Capítulo 4

Esta vez traté de salir de la biblioteca más temprano, no quería que el hombre de ayer me quisiera robar nuevamente, esta vez supongo que no funcionaría el darle un pequeño beso. Me puse la mochila y comencé a caminar hacia el portón de la institución, cuando empecé a escuchar pasos detrás de mí, caminé más rápido, pero me detuvo una voz.

— ¿¡Rose McCoy!? —Preguntó alguien a mis espaldas, justo cuando iba a poner un pie fuera de la universidad.

Me di la vuelta y era el profesor, mi corazón empezó a latir muy fuerte, me puse nerviosa porque pensé que él podría ser el de anoche.

—Si —dije, cuando él se había acercado lo suficiente para escucharme.

— ¿Quería preguntarte si realmente conoces a esa persona? ¿O soy yo?

Sentí como mi cara empezaba a arder, él me miro preocupado y yo no sabía qué hacer, entonces negué con la cabeza lo más que pude.

—No profesor, no es usted y la verdad no conozco a la persona que dibujé. Sí, se parece muchísimo a usted, pero no lo es.

Miré al suelo, mis manos me sudaban; mirarlo me ponía más nerviosa es que se parecen bastante, su cabello era de distinto color y los ojos, pero la forma de los labios. Los del ladrón tenían un poco más grandes, su tono de piel bien pálida y las fracciones eran idénticas. No quería pensar más de ese tema, en la biblioteca me mortifico durante todo el tiempo que estuve dentro, no podía concentrarme en ninguna materia y me lo pasé pensando en futuros encuentros, cosas que jamás pasaran.

—Te pregunto porque se parece a mi hermano —dijo y mis nervios se intensificaron más.

— ¿Qué?

—Sí, se parece a mi hermano menor. Se llama Adler.

Él me miraba y yo queriendo escapar.

—Pero no conozco a su hermano, profesor

Él me regaló una sonrisa tranquilizadora y casi caigo en su encanto.

—Está bien, solo me era raro ver un dibujo que se parece mucho a Adler, pero está bien Rose, te dejo ir.

Habló muy rápido, que solo asentí y se dio vuelta y comenzó a caminar hacia el interior del edificio, miré el reloj que me regaló Jasper y eran las 09:34p.m «¿Se queda hasta tarde como yo?»

 Emprendí camino lo más rápido hacia mi casa, esta vez no llevé puesto mis auriculares, para poder escuchar todo, lo que me dio mucho más miedo, pero por lo menos si había personas caminando, autos cruzar, por lo que el miedo era de a ratos.

Una vez en casa, ya mis nervios se habían acabado y también mis manos sudorosas, me sentía más segura. Subí a mi habitación y me acosté en la cama, necesitaba una siesta, pero primero debía terminar los trabajos de la universidad.

Tomé mi sketchbook y nuevamente miré el dibujo que hizo revolucionar la clase en segundos, técnicamente era precioso. Corte la hoja y la pegué en la puerta de mi habitación, creía que eso era buena idea y en verdad no lo era.

Lo que me paso esa noche realmente cambió algo en mí, es como si mi cabeza se hiciera la idea de que jamás encontraría otro hombre como él, es un hechizó y él es el culpable de esto. Revise mi teléfono y tenía mensajes de las chicas, todas enloquecidas por la foto que saco Laura, ninguna podía creer que estaba hablando con uno del sexo opuesto, creía que era la hora de que les cuente lo que me pasó la noche pasada, supongo que van a alucinar.

Media hora después, las tres aparecieron en mi casa ni bien abrí la puerta principal gritaron enloqueciendo a Jasper, quien me retó y obviamente que le respondí con la misma intensidad con la que me había gritado. Él, también con la manada de monos hacen un lio terrible.

Subimos y ellas no me dejaban respirar con las mil preguntas, sobre lo que les conté.

— ¡Ya, ya suelta todo! —dijo Juliet.

Ella se sentó en la cama, acomodándose su cabello lacio detrás de la oreja, mientras Anna y Lina asentían entusiasmadas.

—¿Qué más debo soltar? ¡Fue un beso nada más! —Hablé mirando el dibujo pegado a mi puerta. No debiste hacer eso. Todas dirigieron su vista a la puerta, y chillaron peor, se acercaron corriendo observando y comentando lo bueno que estaba.

— ¿No me digas que este es el bombón del cual nos hablas? —preguntó Anna.

— ¡Ya, ya chicas! en serio, creo que no es para tanto, no debemos darle mucha importancia y además él me quiso robar ¿Qué más puedo esperar de él? Lo hice para salir de esa situación, no pensaba perder todos mis apuntes —y de pronto me acorde del profesor, él me había dicho que es su hermano—. Chicas, hoy conocí al hermano de este hombre y me dijo su nombre pero no me acuerdo; era Baler..., no, no ¡Uy!  La verdad que no me acuerdo.

— ¿¡Cómo que no te acuerdas del nombre!? —preguntó una Lina furiosa.

— ¡Chicas, lo encontré! —Soltó Anna de repente y todas le prestamos atención—. Pregunté a todas las universidades.

 Esto se está por salir de control.

— ¿¡Y cómo se llama!? —Preguntó impaciente Juliet—. ¡Y muéstranos!

Sus ojos parecían salirse de sus cuencos. Están realmente chifladas por los hombres. Yo quería desaparecer, construir una maquina que viaje en el tiempo e ir a esa noche y advertirme que fuera mucho más temprano, para que no me cruzara con ese tipo. Esa noche era un 6 de mayo del 2018, a las 11:20p.m, supongo yo.

—Espera un segundo ¿Cómo preguntaste a todas las universidades, si no sabes su nombre? —pregunté, pero sentía un mal presentimiento por lo que me iba a responder.

—Tomé una foto de tu dibujo y lo mande a todas las universidades. —contestó mirando la pantalla al igual que Anna y Juliet.

— ¿¡Qué hiciste qué!? —grité eufórica.

Ellas ni me prestaron atención.

— ¿Rose, no te das cuenta que besaste al hombre más deseable de este pequeño pueblo? Además de Brad Pitt —contestó Anna a mi desesperación.

Las miré perturbada por lo que había dicho, me atreví, y tomé el teléfono de Anna, me volví a encontrar con esos ojos que por más que quiera no los olvidaré, los labios tal como los recordaba. ¡Wow! ¡Qué pálido y que belleza por Dios!

—Su nombre es Adler Henry Newtown, es famoso por su belleza, estudiaba Ingería Química, en la misma universidad de Laura y trabajaba en un bar de mala muerte, tiene 24 años —Anna, me hablaba de él como si fuera un documental de su vida—. Es el soltero más codiciado, entre las mujeres de 20, 30 y 40 años —me tomó de los hombros y sacudiéndome me dijo—. ¿Qué hiciste para poder besar esos labios?

Y seguía sacudiéndome, pero no lo sabía, sólo fue el impulso de tanta belleza.

—Anna, ya. Creo que Rose tiene que explicarnos con detalles qué pasó en realidad —me liberó Lina de las sacudidas de Anna.

—Él intentó robarme y yo lo distraje con un beso, igual no me parece gran cosa lo de besarlo, ya que él me forcejeo la mochila para arrebatármela. ¿Entienden que es grave? Me salvé de que no sea un loco y además me arriesgue a salir peor, pero lo besé ¿y sí era un loco me golpeaba hasta matarme?

Hablé con un poco de seriedad, está bien, ellas están contentas porque después de tanto tiempo mis viejos labios probaron un néctar tan rico como los de él, pero fue horrible la situación en la que pasamos a eso. 

—Tienes razón, es que me enloqueció la idea de que besarás a alguien mega popular y muy guapo —acotó Anna.

—No pensamos en el riesgo que pasaste y sí, es cierto de que pudiste salir peor —Esta vez era Juliet.

—Está bien Rose, pero eso no quita que tú siendo toda una antisocial con los hombres, logró besar a tal bombón codiciado —Lina siendo Lina.

Juliet, no pudo superar que volví a besar. Ellas reían mientras miraban la foto del codiciado hombre de 24 años, solo un año más que yo. No podía creer absolutamente nada de esto, no lo conozco y espero no conocerlo; imaginarme que me encuentro con esa persona y que me diga “Te acuerdas cuando te intenté robar y me besaste” Suena muy irreal, además que tiene una miraba muy penetrante ni me imagino cómo debe ser su personalidad, por lo que intento recordar, tenía bastante grave la voz.

—¿Rose nos estas escuchando?

Las chicas seguían comentando sobre él, sin embargo, yo estaba muda.

—Pero acá la pregunta es ¿por qué quiso robarte? —Soltó Lina de repente.

El silencio reinó en mi habitación con estas tres mujeres híper bellas.

—¡Si, eso es extraño y perturbador! —Dijo Juliet mirándome, solo me encogí de hombros.

—¿Capaz por necesidad? —Pregunté y todas se sorprendieron porque volví a hablar—. Pero eso no podría ser, porque el profesor al parecer gana muy bien. ¿Capaz no viven juntos?

Ellas seguían calladas mirándome como sacaba conclusión sola, y las dudas se acumulaban en sus cabecitas.

—¿Profesor?  —preguntó Anna parándose de pronto.

—Sí, el profesor —repetí.

—¿Cuál?

—Les hablé de que me encontré con su hermano que es profesor, Magnus Connor Newtown creo que era su nombre y enseña en mi facultad.

Las chicas se miraron entre sí y sonrieron siniestramente.

—Es ese profesor es a quien deberías preguntarle sobre Adler —Habló Lina mirando su celular.

— ¿Y por qué haría eso? —Pregunté.

—Para averiguar sobre la vida de él —contestó muy emocionada Anna.

Negué automáticamente, lo que menos quería era saber o a encontrarme con el tipo.

—No, no Anna.

Ella me miró, pero no decía nada y las otras dos mirándose entre sí.

— ¡Sí, debemos investigar! —escuché al unísono.

No lo puedo creer, estas mujeres me van a avergonzar nuevamente. Primero con el dibujo, que ahora todas las universidades saben de ese dibujo semi-porno de él. Y la mayoría debe de estar preguntándose quién puede imaginarlo así.

—Mañana, hay que investigar a cada uno de los que van a la universidad si lo conocen. ¡Y tú debes de hablar con tu profesor sobre él! —dijo Lina apuntándome. «¡Dios mío, por favor llévame!» Pensé frustrada.

—No, no chicas no quiero saber absolutamente nada de ese chico. ¿Por qué no ven lo grave que es? El hombre me quiso robar ¿Y quién sabe qué iba a hacer después de robarme?

Y ahí estaba otra vez, intenté que razonaran en no averiguar nada sobre su vida. El silencio incómodo en mi habitación se instaló, para completar lo incómodo tenía que entrar mi hermano sin remera a mi habitación mostrando lo mucho que trabaja en el gimnasio. Puse en blanco los ojos, lo hace para atraer las miradas de mis amigas. Él cree que mis amigas solo se fijan en el físico, pero para su mala suerte debe contar con dinero y buena educación o sea pensar en ir a una universidad y mi hermano trabajaba en un taller a unas cuadras de mi casa, es decir, estaba lejos de ellas obviamente yo no compartía ese pensamiento, pero pueden pensar lo que quieran.

—¡Jasper, podrías ponerte al menos una remera al entrar en mi habitación! —grité.

Mis amigas lo observaron de pies a cabeza, pero volvieron la vista a la foto del tipo que me quiso asaltar.

—Mejor me quedo con este —comentó Juliet.

Solo reí y me levanté para cerrar la puerta a Jasper, pero él me detuvo.

— ¡Oye! Venía a preguntar si se quedan a cenar tus amigas.

Las miré y ellas negaron inmediatamente, además empezaron a juntar sus cosas.

—Bueno Rose, una cosa es seguro. Lograste besar a este bombón, así que puedes morir en paz —me dijo Anna, tomándome de los hombros.

Ya empezaron a exagerar, creo que no es para tanto ese hombre, creería que vi mejores que él en la ciudad. ¡Estás mintiéndote a ti misma! ¡Ashg! ¡Jamás encontrarás mejores que él! «Para mí, no todo es la belleza» pensé. Suman cosas como ser humilde y que me ame, eso basta para mí. No buscó hombres guapos y con muchas riquezas. No me interesa el dinero.

—¿Vamos? —preguntó Lina, sacándome de mis pensamientos.

Me puses mis pantuflas de elefantito y las chicas rieron al ver lo infantil que me veía con mis pantuflas.

— ¡Déjenme! —grité y ellas seguían riendo.

— ¡Deberías ir con esos a tu facultad, de seguro te dibujan! —acotó Lina, ella siempre rompiendo mi corazón. Juro que la odio. «¡Nah, la amo un montón!»

 

Una vez estuvimos en la puerta, me despedí de ellas haciendo una cara de dolor mortal por su partida y me quedé viendo como se subían al Ford Fiesta rojo, que le pertenecía a la mamá de Juliet.

Entré y me senté a cenar con la familia, mientras los gritos abundaban en mi casa y el hablar de temas que nadie entendería, logramos terminar la cena.

Mi mamá se sentía un poco cansada: ella trabajaba en una empresa bastante grande y famosa, se llama Grupo JTN, no sé qué significaban las siglas, solo sé que mi mamá es la contadora. En cambió, mi papá es profesor de Física en la secundaría Culver High, bastante famosa por ser la preparatorias de niños ricos.

La verdad no somos ricos, pero agradecía porque teníamos para comer y no falta absolutamente nada ¿Qué más podía pedir?

De pronto, vino a mi mente la imagen del hombre este, llamado Badler o como se llame, él no me hace falta. No lo necesitó en mi vida...

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