Capítulo 3

El atentado al que se refería Marck había ocurrido hacía ya doce años:

INICIO FLASHBACK

Para la fiesta de graduación en preparatoria de Aiden, su tío Oswald contrató un servicio de limusina para que lo llevaran a la fiesta, Marck acudiría también y lo acompañaría como guardia personal y decidió llevar refuerzos sobre todo porque, tal vez, con el licor que beberían a escondidas de los maestros y profesores, se pudieran exaltar los ánimos.

Ya Aiden había partido unas cuantas narices en el transcurso de su vida de estudiante, era el chico malo por excelencia, pero con el mejor promedio académico, campeón en cualquier competencia y el más popular.

La fiesta resultó excelente, Aiden rechazó el ser “Rey de la Preparatoria”, pero bailó todo el rato con cada una de las chicas más bellas de la fiesta, gracias a Marck también porque estuvo casi un año enseñándolo a bailar.

Ya iban de regreso a la casa cuando fueron rodeados y los atacaron con armas de fuego por más de media hora, la limusina fue destrozada, pero Aiden no estaba en ella, ya que se embriagó de más y Marck usó su propio vehículo blindado para trasladarlo, por lo que había pasado por el sitio de la emboscada, varios minutos antes que la caravana, allí fallecieron varios de los hombres de su equipo de seguridad.

Resulta que Marck y Aiden salían algunas veces sin escolta, por lo que él decidió blindar su vehículo para mayor seguridad del chico a quien veía como su hermano menor. Como en el hecho murieron hombres de ambos grupos, Marck se enteró de que los otros tenían una marca prácticamente invisible detrás de la oreja derecha, era una “O” y él sabía muy bien a quien culpar por ese ataque, estaba que escupía fuego.

En ese entonces fue el jovencito quien le hizo ver que sería imposible probar la participación de su tío y que, si lo atrapaban por su asesinato, él quedaría solo con sus hermanos nuevamente.

Marck se juró cuidarlos mientras viviera, así que eso fue lo que lo convenció, sin embargo, hizo que Aiden le prometiera dedicarse en cuerpo y alma a prepararse para lograr una posición que superara a su tío y afortunadamente lo había logrado.

FIN DE FLASHBACK

En el proceso, Aiden  se convirtió en un ser frío y calculador, sin nervios y sin miedo, no se permitía ni un momento de debilidad fuera de sus casas, solo que igualmente y siendo un zorro astuto, el tío Oswald había conquistado ciertas lealtades que podía usar a su favor y en cualquier momento que decidiera fastidiar a su sobrino.

Por eso él sabía que exigirle una novia era crearle un inconveniente, era desestabilizarlo porque Aiden no establecía relación con las mujeres que conocía, no le interesaba ni su nombre, ni volver a verlas, solo las pedía voluptuosas porque él estaba bien dotado y no toleraba a ninguna mujer chillando porque no lo aguantaba ya que él no era sutil en el acto, sus embestidas eran duras y fuertes.

Uno de sus asistentes se encargaba de esa parte y de darles las instrucciones, las cuales eran muy específicas, a las chicas que le contrataba, a quienes les dictaba:

Nada de decirle “papi” o adjetivos similares.

Ni se te ocurra besarlo, ni intentarlo siquiera.

Usarás ropa interior de encaje en color rojo.

Tienes que estar totalmente depilada.

Nada de fingir orgasmos ni emitir falsos gemidos, porque no le importa si llegas o no, te paga para su placer, no el tuyo.

Era insensible en extremo y lamentablemente si conocía a alguna chica normal en sus continuos viajes o reuniones, no hacía ningún esfuerzo por crear contacto o iniciar una conversación, aunque recibía muchas sonrisas y miradas insinuantes en cualquier lugar que fuera. Estaba convencido de que su estilo de vida y su trabajo eran para solitarios.

Se bloqueó a enamorarse porque ninguna mujer soportaría la presión de vivir con él con todo lo que lo rodeaba, ya que tenía sobre sus hombros la responsabilidad de poder acabar con medio mundo, si quería, utilizando solamente un teclado, eso lo convertía en el hombre más peligroso, pero también en el blanco más grande de cualquiera que anhelara su poder.

Aiden Paxton:

Pasó una hora antes de que Marck volviera a mi oficina, por su sonrisa supuse que traía una solución y así fue:

            –Lo tengo.

            –Habla.        

–Hay una aplicación para hombres mayores, es decir, del doble de tu edad –déjame hablar, pidió al ver mi expresión–, allí puedes contratar una acompañante por el tiempo que necesites, cumplen tus condiciones bajo contrato y tú le solventas la situación económica que planteen, unas quieren cirugía estética; otras una intervención quirúrgica urgente para un familiar y las más comunes necesitan pagar una deuda, una hipoteca o sus estudios.

            –No me dejaste hablar, pero al inicio dijiste que son hombres de sesenta años más o menos, ¿me estás viendo?, –pregunté apuntándome con mi dedo índice–, ¿no te parece un impedimento?

            –Y, ¿por qué?, si eres un as en sistemas puedes solucionarlo, de hecho, ya existe la forma. Me explicó: te tomas una foto, la envejeces y te registras en la aplicación, te enviarán un catálogo virtual de donde podrás seleccionar a “tu novia”, preparamos un contrato y después de la reunión del grupo listo, cuento acabado

            –Cuando me vea, ¿cómo le explico?

            –¿Crees que cuando te vea a ti en lugar de un viejo de sesenta años va a quejarse?

            –¿Son prostitutas?

            –No necesariamente, algunos de estos hombres no quieren sexo, solo una acompañante bonita para algún evento.

            –Pero si les piden sexo lo hacen.

            –Supongo que sí –me respondió encogiéndose de hombros.

            –Son prostitutas Marck. ¿Quieres que contrate a una puta para que finja ser mi novia y se la presente a mi tío?, ¿dejaste el cerebro en el estacionamiento? –expresé alterado.

            –Estas son jóvenes especializadas en hombres mayores, se les llama Sugar Daddy a estos tipos.

            –¡Ay no!

            –¡Ay sí!, tómate la foto y manos a la obra.

Marck era la única persona, aparte de mis hermanos, que podía tutearme, entrar a mi oficina, sentarse y hablar de cualquier cosa, él era mi lazo con la humanidad mientras trabajaba y también en mi entorno familiar porque muchas veces jugaba y comía conmigo junto a los gemelos, era posiblemente el único que me conocía en ambos ambientes.

Yo confío ciegamente en él y sé que Marck recibiría, sin pensarlo, una bala por mí, aunque la diferencia de edad entre nosotros es de nueve años solamente; así que hemos crecido juntos aprendiendo uno del otro y entregándonos mutuamente una confianza incondicional.

Cuando estuvo lista la foto, Marck se burlaba diciéndome:

            –Serás un viejo galán, mírate.

Yo resoplaba oyéndolo, la paciencia era algo que perdía muy fácilmente.

            –¿Y ahora? –le pregunté.

            –Vamos a crear el perfil y los requisitos, a ver, tú quieres…

            –Acompañante por un mes y disponibilidad para viajar fuera del país. No habrá sexo, sí estaré un mes con ella, pero no quiero relacionarme íntimamente, ni vínculos de ningún otro tipo.

            –Pero tendrás que tratarla con mucha familiaridad, recuerda que será tu novia, manitos agarradas, un piquito, pasar tu brazo por sus hombros, decirle mi amor y halagar su presencia.

            –¡NO!, que fastidio y tú deja ya de sonreír.

            –Esta es la actuación de tu vida, tienes que convencer al imbécil de tu tío de que esa chica es tu novia.

            –Lo haré, me conoces, no voy a arruinarlo, pero, ¿y la chica, podrá seguir el juego?

            –A ti más te vale, te toca ser romántico y relajarte cuando estés con ella frente a tu tío, para que la hagas sentir cómoda y en confianza. Debemos apresurarnos a ver si hoy mismo conocemos a alguna que te llame la atención, así nos reunimos, ella firma el contrato y comenzamos a prepararla para el viernes. Por lo que en función de eso nos quedaremos en el Pent House para prepararla.

            –Como digas –contesté de mala gana.

            –Así, perfecto, ese es el entusiasmo que necesito.

            –No te va el sarcasmo Marck –le dije seriamente.

Una vez registrado recibí un código de confirmación con el que me asignaron la contraseña de acceso, hasta ahora solo soy una foto y un número, junto a Marck comenzamos a ver fotos, hasta llegar a unos ojos grandes de color ámbar cuya expresión no supe definir de inmediato, se me da excelente leer a las personas con solo ver un gesto o sus ojos, con esa foto ella me parecía “triste”.

No mostraba fotos reveladoras, ninguna pose sexy, solo una en traje de baño y no era insinuante, no se ofrecía, ¿para qué estaba allí entonces?, seguí buscando y miré una gran cantidad de fotos, pero los ojos amarillos fueron los únicos que recordaba después de dos horas.

            –Ya vi a una, ¿ahora qué? –le dije a Marck con aire cansado.

            –Pinchas este corazoncito –me dijo Marck chistosamente– y te dan acceso a su información.

Pulsé donde me indicó Marck y se desplegó una pantalla:

Mi nombre es Arwen y tengo 21 años.

Quiero internar a mi madre en el mejor centro de rehabilitación del país, es adicta a todo lo que consiga para inhalar, tomar o inyectarse.

Soy experta en tecnología, trabajo FreeLancer, pero perdí mis equipos porque mi madre los vendió para drogarse, así que también necesito comprar equipos para continuar trabajando.

No tengo experiencia en esta aplicación, es la primera vez que la utilizo, por lo tanto, te pido que seas gentil conmigo.

–Creo que es virgen –concluí después de leer.

–¿Qué?

–¿Leíste lo mismo que yo?, ¿el punto d?

–Aaaaah.

–Estás perdiendo facultades –ahora fue mi turno de burlarme–, pero solo por eso me interesa porque no quiero sexo. Y si no ha estado con nadie, no se ha prostituido aún, así que su comportamiento será diferente. Es perfecta, ¿qué sigue?

–Elaboramos el contrato ahora mismo y concertamos una cita para conocerla, preferiblemente un lugar público, aunque discreto, yo me encargo.

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