebida y volví a la oficina demasiado rápido

Al entrar cerré con seguro y bebí mi copa con rapidez. Nadie me avisó que debería sufrir acoso laboral por parte de clientas locas y lujuriosas cuando firmé el contrato.

Alguien golpeó la puerta y abrí con recelo, era Iker que entró riendo.

-¿Sabes que fue lo que sucedió? Había una despedida de solteras esta noche, creo que esa era una de las damas de honor alentada por las demás- Lo ví sorprendido

-¿Despedida de soltera aquí?- Iker asintió

-Son pocas, pero en varias mujeres demasiado conocidas es lo ideal. Aquí nadie conoce ni juzga- Asentí con un suspiro. Espero que en mis meses de trabajo aquí no haya muchas de esas o estaré preso en la oficina

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