Capítulo ~2~

Valentino.

Al llegar a mi empresa, entró a la sala de juntas con una mirada que imponía respeto, los empleados, temerosos pero también admirativos, se acomodaron en sus asientos mientras que tome lugar en el extremo de la mesa de caoba. Mi silla de Piel recién llegado me hacía ser aún mas arrogante.

—¡Silencio!—rugí con voz resonando en la sala de reuniones —Hoy no estamos aquí para juegos. Estamos aquí para hablar sobre el futuro de nuestras operaciones en Las Vegas, Roma y Inglaterra... nuestras empresas pueden estar en juego, por lo tanto, necesitamos más personal de alta confianza para trasladarlos a cada país.

La atmósfera se tensó instantáneamente, se que aquí hay gato encerrado y no pienso tolerarlo, la incompetencia ni la deslealtad, y casi todos lo sabían, no obstante, cuando descubra más afondo a los traidores que están congeniados con la mafia... seré yo mismo quien les corte la cabeza.

—Hablemos claro— continúe—La mafia está ganando terreno en nuestros territorios. No podemos permitirlo. Necesitamos más información, más control. No descansaré hasta que erradiquemos esta plaga de una vez por todas...— ordene sin dejar de verlos a cada uno, pude notar la tensión en esta sala y sabía muy bien quiénes eran los traidores que desean quebrar mis empresas en las Vegas.

Los nombres de los involucrados en el lavado de dinero resonaban en la sala. Me dispuse a mencionar a cada uno con desprecio, como si fueran meros peones en su ajedrez personal.

—George, Vittorio, Mateo y la serpiente... Todos ellos caerán a mis pies- declare con determinación.

—Valentino tu eres el conde de nuestro territorio. Solo das la orden y empezaremos la guerra.- Niego rodeando el lugar a lo que varios de ellos estaban nervioso. De entre estos quince hombres puedo afirmar que sólo siete de ellos me es leal. No moveré a la reina no ahora, aun el juego no ha empezado.

Después de la reunión, regresó a mi mansión, salgo de la limusina, no sin antes dirigirme a Emilio.

—Averiguaste a los camaleón — Inquirí sin desdén.

—Si señor, el informe esta en su despacho.

Sonrió elevando las cejas. Él si se merece ser uno de los mejores guardianes que traje junto a mi de Mystralón, por otro lado Los Camaleón eran uno de los clanes que han venido a vivir en este mundo moderno. Tenía intriga de saber sí de que raza venían y con qué intensiones.

Entro a mi mansión, los empleados me saludaron como siempre, pero desvió mis ojos al ver una figura familiar capturar mi atención. Era ella, la chica de ojos grises como la luna, aquella que había conocido en la fiesta.

—¿Quién es ella?—preguntó a uno de mis hombres de confianza, mi tono es exigente, quería cerciorarme en saber si es aquella chica de la fiesta, que últimamente está colándose en mi mente como una intrusa.

—Sabemos poco, señor se que es invitada de Lucrecia sin embargo quise Averiguarla— respondió el hombre, a lo que asiento-Pero estoy en ello. Pronto tendré toda la información que necesita.

Nuevamente asentí, mis ojos fijos en la misteriosa mujer. Había algo en ella que me intrigaba, algo que estaba empezando a querer saber más. Y no pararía hasta descubrirlo...

Entre a mi despacho, me sirvo una copa de coñac mientras reviso información confidencial sobre la presencia del Clan Camaleón cercano al país acá en Roma. Este clan es conocido por su habilidad para adaptarse a cualquier situación y mantenerse oculto bajo múltiples identidades. El Camaleón ha estado operando discretamente, infiltrándose en negocios legítimos. Su presencia representa una amenaza directa para los intereses de los hombres lobos en Mystralón. Eso fue uno de las noticias que recibí de mi mundo. Al parecer este clan están en busca de algo. Pero ahora me cuestiono que es eso que tanto Anhelan.

Decidido a emprende una investigación exhaustiva sobre el Clan Camaleón. Descubriré a fondo de quien es el líder, según un enigmático maestro del disfraz y a la vez manipulador. Ahora comprendí que enfrentarse al Clan Camaleón requerirá astucia y determinación. Mi clan no podrá luchar con ellos, debo hacer lo posible por protegerlos si este clan decidí atacar a los nuestros. De echo no todos están este mundo modernos, al igual que los míos somos pocos los que estamos en este lugar en busca de la supuesta flor Lunar del cual mis ancestros predominaban.

Esta batalla se sumerge en un juego de gato y ratón entre líderes de diferentes clanes para lograr un solo objetivo del cual aun desconocíamos.

Dejo de lado la información y me centro en la pared de mármol de mi mansión... mis padres construyeron este imperio durante años, sin embargo en su momento tendría que ser destruido ya que se guardan otros secretos misteriosos en este inmenso lugar.

Soltando un suspiro me levanto de mi acolchonada silla. Entro a mi habitación a tomar una ducha, mi cuerpo anhela de mi luna, en este mundo no la encuentro ni siquiera en Mystralón. Mientras enjabono mi cuerpo evoco a unos ojos grises y redondos, su piel blanca debe ser delicada y apetitosa.

¡Maldita sea!

Me sumergí bajo el agua caliente de la ducha, dejando que el calor y el vapor envolvieran mi cuerpo tenso. Sin embargo, incluso con el agua cayendo sobre mi, no he podido apartar de mi mente la imagen de la chica de ojos grises y piel blanca que había conocido en la fiesta.

Cada pensamiento, cada recuerdo de aquel encuentro inundaba mi mente, haciéndolo sentir como si estuviera atrapado en un torbellino de emociones. La forma en que su mirada me había cautivado, la chispa de intriga que había encendido en mi interior, todo eso me consumía.

Finalmente, molesto por mi incapacidad para sacar de mi mente a esa humana apagó el agua y salgo de la ducha. Me envolví en una toalla con movimientos bruscos, sintiendo la frustración crecer dentro de mí. Mientras tanto me visto con traje oscuro y camisa blanca, mi mirada se desvió hacia el balcón de mi habitación. Y allí, bajo el resplandor de la luna llena, observo a una chica danzar.

Ella giraba con gracia bajo el manto plateado del cielo nocturno, sus largos cabellos oscuros ondeando al viento. Sus manos se alzaban hacia el firmamento, como si estuviera ofreciendo una danza sagrada a la propia luna.

Me quedó inmóvil, cautivado por la belleza y la gracia de la escena frente a mi. La luz de la luna iluminaba a esa chica como un aura celestial, convirtiéndola en una visión etérea y encantadora.

Por un momento, el mundo exterior parecía desvanecerse, dejándome junto a ser tan hermoso bajo el abrazo de la noche. Y en ese instante, supe que había encontrado algo más que una simple distracción en la chica de ojos grises. Había encontrado algo que me intrigaba y a la vez me atraía de una manera que no podía explicar.

—¿Por qué la deseo?—Susurre sin dejar de mirarla— Que de especial tiene ella, he estado con mujeres pero ninguna es de mi interés, sin embargo esa chica me estaba aniquilando sin saber quien era ella.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo