Valentino.
Estaba satisfecho por lo que acaba de hacer. Cuando Mi hombre de confianza me llevó la información de investigación sobre Maya, quedé asombrado.
Realmente no tenia padres, era huérfana, creció en un convento que estaba en construcción, pero que se construyó de poco a poco gracias a un tal Igor él Don italiano, lo llamaba, dejaba mucho dinero según por los niños, sin embargo su plan con el tiempo era reclamar ese dinero que invertio en la casa hogar por medio de Maya, la joven de 20 años, al parecer era una mujer que varios hombres desean.
Vaya incluyéndome a mi, pero en mi mundo es prohibido conectarse sentimientalme con una humana. Sea amorosa o parental.
Dejo a un lado mis pensamientos dispersos para enfocarme en la narrativa que Emilio comparte sobre Maya cuando era una bebé recién nacida y abandonada, me imagino que por sus verdaderos padres.
—Al parecer, la dejaron en una caja cerca del convento cuando era apenas una bebé La Hermana Llamada Lourdes la crió, pero nunca supieron quién fue la persona que la abandonó allí. Al pasar los años Lucrecia se encariño y llevaba ropas, comidas, pero no hubo oportunidad de adoptarla. Es ahí donde entra el Don Igor, el cual amenaza con demoleder la casa hogar si adoptan a Maya.
Maldito degenerado, estaba obsesionado con la chica desde que era una niña.
Pero Lucrecia, ella.
—Tienes más información sobre ese tipo y como llego al convento aparte de las personas que la abandonaron.
Muevo la cabeza intrigado. Ningún informe menciona el paradero de la persona que la dejó en el convento, aparte de como ese miserable conoce de ella. O como llego al convento.
Dejo los papeles a un lado, me levanto de la silla y miro hacia el jardín. Parece que esta noche no ha salido.
—Emilio, tal vez esta obsesión termine cuando encuentre a mi luna.
—Sí, señor, es lo más probable.
—La deseo tanto, Emilio ninguna humana a llamado mi atención como esta chica. Sabes las leyes de mi mundo. Sin embargo solo saciare mi sed...
—Solo no permita que entre en su corazón mi lord— Niego sumergido en este dilema.
—Encuentra más información sobre ella. Además, no te olvides de buscar pistas sobre los Camaleones. Tengo un mal presentimiento sobre ese clan que ha tomado raíces en este mundo...—Miro desesperado hacia afuera, necesito verla.
—Como usted diga, señor... me retiro.
Cuando Emilio se va, me quedo sumergido en mis pensamientos sobre esa chica. Mi cuerpo la reclama desesperadamente.
"A como usted quiera"—esa frase sigue resonando en mi mente. Estoy dispuesto a hacer cualquier cosa por ella, pero sé que debo darle tiempo. Pronto habrá luna Roja y sé que necesitaré partir a Mystralón para la batalla con los monstruos que reaparecen con la Luna Roja.
***
Semanas después.
Observo a los accionistas mientras conversan en la franquicia de la Empresa, pero mi mente sigue ocupada en la forma en que mandé a cazar a esos desgraciados que intentaban infiltrarse en nuestro territorio en Las Vegas. Una sonrisa se forma en mi rostro al recordar cómo suplicaban por sus vidas y mencionaban a los traidores. Seis de ellos están aquí en esta oficina, conspirando para derrocar mi empresa y comprar acciones. No tienen idea de con quién están lidiando.
Al salir de la empresa, Emilio me esperaba en el coche, salió para abrir la puerta. Al entrar, me miró con seriedad antes de pasarme la tableta en la que aparecía la imagen de Igor Lombardo, uno de los muchos mafiosos de Italia. Este individuo posee clubes nocturnos e incluso un prostíbulo de alta gama, todo legal. Las fotos que mostraba datan de años atrás, cuando frecuentaba el reformatorio, aparentando ser un donador de buena fe.
—Has investigado bien —comenté mientras observaba las imágenes—. ¿Qué sabes sobre Maya? ¿Tienes alguna idea de por qué está detrás de ella?
—No puedo decir con certeza, pero podría ser que desea prostituirla o, tal vez, esté obsesionado con ella —respondió Emilio con cautela—. Comenzó a visitar el convento cuando ella tenía diez años, pero aún no sabemos cómo llegó a conocer ese lugar de las monjas.
Suelto un suspiro cansado y le entrego la tableta a Emilio, antes de comenzar a reflexionar detenidamente sobre qué hacer con esta creciente obsesión por Maya.
***
Al llegar a mi mansión, llamo a Lucrecia a mi oficina. Mientras espero su llegada, me sirvo un vaso de coñac.
—Mi señor Valentino, me ha llamado.
—Lucrecia, ¿cuántos años has estado trabajando para mí Familia? —pregunto mientras remuevo el licor en mi copa.
—Más de 300 años, mi señor.
—Qué bien, pensé que habías olvidado que eras parte de mi familia.
—No, mi lord, usted sabe que conozco nuestro linaje y que he estado en este mundo moderno junto a sus padres.
Giro para mirarla y noto que evita mi mirada. Sin embargo, quiero saber cómo conoce a Maya y por qué quiso adoptarla. Aunque está prohibido involucrarse demasiado con los humanos.
—Bien, Lucrecia, te he llamado para saber cómo conociste a Maya y por qué quisiste adoptarla cuando era una niña.
Lucrecia tapa su boca sorprendida y frunzo el ceño, esperando una respuesta.
—Solo sentí pena por ella —dice Lucrecia, bajando la cabeza.
—Lucrecia, conoces las leyes de nuestro mundo —le recuerdo, mientras ella asiente temerosa.
—Mi lord, perdóneme —pide, con voz apesadumbrada.
—El problema no soy yo, el problema es que los demás clanes se enteren de que nos estamos involucrando demasiado con los de este mundo. Podemos hacerlo, pero no podemos permitir que entren en nuestros corazones. Incluso enamorarse de un humano está prohibido.
—Solo quería protegerla, nada más —insiste Lucrecia.
—Recuerda que a los humanos no se les puede marcar.
—No tenía pensado hacerlo con ella, se lo juro. Maya ganó mi corazón y sé que en nuestro mundo es una ley incumplible permitir que un humano conozca nuestra identidad —admite Lucrecia con sinceridad.
—Exacto, pero necesito saber más de ella. Maya tiene un aura que provoca el deseo de saber más. Necesito conocer quiénes fueron sus padres o qué causa esta necesidad... Veo que también sentiste algo similar.
Lucrecia me mira a los ojos y puedo percibir la duda en su mirada, sé que está ocultando algo.
—No sé qué sucedió, solo iba al convento y la vi allí, nada más, vivir entre humanos hace eso, quizás.
—Lucrecia, si en nuestro mundo se impone una ley, se debe cumplirse. Pero no entiendo qué te llevó a ese convento donde están los humanos.
A pesar de todas las advertencias y restricciones impuestas por nuestra sociedad secreta para el mundo moderno, no puedo evitar sentirme atraído por Maya, como si estuviera destinado a cruzar caminos con ella.
—Mi lord no tengo más respuestas, solo fue eso, lastima.
Puedo notar que miente.
—Puedes retirarte—Ella asintió sin mírame.
Lo que no entiendo es, ¿Qué me impulsa a desentrañar los misterios que rodean a esta chica aparentemente ordinaria? Cada encuentro con ella despierta una avalancha de emociones contradictorias, desde la intriga hasta la fascinación, y me deja ansioso por descubri Su presencia en mi vida desafía todas las normas establecidas, provocando un torbellino de conflictos internos que me consume día y noche.
Lo que debo hacer es descargar esta sed y listo.
Maya.Mis uñas eran víctimas constantes de mis nervios. Desde aquel entonces, no he vuelto a verlo, ni he sabido nada del señor Valentino. Lo peor fue haber dicho que hiciera lo que quisiera conmigo. Claramente, me estaba entregando a él en bandeja de plata. Después de todo, el Don, quien sabe qué podría hacer conmigo, llevaba años acosándome y rogándome que fuera a vivir a su mansión, cosa que jamás hubiera hecho ni por necesidad. Ahora, resonaba en mi cabeza la frase que le dije al señor Valentino.―Como usted quiera. Vaya, qué tonta he sido. Seguro piensa que soy una fácil... En fin, haría lo que fuera. Después de todo, él me ayudó en ese momento crucial. Fue como un ángel apareciendo justo cuando esos matones planeaban llevarme a la fuerza, y para colmo, querían lastimar a los pobres niños inocentes, incluyendo a las monjas. Dejo de lado mis pensamientos al escuchar la puerta de la habitación abrirse. Lucrecia se acerca a mí, su rostro serio, ¿qué estará pasando?―Mi pequeña, creo
ValentinoEra una experiencia increíble sentir los labios suaves e inexpertos de Maya. Esta chica despierta sensaciones delirantes en mí, un deseo ardiente de poseerla. Esta noche confirmó que no me es indiferente y estoy decidido a hacerla sentir bien mientras aún persigo mi propia luna. La necesito, y cuanto antes sea mía, mejor. Pero al mismo tiempo, siento la responsabilidad de protegerla. Maya se está infiltrando en mi piel sin ser consciente del peligro que corre. Solo espero que no salga lastimada, ya que es simplemente una humana que no debería estar vinculada con un hombre lobo como yo. Sería fatal para ella adentrarla en mi mundo, en lo que realmente soy.Por otro lado, tengo asuntos pendientes en Mystralón. Necesito averiguar qué está sucediendo con los clanes. Emilio me informó sobre un mensaje que requiere mi atención urgente, por lo tanto le mando un mensaje.Me recuesto en la acolchada silla y reflexiono sobre los clanes oscuros. ¿Qué pretenden? ¿Qué buscan? ¿Y qué harán
MayaSentí nerviosismo cuando Lucrecia me informó que esta noche el señor Valentino deseaba llevarme a cenar. No reveló muchos detalles, pero intuí de qué se trataba.Durante días, me he preguntado si él tiene alguna persona a su lado, alguien con quien compartir su vida. Es apuesto, posee un carácter dominante y, sobre todo, es un magnate cuya riqueza supera incluso la de los reyes del país.―Mi niña, fue un error traerte a esta mansión. No tengo idea de qué planea el señor contigo ―me advierte Lucrecia con preocupación.―No te preocupes, estoy bien. Es solo que le caí bien e incluso está ayudando a las hermanas y a los niños. Fui a verlos y estaban muy felices ―respondí, sorprendida por la generosidad de Valentino.Realmente me sorprendió ver a los niños tan alegres, rodeados de regalos, comida y camas cómodas. En apenas unos días, Valentino cumplió con todo lo que le pedí, y eso solo aumenta mi deseo por él. Sé que lo hace por mí, es diferente a Igor, quien me quizo comprar; en camb
Capitulo subido de tono +18ValentinoContemplaba con admiración el cuerpo desnudo de Maya, sintiendo cómo su perfección me envolvía por completo. Aunque ella estaba avergonzada con los ojos cerrados, pero para mi es una fuente de fascinación irresistible. La idea de marcarla para poseerla cruzó mi mente, no obstante la rechace de inmediato. Sabía que convertirla en mi esclava, como hacían algunos solitarios desesperados, era una línea que no podía cruzar. Los otros clanes nunca lo aceptarían; los híbridos eran tabú, y cualquier indicio de su existencia podía desatar una guerra.Dejé de lado cualquier pensamiento para concentrarme por completo en la belleza que tenía justo enfrente de mí.—Abre los ojos- pedi suavemente. —Quiero que veas todo lo que está por venir.—Me da vergüenza que me veas así—respondió nerviosa.Rió apartando sus manos de su rostro, me acerco para besarla con pasión, embriagado por su aroma y la suavidad de su piel. Desnudos, nos fundimos en un abrazo piel con pie
Maya Despierto con una sonrisa tonta en los labios, el recuerdo de la noche anterior aún esta fresco en mi mente. Buscó a Valentino con la mirada, pero note que él no estaba en la cama. En su lugar, lo veo de pie junto a la ventana, observando el amanecer.Eran las 6 de la mañana y me sentía cansada y adolorida, pero también plena y satisfecha por lo que habíamos compartido. Con un suspiro de contento, me incorporó en la cama acomodandome entre las sábanas.—Hola —salude con voz suave, captando la atención de Valentino.Él se giró hacia mi, con una sonrisa enigmática en los labios.—Buenos días, preciosa —respondió, acercándose a la cama con pasos lentos y seductores.Lo observó cómo se acercaba a mi, sintiendo una mezcla de excitación y anticipación.Valentino se unió junto a mi en la cama, para luego entregarnos nuevamente a la pasión, pero esta vez era diferente, más intenso que la noche anterior. Cada contacto era como un fuego que nos consumía, dejándonos sin aliento y ansioso p
ValentinoEstaba absorto en un pensamiento sobre Maya. Desde aquella noche que pasamos juntos, no he logrado sacarla de mi mente. Su calor, su fragancia, se han infiltrado en mi ser, haciéndome aún más necesitado de ella. No puedo entender que me está pasando incluso me siento desanimado.No puedo evitar revivir cada instante compartido, cada sonrisa, cada mirada por parte de ella. Cada vez que cierro los ojos, su imagen se materializa ante mí, y el eco de su risa resuena en mis oídos. Me encuentro anhelando su presencia, ansiando el momento en que pueda sentir de nuevo su cercanía. Sin embargo, a pesar de mis esfuerzos, su recuerdo persiste, envolviéndome en una bruma de nostalgia y deseo.—Maya es solo una humana de la cual debo alejarme lo antes posible— Susurro para mi mismo.No puedo permitirme seguir con esto. No obstante, es algo inevitable e inexplicable. A pesar de mis esfuerzos por apartarla de mis pensamientos, su presencia sigue envolviéndome, como un imán que me atrae hac
ValentinoDespués de aquel encuentro tan intenso e íntimo con Maya, la llevé a su habitación y la dejé allí, ya que estaba dormida. La observé por un momento y noté un tatuaje en su muñeca, de hecho, eran varios. A pesar de haberla conocido hace semanas, apenas me doy cuenta de los tatuajes ahora. Con un suspiro, decido que debo irme, ya que en unas horas regresaré a Mystralón.Antes de partir, me acerco y le doy un beso en la mejilla. Lo que estoy sintiendo no debería ser bueno, sin embargo, es inevitable.Salgo de la mansión y me dirijo hacia el bosque, donde Gabriel y Emilio me esperan.—Hola, señor Valentino —saluda Gabriel, a lo que yo respondo con un gesto de saludo.—Mi lord, debemos partir, está por anochecer en Mystralón.—Vamos —digo, mirando a mi alrededor. No sé qué es, pero siento una sensación extraña. Negando con la cabeza, entramos al portal que nos llevará directamente a nuestro mundo.Abro los ojos al escuchar a las aves chillar en mi mundo. Aún no estaba oscureciendo
Valentino La oscuridad de la noche se cierne sobre nosotros, envolviéndonos en un manto de incertidumbre mientras nos preparamos para la batalla. A mi lado, mis fieles compañeros de manada se alzan, sus ojos brillando con determinación y coraje. La luna roja ilumina el campo de batalla, haciendo que las sombras bailen de manera siniestra mientras los monstruos del otro mundo se abalanzan hacia nosotros con ferocidad.—¡Por nuestra manada! ¡Por nuestra supervivencia!— grito, mi voz resonando en la noche mientras me lanzo al combate. Mis garras se encuentran con las afiladas garras de los monstruos, chocando en un estallido de chispas y furia desenfrenada. El olor a sangre y sudor impregna el aire, mezclado con el sonido de gruñidos y rugidos que se entrelazan en una cacofonía de batalla.—Mi lord, son muchos—Espeto Gabriel el cual estaba junto a Wilop ambos luchado sin temor.—¡No retrocedan, hermanos! ¡Defendamos lo que es nuestro!— exclamo, inspirando a mis compañeros con mis palabr