Capítulo 2

Arwen Simones:

Veo a un hombre con un traje a su medida, alto y muy elegante, está aproximándose y yo lo recorro de pies a cabeza, cuando llego a su rostro tengo que desviar la mirada avergonzada porque me capturó comiéndomelo con la vista, sigue avanzando y viene hacia mí, esos ojos, ¿qué pasa aquí?, ¿acaso el viejo mandó a su hijo? Ay Dios, ya está aquí.

            –Buenas tardes.

Alcé la vista extrañada, pero igual respondí.

            –Buenas tardes.

            –¿Puedo sentarme?

            –Estoy esperando a alguien.

            –Lo sé.

            –¿Eres su hijo?

El hombre hizo un amago de sonrisa y negando con un gesto, respondió:

            –Tu cita es conmigo.

¿Qué es esto?, claro que no me molesta el cambio, pero ¿y si es un maniático psicópata que usa este truco de la aplicación?, me tenso de pies a cabeza y lo miro con muchas interrogantes en mi cabeza.

            –¿Me permites explicarte?

            –Adelante.

            –Soy Aiden Paxton… y por tu expresión entiendo que conoces ese nombre, leí en tu perfil que trabajas en tecnología, entonces sabes a qué me dedico –asentí perpleja–. Soy muy particular, dedicado a mí trabajo, tengo mucho que manejar y controlar, así que no tengo tiempo para relaciones. Necesito una novia para el viernes, debo presentársela a mi tío Oswald Paxton y en tres semanas asistiré a una reunión en Los Emiratos Árabes donde la llevaré como mi prometida demostrando que estamos muy enamorados. Al regreso, todo acaba, cada quien a lo suyo. No quiero vínculos personales, todo será fingido, no quiero intimar solo actuar, si me ayudas me haré cargo del tratamiento de tu madre hasta que se recupere totalmente y necesitaré una lista de todos los equipos que requieres. Tendremos un contrato con todas las condiciones, si aceptas y firmas, te vas conmigo desde hoy a un Pent House de la ciudad donde comenzarás tu entrenamiento para poder desenvolverte como mi novia.

Lo escuché atentamente, sé exactamente quién es, aunque nunca había visto su rostro, en la universidad todos pensaban que al graduarme buscaría trabajo en su empresa porque tenía el promedio más alto, además de varios reconocimientos por excelencia, ni siquiera lo intenté debido a que la situación con mi madre no me permitía cumplir un horario de oficina.

Era un hombre muy enigmático, frío y torpe para expresar sus exigencias en su afán de dejar claro que no quiere involucrarse con nadie, su forma de recalcar que todo será fingido en realidad me tranquiliza, tonteé un poco mientras estudiaba, pero no pasé de un beso, en realidad ninguno me parecía lo suficientemente inteligente para mí, soy una nerd sin lentes, me gustan las conversaciones profundas, puedo pasar horas hablando de avances tecnológicos; bueno creo que ya expuso su punto y me está viendo como esperando respuesta, mejor le hablo.

            –Entiendo tu punto y apoyo totalmente que todo sea fingido, pondré todo mi empeño para que logres tus objetivos, ¿dónde está el contrato?

***

El día anterior Aiden Paxton había descendido de su helicóptero en el helipuerto del edificio de oficinas que poseía en el centro empresarial de la ciudad, estaba rodeado de sus dos asistentes, su jefe de seguridad y sus tres escoltas, él dirigía la más grande empresa tecnológica con nexos en todo el mundo.

Monarcas, presidentes, gobernantes, generales, todos le profesaban su respeto, admiración y temor, porque era frío, despiadado y mucho más poderoso que cualquiera de ellos.

En otro helicóptero arribaron sus dos hermanos menores, jamás compartían el mismo medio de transporte que él y contaban con dos jefes de seguridad cada uno, también en la empresa sus oficinas estaban a varios pisos de distancia, medidas tomadas por Aiden para proteger a sus hermanos, en muy pocas ocasiones estaban juntos en público.

Solamente se reunían al estar bajo la seguridad de las fortalezas que había construido en varios países para disfrutar de la vida familiar, en esas ocasiones que no eran muy frecuentes, él y sus hermanos gemelos disfrutaban juntos de una buena comida, jugaban en enormes pantallas y bromeaban sobre unos y otros permitiéndose reír despreocupadamente.

Al salir de allí volvía la mirada de acero que gracias al gris de sus ojos era literal, el ceño fruncido y los labios en un rictus definitivamente serio. Hablaba solo para impartir órdenes e instrucciones, todo su equipo conocía lo estricto que era y lo implacable que solía reaccionar ante los errores.

Pero no estaba solo, porque sí había alguien más poderoso que él, o al menos así se consideraba a sí mismo, quien en vista de su extraordinario éxito y a las excelentes referencias que circulaban sobre Aiden en el mundo, decidió poner un obstáculo en su camino, algo tan común y ordinario que sabía le resultaría totalmente imposible de cumplir.

Por eso se tomó la molestia de llamarlo él mismo y así ser testigo del desequilibrio que provocaría en su perfecta y controlada vida, Oswald Paxton quería presionarlo, hacerlo flaquear y colocarlo en un segundo plano para él tomar el mando del imperio que había construido su sobrino.

Aiden tomó la videollamada de su tío Oswald y sin ninguna expresión en su rostro escuchó atentamente al hombre que le estaba haciendo el anuncio más absurdo y ridículo que se le pudo haber ocurrido.

***

Aiden Paxton:

Estaba muy ocupado ultimando detalles de mi último acuerdo cuando el tío Oswald me llamó para decirme:

            –El viernes te haré una visita y espero conocer a tu novia, porque en tres semanas habrá una reunión muy importante en Los Emiratos Árabes con los principales dirigentes y si no vas acompañado, solicitaré tu destitución definitivamente, yo seré tu sustituto.

            –¿Desde cuándo mi situación sentimental se convirtió en requisito para presidir el grupo?

            –Desde que eres el único soltero.

            –Tú eres soltero también –le repliqué.

            –Yo soy viudo y honro la memoria de mi esposa fallecida a quien amé como jamás volveré a hacerlo –me respondió con una sarcástica sonrisa.

            –No voy a casarme en tres semanas tío.

            –En tres semanas, debes demostrar en la reunión que tienes a alguien que te ama y está comprometida contigo. Tengo que dejarte para atender algo, hasta el viernes –concluyó Oswald Paxton cortando la llamada.

Me quedé viendo la pantalla, sentía tanto rencor hacia él como lo sentía hacia mis padres, el tío Oswald les regaló un yate incitándolos a disfrutar de una segunda luna de miel y a ellos les pareció fascinante la idea de irse a navegar dejándome a mí de ocho años con mis hermanos gemelos de cinco años, todos a cargo del servicio de la mansión donde vivíamos.

Nunca más regresaron, debido a que murieron en un incomprensible accidente en alta mar

Vi mi Rolex, comprobé que es martes, así que tengo tres días para encontrar a una mujer que pueda presentar como mi novia al tío Oswald y que además se mantenga a mi lado por al menos tres semanas y actúe como mi prometida.

Solo había una persona en quien confiaba para contarle la conversación con mi tío, tomé mi teléfono y pulsé un solo dígito, en segundos abrieron la puerta de la oficina y entró un hombre alto, en excelente forma y no mucho mayor que yo, quien viéndome interrogante preguntó:

            –¿Qué pasa?

            –Mi tío Oswald vendrá el viernes para que le presente a mi novia, caso contrario solicitará al grupo mi sustitución indefinida en la reunión que se efectuará en tres semanas y a la cual tendré que asistir acompañado de la chica que les demostrará que está enamorada de mí.

            –¿Qué barbaridad es esa? Debiste dejar que matara a ese desgraciado cuando el atentado, jamás me hubieran descubierto.

***

Aiden lo observó, Marck era mucho más que su jefe de seguridad personal, recordó que cuando sus padres murieron su tío lo contrató para que los llevara a él y a los gemelos al colegio.

En poco tiempo se ganó el aprecio de los niños sobre todo de él a quien le preguntaba cada día por las clases y lo instaba a prestar atención y a aprender más de lo que enseñaban, lo hacía leer temas adicionales para complementar las clases, haciéndolo más listo que los demás.

También se convirtió en su protector porque Aiden nació con facciones perfectas y los chicos mayores lo molestaban diciéndole “cara bonita”, en varias ocasiones lo golpearon en un afán de destruir la belleza de su rostro, aún hoy en día tiene pequeñas cicatrices imperceptibles en sus cejas, pómulo izquierdo y en la mandíbula producto de los golpes de sus compañeros.

Marck comenzó a entrenarlo por las tardes en defensa personal, fue muy exigente con él para que perdiera el miedo y se pudiera enfrentar a cualquiera sin importar su tamaño.

Por lo que, en la primera oportunidad que tuvo se defendió furiosamente y aunque lo llevaron a la oficina del director, continuó golpeando a los abusadores hasta que dejaron de molestarlo, tampoco lo volvieron a llamar con el director porque en la primera citación Marck fue a representarlo y cuando el director comenzó a hablar de abuso y uso de violencia por parte del niño, él lo detuvo y le señaló:

            –Aiden Paxton en varias ocasiones ha sido atendido médicamente por las palizas que le daban sus compañeros aquí y quiero ver las sanciones que recibieron ellos, el chico se cansó y ahora se defiende, así que espero que dejen de molestarlo o seguirá usando los puños hasta que lo dejen en paz y usted no vuelva a citarme porque estoy ocupado aprendiendo a disparar y puedo venir aquí a practicar. Además, posiblemente le pida al señor Oswald Paxton que retire la subvención extremadamente generosa que reciben de él mensualmente y que solo lo hace por la excelente educación que, supuestamente, les imparten aquí a sus sobrinos con el plus adicional de su protección personal, la cual ha fallado mucho. El director quedó de una pieza mientras él salía de su oficina de la mano de su amigo y defensor, tenía en ese entonces diez años.

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