CARISSA BRITOS Me pongo el antifaz que combina con el color de mi vestido cuando estoy a algunas cuadras del club fetichista. Sostengo en mi mano una tarjeta de invitación y los hombres tatuados de la entrada me dejan acceder al interior. Veo un hombre que me evalúa y luego me da un papel que posee un alfiler de gancho. -¿Para qué...?- Interrumpe mi pregunta señalando un cartel como el mío pero con un nombre que dudo que sea el suyo -Escoge un nombre y póntelo- Pienso un minuto y escribo Shadow en el cartel En inglés Shadow significa "Sombra" y creo que es una palabra que me define. Entro al club y busco con mi mirada a mi amiga y a las damas de honor. No es difícil encontrarlas. La de cabello negro se disfrazó de fondo del océano. Sus pechos están cubiertos por un sostén que parece tener conchas marinas y la falda es tan corta... definitivamente es una de las damas. La rubia es una sirena que podría protagonizar una película para adultos. Su disfraz no cubre mucho. Me siento f
CARISSA BRITOSMientras la despedida de soltera continúa y las damas de honor enloquecen y se desinhiben más a cada momento a causa del alcohol, yo sigo hablando con Marina. Se que está preocupada por mi extraña petición, aunque intenta mostrarse segura en cuanto a mi extraño pedido. Veo como las damas bailan sin importarles si lo hacen bien o no. También besan a algunos hombres y se mueven contra sus cuerpos al ritmo sensual e insinuante de la música. Una de ellas nos hizo un gesto de despedida y tomó la mano de un hombre de piel morena que la condujo a la zona de los cuartos. -No me siento capaz de ser como ellas- Comento y bebo de mi copa -Jamás hubieses podido ser así Cari. No eres el tipo de chica que se vaya con un desconocido en búsqueda de una aventura. Tu eres más precavida, seria- Marina sonríe y se que se está conteniendo de decir lo que realmente piensa-No tengo personalidad y soy demasiado aburrida para estar con gente como ésta, como ellas- Miro a las damas de honor
CARISSA BRITOSMarina me dió los pases de invitada al club fetichista. Me dijo que se celebrará una fiesta animal en el club. Ella no cree que iré, pero yo estoy segura de hacerlo. Se que ese ambiente no lo llevo en la sangre como muchas personas que destilan seguridad mientras caminan en su oscuridad; pero aún así necesito aferrarme a esta emoción que me hace sentir mínimamente normal y viva. Voy a la misma tienda donde compré el vestido azul y pido uno negro. La vendedora espera detalles para comprender lo que deseo, pero no sé cómo debería vestir. -Iré a un club con amigas y no quiero nada que enseñe todo lo que oculto a diario- Ella sonríe -¿De qué largo lo desea?- Eso es lo que me genera más inseguridad -Creo que un largo similar al del vestido que compré antes estaría bien. No mucho más corto- Ella va a buscar lo que tiene para ofrecerme y yo siento como las palmas de mis manos sudan. Quisiera verme linda, pero más que nada lucir segura de mi misma-Estos son exclusivos, juv
DUSTIN ULIBARRI Venir al club se ha vuelto rutinario y poco interesante. Estar encerrado por horas no es realmente algo que disfrute, ¿No fue por eso que también decidí alejarme de la empresa de mi padre? Aquí soy libre de socializar, de salir de la oficina, pero eso me aterra porque se que podría volver a equivocarme y tener una causa más que justificada para ser despedido sin contemplaciones. Salgo de la oficina cuando necesito beber algo y también para ir al baño. Las conversaciones me cuestan porque hay dos tipos de personas en el ambiente. Veo muchas personas bailando, tocándose sin pena, besándose. Nadie aquí es virgen, no esperaba eso, pero si un poco de pudor tal vez. Aquí comienzan los juegos previos que yo haría en la habitación con Mireya. ¿Les excita que los miren? Yo me sentiría incómodo y sería incapaz de mantener una erección. Cuestionarlos a ellos y a su falta de vergüenza es reafirmar que no pertenezco aquí ni que lo haré. Ver los espectáculos que esta gente sin p
DUSTIN ULIBARRI Los últimos días, Mireya y yo no estuvimos mucho tiempo juntos en calidad de pareja porque está preparándose para rendir. No hemos tenido relaciones ni hemos salido. Ella desde que se despierta hasta que va a dormir está sosteniendo un libro. Me he encargado de los quehaceres para que ella tenga más tiempo. Veo como su rostro tan blanco tiene ojeras muy marcadas y siento pena por ella, pero también ternura y admiración. Ella se está esforzando. Cuando fui al club ella estaba estudiando y al regresar la vi dormida en el sofá con un libro abierto tapando su rostro. Mis padres cuando iniciaron su familia lo hicieron por partida doble, dándonos la vida a Audrey y a mi. Años más tarde completaron a su familia con la idea de tener un solo hijo, pero con una bendición por partida doble, allí nacieron Brad y Camilo. Tengo muchas fotografías de nosotros en las paredes y sobre los muebles. En nuestros casos, siempre hay un mellizo bueno y uno demasiado travieso. Mientras lim
CARISSA BRITOS Me dirijo a la clínica, aunque no tengo ganas de ir. Se que esto es lo mínimo que puedo hacer por mi madre después de todo el sufrimiento que le he causado. Veo a uno de los médicos que me hace preguntas de rutina normales, me hace subir a la báscula, checa mi presión arterial, escucha mi corazón y finaliza dándome distintas órdenes médicas para ir al laboratorio a qué me practiquen análisis de sangre y orina. Mi madre me llama para preguntar si fui o no a la cita y le respondo.-Tendrías que ir al ginecólogo también. El doctor Ferro es el mejor. Pide una cita- Esa sugerencia no me gusta nada-Ya me atendí con el doctor al que me enviaste mamá- Digo firme, no deseo que me revise íntimamente ni un médico ni nadie -Pediré una cita yo y te acompañaré entonces- Maldigo y voy a pedir una cita -Es la última vez que hago lo que desees madre. Te lo advierto- Cuelgo la llamada molesta y avergonzada Después de haber sufrido la violación a manos de ese despreciable ser humano
CARISSA BRITOS Éste muchacho desconocido no sabe el poder que tiene en mi insignificante, monótona y autodestructiva vida. Se que si lo supiera correría lejos de mi. Se que él no me desea, al menos aún. Me mantendré positiva. Cuando perdí la virginidad mi placer fue mínimo y cuando ocurrió el abuso sentí distintos niveles de dolor físico y emocional. Nunca mi cuerpo experimentó un nivel similar de deseo y se que con otro hombre nada de esto sucedería. Este desconocido es una pieza clave en mi recuperación. Sólo él me ayudará a olvidar mi pasado, aunque él no lo sabe y probablemente no lo sabrá jamás. Lo veo de pie a mi lado y veo como mira detrás de mi y vuelve la mirada al frente, incómodo. Miro dónde él acaba de ver y veo a una pareja con demasiados deseos y urgencia. -Si no te gusta nada de esto, ¿Por qué vienes?- Su voz me sorprende y aún más el arrepentimiento que su mirada refleja por haber dicho eso -No pertenezco aquí, al menos mi estilo no lo hace. Vengo porque a
DUSTIN ULIBARRI Voy al club, poco a poco dejo que esta rutina laboral no sea tan abrumadora para mí, pero aún siento que nunca me acostumbraré a muchas de las cosas que aquí suceden. Después de ver papeleo y de guardar en la caja fuerte algunos documentos, me pongo el antifaz y salgo de la oficina. Sigo la recomendación de Zayn y también la de Iker. Comienzo a caminar con la intención de dar una pequeña vuelta antes de ir a pedir una bebida. Veo una pareja bailando y eso me sorprende. Puedo notar como la mujer se mueve y en su rostro el placer que siente mientras es tocada y apoyada por su pareja. Disfrutan ser vistos e intento alejarme cuando veo que esa mujer me mira. Allí es cuando una mujer y yo chocamos e instintivamente la sostengo. Reconozco a la dama que sostengo en mis brazos. Ella ha venido aquí y también estaba escapando de la pareja tan caliente que vino esta noche. La suelto cuando me convenzo de que puede caminar. Veo hacia la izquierda y el oxígeno abandona mi