Maya.Abrí los ojos lentamente, y me encontré en un lugar oscuro y tenebroso. Mi cuerpo estaba frío, casi paralizado por el gélido ambiente. Me sentía pálida, mis manos eran blancas como el mármol. Me incorporé, deseando envolverme en algo que me diera calor. Mis labios temblaban, y en ese instante, escuché una voz lejana, como un eco resonando en mi interior. Era la voz de un hombre, pero no podía reconocerla.—¿Quién es ese hombre? ¿Por qué no lo reconozco?—, me pregunté. La voz resonó de nuevo, diciéndome que regresara. Mi confusión creció a medida que avanzaba lentamente por ese lugar. Estaba tirada en el suelo frío, pero no me importaba. Necesitaba entender dónde estaba, qué estaba sucediendo y qué era todo esto. El frío penetraba mis huesos, y mis dientes rechinaban al temblar. Mis manos comenzaron a sacudirse incontrolablemente, y un dolor intenso se apoderó de mi interior, mientras el lugar me provocaba escalofríos.Seguí caminando hasta que, de repente, vi una serie de formas
Valentino Seis meses después...Habían pasado seis largos meses desde que Maya se había sacrificado, y a pesar de todo, aún no lograba superar su pérdida. Cada mañana despertaba con la misma incógnita rondando mi cabeza. ¿Será hoy el día en que despierte? ¿O acaso no lo hará nunca? Ya no me importaba nada más. Si Maya no despertaba antes de que terminara el año, había decidido que me iría con ella. No me interesaba lo que viniera, solo quería estar a su lado, incluso si eso significaba abandonar a mi hijo.Quizás Emilio tenía razón. Quizás no debía rendirme, no podía dejar a nuestro hijo Leandro crecer solo. Ya había empezado a caminar, rápido como un lobo. Aún no hablaba, pero sus pasos eran firmes y su apetito inagotable. Lo único que temía era que creciera en este ambiente lleno de recuerdos dolorosos y sombras del pasado.Cada día iba a la tumba de Maya. Su cuerpo seguía ahí, conservado en aquel cubo de hielo gigantesco que se habíamos creado con magia. Parecía que aún dormía, co
Maya. Quince años han pasado desde que mi vida dio un giro inesperado. Quince años en los que he logrado encontrar algo de paz en este mundo moderno, alejada de las sombras del pasado. A simple vista, no soy más que una loba más, pero por dentro, llevo un poder que no cualquiera podría comprender. La piedra que una vez creí m*****a me concedió el don de purificar. Puedo limpiar la oscuridad que me rodea, transformar lo maligno en algo puro. Mi hijo, Leandro, ya es un joven de 14 años, aunque parece un hombre hecho y derecho, fuerte, con la misma determinación que su padre. A veces me recuerda tanto a Valentino, por otro lado, Mi pequeña hija Lena, ella es un amor, pero no con todos, ellos viajan a Mystralón los fin de semana, es su lugar de Origen y no puedo detenerlos Yo no quisiera regresar nunca más, lo bueno es que mis hijos no conoce el dolor que yo viví en Mystralón, y es mejor así.Le prohibimos a ambos que no regresaran a ese mundo, al lugar donde tantas cosas se torcieron, do
Soy Valentino, un hombre de poder y riqueza incalculable, forjado en el crisol del éxito. Desde muy joven, me propuse en conocer el mundo con mi astucia y mi determinación, durante años he construido un imperio que rivaliza con los más grandes de este mundo. Mi nombre es sinónimo de poder, mi riqueza es inigualable, pero lo más importante de todo, soy un hombre lobo, un líder de mi clan destinado a gobernar con mano firme y corazón feroz. Mi clan, los Lobos de la Luna, es uno de los más antiguos y respetados en Mystralón, la tierra mítica que llamamos hogar. Desde hace generaciones, hemos protegido nuestras tierras y luchado por mantener nuestro lugar en la jerarquía de los clanes. Mi padre, el anterior líder, me enseñó todo lo que sé sobre el honor, el coraje y la lealtad hacia los nuestros. Hace algunos años que partio, por lo tanto he tomado las riendas hace años y demostre que soy digno de llevar el título de Alfa en mi mundo y aquí un magnate con muchas empresas.Pero antes de s
Valentino.Al llegar a mi empresa, entró a la sala de juntas con una mirada que imponía respeto, los empleados, temerosos pero también admirativos, se acomodaron en sus asientos mientras que tome lugar en el extremo de la mesa de caoba. Mi silla de Piel recién llegado me hacía ser aún mas arrogante.—¡Silencio!—rugí con voz resonando en la sala de reuniones —Hoy no estamos aquí para juegos. Estamos aquí para hablar sobre el futuro de nuestras operaciones en Las Vegas, Roma y Inglaterra... nuestras empresas pueden estar en juego, por lo tanto, necesitamos más personal de alta confianza para trasladarlos a cada país.La atmósfera se tensó instantáneamente, se que aquí hay gato encerrado y no pienso tolerarlo, la incompetencia ni la deslealtad, y casi todos lo sabían, no obstante, cuando descubra más afondo a los traidores que están congeniados con la mafia... seré yo mismo quien les corte la cabeza.—Hablemos claro— continúe—La mafia está ganando terreno en nuestros territorios. No pode
Maya. Mientras observaba el cielo oscuro, iluminado por la brillante luna, me puse de pie en el césped y comencé a danzar, con la mirada fija en el resplandor lunar. Esta extraña costumbre, arraigada desde mi infancia, siempre me ha intrigado. Sin embargo, al notar una figura en el balcón, cesé mis movimientos abruptamente. Era el señor Valentino, observándome con su mirada penetrante. Su presencia siempre despierta un torbellino de emociones en mí, aunque me resulta desconcertante experimentarlo. —Maya estúpida—me recriminé mentalmente, sumiéndome en un sentimiento de indignidad.Dejo de mirar hacia el balcón y decido entrar a la mansión, pero detengo mis pasos al ver al Señor Valentino en el lumbrar de la puerta. ¿En que momento llego aqui?... Él me sonrió antes de acercarse a mí.Me sorprendió con su cabello recién mojado y un aroma a perfume lujoso, lucía notablemente atractivo.—Te gusta apreciar la luna llena— comentó con amabilidad.—Si señor, disculpe que este merodeando por
Valentino.Estaba satisfecho por lo que acaba de hacer. Cuando Mi hombre de confianza me llevó la información de investigación sobre Maya, quedé asombrado.Realmente no tenia padres, era huérfana, creció en un convento que estaba en construcción, pero que se construyó de poco a poco gracias a un tal Igor él Don italiano, lo llamaba, dejaba mucho dinero según por los niños, sin embargo su plan con el tiempo era reclamar ese dinero que invertio en la casa hogar por medio de Maya, la joven de 20 años, al parecer era una mujer que varios hombres desean.Vaya incluyéndome a mi, pero en mi mundo es prohibido conectarse sentimientalme con una humana. Sea amorosa o parental.Dejo a un lado mis pensamientos dispersos para enfocarme en la narrativa que Emilio comparte sobre Maya cuando era una bebé recién nacida y abandonada, me imagino que por sus verdaderos padres.—Al parecer, la dejaron en una caja cerca del convento cuando era apenas una bebé La Hermana Llamada Lourdes la crió, pero nunca
Maya.Mis uñas eran víctimas constantes de mis nervios. Desde aquel entonces, no he vuelto a verlo, ni he sabido nada del señor Valentino. Lo peor fue haber dicho que hiciera lo que quisiera conmigo. Claramente, me estaba entregando a él en bandeja de plata. Después de todo, el Don, quien sabe qué podría hacer conmigo, llevaba años acosándome y rogándome que fuera a vivir a su mansión, cosa que jamás hubiera hecho ni por necesidad. Ahora, resonaba en mi cabeza la frase que le dije al señor Valentino.―Como usted quiera. Vaya, qué tonta he sido. Seguro piensa que soy una fácil... En fin, haría lo que fuera. Después de todo, él me ayudó en ese momento crucial. Fue como un ángel apareciendo justo cuando esos matones planeaban llevarme a la fuerza, y para colmo, querían lastimar a los pobres niños inocentes, incluyendo a las monjas. Dejo de lado mis pensamientos al escuchar la puerta de la habitación abrirse. Lucrecia se acerca a mí, su rostro serio, ¿qué estará pasando?―Mi pequeña, creo