Todo pareció mejorar con la compañía de Hudson, me sentía bien y no sé que terminé haciendo, pero ya me encontraba a una cuadra de mi casa. Mi sonrisa no daba más y todo se debía a que pasé casi toda la mañana-tarde con él, fue grandioso. Nunca me había sentido así, sin duda lo volvería a hacer, fue totalmente atento conmigo; compramos unas gaseosas con papas fritas, mientras disfrutábamos del pequeño parque en el centro de la ciudad, jamás me imagine que él sería así de amable, lo creía el típico niño rico que cree comprarlo todo con el dinero, sin embargo se comportó muy humilde conmigo.Tenía mis auriculares y la felicidad se me desbordaba, los pasos cada vez los hacía más lentos, la verdad no quería llegar a mi casa. Sólo quería seguir disfrutando de este día, que a pesar de que empezó muy mal, el resto del día fue genial. Cuando empecé a escuchar “No Idea” de Don Toliver, me acordé automáticamente de lo que sucedió esa noche, ya que esa es la canción que escuché, cuando vi por pr
Me sentía tan molesta con Hudson y Chad «¿Qué m****a fue esa escena?» Cuando salimos al receso en el cambio de materias, las chicas de mi clase no paraban de hablar de mí, es por eso que me quería alejar de ellos dos, bueno de Chad no porque ni siquiera estoy cerca de él. Hudson fue el primero en acercarse a mí cuando salí disparada del salón, me encontró y no se despegó de mí. Caminé perdida en mis pensamientos, mientras buscaba a Laura, cuando nos encontramos en el campus, ella parecía estar orgullosa de su nena que había conseguido un chico, yo la miré con un enojo terrible y ella entendió que no debía molestarme. Solamente los ignoré y tomé mis auriculares y comencé a escuchar música, mientras ellos hablaban de no sé qué. Observé a la gente del campus: todos hablando con sus conocidos, compañeros, amigos; algunos parecían estresarse por no entender algo de sus libros; otros comían sentados en el pasto, todos muy contentos a pesar de que pronto empezaran los exámenes. De tanto obs
Adler • Estaba a punto de llegar a la universidad, cuando un grupo de chicas me interceptaron sin dejarme pasar. Al principio tenía ganas de sacar mi carácter, pero después me tranquilicé, no podía comportarme como un idiota con las chicas, además ellas son como admiradoras que nunca quise tener. Me perseguían ensordeciendo mis oídos con sus preguntas y de entre tantas chicas, logré verla a lo lejos caminar por la vereda que llevaba a la entrada del edificio, fue como si me llamara a seguirla, además ¿cómo no identificarla? Su cabello rojizo, que brillaba por el sol, sin duda era ella: estaba vestida con unos jeans azules desgastados, su abrigo era uno rojo con un dibujo animado, su mochila negra que llevaba un llavero de un anime llamado Naruto. La verdad la había observado todo este tiempo y me intrigaba saber qué piensa de mí, al parecer no le importo en lo más mínimo, porque nunca me miraba. Entonces decidí ir a hablar con ella, quería saber su nombre y si me reconocía de aquel
Adler • Cuando vi la gran mansión de mi padre ya quería regresar; casi siempre surgían cenas con él, pero me parecía muy incómodo todavía verlo a pesar de todo lo que pasó entre nosotros. Él nunca respeto la muerte de mi madre, jamás lo vi hacer el duelo correspondiente; ella murió y unos días después ya estaba con unas mujerzuelas, borracho y metiendo su asunto en prostitutas que traía a la casa; es por esa misma razón que rechacé todo ayuda de él, todo dinero, no me interesaba para nada su fortuna y además, él planeaba dejarme a mí como heredero de las empresas, ahí entraba el gran drama familiar que siempre me quiera ver y es para convencerme de ser el heredero de todo, pero no quería nada de él. Me alejé de él y de mi hermano, me fui a vivir solo y como no me alcanzaba para estudiar y vivir al mismo tiempo comencé a ser un perro fiel de gente muy poderosa; ellos se peleaban porque yo les vendiera su droga y eso era porque era muy bueno en el negocio, lograba vender la cantidad
Rose • Las chicas vinieron para planear como acercarme a Adler y todo gracias a Araceli la que propuso que debía ser mío, «un tipo como ese jamás pondría sus ojos en alguien como yo» pensé automáticamente al escuchar eso. Le propuso a Laura ser mucho más cercana a Adler para que también se acerque a mí y ella no dudó en aceptar; estaban dispuestas a cumplir su plan cueste lo que cueste y para ello yo debía sufrir las consecuencias, en sí ir a fiestas. Las típicas fiestas que organizaban las Universidades de la ciudad para los ingresantes de primer año, lo nombraron como la iniciación, el ritual, el bautismo y mucho más sobrenombres de fiesta, porque según los que están en años más avanzados es la bienvenida para vender tu alma a la universidad. Ya me encontraba en el salón, absolutamente sola y haciendo algunos retratos. Me había levantado muy temprano y necesitaba tanto salir de mi casa, no quería cruzarme con los McCoy. Me encontraba sola pensando en todo lo que hablamos ayer, h
Estaba sola sentada en la cocina, tomando un café negro, pero me sentía tan perdida; no podía eliminar las imágenes de ayer, de lo que sucedió con Adler. Lo que más rondaba en mi mente era el porqué se metió en algo ajeno a él. Suspiré al saber que no obtendría respuestas a no ser que le pregunte. — ¿Cómo vas con la carrera, hermanita? —preguntó mi hermano entrando por la puerta de la cocina. —Creo que me va bien, me fascina la carrera. El problema algunas veces, es que hay algunos profesores que no soporto, pero el resto marcha muy bien. Faltaban mis padres, ellos estaban con fechas al límite en el trabajo: mi mamá con proyectos a entregar y mi papá con exámenes por corregir; por lo que se fueron antes de que despertemos. En estas épocas, no los vemos por días o algunas veces por meses. Se dedican tanto a sus trabajos que se pierden por completo. Terminé mi café. —Bueno Jasper, debo irme, que tengas una buena mañana. Me levanté tomando todos los platos y tazas sobre la mesa,
Narra Adler • Volví a soñar con mi madre, pero el sueño no fue para nada agradable. La soñaba como si hubiera visto su muerte; el que falleciera me cayó muy mal, era como si estuviera vivo, pero a la vez muerto. Y estas noches de tristeza me era imposible volver a conciliar el sueño, más porque pensaba en ella y en las ganas que tenía de verla una vez más, abrazarla y poder decirle que la amo con todo mi corazón. Miré mi reloj y eran las 5:48AM, todavía no salía el sol: amanecía muy tarde cuando más frío hacía. Me levante y me di un relajante baño, al entrar bajo el agua tibia que comenzó a recorrer todo mi cuerpo, me hizo ver cosas que en ese momento estando desnudo no era muy buena idea. La gran parte del día sí o sí tenía que imaginarme algo de esa pelirroja, no tenía idea de que era lo que me atraía en sí, solo sabía que ella abundaba en mi mente y más imaginándome que ella me tienta, que me provoca y eso era malo para mí, porque solo crecía mi deseo por tenerla bajo mío. Apag
Narra Rose •• Nos encontrábamos en el shopping con mis amigas y ya me sentía exhausta. Ellas se seguían probando todo tipo de ropas, mientras yo estaba sentada en la sala de espera con un libro “Maravilloso desastre”. En mi vida pensé amar tanto un libro. Cerré el libro un momento y observé a las chicas cómo hablaban muy animadas mientras se mostraban lo que se iban a poner. Vine a leer porque las piernas me mataban y ya habíamos pasado por cinco tiendas. Miré hacia la vidriera que daba la vista a los pasillos del shopping y pensé «no me compro ropa desde la secundaria». Entonces mi mente me atormentó. Cuando tenía novio, siempre trataba de verme perfecta ante él, pero era un acto inútil; ese idiota no me miraba a mí, sino que yo era un maldito cartel, una marioneta, una máscara y se me ocurren miles de palabras que describirían a la perfección: él estaba enamorado de otra chica y me usó a mí para mostrarse ante sus padres, ya que al parecer esa chica no era aceptada por ellos, por