Fue una suerte que Ren no se tomara su tiempo para conocerse ya que salió a toda velocidad de donde había estado estacionado.
— Ahora sí. Un gusto conocerte, Adella. – la saludo mientras la miraba por el espejo retrovisor con una sonrisa. Ella se la devolvió.
— El gusto es mío, Ren. Jane, tu hermano es muy lindo.
Su amiga chistó, Ren en cambio sonrió tímido desviando la mirada a la carretera.
Adella lo creía en verdad. El asiático tenía cierto atractivo que lo hacía parecer un hombre misterioso. Se preguntó si le hacía honor a sus raíces sabiendo artes marciales.
— Katherine Fernaldi–, se presentó una castaña a su lado, de la que supuso que era la pareja de su amiga. Sonrió. – Pero dime Kate.
— Adella Howard –, se presentó. - Tenía curiosidad por conocerte, Kate.
— No hay mucho que conocer… estaba emocionada cuando supe que te vería – dijo la chica tímidamente, Adella sonrió, le parecía una linda chica, le guiño el ojo a Jane para que supiera que su novia tenía su encanto, Jane rió negando con la cabeza.
Entre conversaciones y risas llegaron a Class. Había una gran cola y el guardia de la entrada parecía negarle la entrada a la mayoría. Todos se percataron de su llegada. Los chicos de la fila sonrieron con picardía y emoción mientras la veían. Las chicas no tanto al ver a sus parejas estar más pendientes de Adella que de ellas.
Adella no era ciega, percibió algunos movimientos que la gente hacia al sacar los teléfonos celulares para tomarle una foto, lo bueno fue que Ren estuvo a su lado con Andrea para flanquearla a la entrada. El guardia saludó a Ren y a Jane amistosamente para después abrirles la puerta dejándolos entrar.
Dentro la música electro retumbaba invitándoles a bailar, y a Adella le gustó. Las personas estaban en su mundo, la música era buena, la iluminación era perfecta para el lugar, los muebles parecían cómodos y organizados para grupos y el bar parecía tener un buen control de los pedidos.
— Iré a los controles a reportarme con el Dj de planta- avisó la morena la cual le dio un beso a su novia antes de dejarlas con su hermano.
— Bienvenidos a Class – saludó una joven morena que vestía shorts blanco muy corto y ajustado con una top azul brillante con el nombre del lugar en letras negras – Mi nombre en Denis y me encargaré de entenderlas esta noche.
— Sigan a Denis mientras yo dejo los abrigos – pidió Ren. Ellas asintieron con una sonrisa.
Denis las llevó a una segunda planta que tenía vista a la pista central. Allí arriba había un pequeño bar y unos pocos grupos de personas muy bien vestidas. Adella estaba acostumbrada a ver este tipo de personas, pero trataba de mantenerse distante. No todos eran buena compañía y era difícil alejarse de ellos cuando se era famosa.
— ¿Algo que deseen beber? – preguntó Denis muy amable.
— Ginebra con limón, por favor – era su bebida preferida.
— A mí un Cosmopolitan – Pidió Andrea.
— Y a mí un Bloody mary – decidió Kate.
— Bien, si necesitan algo más no duden en llamarme, no estaré lejos – Denis se alejó con una sonrisa.
— No intimidaste a la chica – comentó Andrea hacia ella.
— No me ha dado razones para hacerlo, ha sido muy amable – explicó.
— Lo ha sido.
Ren volvió con ellas, pero no estaba solo, un grupo de chicos le seguían enfrascados en una conversación relajada. Eran atractivos a simple vista y atraían las miradas de todas las chicas.
— Chicas, eh traída compañía. Ellos son mis amigos y compañeros en una banda de Rock.
— Wao, son “X-Class” – jadeó Kate. Los chicos sonrieron con suficiencia y uno de ellos con timidez.
— ¿Quiénes son los “X-Class”? – murmuró ella a la pelirroja. Adella escuchaba rock de vez en cuando pero solo clásicos, no le interesaba saber de nuevos grupos.
— Una banda de Rock Alternativo, se han hecho famosos este último año, sus músicas son muy buenas, deberías escucharlos – comentó la pelirroja.
— Haz las presentaciones, Ren – pidió un rubio de pelo largo al hermano de su amiga.
— Chicos, ella es Kate la novia de mi hermana–, dijo Ren refiriéndose a la linda castaña que sonrió a los chicos. - Ella es Andrea – la pelirroja alzo la mano en un tímido saludo. - Y por último tenemos a Adella, si no la han reconocido es una famosa cantante.
— Un placer conocerlos.
— El gusto es nuestro – hablo uno de ellos que parecía ser un tipo duro con sus tatuajes y su pelo al ras casi rapado – Elliot Crowell, pero dime Elliot o Lio – le regaló una sonrisa.
Adella tuvo que darle crédito al hombre, tenía una sonrisa seductora y una actitud de líder, mirada inteligente y un cuerpo magnifico. Ella apostaba a que era el baterista, ellos siempre tenían buenos brazos y piernas, pero lo que más resaltaba de él eran sus ojos grises.
— Lindo nombre, Elliot – respondió ella con una sonrisa, él ciertamente le gustaba.
— Gracias. Déjame presentarte a mis amigos.
— Claro.
— Él es Eric Green – el hermoso rubio de pelo largo más debajo de los hombros las saludo con una sonrisa y un guiño. Parecía un modelo.
Adella miró a Andrea que parecía estar sonrojada por Eric, sí, a su amiga le gustaban los rubios.
— ¿Qué instrumento tocas? – preguntó ella ya que no sabía nada de ellos.
— La primera guitarra, hermosa-, el rubio tenía una voz que parecía bálsamo.
— Debes ser muy talentoso.
— Lo soy-, y a ella le pareció un arrogante muy divertido.
— Y aquí tenemos a Joel Silverstein, y antes de que preguntes, él toca el bajo.
Adella miró al chico, era delgado y parecía ser más joven que los demás y un poco tímido, pero eso lo hacía parecer lindo, como un pan de dulce. Sus ojos plateados eran como un libro abierto a las emociones y haya, sus cejas eran atractivas. Cabellos negros un poco largo con fleco y su ropa negra le daban estilo.
— Encantada de conocerte – ella le guiñó un ojo y vio sonreír nervioso a Joel.
— Igualmente.
— Bueno, ya que se presentaron tomen asiento con nosotras- invitó Kate.
Los chicos buscaron sus lugares justo cuando las bebidas de ellas llegaban. Ellos también pidieron que tomar y luego despidieron a Denis con un gracias. A Adella de pareció raro no haber oído del vocalista así que decidió preguntar.
— ¿Y el vocalista? – le preguntó a Elliot.
— Está ocupado con su negocio.
— ¿Negocio?
— Sí, es dueño de este lugar. Luego se nos unirá – explicó él.
— Wao, tengo que decir que ha hecho un buen trabajo, tiene un buen lugar aquí.
— Es mi mejor amigo, somos como hermanos. Es un tipo inteligente que sabe lo que quiere.
Y ella tenía curiosidad por conocerlo, porque si era tan joven como ellos tener un negocio como esté y ser vocalista de una banda de rock profesional no lo hacía un hombre ordinario. ¿Sería tan atractivo como sus amigos?
— Oh, Jane está en los controles – avisó Kate mientras se levantaba acercándose a la barandilla para ver a su chica.
Andrea y Adella terminaron de levantarse para ver a su amiga y darle apoyo mientras hacía música allí arriba. Elliot y Ren estuvieron alado de ellas con sus bebidas un rato, luego ellas decidieron bajar a bailar.
— Voy al baño – Adella le gritó a Andrea.
— No tardes – respondió su amiga alzando la voz por el volumen de la música.
Adella estaba un tanto mareada a causa de los cocteles y tenía ganas de hacer pis y esperaba resolver el problema rapido, pero cuando llegó al baño se molestó, todos los cubículos estaban ocupados y había una gran fila que hacer, parecía que a la mayoría de las mujeres les había dado por ir al baño y ella no podía esperar más. Salió de allí rumbo a la zona Vip, en el camino se encontró a Denis por lo que le preguntó en qué dirección estaban los baños de aquella planta haciendo una pequeña parada para tomar su cartera. Denis la condujo por un largo pasillo deteniéndose en la primera puerta que decía “Sanitario” y la dejó sola.
¿Quién utilizaba esa palabra hoy en día? Le parecía que la palabra “Baño” era más efectiva. Era americana, la palabra “sanitario” no estaba en su vocabulario.
Adella hizo lo que tenía que hacer y luego salió a lavarse las manos.
Cuando se vio en el espejo suspiró, estaba sudada y un poco despeinada. ¿Cómo podía verse así? Se limpió el maquillaje corrido en los ojos con cuidado, se retocó el maquillaje y se arregló el cabello. Su teléfono celular la interrumpió con el sonido de una llamada entrante. Lo sacó de la cartera y vio que era Jett. Ella no quería contestarle la llamada, pero igual lo hizo por alguna razón.
— Hola Jett.
— “Hey, te he estado enviando mensajes y no has contestado”
— Estoy divirtiéndome con mis amigas… ¿Qué pasa?
— “Nada, no quiero interrumpir, mejor te llamó mañana después de ver a Dakota”
— Bien, luego hablamos. Adiós.
Adella sonrió, sabiendo el truco de Jett. Él quería hacerle dar celos, pero eso no había pasado ni remotamente y todo porque había ignorado sus mensajes. Adella suspiró. Jett se iba a poner pesado con ella más pronto de lo que había supuesto.
— Todas mis relaciones son una mentira, tal vez debería tomarme un tiempo sola – murmuró.
El ruido de la puerta cerrándose le llamó la atención. Alguien había estado escuchando y eso no era bueno. Corrió para ver quién era, pero no encontró a nadie. Volvió a entrar al baño un poco nerviosa porque alguien hubiera escuchado sus cavilaciones y luego filtrarlas a los medios. Recogió sus cosas con manos temblorosas y salió rumbo a su reservado donde los chicos la esperaban.
Inspiró para calmarse y parecer tranquila.
Adella no esperaba ver entre sus nuevos amigos a esa fantasía de hombre que se mostraba ante sus ojos. Adiós a la resiente calma adquirida. Ella tenía ante sus ojos al tipo de hombre que siempre había deseado y esas no era buenas noticias. Sus piernas casi flaquearon al ver esa sonrisa. Ella estaba cautivada por primera vez en su vida por un hombre y su corazón no dejaba de dar saltos al ser consciente de ello.
Ella tenía que alejarse.
El hombre de cabellos oscuros con ondulaciones en las puntas que la tenía babeando la miró y ella solo vio el verde jade de sus ojos. Maldijo internamente por reaccionar así, no quería parecer estúpida al quedarse allí mirándolo pero sus pies no se movían. Él la miraba. La miraba intensamente con curiosidad. Ella se preguntó si estaba bien su maquillaje y vestido ¿Le parecería atractiva? La última vez que se había visto al espejo antes de salir del baño había estado perfecta.
¿Qué le estaba pasando? Rogó porque alguien la distrajera. Ese alguien llegó, Elliot se interpuso entre ellos y fue a su encuentro a abrazarla. Eso la devolvió a Tierra.
— ¿Sucede algo? – le preguntó.
— Creo que eh bebido demasiado.
— Oh, entonces ya no te dejare beber más.
Ella sonrió a pesar del mareo repentino y el reciente shock provocado por el otro chico.
— Ven que te quiero presentar a Dominic.
Y sin darle tiempo a responder Elliot la llevó con el grupo de chicos. Las respuestas cayeron sólidas y claras para Adella.
— Dominic Brynmor, gusto en conocerte Adella.
Y ella se derritió con el sonido de su voz, tan clara, tan masculina y tan seductora.— El gusto es mío – respondió ella atrapando sus emociones para mostrarse fría indiferencia al devolverle la mirada un par de segundos.— Él es el dueño de este lugar, le dije que tienes buenos comentarios respecto al club. – comentó Elliot a su lado.— Sí, es un lugar interesante y muy cómodo.— Gracias. Espero que se convierta en una visitante habitual – y él la seguía mirando intensamente.— No creo que pasase, solo estoy de paso por la ciudad mientras disfruto de unas cortas vacaciones – Ella decía la verdad, solo estaba de paso y no volvería a ese lugar. Al menos eso creía.— Entiendo…— ¿Preciosa, quieres ir a bailar? – invitó Elliot y ella acepto con una sonrisa, estaba apurada por alejarse.— Claro, me muero de las ganas por bailar esa canción.Adella se alejó, pero no moría por bailar, más bien por fumar un cigar
Rieron un poco, pero el humor de Dominic se volvió a tornar oscuro después de un rato al ver a Adella y Elliot tomar sus cosas. Se acercó a Elliot sin poder evitarlo. Necesitaba saber si se irían juntos. Joel lo siguió.— ¿Ya te vas?— Si, Adella quiere irse a casa, así que voy a dejarla – Dominic frunció el ceño, su amigo estaba muy animado.— Aún es temprano para irse - se oyó a Ren decirle a Adella – vives cerca, no te puedes ir a esta hora.En ese momento apareció Jane, con una castaña y una pelirroja, estas últimas estaban claramente disfrutando del lugar y la música al verlas estar un poco sudadas con cervezas en mano.— ¿Cómo es eso que te vas? – Jane preguntó no muy feliz.— Debo irme, mañana pienso ir a visitar a mi madre. Lo sabes.— No me jodas, Adella. No nos hemos divertido juntas en tres largos meses ¿Y ahora piensas en irte a casa a dormir? No bromees. Además, puedes ver a tu mamá en la tarde, no pongas esa ex
Adella estaba atrapada en su propia trampa. Ella sabía que no debía jugar con el orgullo de un hombre porque conseguiría una declaración física de hombría y orgullo. Predecible a simple vista. Lo peor era que no sabía porque estaba dejándose llevar por la propuesta de aquel hermoso hombre. Dios, ella estaba caminando en medio de arenas movedizas, pero no podía detenerse… al menos no ahora. Caminaron lado a lado en silencio, un silencio envolvedor. Parecía que la distancia estaba implícita entre los dos mientras hayan miradas ajenas, las cuales estaban allí, entre las personas que los reconocían y volteaban a mirarlos sospechosamente, o solo eran ideas suyas y solo la miraban porque era lo normal ¿Quién no quiere mirar a un cantante famoso? Ella lo haría si fuese una más de ellos. Volviendo al tema de la esperada y culminante demostración del más atractivo cantante de rock que hubiera visto que caminaba a su lado dirigiéndola en el camino, llegaron al pasillo donde había estado antes
Para Dominic algo bueno de dormir en el Class era no tener preocuparse por regresar a casa. En el pasado este hubiera sido uno de sus momentos memorables, estaría en la cama con alguna especie de groupi a la cual tendría que sacar de la manera más fría y a veces despiadada – cosa que ocurría cuando se iba de gira y su equipo de seguridad cumplía felizmente con su trabajo. Ahora estaba allí solo entre las sábanas preguntándose cuando demonios cambio todo, desde cuando su vida era tan aburridamente rutinaria, y lo más importante, amaba o no a Luna.Las contradicciones habían llegado luego de haber hecho puré la cara de su mejor amigo y haber dejado a la hermosa cantante rubia por su cuenta. ¡¿Que si era remordimiento de conciencia por lo que casi estuvo a punto de hacer con ella?! No, no sentía eso para nada, esa había sido la principal razón, un atisbo de la persona que una vez fue, eso sí le shockeó, porque se sentía fuera de sí mismo.Mentía.Ese era él. Entusiasta cazador de presas
— Vivir juntos… - murmuraba pensando en el significado de esas palabras.— No quieres. – Concluyó ella deprimida.— No. Sí. No. Es que no sé si sea una buena idea.— Lo entiendo, te gusta tu espacio.— Sí, me gusta – fue sincero, pero no quería hacerla sentir mal – pero tal vez si probamos no sea tan malo.— Te amo – ella empezó a repartirle besos en la cara para después ponerse de pie repentinamente – Prepararé todo para mi estadía aquí.— Adelante.— Nos vemos mañana entonces.Suspirando se recostó en el sofá una vez Luna se hubo retirado de su casa. Pensó en que esto les haría tener más dificultades de las que ya tenían. Más cuando no pasaba en casa y menos en la ciudad, era desordenado y sus amigos lo visitaban siempre que querían para beber y comer todo lo que encontraban sin ningún respeto.Esperaba que Daniel se lo tomara bien, a su hermano no le caía muy bien Luna y no entendía por qué. Bueno, a su
Entraron al parqueadero subterráneo del condominio, un lugar grande con algunos vehículos dispuestos en sus lugares por parte de los vecinos, la mayoría solteros, le había dicho Tony, quien había investigado a cada uno como parte del requisito de seguridad. Eso estaba de más teniendo en cuenta que el edificio era propiedad de su productora.Entraron en el ascensor, no tardaron en llegar a su piso. Esta vez no se topó con nadie a su llegada, la decepción se encendió en su pecho. Se sentía tonta al pensar en eso. Claro que no se lo iba a encontrar cada vez que se abriera el ascensor, pero una parte dentro suyo deseaba volver a verlo.— Parece que te perdiste en algún pensamiento- comento su hermano mientras la sacaba de su nube de pensamientos y del ascensor también.— Algo así- sonrió – ¿y qué apetece almorzar? – preguntó cambiando el tema.— Hmm… estoy harto de la comida chatarra por lo que mis opciones están en algún restaurante francés o uno japonés – r
— ¡Ah! El placer es mío – dijo no muy convencido.— Me alegra, aunque eh sido un poco atrevido. – Dijo avergonzado.— No pasa nada – desestimó más relajado y recordó que lo habían llamado por su nombre - ¿Adella ha hablado de mí? Digo, usted sabia mi nombre y eso me lleva a pensar que ella tal vez me haya mencionado- preguntó inquieto no queriendo verse muy curioso y emocionado.— Si, lo ha mencionado. ¿Qué tal si lo invitó a pasar? Anda un poco triste y tal vez usted pueda ayudar a reanimarla – dijo Boris rápidamente dejándolo captar solo lo más importante.Ella está triste.— Tenemos suficiente comida. – Comentó Boris terminándolo de convencer.— Pasare allí en un momento. – El chico sonrió complacido.— Perdona la demora, estaba cambiándome la ropa y llamando un taxi. – Dijo Luna disculpándose.— ¿No te hace falta nada? – le preguntó con una sonrisa triste.— No. Ya tengo todo.— Bor
— Sí, pero sé que es solo una estrategia publicitaria – se defendió Dominic.— ¿Ella te lo dijo? – preguntó extrañado el rubio.— No… lo supe por accidente. - Explicó.— Bien, esto lo facilita todo.— No entiendo.— Sé que suena mal de mi parte hacer esto. Es como si estuviera arrojando a mi hermana a tus brazos – frunció el ceño -, pero lo que quiero es que la enamores, solo de esa forma no se dejara manipular por Jett.— Esto es ridículo… - dijo Dominic comenzando a cabrease.— No, no lo es. Conozco a Jett y conozco a mi hermana. Cuando decidí preguntarte esto lo hice tomando la responsabilidad. ¿Qué te detiene? ¿No es mi hermana lo suficiente mujer para ti, o tienes a alguien más que quieras?— Adella es del tipo de chica que no se enamoraría de un idiota, menos de alguien como yo. Y yo me estoy dando un tiempo con mi novia, no va bien la relación, pero eso no significa que haya acabado…—