—¿Me puedes explicar por qué las pirañas se fueron tan rápido? —fue inevitable no echarme a reír al escuchar el nuevo nombre que se le había sido otorgado a las rubias despampanantes que nos mantenían a raya.
—No mucho, solo vinieron a dar una breve información.
Tiara frunció el ceño ante mis palabras y ladeó su cabeza al verme analizando los documentos de forma poco interesada solo para no tener que mirarla a la cara y que notara la emoción que brillaba en mis ojos.
—¿Qué información? —cuestionó esta vez acercándose.
—Pues que el señor Wolsky se retiró definitivamente —los ojos de Tiara se abrieron enormemente y llevó una mano hacia su boca para tratar de ocultar su sorpresa ante mis palabras.
—Ay no, no me digas que una de las arpías vendrá como directora —yo negué con una sonrisa de absoluta felicidad.
—La nueva directora del orfanato soy yo, Tiara ¡me han puesto como directora a mí!
Y ella literalmente soltó un grito que retumbó en toda mi oficina y probablemente en parte del orfanato.
Sus ojos se llenaron de lágrimas casi de inmediato y vi en primera plana lo feliz que se había puesto ante algo que no la inmiscuía, pero que ciertamente le alegraba,
—Estoy tan feliz por ti, pequeña, ya era hora de que reconocieran todo el esfuerzo que has estado haciendo por este lugar y por estos niños.
—Lo único que me desagrada de todo esto es que ya no veremos tan seguido al señor Wolsky —ella hizo un ademán restándole importancia.
—Es hora de que disfrute, Fany, sabes que su esposa se quejaba de que nunca tomaran vacaciones más largas que un fin de semana, es hora de que salga a conocer el mundo, él sabe que el orfanato estará en buenas manos, las tuyas son las perfectas.
Sin dudarlo me levanté y me acerqué para envolverla en un abrazo fuerte que me dio la confianza que necesitaba.
En pocas horas oficialmente sería la nueva directora y debíamos informárselo a todos los niños y los encargados de cada área, por lo que agradecí haber ido vestida más decentemente.
Una vez Tiara salió de mi oficina no pude evitar festejar conmigo misma ante la emoción que se desbordaba de todo mi sistema.
Y es que, había querido hacer tantas cosas por este lugar y ahora al tener un cargo mayor podría hacerlo.
Y aunque de manera clara la identidad recientemente descubierta de nuestro benefactor me había dejado con la piel totalmente de gallina, estaba tratando de parecer tranquila mientras salía al pasillo para dirigirme hacia el comedor en donde debían estar todos a estas horas.
Mis nervios estaban al tope, al igual que la adrenalina, la emoción y la felicidad.
Si me lo preguntaban, realmente si me había visto como directora del orfanato, pero nunca a una edad tan temprana. Había estado decidida a perdurar en este lugar el tiempo que fuese necesario hasta que llegara la oportunidad de ocupar el cargo de directora, pero nunca creí que sería a la corta edad de veintisiete años y bueno, para muchos podría ser mucho tiempo, pero para mí había sido tan rápido que ciertamente nunca hubiese podido verlo venir.
Por ello estaba tan nerviosa, porque esto era algo que había soñado por tanto tiempo y que se hiciera real tan rápido era algo que no podía asimilar del todo.
Una vez llegué al comedor, fui a buscar algo para comer y mientras cruzaba el enorme lugar, iba saludando a los niños que me miraban con esos ojitos soñadores al pasar junto a ellos.
Al obtener mi plato con brócoli, salsa blanca y muchas papas con carne, me encaminé hacia la mesa en donde estaba el director junto con Tiara y los encargados de las demás áreas.
Él me sonrió en cuanto me senté junto a él y aprobó lo que tenía en plato provocando que rodara los ojos. Él me dio un leve empujón con su codo haciéndome reír, pero al final terminé comiendo mi plato mientras todos hacían lo mismo hasta terminar.
Cuando el señor Wolsky vio que todos tenían sus platos vacíos y que charlaban animadamente, gastando los últimos minutos del receso, se levantó de su lugar y aplaudió un par de veces para que todos prestaran atención.
Cuando todas las miradas se concentraron en él, sonrió abiertamente dándoles esa imagen de hombre confiable, ese al que podías ir y decirle lo que fuese y siempre te escucharía y entendería.
—Sé que muchos estarán tristes por esta noticia y que otros tantos ya se la esperaban, pero es algo que ya debía ser —todos se miraron intentando entender a que se refería y en la mesa de los encargados de área entendieron lo que sucedía —he renunciado como director del orfanato —y pronto los murmullos entre los niños se extendió.
Realmente era de valientes pararte frente a los niños que habías visto crecer y decirles que ya no serías quien se hiciera cargo de mantenerlos seguros, que ya no serías su escudo, el hombre que veían como un padre o abuelo en algunos casos.
—Pero mi puesto será ocupado por la Señorita Estefanía, así que creo que eso es un premio para ustedes.
—Si, la señorita Estefanía —el grito de Natalie se escuchó por encima de todo el barullo haciéndome reír incontrolablemente.
—Sé que ella los cuidará muchísimo más que yo, niños, así que respétenla, ámenla y cuídenla como ella hará con ustedes.
Con una sonrisa que extendí a fuerza y mis ojos a punto de derramar las lágrimas contenida, me puse de pie y junté mis manos frente a mí.
—Les prometo a ustedes, mis niños de ahora en adelante las cosas solo mejoraran, les prometo siempre seguir cuidando de ustedes y dar mi mayor esfuerzo por darles una vida digna, la vida que realmente merecen.
Los aplausos no se hicieron esperar y muchos de ellos golpearon las mesas totalmente emocionados y creo que el hecho de que el señor Wolsky se fuera era algo que los dejaba tristes, pero era un hecho que se veía anestesiado por la simple razón de que sería yo quien estaría para ellos.
Una vez el almuerzo acabó cada uno se fue a su respectivo lugar y yo me encargué de comenzar a habilitar la oficina para el nuevo contable junto con los niños grandes de carpintería.
Cosa que fue más fácil de lo que había creído en un inicio y una vez tuve esa parte lista me encargué de ayudar al señor Wolsky a recoger sus cosas y fue jodidamente difícil, pues había tantos recuerdos en esas cuatro paredes y todos llegaron a mi mente mientras dejaba sus retratos en la misma caja que había usado para sacar mis pertenencias de la oficina y que había vaciado en la silla de la oficina que ocuparía al día siguiente.
Una vez terminado acompañé al señor Wolsky a su auto y me despedí de él hecha un mar de lágrimas y mocos, pero él entendió. Comprendió y aceptó que había sido parte esencial de mi vida y el que estuviese dejando el lugar en el que lo conocí era difícil para mí, aun cuando sería yo quien ocupara su lugar.
—Es probable que te anuncien a los medios como la nueva directora del orfanato, sabes que, aunque el benefactor no sea conocido, es bien sabido que el orfanato es uno de los más prestigiosos y verídicos de la ciudad.
—Hablando de eso, ya sé quién es —el señor de cabello canoso me dio un sonrisa de medio lado que me dejaba ver lo orgulloso que estaba de mi.
—No esperaba menos de ti —yo le di una sonrisa completa y él acaricio mi cabello suavemente.
—Lo vas a conocer y espero que se lleven bien —yo arrugué completamente mi boca en desacuerdo con sus argumentos y él solo se carcajeó —a ese tipo de hombres les hace falta una mujer con lengua de víbora que los ponga en su lugar.
—¿Me ha dicho víbora? —cuestioné fingiendo estar ofendida y él solo se carcajeó mientras ingresaba a su auto.
—A ti no, a tu lengua viperina sí —y tras sus últimas palabras cerró la puerta y encendió su auto para marcharse sin siquiera mirar atrás.
Pero es que ese no era un adiós, simplemente era un hasta luego, porque él había marcado mi vida de todas las formas posibles y nunca dejaría de buscarlo, llamarlo y visitarlo mientras vida tuviera.
↞ ↟ ↠—¿Entonces eres la nueva directora? —cuestionó Mónica totalmente emocionada una vez le conté todo lo que había sucedido en ese día.—Sí ¿puedes creerlo? —ella negó con una sonrisa incrédula.—Es que es jodidamente increíble, Teffy, te juro que aún no puedo creerlo, básicamente serás la administradora más joven en toda la historia del orfanato.—Y la primera mujer —susurré —de un orfanato que no sea religioso, por supuesto.—Toda la puta ciudad conocerá tu nombre.Estaba segura de que mis mejillas en ese momento brillaban como reflectores al igual que mis ojos.—Lo sé, pero lo más emocionante de esto, es que podré hacer campañas para recaudar fondos, di la idea de ampliar el orfanato hace muchísimo tiempo, pero los recursos, aunque son muchos no son suficientes para una construcción de ese tipo, pero con las cosas que tengo en mente estoy segura de que podré conseguir lo necesario.—Tómatelo con calma, sé que ahora quieres hacer todo lo que no pudiste hacer, pero si vas muy rápid
—Otto Overman, a sus servicios —se presentó el hombre de cabello rubio sucio mientras me tendía su mano.Él vestía un impoluto traje gris a la medida, con un reloj que brillaba en su muñeca dejando saber que era de una marca cara y reconocida. Sus zapatos negros estaban perfectamente lustrados y cargaba en una de sus manos un maletín de cuero marrón y no era por presumir, pero no parecía de mejor calidad que el mío.Aunque para ser sinceros ahorré meses para ese maletín.—Es un placer tenerlo aquí, señor Overman —él me dio una sonrisa deslumbrante y por consecuencia terminé sonrojándome levemente.Lo sabía por el leve calor que sentía en estas a causa de la sangre que había viajado a ellas para colorearlas.—Dígame Otto, después de todo pasaremos mucho tiempo juntos por aquí.Quise refutarle, pero preferí sonreírle suavemente y anotar mentalmente el seguir llamándolo señor.Una vez nuestras manos dejaron de estrecharse la dejé caer a ambos lados de mi cuerpo y por unos segundos no sup
↞ ↟ ↠—Tengo este verde esmeralda —Moni colocó el vestido frente a ella mostrándome como era, pero la verdad era que no me convencía del todo —también tengo este color champan, estoy segura de que va a hacer resaltar tu cabello a la perfección.Y definitivamente, de los cinco vestidos que ella me había mostrado, ese era mi favorito.—Ese si me gusta —susurré emocionada mientras me levantaba para tomarlo.—Tenemos hasta las seis ¿no? —yo asentí un par de veces mientras sentía la tela del vestido.Era suave y caía de una forma sencilla, pero elegante.—Tres horas —susurré tomando el vestido para dejarlo sobre la cama.La semana había pasado más rápido de lo esperado, no por falta de trabajo, sino por exceso de él.Los días ahora eran más agotadores por todas las cosas en las que tenía que meter mis narices para verificar que todo funcionara de la forma correcta.Extrañé mucho al señor Wolsky, pero había hablado un par de veces con él por teléfono y me había informado que estaba prepara
Cuando el auto se detuvo frente al enorme lugar donde se llevaría a cabo la celebración, mi boca se abrió con sorpresa absoluta, y agradecí que los cristales del auto fueran polarizados, pues no era normal la forma tan sorprendida con la que actuaba ante tal escenario.Pero era normal para mí, nunca había estado en un lugar tan lleno de personas, pero, sobre todo, tan sofisticado.Por afuera la arquitectura era maravillosa, tan parecida a esos coliseos de la antigua Grecia en donde se llevaban acabo actos de la alta alcurnia.—Debiste traer un bolsito más grande, así me llevabas bocadillos —Moni hizo un leve puchero mientras abría la puerta e inevitablemente comencé a carcajearme.Solo a ella se le ocurriría pedirme que robara bocadillos en una gala de millonarios.Mónica al colocarse de mi lado, abrió la puerta y me tendió su mano para ayudarme a salir de la mejor forma posible.Con mis piernas juntas las dejé caer contra el asfalto de la calle en frente del lugar y luego me levanté
Una música suave se escuchaba por los parlantes escondidos en alguna parte. El ambiente se sentía relajado, al menos por ahora. Las luces eran más tenues, pero igual dejaban ver claramente todo el lugar. A penas estaba en la entrada, por lo que aún estaba alejada de la multitud más adelante.Las personas las podía observar paseándose con trajes caros y joyas perdidas de algún reino antiguo. Copas de champan eran sostenidas por sus delicados dedos mientras charlaban con las personas que los rodeaban. Pero todo parecía tan distante, como si realmente no hubiese un vínculo mayor que el de presumir para intentar resaltar entre estas personas.Pero juzgar no sería lo más indicando, recordando la posición en la que me encontraba, pues me había vestido y maquillado para estar alrededor de esas mismas personas que me jactaba de juzgar sin conocerlas.Me sentía tan fuera de lugar, con un vestido prestado, maquillaje que nunca pondría en mi rostro y unos tacones que habían pasado de temporada h
En cuanto me bajé del escenario pude respirar más pausadamente y aunque mi corazón latía a una velocidad atemorizante no me permití flaquear y caminé con paso seguro hacia donde lo había visto.Si bien no era la mejor decisión que había tomado en mi vida en una situación como esta-, era lo que mi corazón me pedía en ese instante, por lo que me dirigí hacia ese punto en específico, pero al llegar solo vi su espalda mientras se alejaba.Ni siquiera lo dudé cuando comencé a seguirlo a través de todo el salón hacia una de las puertas que daban hacia algún lugar que desconocía.Lo vi atravesarlas y segundos después yo estuve frente a ellas lista para cruzarlas.Dando una última mirada hacia mis espaldas para ver si nadie me veía avanzar, empujé las puertas y crucé el umbral para encontrarme con un jardín muy bien iluminado.Las luces eran blancas y bordeaban los caminos que te permitían adentrarte en cada área del enorme jardín.Lo vi de pie frente a una fuente y aprovechando que no miraba
Sin querer regresar a aquel lugar en un buen rato, tomé el móvil de mi bolso y marqué el número del señor Wolsky, era evidente que él tendría algo que me serviría y no dudaría en dármelo.Al primer tono él contestó y como siempre que lo escuchaba hablar mi voz se llenó de una calma absoluta que me hizo respirar con más normalidad.—Hola, señor Wolsky.—Cariño ¿cómo estás? ¿sucede algo? —el tono preocupado de su voz fue evidente y lo entendía, pues yo no solía llamarlo a estas horas, pocas veces lo había hecho y casi siempre había sido por una emergencia.A excepción de esta vez.—No, es que quería que me facilitara un número de teléfono si lo tenía.—¿El del señor Kravec? —cuestionó con una vocecita que no me gustaba para nada.Pues eso significaba que algo tramaba o que probablemente sabía algo que yo no y no me lo diría si le preguntaba.—Si —mi voz fue un susurro, pero estaba segura de que me había escuchado.No había ruido en el jardín, ni siquiera se escuchaba algún insecto o mur
Cuando Mónica llegó a casa me encontró sentada en el sofá esperándola. Mis dedos se restregaban unos a los otros mientras la veía soltar sus cosas en la esquina de la casa y cuando se giró en mi dirección dio respingo al notar que estaba ahí.—Mujer de dios, me has dado un susto de muerte.Ella llevó su mano hacia su pecho.—Tienes suerte de que no ande armada ¿te imaginas si te hubiese disparado? —mi ceño se frunció ante sus palabras.—No puedes ser tan despistada como para dispararme así por así por estar sentada en tu sofá ¿Algo sucede? —ella negó lentamente, pero la verdad que es que no le creí. Por lo general si ella quería hablar a cerca de algo lo hacía, así que supuse que no quería entrar en ese tema de conversación.—Bueno, cuéntame cómo te fue en esa pomposa cena —con una sonrisa se lanzó al sofá junto a mí y me sonrió abiertamente mientras esperaba a que hablara.—Resulta que me he enterado de quién es el benefactor anónimo del orfanato y me lo he encontrado en la cena de h