Para Dominic algo bueno de dormir en el Class era no tener preocuparse por regresar a casa. En el pasado este hubiera sido uno de sus momentos memorables, estaría en la cama con alguna especie de groupi a la cual tendría que sacar de la manera más fría y a veces despiadada – cosa que ocurría cuando se iba de gira y su equipo de seguridad cumplía felizmente con su trabajo. Ahora estaba allí solo entre las sábanas preguntándose cuando demonios cambio todo, desde cuando su vida era tan aburridamente rutinaria, y lo más importante, amaba o no a Luna.Las contradicciones habían llegado luego de haber hecho puré la cara de su mejor amigo y haber dejado a la hermosa cantante rubia por su cuenta. ¡¿Que si era remordimiento de conciencia por lo que casi estuvo a punto de hacer con ella?! No, no sentía eso para nada, esa había sido la principal razón, un atisbo de la persona que una vez fue, eso sí le shockeó, porque se sentía fuera de sí mismo.Mentía.Ese era él. Entusiasta cazador de presas
— Vivir juntos… - murmuraba pensando en el significado de esas palabras.— No quieres. – Concluyó ella deprimida.— No. Sí. No. Es que no sé si sea una buena idea.— Lo entiendo, te gusta tu espacio.— Sí, me gusta – fue sincero, pero no quería hacerla sentir mal – pero tal vez si probamos no sea tan malo.— Te amo – ella empezó a repartirle besos en la cara para después ponerse de pie repentinamente – Prepararé todo para mi estadía aquí.— Adelante.— Nos vemos mañana entonces.Suspirando se recostó en el sofá una vez Luna se hubo retirado de su casa. Pensó en que esto les haría tener más dificultades de las que ya tenían. Más cuando no pasaba en casa y menos en la ciudad, era desordenado y sus amigos lo visitaban siempre que querían para beber y comer todo lo que encontraban sin ningún respeto.Esperaba que Daniel se lo tomara bien, a su hermano no le caía muy bien Luna y no entendía por qué. Bueno, a su
Entraron al parqueadero subterráneo del condominio, un lugar grande con algunos vehículos dispuestos en sus lugares por parte de los vecinos, la mayoría solteros, le había dicho Tony, quien había investigado a cada uno como parte del requisito de seguridad. Eso estaba de más teniendo en cuenta que el edificio era propiedad de su productora.Entraron en el ascensor, no tardaron en llegar a su piso. Esta vez no se topó con nadie a su llegada, la decepción se encendió en su pecho. Se sentía tonta al pensar en eso. Claro que no se lo iba a encontrar cada vez que se abriera el ascensor, pero una parte dentro suyo deseaba volver a verlo.— Parece que te perdiste en algún pensamiento- comento su hermano mientras la sacaba de su nube de pensamientos y del ascensor también.— Algo así- sonrió – ¿y qué apetece almorzar? – preguntó cambiando el tema.— Hmm… estoy harto de la comida chatarra por lo que mis opciones están en algún restaurante francés o uno japonés – r
— ¡Ah! El placer es mío – dijo no muy convencido.— Me alegra, aunque eh sido un poco atrevido. – Dijo avergonzado.— No pasa nada – desestimó más relajado y recordó que lo habían llamado por su nombre - ¿Adella ha hablado de mí? Digo, usted sabia mi nombre y eso me lleva a pensar que ella tal vez me haya mencionado- preguntó inquieto no queriendo verse muy curioso y emocionado.— Si, lo ha mencionado. ¿Qué tal si lo invitó a pasar? Anda un poco triste y tal vez usted pueda ayudar a reanimarla – dijo Boris rápidamente dejándolo captar solo lo más importante.Ella está triste.— Tenemos suficiente comida. – Comentó Boris terminándolo de convencer.— Pasare allí en un momento. – El chico sonrió complacido.— Perdona la demora, estaba cambiándome la ropa y llamando un taxi. – Dijo Luna disculpándose.— ¿No te hace falta nada? – le preguntó con una sonrisa triste.— No. Ya tengo todo.— Bor
— Sí, pero sé que es solo una estrategia publicitaria – se defendió Dominic.— ¿Ella te lo dijo? – preguntó extrañado el rubio.— No… lo supe por accidente. - Explicó.— Bien, esto lo facilita todo.— No entiendo.— Sé que suena mal de mi parte hacer esto. Es como si estuviera arrojando a mi hermana a tus brazos – frunció el ceño -, pero lo que quiero es que la enamores, solo de esa forma no se dejara manipular por Jett.— Esto es ridículo… - dijo Dominic comenzando a cabrease.— No, no lo es. Conozco a Jett y conozco a mi hermana. Cuando decidí preguntarte esto lo hice tomando la responsabilidad. ¿Qué te detiene? ¿No es mi hermana lo suficiente mujer para ti, o tienes a alguien más que quieras?— Adella es del tipo de chica que no se enamoraría de un idiota, menos de alguien como yo. Y yo me estoy dando un tiempo con mi novia, no va bien la relación, pero eso no significa que haya acabado…—
“La cualidad más notable de la suerte es que puede ser buena o mala.” – la frase se dibujó en la mente de Adella. Dejando a un lado lo referente a la suerte, desempacó lo indispensable, luego se unió con las chicas en el sofá para ver la película que Andrea eligió anticipadamente. Nadie pudo decir que no a “Pesadilla antes de Navidad” pero la tarde se puso mejor con “El Padrino”. Más tarde se detuvieron en una gasolinera, Ren y Eric tenían una cámara de video lo cual le pareció curioso cuando entraron a la pequeña tienda a comprar chucherías. Ren se posesionó de la cámara y Eric se convirtió en el entrevistador en el momento en que ella tomaba una soda dietética de la nevera. — Déjenme presentarles a esta hermosa chica, que se nos unió a nuestro viaje. Y aquí tenemos a nada menos que a la cantante Pop del momento, Adella Howard. La cámara se acercó mucho a su cara y aunque la puso nerviosa un instante luego sonrió. — Hola chicos – dio un beso volado a la cámara
Derek se sentía observado, una observación que en vez de molestarle le gustaba. No era que fuera un ególatra ni nada por el estilo, pero cuando Andrea lo miraba se sentía de alguna manera importante, ella lo quería a pesar de todo. Esto le hizo sonreír. Ella era tan dulce y hermosa, pero se merecía alguien mejor que él mismo, y duramente se dio cuenta que lo tenía. Sintió celos, pero jamás haría algo por tenerla, ella estaba vetada, estaba prohibida.Aun recordaba la tarde que llegó a su casa para cambiarse de ropa ya que saldría con una amiga a disfrutar de lo que quedaba del día. Se había encontrado a Andrea en el pasillo de las habitaciones cuando de manera súbita le había dicho que estaba enamorada de él y lo quería. Egoístamente lo tomó como algo pasajero, ella se olvidaría de él pronto, se dijo, pero las cosas fueron complicadas desde ahí. Era consiente de Andrea, de su presencia, de su ausencia, de su sonrisa, de sus cabellos rojos y ese rubor natural que hacia su aparición cua
Pararon a almorzar al medio día en un restaurante de carretera muy sencillo, ya les faltaba muy poco para llegar a RockCity. Dominic babeó antes de poder entrar al restaurante cuando vio a Adella acercarse a él en jeans negros ajustados, botas cortas, blusa blanca –muy fresca para el caluroso día- y sombrero negro, lo que se veía malditamente bien con su rubio cabello suelto.Dominic solo deseaba poner sus manos en esas caderas y pegarle a él para saborear más de esos labios que sonreían traviesamente provocándolo. Él sonrió e inclinó el cabeza divertido, esperándola.— Hey – saludó Adella.— Hola, preciosa.— Oh, no me llames así. Puedes hacerlo mejor.— ¿Cómo quieres que te diga? – le siguió el juego. Ella parecía pensárselo.— “Linda”, eso suena menos a galán de carretera.— Ese denotativo no te hace el respeto que mereces.Adella soltó carcajadas y él se sintió trillado y patético por haber dicho eso, aunque ya le daba ig