Pararon a almorzar al medio día en un restaurante de carretera muy sencillo, ya les faltaba muy poco para llegar a RockCity. Dominic babeó antes de poder entrar al restaurante cuando vio a Adella acercarse a él en jeans negros ajustados, botas cortas, blusa blanca –muy fresca para el caluroso día- y sombrero negro, lo que se veía malditamente bien con su rubio cabello suelto.Dominic solo deseaba poner sus manos en esas caderas y pegarle a él para saborear más de esos labios que sonreían traviesamente provocándolo. Él sonrió e inclinó el cabeza divertido, esperándola.— Hey – saludó Adella.— Hola, preciosa.— Oh, no me llames así. Puedes hacerlo mejor.— ¿Cómo quieres que te diga? – le siguió el juego. Ella parecía pensárselo.— “Linda”, eso suena menos a galán de carretera.— Ese denotativo no te hace el respeto que mereces.Adella soltó carcajadas y él se sintió trillado y patético por haber dicho eso, aunque ya le daba ig
Dicho, no perdieron tiempo en quitarse la ropa quedando en Adella en solo una tanga negra de encaje y en Dominic en bóxer azul oscuro pegados a su piel y a la erección llamándole la atención a la rubia que no podía quitarle la mirada de encima mientras se mordía el labio. Dominic muy de lo mismo recorrió con la mirada cada porción de piel que se le ofrecía, se quedó idiotizado en las formas de los senos de ella amando el color cremoso de los pezones ilusionándose a su vez por enrojecerlos con la boca.Dominic la besó con lujuria en los ojos, feliz de que ella le correspondiera de la misma forma e intensidad. Cayeron en la cama, él sobre ella. Dominic bajó por su cuello regando besos y luego más abajo llegando al paraíso de aquellos dulces y suaves duraznos. Pasó la lengua por encima del montículo probándola, Adella se arqueó. Con la otra mano amasaba el otro pecho pellizcando con sus dedos la aureola, gozoso de tenerla gimiendo. Ella se estiraba y ofrecía sensible al placer mientras D
— Gracias. –Le dijo tomando su mano y besándola sin poder evitarlo.— Eso me hace sentir menos usado… - murmuró él y aunque le molesto un poco el comentario por las connotaciones de aquel echo dejo claro una cosa.— Habíamos dejado todo claro antes de empezar. Creí que entendías las reglas.— No te estoy acusando de nada. Soy yo. –Aclaró, sentándose a lado de ella arreglándole el cabello y evadiendo la mirada. – No me había acostado con nadie además de mi novia en más de un año. Antes todo era diferente, eran chicas de una noche, luego de un concierto cuando más excitado estaba o una chica de la universidad que presentaban en fiestas por lo que muchas veces no preguntaba ni el nombre de ellas. Era un imbécil y creí que sería igual esta vez –dijo con una sonrisa que no llegaba a sus ojos. - Estaba equivocado… después de tus palabras hace un rato me sentí como un estúpido.— Nunca fue mi intensión hacerte sentir de esa forma –contestó Ad
Luna descansaba a su lado en la cama profundamente dormida. Dominic aún no entendía como de un momento a otro las cosas se pusieron de aquella manera. Ya se sentía como un idiota con Adella, más cuando unos tontos celos se apoderaron de él cuando la vió con su novio. Pero nada lo preparó para ver un mensaje en su teléfono móvil con una foto que daba poco lugar a las dudas. Luna estaba en aquella foto con otro hombre desnudos besándose en un jacuzzi. El mundo se le calló a los pies y el corazón se le rompió en mil pedazos cuando el imbécil que le envió la foto le informó que la escenita era de hace ya un mes.Lo primero que hizo fue llamar a Luna pidiéndole explicaciones. Ella solo respondía que le explicaría todo cuando llegará, que por favor la esperará. Cuando colgó Derek le subió el animó poco, aunque no había nada que evitará dejar de sentirse como el más cornudo de todos. Hace un mes era el hombre más fiel y devoto de su novia de lo que había sido nunca, no entendía que había suc
Veinte minutos se tomaron para descansar antes de levantarse y vestirse porque debían estar antes del amanecer en sus respectivas caravanas para no llamar la atención de paparazis en el caso de Adella y de groupies y de la propia Luna en el caso de él. Esta vez a diferencia de la anterior no se dijeron nada, manteniendo un silencio cómodo, y al observarla se percató de los movimientos lentos poco convencionales en Adella. Supo que se le había pasado la mano, otra vez.Cuando ella estuvo lista la tomó en brazos, Adella protestó un poco pero luego se rindió envolviendo su cuello con los finos y delicados brazos para descansar la cabeza en su hombro mientras él caminaba entre los campamentos y el parking para poder llegar a la zona ADA VIP. A ella la dejó casi al pie de la caravana para luego regresar sus pasos hacia la suya, aunque no entró, sino que se fumó un cigarrillo que uno de los roadies le regaló al verlo vagabundear solo. Hablaron un poco sobre las presentaciones del día, luego
— ¿Todo bien? –Le preguntó Dominic caminando a su lado siguiendo a los demás. — Sí. Ahora estoy bien –respondió honestamente, en ese momento exacto estaba bien. — Genial –murmuró él mirando el suelo. — ¿Sabes que sería buena idea? –él negó. - Oírte cantar nuevamente, pero esta vez solo para mí. — ¿Un concierto privado? –le preguntó él en complicidad en un susurro. Ella miró al cielo con una sonrisa. — Pagaré por ello muy bien –susurró para luego mirarlo con la ceja levantada esperando una respuesta. — Me lo pensaré –dijo Dominic haciéndose el difícil. Adella no tenía que preguntarle más para saber que él estaba interesadísimo en la forma de pago. Rió satisfecha. — Sé que aceptaras –comentó ella con suficiencia. Se sorprendió cuando lo escucho reír, una risa sincera que le calentó el pecho al escucharla. En aquel momento deseó poder besarlo, deseo que reprimiese con fuerza. La sonrisa se borró de l
— ¿Por qué?... – preguntó Adella.— Por todo lo que has hecho por mí…Él se sentía avergonzado.— No hice nada…— Lo digo en serio.— Lo dices porque aquí terminan nuestros tres días, pero no tienes que agradecer nada, yo también me he aprovechado de ti.— Los amigos no se aprovechan, se ayudan, se apoyan. Recuérdalo.— Te robo las palabras jejeje.Se levantaron y mientras ella se arreglaba él se limpió y cambió de ropa. Adella lo observaba desde la silla poniéndolo nervioso, quería que dejara de hacerlo, pero en alguna parte de sí mismo aquello le gustaba. Se sorprendió cuando Adella lo abrazó desde atrás enterrando la cara en su hombro. Su corazón saltó de forma dolorosa.— Creo que me enamoré de ti…—la escuchó murmurar, el guardó silencio sintiendo más latente el dolor en su pecho—Traté de que no pasara, pero eres tan lindo conmigo que simplemente pasó…sé que es pasajero porque no creo que nada sea eter
— Como representante o mánager de Adella, con todo este escándalo ocasionado por mostrar una relación íntima con otra persona que no era su novio, creo que en el mejor de los casos sería dar una disculpa y explicar su lado de la historia. —opinó Samantha bien profesional. — No quiero pedir una disculpa —expresó ella indignada porque sabía que no había hecho nada malo en realidad, si se disculpaba automáticamente admitía ser culpable de infidelidad y de ser una zorra. — Tampoco estoy de acuerdo con eso. Yo estaba pensando en otra cosa. Es necesario hacerlo ahora porque el número de ventas online y en físico han disminuido considerablemente. — Explíquese —pidió Samantha interesada. Adella también lo estaba, pero de una forma más preocupada. Temía que ese “algo” no funcionara. — De alguna manera llegaron a mis manos fotos de Jeff en plan seductor con su amante. Filtradas en los medios Adella quedaría excepta de culpa. — ¿Ens